1

Yo caminaba por las calles de mi ciudad algo nervioso, demasiado, era mi primera vez, un desconocido me había llamado y decía que necesitaba que le hiciera un favor, que iba a obtener mucho dinero, que alguien me recomendó. Mi tío ya me había enseñado a practicar a usar armas, varias armas, desde pistola hasta subfusiles, pero lo que más me gustaba eran las pistolas, sobre todo el revolver, y los que tienen gran potencia, pero en esta misión necesitaba algo rápido o algo silencioso, también tenía dos oportunidades, uno era en moto y dispararle cuando manejaba o entrar a las instalaciones con ayuda de un guardia corrupto y matarlo en su oficina. Yo obviamente escogí la manera silenciosa, no quería confiar en otra persona para este trabajo, yo era lo único que necesitaba, o bueno, casi todo; además siempre me dio miedo andar en moto, prefería ir en carro. Me senté en un restaurante llamado Marie o algo así y mientras esperaba a mi conductor me pedí una bandeja paisa; estaba todo tranquilo y yo estaba disfrutando la comida, cuando de repente un hombre con sombrero de vaquero y anteojos negros se acercó a mí y se sentó en la silla adelanté de mí.

- ¿Eres Barba azul? – yo había puesto cara de confundido mientras comía mis frijoles.

- ¿Quién mierdas es eso? – yo me comí la cucharada de frijoles que tenía en la mano.

- eso no importa ¿Eres nuestro hombre? – yo miré a mi alrededor, el sitió no era conocido, pero hace unos buenos frijoles.

- claro, solo dime donde y como, así de simple, pero nada de motos – ese hombre sonrió.

- lo sabemos, eso nos dijeron, ahora sígame – el hombre se levantó.

- espere – termine de comer la comida – te ves ridículo con esa ropa.

- estoy infiltrado, nadie me puede ver.

- con esas pintas, todos tendrán curiosidad de ti, todos te voltearán a ver, resaltas, estás resaltando.

- pero no ven mi cara y eso es lo que importa.

- es verdad, pero te ven, si quieres pasar desapercibido, ve con una ropa normal y actúa normal, compras algo de comer, algo típico, te lo comes y esperas unos minutos y luego pagas y te vas – yo dejé un billete en la mesa – luego te levantas y te ves con normalidad – yo me levanté.

- sígueme, por favor.

Ambos caminamos hasta que entramos en un auto nuevo, pero no muy lujoso, entré al carro y me pusieron algo en la cabeza y me pidieron que no me lo quitara, yo le hice caso, pero lo curioso es que no me amarraron las manos, al parecer me tenían mucha confianza o algo así. Ellos manejaron un largo rato y cuando llegamos, pararon el auto, abrieron las puertas de atrás y me sacaron, me agarraron de las manos y caminamos a una casa, a un mansión para ser más exactos.

- ¿Este es nuestro trabajador? – me sacaron la cosa que tenía en la cabeza y vi a mi jefe.

- sí, es el sobrino del encargado de la escuela.

- ¿Conocían a mi tío? – todos sonrieron.

- claro, uno de los mejores trabajadores que hemos tenido, hábil y muy inteligente.

- ¿Mi tío trabajo contigo? ¿Qué? – mi jefe sonrió.

- ¿Qué sabes de tu tío?

- era un director y me ayudaba en el colegio cuando me metía en problemas.

- bueno, si tú tío no te dijo, tampoco nosotros, era su responsabilidad decirte, ahora eres tú responsabilidad descubrirlo.

- pero ¿Qué tiene mi tío en todo esto? – mi jefe sonrió.

- te diré una cosa, un secreto que no podrás decir, aunque casi todos lo saben, pero muy pocos lo aceptan y la verdad, los políticos nos ensuciamos las manos para poder mantener el poder o subir de poder, conseguir más poder y tu tío me ayudo en eso, con varios trabajos y bueno, le cogí confianza, ahora descubro que murió y necesito a alguien para arreglar un problema, así llegue a ti, son familia y me recomendaron usarte.

- ¿Te recomendaron? ¿A mí? – yo estaba confundido - ¿Quién lo hizo? – Mi jefe por unos segundos vio a todas las personas que estaban en la habitación.

- eso es privado, muy privado, solo te diré que me han dicho que tu tío te entreno, y que eres bueno, así que te necesito.

- solo dime que hacer y lo hago – mi jefe sonrió, una sonrisa de confianza.

- es fácil, he cometido un error, un error grave, aunque no es mi primera vez, pero esta es diferente, ya que las niñas hablaron, no puedo matarlas, me conectarían, pero matar a un periodista, en medio de todo este caso, no me caerá a mí.

- entiendo, entiendo, así que yo voy a ocultarlo, a matarlo y quemar las pruebas

- por favor, la gente necesita alguien de confianza en este momento, en esta época tan oscura, necesita alguien para confiar, que los cuide y los proteja, ese tengo que ser yo.

- yo creo que se pueden cuidar solo, pero ¿Qué pasa? ¿Por qué hablas como si el fin del mundo fuera a venir? – el jefe me miro serio, como si no supiera algo, como si fuera un idiota.

- quizás no sabes por qué eres joven, pero tenemos un problema, todos, alguien llamado Pablo Escobar, una persona que no es como los grupos armados, no busca cambiar algo, no sé puede negociar, quiere dinero, quiere poder y se cómo son esas personas, jamás se detienen, la única manera es matarlo o meterlo en la cárcel.

- y esa persona ¿Cómo consigue dinero? – dije curioso, me parecía interesante y se me ocurrió una gran idea.

- droga, cocaína, es muy caro y dinero, consigue mucho dinero pasándola a estados unidos, haciendo tratos ilegales y todo eso.

- entiendo, haré todo esto y cualquier cosa que tengas.

- gracias por la lealtad, pero eso depende de cómo lo hagas el día de hoy, quizás pueda hacer más tratos contigo.

2

Entré al carro de nuevo y manejamos de nuevo rápidamente hasta llegar al edificio del tiempo, no era ni tan grande, ni tan pequeño según yo; dimos un par de vueltas alrededor de la cuadra, por si alguien nos ve llegar y para que no sospecharan, al final nos parqueamos detrás del edificio.

- listo, llegamos, ahora te toca, te esperaremos aquí con las puertas abiertas, si surge algo malo, entra rápido aquí y te sacaremos lo más rápido que podamos.

- listo, pero ¿Qué hago con las cámaras de seguridad? – el conductor se volteó y me miro, tenía una gorra, unos lentes negros y guantes rojos.

- no te preocupes, ya tenemos a alguien dentro, las cámaras no sirven, los guardias solo están viendo una grabación – yo abrí la puerta – por cierto, cuando toques esa puerta – el conductor señalo una puerta de metal – solo tienes que decir las palabras mágicas, martes de pudin – yo lo mire confundido.

- ¿Me estás tomando el pelo? – el conductor sonrió.

- no, es real, ahora ve allá y termina tu trabajo – yo salí del carro.

Camine mirando a mi alrededor, para ver si había alguien, alguien que nos vio y tenía curiosidad de quien era ese auto y que hace detrás del edificio, pero por suerte no fue así. Se acercó a la puerta y toco, no hubo respuesta del otro lado, el espero unos segundos, pero todavía no había respuesta, yo intenté abrir la puerta, pero estaba cerrada con seguro; volví a tocar, no podía hacer otra cosa.

- ¿Quién es? – dijo una voz algo grave.

- martes de pudin – me abrieron la puerta, salió un hombre con bigote y pelo largo.

- ¿Enserio Aiden te obligo a decir eso? – él se rio – podías simplemente haberme dicho que vienes a matar a alguien y te dejaba pasar – ese chico me dejo entrar y luego cerró la puerta con seguro.

- ¿Dónde está mi objetivo?

- segundo piso, puerta doscientos dos no te preocupes por nada, casi todo está vacío, no hay nadie, todos están en su casa, con sus familias – ambos empezamos a caminar.

- menos él.

- cierto, pero él no quería venir, quería quedarse en su casa, pero alguien lo llamo, dijo que alguien tenía información importante sobre su caso, que tenía que ir a su oficina.

- adivino que ahí entro yo.

- exactamente.

- entonces toco, dejo que abra la puerta y lo mate.

- no, sería imprudente, tienes que esperar por lo menos al cambio de guardia, en unos minutos va a ser y yo me quedaré solo, luego daré la noticia y nunca estuviste aquí.

- entiendo – él me puso una mano en mi hombro.

- no lo arruines, ten paciencia y buena suerte.

- ¿Gracias? – él me soltó y empezó a caminar al lado contrarió de mí – espera ¿Cómo sabre que es seguro matarlo? – él no se detuvo y siguió caminando.

- no lo sabrás, tendrás que adivinar – gracias pendejo por nada.

Yo subí unas escaleras hasta llegue al segundo piso, camine por unos pasillos hasta llegar a la oficina de mi objetivo, podía verlo ahí dentro, mirando algo, pero no sabría que decir que era, ya que el vidrio era borroso, apenas podía distinguir las figuras de lo que estaba adentro de la habitación; yo me acerqué y toque la puerta.

- pase por favor – yo abrí la puerta, vi un viejo, con arrugas, gafas, pelo blanco y un cigarrillo en la mano.

- hola – dije algo nervioso.

- con que eres tú el joven que me va dar la información – él guardo un papel en un cajón.

- ¿Qué era eso? – necesitaba ganar tiempo.

- ¿Esto? – él saco un dibujo.

- un dibujo de mi nieta, me lo acaba de hacer, tiene cinco años y me lo regalo por mi cumpleaños, me lo celebraran mañana, pero los cumplo hoy – pude ver el dibujo, era varias personas en el campo.

- qué bonito, tiene talento.

- sí – él volvió a guardar el dibujo – bueno, hablemos de negocios, me dijeron que tienes información valiosa.

- primero que nada, lo lamento por haberlo llamado así tan repentinamente – él viejo sonrió, una sonrisa dulce y tierna.

- no pasa nada, este es mi trabajo, así que no te preocupes.

- y otra cosa, puede que está información te ponga en peligro por publicarla, a mí y a ti.

- tú no te preocupes, tengo una muy buena protección de testigos y no te preocupes por mí, ese hombre no podrá hacer nada contra mí, todos sabrían que es él, además ya estoy viejo – él fumo un poco - ¿Quieres? – él tiró el humo por la boca lejos de mí, para que yo no respire el humo.

- no gracias no fumo.

- bien hecho – él se guardó el paquete del cigarrillo en su escritorio.

- lo que sucede es que se dónde paso el acto, el lugar exacto y lo más importante, tengo un video.

- ¿Lo tienes? – los ojos del viejito se iluminaron.

- ese es el problema, después de que supieran de que están haciendo un artículo de él, no han dejado entrar a la habitación, me está vigilando todo el tiempo, pero dentro está una cámara.

- interesante, voy a ver qué puedo hacer, así podríamos tener información de respaldo y eso vale más que cualquier palabra.

- también tengo algo interesante, por lo que he oído ha empezado a hacer tratos con un tal Pablo Escobar, al parecer lo va ayudar a hacer negocios en el extranjero.

- interesante, ese nombre se ha empezado a ser famoso por aquí, es alguien muy peligroso y si alguien como él lo ayuda, va a obtener mucho poder rápidamente, lo peor de todo sería que pudiera entrar en la política, sería nuestro fin.

- pero lo detendremos, en el caso hipotético de que se lanzara en la política – él viejo sonrió.

- claro que sí, lo detendremos – él se levantó, se veía que tenía problemas, ya que usaba un bastón para caminar – todo lo que se dice de él son puros rumores, se dice que vende droga, que vende armas, es alguien que quiere poder o que es un simple peón, pero cada vez ese nombre se vuelve más frecuente y eso es malo para el país.

- ¿Uste sabe qué hace él exactamente? – el viejito miro para la ventana.

- no lo sé, muchos especulan que es contrabandista, que se unió a personas importantes del bajo mundo, que es un peligro, pero pocos lo toman realmente enserio y creen que es un mito.

- ¿Qué piensa usted? – yo puse mi mano en mi arma.

- que es un hombre peligroso, alguien que poco a poco está ganando poder, haciendo amistades con gente desagradable, además algo que siempre me convence de que alguien es malo, es cuando hace tantos obras de caridad, como dice la gente que lo defiende, gente que no tenía techo y Pablo les construyo uno, mientras una persona sea más buena, más secretos tiene esa persona.

- está usando el carisma y la bondad para pasar desapercibido.

- puede que sí, pero ese hombre es extraño, tiene mucho dinero tan rápido, que no es normal.

- ¿Qué tal si ponemos un micrófono en la ropa de nuestro amigo en común y vemos que le podemos sacar? Podemos saber más de Pablo escobar y que acciones corruptas hace nuestro amigo.

- no es mala idea, pero es muy peligrosa, yo creo que primero consigamos el video, luego de eso, lo resguardamos y... - yo saqué mi pistola y le disparé en la cabeza, él cayó en el suelo.

- lo siento, son solo negocios – unas cuantas lagrimas salían de mis ojos – son solo negocios – le volví a disparar en la cabeza una sola vez.

Me acerqué a su escritorio y abrió todos sus cajones en busca de fotos o cosas que puedan inculpar a mi jefe. Encontré varias hojas y lápices, pero nada interesante, hasta que llegue al último cajón, donde estaba el dibujo, yo lo agarré y lo miré rápidamente, sentía un pequeño vació en mi corazón, se me vino un pensamiento rápido y era la noticia de todas esas personas, esperando a alguien que nunca regresara. Tire lejos el dibujo y seguí buscando, encontré una carta que tenía mucho texto y decía que solo lo abriera después del cumpleaños, yo lo agarré y me lo guarde en el pantalón, en el bolsillo derecho; seguí buscando y vi dos fotos de dos niñas chiquitas, yo las agarré, luego vi un pequeña hoja con un título llamativo, era el borrador de un periódico. Yo lo agarré y lo guardé en mi bolsillo izquierdo, con las fotos de las dos niñas y salí corriendo del lugar, abrí la puerta y luego la cerré, salí corriendo lo más rápido que pude, bajé las escaleras, casi me caí, por suerte pude evitarlo y no lo hice. Salí del edificio y salí rápidamente hacia el carro y entré.

- acelera, por favor – dije nervioso.

- veo que vienes tenso, pero te demoraste, significa que todo salió bien.

- ¡Solo acelera! – él miro la ventana.

- además no salió nadie, lo hiciste bien – él prendió el carro y empezó a manejar muy despacio hasta la casa de nuestro jefe.

3

Mientras el carro avanzaba, yo me calmaba, me sentía seguro, mi corazón volvía a la normalidad, latía más lento y no sentía que se iba a salir del pecho. Los temblores en mi mano se detuvieron, por un momento no pude disparar, no podía, la mano temblaba tanto que podía fallar el tiro, así que respire y aguanté el aíre y cuando mi mano se calmó, disparé. Llegamos a la casa de nuestro jefe, pero yo no me di cuenta, estaba sumergido en mis pensamientos y solo me di cuenta que llegamos cuando me abrieron la puerta para salir. Salí del auto y camine está entrar, había dos guardias en la entrada que me miraban fijamente, cuando llegaba a la puerta, ellos me abrieron y me guiaron hasta una habitación en el piso de arriba.

- aquí está, el hombre del momento – él sonrió – dime que lo conseguiste.

- sí, ya está hecho, lo maté y aquí están las pruebas – yo saqué la foto de las dos niñas y el borrador del periódico.

- interesante – él se río – creo que no estoy siendo tan sincero contigo, creo que te tengo que decir algo – yo lo mire confundido.

- ¿A qué te refieres?

- todo esto, es falso, yo llamé e informe al periodista, le di información falsa sobre un amigo político mío, él sabía de eso.

- ¿Qué? – estaba confundido.

- te explico, yo necesitaba saber si eras capaz de matar a alguien por mí, escuche de ti, pero desconfiaba, no sabía si eras capaz de matar a alguien inocente, así que cree mi propio escenario, les pague a unas chicas para que hablaran con él y le hicieran creer que un amigo mío que está en la política las violo.

- entonces ¿Lo maté por nada? – mi jefe sonrió.

- exactamente, no había necesidad de matarlo – él se río.

- ¿Todo esto fue innecesario? – él me miro a los ojos.

- no, me acabas de demostrar que eres leal, capaz de hacer lo que te propongas – él me puso una mano en mi hombro – y por eso te contrato, tú serás mi nuevo empleado – yo sonreí, pero me hervía la sangre, todo lo que hice, por nada – tú y yo haremos grandes cosas chico.

- espero que sí, pero sin mentiras, necesito confianza, no más mentira – pensaba en matarlo, pero eso era una estupidez, no podría salir vivo si lo hago.

- te lo prometo, a partir de ahora, soy sincero y quizás si haces un buen trabajo puedas subir de rango y ser mi mano derecha – espero no recurrir a eso.