Ojos que observan todo
El guardia toco la puerta, era hora de irnos. Rubén se quedó callado y sonrió, sabía que su tiempo se había acabado y que nos iríamos, aunque se veía necesario para él, estaba cansado de tanto hablar y había bostezado varias veces, su cuerpo necesitaba dormir.
- bueno chicos, nuestra hora del cuento se acabó, nos veremos mañana a la misma hora, no llegue tarde – él bostezo.
- obviamente no llegaré tarde, por qué no tengo nada mejor que hacer que escuchar su historias.
- yo creo que sí, por qué si tuvieras algo mejor que hacer, lo estuvieras haciendo, en vez de perder tú tiempo de escuchar a un viejo hablar – él volvió a bostezar – lo siento, cuando te envejeces, duermes más, o eso me pasa a mí, además la noche anterior dormí muy poco, necesito descansar.
- no pasa nada, nosotros nos vamos y volvemos mañana, para terminar su historia – yo sonreí, intentaba ser amable.
- gracias, de verdad gracias – él me devolvió la sonrisa – por cierto, me encanta tú camioneta blanca, está un poco vieja, pero se ve que aun arranca, yo tenía una de esas, era hermosa, una bestia total – yo me puse algo nervioso, no me gustaba que supiera como es mi carro, pero yo vi a la ventana y pensé que me había visto entrar y salir de mi carro.
- gracias, era de mi padre – yo miré a mis compañeros algo nervioso – un regalo para mí, es bastante hermosa y potente, una bestia, aunque con el tiempo empieza a tener problemas y es una tortura mantenerlos – el guardia volvió a golpear la puerta.
Los tres salimos de la habitación y caminamos por los pasillos, yo estaba algo nervioso y miraba a mi alrededor, tenía la sensación de que alguien me estaba vigilando. Luego de un tiempo, salimos de la cárcel y caminamos por el parqueadero que estaba afuera de la cárcel, yo miré hacía arriba y miré en las ventanas, pero noté algo curioso.
- no nos puede ver desde la ventana – mis dos compañeros se giraron confundidos.
- ¿Qué? – yo les señale las ventanas.
- he visto todas las ventanas y me he puesto a pensar en el recorrido que hemos hecho de salida y es imposible que nos vea desde su cuarto.
- y ¿Eso que tiene? – yo le iba a responder, pero Pablo se dio cuenta a lo que me refería y respondió primero.
- que es imposible que él sepa que Mario maneje una camioneta blanca.
- lo que significa que hay un topo – Walter miró a su alrededor.
- y alguien que nos está siguiendo, o por lo menos solo a mí, ya que no dijo nada de ustedes.
- pero esa no razón para confiarse, tenemos que tener cuidado, algo raro paso y no creo que él se quede simplemente viendo y hablando hasta llegar el día de su muerte, no, claro que no, él está planeando algo.
- ¿Algo como qué? – dije algo nervioso, no quería ser el centro de atención de ese supuesto plan, en el hipotético caso que esté haciendo un plan.
- no lo sé, pero nada bueno, sí te dijo eso a ti, es que tú eres su siguiente victima o una ficha clave para su plan, pero quien sabe que planea ese loco – mierda.
- lo que me faltaba, yo solo quería hablar con él, saber por qué hace todo esto, ahora resulta que soy una ficha en un juego o un plan retorcido.
- es una teoría – Walter intentaba tranquilizarme, pero no lo logró – puede que sea pura coincidencia.
- mejor vámonos y hablemos de esto con nuestra jefe, quizás nos dé un consejo o algo.
Todos entramos al coche de patrulla, aunque a mí me toco estar en la parte de atrás, no me molestaba, me podía acostar y dormirme, aunque la desventaja es que a mis compañeros se les ocurra la brillante idea de encerarme en el auto, cosa que ya han hecho varias veces y espero que no se les ocurra volverlo hacer. La mayoría de las veces me iba acostado, pero no pude dormir, a veces miraba para atrás a ver si alguien nos seguía, y por suerte, nadie lo hacía, la calle estaba vacía. Luego de unos treinta minutos, llegamos a la comisaría, esta vez nos demoramos más para ver si alguien nos seguía, pero por suerte, no fue así, las calles estaban vacías; todos salimos del auto y por suerte no me hicieron la broma de dejarme encerrado en el auto. Todos entramos a la comisaría y caminamos hacia la oficina de la jefe, tocamos la puerta y ella con toda la amabilidad nos dejó entrar.
- hola chicos ¿Cómo les fue? ¿Tienen noticias nuevas? – Pablo sacó la grabadora.
- aquí está la conversación, todo lo importante, obviamente paramos cuando estábamos comiendo o cuando iba al baño o mierdas así – la jefa sonrió.
- me podría dar un resumen – nosotros nos miramos, la verdad no queríamos hacerlo, no podríamos hacerlo.
- no creo, es largo y además no te contamos lo anterior, además un poco de la esencia de la historia se pierde en el resumen, yo creo que lo mejor es escuchar la historia completa.
- está bien, lo haré – ella agarró la grabadora.
- pero ¿Cómo grabaré las otras historias? – la jefe abrió un cajón y saco otra grabadora.
- toma, usa esto, esto te podrá ayudar, yo llevaré esto a la prensa.
- ¿Qué harás? – ella sonrió.
- ponerla al aíre, por si acaso, uno nunca sabe, sería interesante por lo menos – ella sonrió – tengo una amiga que nos puede ayudar en eso, así tendremos la atención de todos, además no pueden dar una bonificación para mejorar la comisaría.
- una pregunta jefe – ella me miró - ¿Conoces donde estudió él?
- ¿Te refieres a nuestro prisionero? Claro que sí, pero es información confidencial, y no podemos darle al público, pero podemos decirla entre nosotros, nadie lo descubrirá o lo escuchará.
- bueno, eso no me interesa, lo que me importa es saber sobre el chico que se cayó de la azotea – ella se quedó unos segundos en silencio.
- ya me acordé, una vez lo leí cuando era joven, estábamos buscando a alguien que nos pueda ayudar en su captura, pero no conseguimos a nadie, nadie quería hablar, pero sí, conozco ese chico, pensé que quería hablar con nosotros, pero descubrí que estaba muerto, no recuerdo bien la causa, creo que fue el accidente en la azotea.
- sí, eso fue, aunque no fue un accidente, él lo lanzó por la azotea por qué sí, literalmente – ella puso una cara de sorpresa.
- interesante, muy interesante.
- en la grabación está todo, pero lo que me interesa es saber dónde lo enterraron – mis dos compañeros me miraron confundidos.
- no lo sé la verdad donde fue, jamás lo visité, no me interesaba en ese momento, pero fácilmente los puedo conseguir.
- gracias – yo le sonreí a la jefe.
- bueno, pasando a cosas más relevantes, tenemos la pequeña teoría de que nos observan, de que se que él va intentar escaparse, cosa que no podemos dejar que pase, jamás.
- y ¿Por qué dicen eso?
- es algo que nosotros no nos dimos cuenta, fue Mario el que se dio cuenta y lo que paso fue que cuando nos íbamos a ir, él le dijo a nuestro compañero que le gusta su camioneta blanca y que el manejaba una de esas o algo así.
- bueno, pudo verlo por la ventana – eso fue lo que pensé para tranquilizarme, pero resultaba que no era verdad.
- bueno, no era así, por qué Mario analizó el recorrido y miró las ventanas que estaban viendo para el parqueadero y ninguna era la de nuestro prisionero especial.
- lo que significa que alguien de afuera le está pasando información, y ese alguien lo más posible es que esté dentro del cuerpo de la policía – Walter sonrió un poco.
- exactamente, tenemos un topo.
- ya veo, yo me encargo, no sé preocupen mucho, ustedes solo intenten sacar la información, yo me encargo del resto.
- ¿Qué haremos cuando encontremos al topo? Puede ser peligroso – la jefe me miró fijamente y luego miró a su ventana, por suerte las ventanas estaban abajo y no dejaba que los demás nos vieran.
- primero que nada, ustedes no harán nada, ni dirán nada, yo me encargo de todo, tanto la seguridad como encontrar al topo, y si por alguna razón ustedes lo encuentran, nos avisan, no lo vayan a asustar, necesitamos esa información.
- entendido, estar atentos a cualquier comportamiento extraño de nuestros compañeros – la jefe me sonrió.
- exactamente, y cuando ya lo tengamos, lo mandaremos a la cárcel y que nos cuente todo.
- gracias jefa – los tres salimos de su oficina.
- haber ¿Por qué le preguntas donde está el cementerio de Max? – yo miré a mi alrededor.
- tengo pesar por él, quiero darle el pésame por eso, darle una rosa a su tumba o algo así, además sí alguien le interesa esta tumba, será a Rubén, sí hay rosas o algo por el estilo, significa que a alguien le importa.
- no me parece correcto y quizás una pérdida del tiempo, pero haz lo que tú quieras – gracias Walter por ser tan compresivo.
- nos vemos mañana a la misma hora, no olviden la grabadora.
- jamás lo haré, si lo hago, pierdo el trabajo, literalmente.
- nos veremos, hasta la próxima.
Salí de la comisaría y me dirigí a mi camioneta blanca, abrí la puerta y entré al carro y lo prendí, pero cuando se encendieron las luces, vi a alguien a lo lejos, no lo pude distinguir bien quien era, pero era alguien, además no pude verlo por mucho tiempo, salió corriendo cuando yo encendí la luz, yo arranqué el carro y me manejé donde estaba él, pero ya lo había perdido. Yo rápidamente conduje hacia mi casa y en unos cuantos minutos llegue a mi casa, salí de mi camioneta y le eche seguro, miré a mi alrededor y no vi a nadie, por suerte. Agarré mi pistola y corrí rápidamente hacia mi casa, abrí la puerta y cerré la puerta con seguro, caminé lentamente mirando a mi alrededor con cuidado, tenía miedo de que alguien hubiera entrado a mi casa; entré a mi cama me acosté en ella, puse mi pistola aun lado, debajo de la almohada del otro lado y me hice el dormido, esperando a que alguien o algo hiciera ruido, hasta que me quedé dormido.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro