- adivino que ya sabe de qué se trata la historia.

. sí, el jefe eres tú, aunque ya sabemos el final.

- sí, pero bueno, para que te guste una historia no es necesario saber el final, cuando lees una historia de superhéroes sabes que el héroe siempre va a ganar, nunca sabes por qué, el protagonista siempre gana y todos van a su casa felices, pero aun sabiendo eso, te lees la historia, o la miras, o escuchas.

- pero esto es diferente, sabemos todo de esa historia.

- ¿Enserio? Y ¿Dónde están los cuerpos? ¿Alguien sabe? – Rubén sonrió – no, no, claro que no, no lo saben todo, no todo, hay personas que murieron en la oscuridad, personas que fueron mis pinceles para mi obra de arte, para todas mis obras de artes.

- ¿Qué obras de artes? – Walter estaba bastante tranquilo, lo que me sorprende.

- quizás ustedes no lo saben por su juventud, o sus padres lo prohibieron o se olvidaron de eso, pero hice ciertas obras de arte con mis prisioneres, ya que quería impactar en la gente, meter miedo, primero hice copias de obras famosas con esos cadáveres, como la última cena, a cristo crucificado, el grito y a David, todas parecidas, era algo difícil de hacer, pero joder que eran maravillosas, me demoraba un día para hacer eso, obviamente recibía mucha ayuda, no iba a poder yo solito.

- eres un monstruo.

- ¿Es tu mejor insulto? Es lo único que dices, ya lo sé, me lo dicen seguido, pero me vale mierdas, así de simple, yo estaba haciendo lo que me parece correcto de la mejor manera, no estaba bien, claro que no, pero era un daño y riesgo que teníamos que tomar, en mi casa me enseñaron que hay que mejorar este mundo y eso hago.

- pero lo que haces, lo haces mal.

- ¿Eso lo dices tú? ¿Ahora tu defines que está mal y que está bien? Te voy a decir algo muy simple, algo que me deja dormir por la noches, todos definen el bien y el mal de una manera diferente, ni yo, ni tú podemos decirle a la otra persona que está, todo el mundo es una mierda, todos somos una mierda para otros, todos somos unos héroes para otros, todo depende del punto de vista de la gente, y él único punto de vista que me importa es el mío.

- nunca supe de eso, y bueno, yo investigué toda tu vida.

- hay cosas que no se deben saber, jamás, deberían estar en la oscuridad, ya que yo soy el lobo, y las inocentes vidas del pueblo las gallinas, hay que evitar que el gallinero se alborote y cause problemas.

- ¿Siempre fuiste así de manipulador? – Rubén lo miro a los ojos callado – ya sé, probablemente ya me lo dijiste, pero ¿Eres así con tus amigos? ¿Manipulas a tus amigos? – Rubén sonrió.

- a veces, tengo un vicio en mentir, en obligar a la gente a hacer lo que yo quiera, a que todos tengan el control.

- ¿Qué te hace diferente a todo el resto de esa gente? ¿A los políticos que odias? – Rubén lo miro a los ojos, se quedó callado por unos segundos.

- yo los utilizo para un bien común, no únicamente un bien para mí y mis amigos, tampoco un bien comercial, yo quería un mundo mejor, además después de mi golpe, me jubilaría y dejaría que todos vivan su vida.

- yo creo que nos desviamos – yo estaba encantado en ver todo este show, una pelea entre ellos, se nota que se quieren matar por sus miradas – volvamos donde nos quedamos, a sus obras de arte.

- luego de hacer plagio con mis muertos, empecé a hacer mis propias obras con los cadáveres, algo simple y sencillo, esas obras siempre demostraban lo perverso que puedo ser, personas colgadas con sus intestinos o con los intestinos de os otros, mujeres apuñalando el corazón a un hombre o una mujer con una parte del corazón en la boca.

- ya me acorde de eso – todos me miraron – yo conseguí una foto de algo parecido de hace mucho tiempo, eran cinco personas apuñalando a un hombre sin cabeza, o eso es lo que parecía en la foto.

- puede que sí, hice demasiadas cosas de esa, no me voy a acordar de todas, puede que sí.

- ¿A cuántas personas mataste? – Rubén sonrió.

- te puedo dar una aproximación, pero no es muy justo, la verdad mentí, no tengo ni idea, pero no son tantas como dicen, creo, es normal meter más mierda a la gente que es enemiga de la sociedad, alguien desapareció, es culpa de este, alguien murió, es culpa de este otro, pero la mayoría de las veces son mentiras.

- ¿Entonces no mataste a tantas gentes? Eres un santo – se sentía cierta tensión, más de lo normal.

- no, claro que no, yo no soy un santo, pero quiero que todos se lleven su culpa, ni una más, ni una menos, yo cargo por mis muertos, pero no por más.

- seguro, como te acuerdas de toda la gente que mataste.

- no, claro que no, pero recuerdo las persona que no mate, es extraño, pero recuerdo esas calumnias, además encontraron el cuerpo cerca de la carretera, discúlpenme, pero todas las personas que yo mataba las enterraba horadamente en un lugar asignado, si ese lugar se llenaba, los enterraban en casas que construía y esa casa pasaba a ser el nuevo cementerio, la casa era mía y a veces dormía ahí, simplemente para utilizarla.

- ¿No te daba miedo de que sus almas en pena decidieran quedarse en esa casa para atormentarte? – Pablo parecía hacer la pregunta enserio, parecía creer de verdad en los fantasmas y eso me hizo soltar una sonrisa.

- no creo en estas cosas, además si alguien decide quedarse en una casa a joder alguien que lo mato en vez de ir al cielo, un lugar donde tendrás de todo lo que quieras, no creo que haya ese tipo de gente, no existe esa gente tan estúpida, yo creo que eso sería una prueba de Dios para ser recogido, como la última prueba que lo define todo, te puedes vengar quedándote acá o sueltas todas tus penas y vienes conmigo a un lugar mejor.

- que poético, aunque supongo que jamás te arrepentiste de las muertes que causaste.

- no, para nada.

- ¿Ni siquiera un poco?

- no, ni siquiera un poco, yo sabía que era para un lugar mejor, para algo mejor, son como huevos que se rompen para conseguir su yema, no me importaba el cuerpo, me importaba el interior, el mensaje que quería dar.

- pero un huevo no siente.

- no hasta donde sepamos – Rubén sonrió.

- un huevo no piensa, un huevo no puede especial, no puede cambiar el mundo.

- y ¿Tú crees que puedes cambiar el mundo? Te voy a decir algo, tú no eres especial, nadie lo es, no podemos cambiar el mundo, para cambiar el mundo necesitas tener un impacto, no puedes ser tu solo, nadie es tan especial en eso.

- pero eso no es a lo que me refiero.

- lo sé, lo que tú dices es que esa persona es un inocente que no me hizo nada, pero yo no lo veo así, es simple, son herramientas para mí, algo que se utilizan para mejorar, no importaba si mataba a doscientas personas, si cuatro millones vivían un mundo mejor, una utopía.

- las utopía son imposibles.

- lastimosamente, sí, por gente idiota, manipuladora, escoria, nunca avanzamos.

- pero, si no funcionaba ¿Por qué lo intentabas? – era una pregunta que se me ocurrió rápidamente y me hizo pensar un momento, no la podía responder yo.

- bueno, me gustaba hacer lo que hacía, si disfruto lo que hago y es para un mundo mejor, claro que lo haré, incluso si es gratis, me encantaba sentirme superior a los demás, estar en control de la vida de los demás, me sentía superior cuando me suplicaban por su vida o por la de los demás, era simplemente hermoso.

- estás demente.

- sí, lo estoy, pero aprendía a vivir con ello, me volví alguien importante, para ustedes, que importa cuando uno muere.

- nada, pues no sentirás nada, nada importa después de la muerte, dejas de existir – vaya respuesta tan deprimente.

- es verdad, eso ya no importa, pero que es importante después de eso ¿Dónde te entierran? ¿Cómo te entierran?

- no, nada de eso importa, de hecho, creo que estás quemando el tiempo.

- solo soy alguien que quiere hablar, que normalmente está solo y quiere cumplir dos misiones, aunque una ya no se puede una de ellas.

- ¿Y cuáles son? – estaba curioso, quería saber.

- la primera era muy obvio, bastante obvio, era cambiar el mundo, a mi manera, cosa que ya no puedo, y la segunda es ser recordado, pero lo que hice, por qué lo hice, y ahí entran ustedes, para que se sepa la verdad de todo esto, ya que sí o sí me van a recordar, pero ustedes deciden como me recuerdan, y sé que ustedes quieren la verdad, ya sea por fama, por honor, por hacer lo correcto o por órdenes, ya que es su trabajo.