Ella es mía
1
Luego de matar a un inocente por órdenes de mi jefe, me fui a mi casa, a descansar, pero no puede, no podía, me temblaban las manos y por alguna extraña razón no podía dejar de pensar en su familia, en realidad me estaba afectando, todos en el funeral, llorando y todo lo que hacen en el funeral, el pésame y todo eso, me sentía culpable, entonces para olvidar eso fui donde mi amiga de sentimientos, básicamente lo que llaman amigos con derechos, ella siempre me quiso desde pequeños, pero yo no le prestaba atención, no hasta que tuve una idea, ella estaba perdida en mí, la podía utilizar a mi manera, era la mejor, además cogía bastante bien, y eso me iba a entretener un rato. Yo agarré mi teléfono y le marqué, no me contesto, cosa bastante rara, no era tan tarde para que no me contestara, no estaba durmiendo. No quería pensar sobre lo que hice y no podía hacer nada que solo eso, tenía mil ideas sobre mi cabeza y todo era lo que hice, ha sido la única muerte que me arrepiento de verdad, él no representaba ningún peligro para mí. Entonces para no pensar en eso, empecé a caminar por la calle con una navaja en mi bolsillo hacia la casa de mi hermosa chica, no era mi novia, pero era mía; en el camino me encontré a varias personas que viven en la calle, un par de ratas caminando por las calles y metiéndose en arbustos muy pequeños y unos hombres molestando a una chica, haciendo cosas indebidas, yo no los moleste, eran cinco y yo uno, además no sabía quién era esa chica, no me iba a arriesgar por alguien que no conocía, así que seguí caminando hasta llegar a su casa. Yo toqué la puerta, estaba curioso por ella, quería saber que estaba haciendo; esperé unos segundos, pero no me abrieron, volví a tocar, pero estaba vez más fuerte, lastimosamente nadie me abrió. Yo miré por la ventana y la vi conversando con un hombre, tenían una botella de vino en la mano, estaban riendo, hablando de algo, pero yo no los escuchaba, me sentía celoso, pero solo por qué ella es mía, y solo mía, ella era la única persona que podía confiar de verdad y nadie ni nada me va a quitar eso, menos un hombre tonto como él, así que necesitaba recuperarla. Yo toqué la puerta algo fuerte, no tanto para parecer desesperado, pero lo suficiente para que lo notaran; esperé unos segundos y por fin me abrieron, me abrió mi hermosa chica, ella sonrió cuando me abrió y yo la abracé.
- ¿Qué haces aquí?
- ¿Acaso no puedo visitar a mi amiga? – ella me abrazó más fuerte – tengo que decirte algo – yo abrí los ojos y vi que ese hombre estaba ahí mirándonos, yo lo miré con odio.
- claro, pero espera que estoy con un amigo – ella se separó y yo cambie mi cara de odio.
- eso veo, entonces nos vemos después.
- no, no tranquilos, yo ya me tengo que ir, que se quede tú amigo – ella se giró y la miró.
- ¿Enserio? ¿A estás horas solo? – yo estaba enojándome un poco, quería que se fuera, pero por suerte no paso eso.
- sí, tengo que irme ya, además tú amigo va a irse más tarde, mucho más tarde, así que no te preocupes.
- es que él es fuerte y sabe pelear, le ganaría a cualquiera en una pelea, pero tú, eres tú, no eres capaz de pegarle a nadie, no creo que tengas muchas forma de sobrevivir de noche.
- tengo mis trucos.
- tengo una idea – ella me volteó a mirarme - ¿Podrías acompañarlo? – mi primer pensamiento era decir no, pero se me ocurrió algo mejor, una mejor idea.
- pues no me molesta la verdad, yo podría ayudar – yo sonreí y lo miré directamente a los ojos – ya eso depende de tu amigo.
- pues, quizás solo un poco de compañía no me quejaría, digo que sí, pero no todo el recorrido hasta cierta parte.
- claro, por mí no hay problema.
- gracias, eres el mejor – ella me abrazó y yo obviamente le correspondí, lo mejor de todo esto es que había olvidado lo que hice ese día, había evadido mi culpa, era sorprendente.
- no es nada, me gusta ayudar a mis amigos – ella me miró y sonrió.
- bueno, cuídense, ambos.
2
Ambos nos salimos de la casa de mi amiga y empezamos a caminar por las calles de la ciudad. Yo tenía las manos en mi bolsillos, preparado por cualquier cosa, y ese supuesto amigo de ella estaba nervioso, se le notaba, no sé si era por mi presencia o le daba miedo la calle, quizás ambas cosas, pero no soy en experto en eso; nadie decía nada, yo estaba enojado y no quería hablar con él, quería pegarle un puño, pero me aguante las ganas y caminamos tranquilamente. Él tampoco abrió su boca, pero no le tomé mucha importancia, yo solo quería que se alejará de ella lo antes posible. Todo iba bien hasta que él decidido abrir la boca y hablarme.
- oye, siento que hay fricción entre nosotros – era un maldito genio, no sé cómo lo sabía, pero lo sabía.
- ¿Qué? ¿Yo por qué estaría enojado contigo? – yo lo había dicho sarcásticamente y luego reí nervioso, obviamente se dio cuenta que era mentira.
- no estoy seguro, pero posiblemente sea por qué amas a mi amiga – yo me reí – pero tranquila, solo somos amigos y ni si quiera me gusta, no es tan bonita como para estar en una relación, solo somos amigos y te prometo que jamás la voy a querer, es demasiado fea para mí – eso me había enojado un poco, solo un poco, ella es mía y eso lo hace hermosa.
- no lo vuelvas a decir – le volví a pegar en la cara – no vuelvas a decirle eso – yo lo tiré al suelo.
- entendí – él se limpió un poco la nariz ya que estaba sangrando – sí que estás loco por ella.
- bueno, a veces un hombre necesita a alguien para confiar, alguien que pueda confiar.
- tranquilo chico, toda tuya, solo es mi amiga, no es necesario pelear – yo lo ayude a levantarse – gracias – él me pego un puño en la cara.
- ¡Qué mierda! – yo me alejé un poco hacia atrás – pensé que estábamos todo bien.
- ¿Qué? Pues no, me acabas de pegar, ni sé quién eres, te entiendo, pero tengo que ponerte en tu lugar – él me intentó pegar, pero yo lo esquive.
- vaya, eres veloz, entonces, quieres una pelea, si lo quieres, eso tendremos.
Él me intentó pegar un puño en la cara, pero yo le esquivé y le pegue en el estómago, él me lanzo varios golpes rápidos, pero no eran problema para mí, yo los alcancé a esquivar todos, me estaba confiando a ser verdad, se iba a cansar rápidamente. Pero él me golpeó en la pierna con su pierna y caí al suelo; luego intentó golpearme en el suelo con su puño, pero yo lo esquivé y él resultó golpeando el suelo, yo aproveché y le pegué una patada en la cara, lo que hizo caerse. Ambos nos levantamos rápidamente y nos miramos con odio, pero nadie lanzaba el primer puño, nos quedamos unos segundos mirándonos fijamente. Yo iba a lanzar un golpe directo a la cara, pero se escuchó unas sirenas de las policía, ambos miramos a los lados, ambos asustados.
- ¡Mierda! – ese chico me miro a los ojos – corre.
Ambos corrimos, corrimos juntos rápidamente con miedo, hasta que dejamos de escuchar la sirena y nos escondimos detrás de un carro, esperando a que pasara el auto, pero eso nunca paso, ya que no se volvió a escuchar las sirenas, aun así, esperamos, en silencio, mirando a nuestro alrededor, nerviosos, el parecía asustado, yo solo estaba intranquilo, no quería tener que pagarles a ellos para que me dejen en paz.
- creo que no van a venir – yo lo miré, luego miré a mi alrededor, estaba todo en silencio.
- tienes toda la razón, no creo que vengan por aquí, creo que podemos estar más tranquilo – yo deje de ocultarme.
- está bien, pero si los escucho, me esconderé dentro de una caneca de basura – él camino y quedó detrás de mí.
- no necesitaba esa información, pero gracias – yo lo volteé a mirar - ¿Por qué corriste de la policía? Yo también lo hice, pero tú estás al punto del paro cardiaco.
- pues... - él miro alrededor y se acercó a mi oído – tengo una pistola – él se quedó callado, yo esperé otra cosa, pero al parecer era solo eso.
- ¿Solo eso? ¿Tienes un arma? ¿Sabes que si le pagas podrías no tener problemas? O en el peor de los casos lo matas con tú pistola, además no es para tanto.
- primero ¿Qué? No puedo matarlos, son simple personas que están haciendo su trabajo, segundo, no tengo permiso para tener eso.
- ¿Crees que alguien hace caso en eso? El billete es tú mejor amigo en estos casos, aunque puede salir caro.
- ni me lo digas.
- seguramente tienes una arma pequeña – él sonrió un poco.
- ojalá – él saco dentro del pantalón una maldita magnum.
- ¡¿Qué mierdas?! ¡¿Por qué?! – él se río.
- y es exótica, si un policía me lo ve, tendré que pagarle una buena plata para que no me la quite, plata que yo no tengo, me la quitará y si tengo suerte no me mete en la casa.
- esa cosa es hermosa, y muy poderosa ¿Seguro que sabes usarlo? – él sonrió.
- claro que sí, soy el mejor con está belleza.
- bueno, te voy a creer, se nota como la coges, tienes un poco de experiencia.
- es verdad – él se guardó su arma – y ¿Tú? ¿Por qué corriste? Ya sabes por qué yo corrí, pero ¿Tú qué hiciste? – yo me puse la mano detrás de mi cabeza.
- digamos que sí te lo digo no me creerías – yo reí nervioso – además si te lo digo, te tendría que matar.
- creo que ya no quiero saber – él dio unos pasos hacia atrás alejándose de mí.
- tranquilo, no te lastimaré – él me vio a los ojos – o no lo suficiente para matarte.
- igualmente voy a tener mi distancia de ti – yo reí.
- no te preocupes, se nota que sabes pelear, te sabes defender, además siempre estás listo con un arma.
- ¿Gracias? – él miro para atrás.
- bueno, creo que ya terminamos ¿Aun quieres que te lleve hacia su casa? Por mí no hay problema.
- no gracias, creo que estoy más seguro si voy yo solo.
- bueno cuídate.
Ambos nos fuimos por caminos diferentes, quizás no saben, pero el se convirtió en mi socio, un buen amigo, así fue como nos conocimos, él era un buen peleador y decía la verdad, tenía buena puntería, cosa que pude confirmar unos días después.
3
Camine por la calle, algunas personas me miraban desde la oscuridad, se intentaban ocultar, pero yo tenía una buena vista y podía verlos en la oscuridad. Al final pude llegar a la casa de mi amiga sin ningún problema, pensé esa noche que alguien iba a apuñalarme, por suerte no tuve que matar a nadie. Yo toqué la puerta y esperé unos segundos que me abriera.
- volviste – yo entré a su casa.
- claro que sí ¿Dónde más iría? Además, te prometí que iba a volver y yo siempre cumplo lo que prometo.
- me alegro – ella me abrazo y yo correspondí – por cierto, tengo un vino que me dio mi amigo ¿Quieres un poco?
Ya saben lo que paso, nos tomamos un par de tragos, empezamos a reír y hablar sobre cosas y luego tuvimos sexo, no voy a contar lo que hicimos, ya que todos sabemos que hicimos, no hicimos nada revolucionario como algunas personas hacen, yo fui por lo de siempre y disfrutamos, tenía un cuerpo hermoso, el más hermoso que vi. Luego de ese acto ella durmió, yo aun me quedé despierto, la miraba de la cara y pensaba, quizás podía estar con una relación con ella, un hombre necesita amor para vivir, necesita tener alguien siempre a su lado y formar una familia, eso representaba ser hombre, o lo era en esa época y eso fue lo que hice, ya lo saben; pero hay pensamiento horrible, estaba entre la espada y la pared, empecé a meterme en un mundo oscuro, muy oscuro y sabía que no podía escapar, ya que mi jefe me iba obligar a seguir trabajando con él, si pudo matar a un viejo simplemente para ver si era capaz de matar ¿Qué haría si alguien lo amenazaba? No podía ir en su contra, la única manera era matarlo. Ese mismo día antes de ir donde ella había investigado, era un buen hombre, o eso decían la mayoría de la gente, pero si buscaba más, podías ver que no era todo lo que parece, era acusados por temas delicados, que era un violador, asesino, controlador y muchas cosas más, eran cosas que podían no ser cierta, pero yo lo vi, de lo que era capaz y posiblemente todas esas acusaciones eran verdad. Esa noche se me ocurrió varias cosas, pero eran ideas estúpidas o eran ideas que podrían pasar, entonces se me ocurrió matarlo, pero ¿Cómo podría hacerlo? Sabía que iba a ser difícil, además necesitaba amigos o una buena ruta de escape cuando pasara eso, llevándome a todas las personas que quiero conmigo, a un lugar mejor, cosas que no tengo, pero el destino tenía que otros planes para mí, planes que me iban a iluminar mi vida.
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