El demonio en la tierra
1
Él día siguiente yo me vestí y me fui, mi hermosa amiga me despidió de mí con un beso en los labios, me invitó a comer un huevito con salchichas, yo le dije que no y me fui de su casa, agradeciéndola por la noche que tuvimos. Camine por las calles de Colombia, la verdad es que se veía bastante bien mi hermoso país, no era lo mejor del mundo, pero la quería, era especial, además se podía encontrar de todo, personas de diferentes colores, personas con diferentes status económicos, era hermoso, extraño hacer esas caminadas por la calles de Colombia. Llegué a mi casa y cuando abrí la puerta de mi casa, vi que había una carta en el suelo, yo la recogí y la abrí y la empecé a leer. La carta decía que me necesitaba a las tres de la tarde, con un traje formal y con mi mejor cara, alguien importante iba a hacer negocios con nosotros y me pedía que no lo arruinaba y que luego de leerla, la quemara. Yo la agarré y me fui al baño, no iba a quemarla, sería muy sospechoso además me comería ese humo y en ese momento no me agradaba inhalar humo, así que hice lo más sensato, la moje hasta que se destruyó, se desmorono y yo me la tiré por la tubería del lavamanos. Abrí mi armario y mire mi ropa, al final saque la mejor ropa que tenía, un smoking que originalmente era de mi tío. Eran apenas las ocho de las mañana, tenía mucho tiempo libre, entonces aproveché para lavar un poco mi ropa que me iba a poner, la limpié la mano y la puse al sol para que se quedara en una cuerda que estaba en el patio, ambos estaban unidas entre un árbol que había ahí y la casa, perfecto para poner las cosas a secarse. Mientras se secaba fui al televisor y lo encendí, en ese tiempo mi televisor no tenía color y solo tenía como tres o cuatro canales, mi favorito era el que daban el chapulín colorado, me encantaba, pero nunca supe por qué se llamaba chapulín colorado, ya que mi televisor no tenía color, todo era en blanco y negro. Mientras lo veía saque una pistola y empecé a jugar con ella, obviamente le saqué el cargador y la bala que estaba en la recamara de la pistola, no quería que pasara algún accidente; apuntaba todo a mi alrededor y apretaba el gatillo, incluso la lanzaba al aíre y la agarraba, apuntaba al televisor y apretaba el gatillo, algo bastante divertido. Cuando me cansé de hacer eso, se me ocurrió hacer algo más, agarré un gnomo de jardín y lo puse en el patio, agarré varios cuchillos y los empecé a lanzar, mi tío una vez me enseñó a cómo tirarlos, lo agarraba de la punta filosa y los lanzaba con todas mis fuerzas, obviamente de pequeño no hice nada, no tenía la suficiente fuerza para pegarle al objetivo, ahora soy más fuerte. Igualmente, jamás pude darle al gnomo, siempre le fallaba y muy pocos cuchillos se quedaban clavados en el suelo. Luego de un tiempo me aburrí, entonces se me ocurrió algo. Agarré una foto de mi jefe y la colgué en el árbol de mi patio con ayuda de un alfiler y le empecé a lanzar los cuchillo, jamás le di a la foto, pero me divertía haciéndolo, además la mayoría de los cuchillos se quedaban clavado en el árbol. Deje de hacer eso y guarde todo en sus respectivos lugares. Eran la una de la tarde, hora de comer, saqué algunos alimentos de mi nevera y empecé a cocinar, hasta que sonó la puerta, alguien estaba tocando mi puerta. Yo me acerqué y abrí un poco la puerta para ver de quien era.
- hola guapa.
- hola guapo ¿Cómo amaneciste? – yo no pude evitar sonreír.
- sabes que bien, ya me hiciste la pregunta está mañana.
- ¿Enserio? – yo le abrí la puerta.
- pasa, pasa y hablemos – pero ella no paso.
- lo siento, no puedo, voy a hacer un mi trabajo.
- vaya ¿Trabajas? – mi primera idea era que iba a ser cocinera, niñera o algún trabajo sexual.
- sí, digamos que soy bibliotecaria – eso no me lo esperaba – pusieron una muy pequeña y escondida, pero es bastante bonita y silenciosa.
- que bien, quizás te visite y te vea ahí trabajando – yo me acerqué y le acaricie la mejilla – y quien sabe, quizás podamos hacer algo – ella se puso nerviosa.
- quizás – yo la bese, no sé por qué, la verdad es que ver esos labios tan arreglados me dieron ganas de besarlos, tan rojos, tan perfectos.
- quizás – yo sonreí – nos vemos – ella solo movía la mano despidiéndote, no podía hablar, a veces actúa como una adolescente.
Yo cerré la puerta, luego ella se fue, lo sé por el sonido que hacían sus pisadas al caminar lejos de aquí. Luego de unos minutos hice mi comida y comí, me fui al baño y me bañe con agua fría, por suerte era un día algo caliente y no me quejaba, me gustaba más el frio que el calor, aunque siempre busco una manera de mantener esto balanceado. Salí del baño con una toalla y fui por mi Smoking en el patio y lo dejé en mi cama, saqué los calzoncillos y medías, me vestí en un par de minutos, yo solo tenía dos pares de zapatos, lo que uso casi siempre y los que son especiales, unos negros hermosos que combina bastante bien con mi traje. Luego me fui al baño y me peiné, era difícil decidir como peinarme, ya que nunca le tomé importancia, pero algo me dice que, si llego mal presentado, me termino debajo de un río o cortado en pedacitos y metido en bolsa negras por la calle.
2
Salí de mi casa a las dos de la tarde, caminé hasta llegar a su casa, solo me demoré cuarenta y cinco minutos, aun me faltaba quince minutos, pero no toqué la puerta, me mantuve lejos observando, hasta que pasaran diez minutos, es una técnica que mi tío me enseño, en algo importante siempre debes llegar cinco minutos antes, no antes, ni después, es un balance perfecto. Pasaron diez minutos, ningún carro entró o salió, supuse que ya estaban adentro y me estaban esperando. Caminé y toqué el timbre a la mansión que tenía mi jefe, me abrieron la puerta y me pidieron acompañarlos, sin hacer ruido.
- lo que yo pido es simplemente información y tú conseguirás lo que quieras, ya sabes, las cosas están difíciles – esa voz venía de una habitación a lo lejos, pero podía escucharla a la perfección.
- puede que tengas razón, pero no necesito su ayuda.
- si no la necesitas ¿Por qué me dejaste entrar a tu casa? – yo entré al cuarto y vi a un señor de bigote con un sombrero típico en esa época – yo lo único que quiero es entrar a la política – ese hombre daba miedo, tenía una voz potente y tranquila, había siete guardaespaldas a su alrededor, aunque no creo que sea por su parte, creo que están cerca de él si intenta hacer una locura.
- un hombre como usted no podrá entrar.
- ¿No? ¿Por qué no? Si usted llego, no sé por qué yo no pude llega.
- usted sabe muy bien por qué no puede Pablo, ambos sabemos lo que haces.
- no lo sabes, crees que soy alguien malo, que soy un monstruo, pero eso es lo más alejado de la realidad – yo me estremecí al escuchar ese nombre, me tardé en reconocerlo, pero al final lo hice – lo único que te pido es un poco de información, quiero saber cómo llegar a ser político.
- no crees que te diré nada – Pablo lo miró a los ojos.
- usted sabe muy bien que soy un hombre responsable, vine de la pobreza, mi familia apenas podía tener las tres comidas diarias, entiendo la gente de este país, a los pobres, vine de allí, adivino que usted siempre tuvo estas riquezas y no sabe que es ser pobre, no entiende a la gente de este país, solo entiende a los ricos y no sabe lo que es sufrir.
- ¿Cómo conseguiste todo este dinero? Yo no hago trato con criminales.
- yo no soy un criminal, soy inocente y todo lo que dicen son mentiras, además mientes, cuando uno es unido a la gente uno escuchas cosas, cosas interesantes, quizás falsas o verdaderas, he escuchado muchas cosas de ti, cosas malas – mi jefe se pareció molestarse – ahora, solo es un trato, un empujón pequeño, tú me ayudas con ese tema y yo te ayudo en otros temas, se que no te cae nada bien ese galán con sus ideas, la gente lo quiere mucho, se nota y eso te pone los pelos de punta, pero qué tal si tú me ayudas a entrar a la política y yo me encargo de asegurar tu puesto, ambos somos hombres de negocios, somos buenas personas y nos preocupamos por el país.
- ¿Qué le vas a hacer a Galán?
- nada, solo voy a evitar que lo saqué a usted o alguno de sus amigos, no lo sacaré de la política, a mí no me cae mal, pero soy hombre de negocios y lo único que importa es la otra persona que hace negocios conmigo.
- si quieres entrar a este trabajo necesitas dos cosas, la primera es ayuda política, eso yo te lo puedo brindar muy fácil, lo segundo es mucho dinero, ya sea por comprar casas a pobres o mejorar su forma de vivir, o usando ese dinero para convencer a la gente que voten por ti, pero hay que tener mucho dinero.
- tu por el dinero, ya que Pablo Escobar Gaviria sabe cómo conseguirlo de una manera honesta, usted solo preocúpese por lo que piensan sus amigos de mí.
- adivino que quiere que desmienta todo lo que dice la muerte de usted.
- no hay necesidad, yo no hago nada malo, soy un hombre honrado como usted, no necesita faltarme el respeto con mentiras que llena los periodistas para poder comer, son pura mala fama de mí, envidiosos por lo que yo puedo hacer, por poder conseguir dinero con mis propias manos.
- anotado, usted relájese y yo me encargo de todo, solo haz cosas buenas.
- bueno, fue un gusto de hacer negocios con usted – Pablo se levantó de su mesa.
- espere, aún tengo una cosa que hablar, le tengo una sorpresa – en ese momento sentí como mi corazón se detuvo – vengo a ofrecerte a esta persona para usted – Pablo me miró – es bueno en puntería y no duda en matar, es muy fiel.
- ¿Eso es verdad chico? – yo estaba nervioso, demasiado.
- sí, él dice la verdad – él noto que yo estaba nervioso.
- está bien ¿Cuánto me valdría? – yo quería decir algo, pero alguien por detrás me puso la mano en el hombro, sabía que si decía algo iba a morir.
- nada, así de simple, es un regalo por nuestros negocios.
- supongo que es novato y que no te importa, nadie vende a alguien importante así de rápido.
- si es nuevo, pero sé que es bueno haciendo lo que hace, es bueno apuntando y disparando, yo tengo muchos como ellos, además creo que tú le sacarías más provecho que yo.
- yo veré si me sirve, pero se lo puedo devolver, en el caso que no me guste.
3
Pablo se levantó y yo estuve obligado a seguirlo, detrás de mí había varios guardias, sentía miedo, mucho miedo para ser sincero, pero no podía hacer nada. Al final tuve que entrar a su carro, él se hizo a mi lado, él tenía su propio chofer, me quería matar en ese preciso momento, su simple presencia me incomodaba.
- que me podrías contar de ti.
- nada especial, supongo – quería evitar habar con él.
- ¿Sabes que es lo que yo hago? – yo mire a la ventana del auto, no quería verlo.
- droga, supongo.
- no, yo no hago eso, soy un hombre honorable y yo no cocino esa cosa, mucho menos la consumo, que hombre sería si lo hago, yo soy un hombre de negocios, yo vendo cocaína a los estados unidos, a Colombia, a políticos, a personas importantes, soy un hombre de negocios.
- muchos dicen que usted ha planeado asesinatos a varias personas, que ha violado a muchachas de quince años, que destripa a la gente, le saca los órganos y lo vende, que es un demonio en la tierra.
- son puras mentiras, Pablo Escobar Gaviria es un hombre incapaz de hacer cosas tan desagradables como dicen, yo soy un colombiano ejemplar, lo único que hago es negociar, las muerte que se han dado por mi nombre son por personas que intentaron lastimarme, y mis amigos me defendieron, para que no saliera herido, ya que no sé pelear, soy un simple hombre de negocios – no le creí en ese momento, obviamente mentía, pero no podía decir la contraria a él - ¿Dónde leíste o escuchaste esas mentiras? – yo trague con fuerza.
- por ahí, escuché que eras alguien ambicioso, alguien que es capaz de hacer todo lo que esté a su mano para conseguir lo que quiere, ya sea dinero, mujeres o cosas así.
- te voy a explicar algo, tengo una linda esposa y un hijo, el hombre tiene un papel importante en la familia, ya sea cómo padre o simplemente cómo esposo, uno debe mantener a las personas que le importa, con dinero y apoyo moral, tú eres el pilar de la familia, no puedes serle infiel, eso destruiría el débil corazón de tú mujer y si es algo malo que yo quiera mantener hasta mi muerte las personas que me importan, entonces soy culpable, pero solo hago lo correcto – yo lo miré.
- ¿Tú crees que en el cielo hay alguien superior a nosotros? ¿Un Dios? – él me miró.
- claro que sí, Dios hizo este mundo y las personas a su imagen, está la parte fuerte de Dios, las que se hicieron para tomar las riendas de su vida y controlar a los demás a su antojo, y luego están los que tienen el corazón de él, gente dulce, amable, capaz de arreglar este mundo con su amor, hizo un perfecto balance para qué uno pueda controlar el mundo y el otro lo reparé, ambos importantes para poder vivir y yo no creo que haya un infierno, ya que Dios ve todo, sabe lo que haremos antes de que lo hagamos, solo cumplimos un papel en su plan para hacer un mundo mejor – me parecía tener lógica, algo que en ese momento me parecía muy inteligente, pero creo que tenía más miedo y me obligue a creer que él era alguien razonable e inteligente.
- supongo que tienes razón.
- adivino que ya estás acostumbrado a recibir órdenes – yo lo miré confundido, la verdad lo tomé muy personal – no te lo tomes a mal, lo que pasa es que se nota que tu no encajas ahí, ya que todos las otros guardias tenían una posición diferente, por así decirlo, todos estaban parados iguales, no se les podía ver miedo en sus ojos, aunque tenían miedo, no lo mostraban, pero tú, tú eras diferente, temblando, en una posición irregular a los demás, y lo más claro de todo, llegaste tarde.
- me habían dicho que era a las tres de la tarde, yo a esa hora llegue.
- es verdad, pero me gusta sorprender a la gente, así que llegue medía hora antes, igualmente me atendieron y hablamos por unos minutos, luego llegaste tú, todo confundido, todo diferente, tú eras diferente y no solo como regalo, para algo más.
- quieres saber en que trabajaba – ya sabía por dónde iba los tiros.
- exactamente.
- digamos que era encargado de matar personas que mi jefe quiera, así de simple – Pablo sonrió.
- vaya hombre tan asqueroso, tan doble cara, pero necesitaba hacer negocios con él, aunque sea con mentiras, lo necesito para entrar a la política – Pablo miro hacia la ventana – pronto te enseñare mis amigos.
- otra pregunta, tú que piensas que las mujeres trabajen – tenía que conocerlo, para saber que tipos de comentarios hacer a su lado.
- dato curioso, una de las personas que me unió a este trabajo es mujer, sé que el papel de un hombre es cargar con él peso de todo, deudas, trabajo, mantener ahí entra la mujer, ya sea con su rica comida, cariño, arreglando la casa, lavando tu ropa, planchando, eso ayuda y te da ánimos para seguir, ese es el papel de la mujer en la familia, pero la mujer puede buscar algo más, salir del papel de mujer y hacer lo que un hombre hace y sabes, me gusta, es algo interesante, aunque es raro, las mujeres se hicieron con un pedazo de un hombre, eso significa dos cosas, que la mayoría de las veces una mujer va a ser una parte del hombre, incapaz de hacer lo que un hombre hace, por eso Dios le dio otros dotes, pero, a veces puede hacer un trabajo de un hombre, ya que aún tienen nuestra esencia y algunas pocas tienen ese don.
- vaya... - yo no dije nada, no sabía que decir -... eso es interesante.
- bueno, basta de hablar de mí, es momento de que conozcas a todo el grupo.
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