AU Roles Invertidos.
La famiglia Vongola, aquella que es la más poderosa de toda Europa, dueña de uno de los artefactos mas poderosos: Los anillos Vongola, unidos al Tri-ni-sett.
Esta tan peligrosa mafia, estaba teniendo un evento sin igual: El nacimiento de su decimo heredero. El bebé nacido era un pequeño de piel ligeramente bronceada, sus ojos permanecian cerrados, ocultando el color de estos mientras que su cabello era negro como la noche, un rasgo heredado por su madre.
- Renato di Vongola, ese es tu nombre - Dijo con cariño aquella mujer con voz cansada, pero aun asi, miraba con amor al pequeño en sus brazos
En ese momento, aquellos ojos se abrieron, dejando ver un hermoso color ceniza en ellos.
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La vida del heredero Vongola fue todo lo que uno se puede imaginar para el sucesor de la mafia mas poderosa de todas. Llena de lujos y atenciones a cada minuto, a demas de los entrenamientos a los que era sometido a diario.
El padre del chico habia muerto un año antes de que el chico naciera, dejando así a su madre como la Donna de Vongola. Para Renato la vida, si bien era un poco dificil por la carga de ser heredero, era perfecta.
Hasta que una noche, todo cambio...
Rivales de los Vongola se unieron para destruirlos y cuando la luna estuvo en todo su explendor, atacaron.
Renato, de apenas 6 años, fue despertado por todo el ruido que habia afuera; sin saber que pasaba, fue sacado de su habitacion por su madre, la cual lo tomo en brazos y corrio. El niño solo veia como aquella gente con la cual vivia peleaban, suplicandole a su madre que siguiera corriendo sin importar que.
A su madre no le gusto, pero aun así, hizo aquello que le pedian.
Fueron a un pasaje oculto en un pasillo, ahí se hallaba otro miembro de confianza el cual ya tenia una maleta preparada. Al verlos, abrio el pasadillo, lanzando la bolsa a dentro y comenzando a disparar a alguien que se encontraba detras de ellos, mientras gritaba que se dieran prisa.
Renato solo veia como algunas lagrimas comenzaban a caer del hermoso rostro de su madre al entrar al pasadillo sin detenerse, con toda la prisa del mundo, tomo aquella maleta en el suelo y siguio su camino.
Ambos solo pudieron oir como la entrada al pasaje se volvia a cerrar, solo si prestabas la suficiente atencion, podias oir los disparos y gritos a distancia.
Aquella noche, de manera sorprendente, la mafia mas poderosa de todas fue casi extingida.
Casi, porque la Donna y el heredero lograron escapar, llevandose con ellos aquel tesoro que les pertenecia, aquello por lo cual sucedio esa masacre: Los anillos Vongola.
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Pasaron muchas cosas en el transcurso de 11 años, pero una sola cosa habia en la cabeza del heredero de Vongola: Aniquilar a aquellos que intentaron destruirlo.
Terminar con la existencia de los culpables de la muerte de los que una vez fueron su familia.
Con sus 17 años de edad, Renato buscaba aliados para cumplir con su deber, pues, sabia que los culpables no serian faciles de tumbar y aunque no le gustara pedir ayuda, entre mas fueran en su contrar, habria mas seguridad de terminar con todo eso a la primera.
Ya tenia a sus guardianes, el encontrarlos no fue nada sencillo, pero, apinion de Renato, apenas servian para pelear ( Exepto su Sol junto con tormenta, Luce y Fong si sabes lo que hacen. Sus lluvias Lal y Colonello, su nube Skrull, su niebla Mammon/Viper y su rayo Verde... Realmente no sabe porque los anillos los eligieron... )
Ahora busca a las ultimas personas para completar su plan, los Arcobalenos. Aquellas personas poderosas que portan la parte mas importante del tri-ni-sett, los pacificadores.
Curiosamemte, sus guardianes habian logrado encontrar a casi todos los arcobalenos y todos ellos habian respondido que si su cielo aceptaba ayudar, entonces todos lo harian. Por eso, en esos momentos se hallaba buscando al portador del chupete naranja.
Solo por ese motivo se hallaba en aquella ciudad de Japon, Nanimori. Portando su ya conocido traje y corbata de color negro junto con su camisa amarilla a demas de su fedora, el ultimo regalo de su madre.
La mujer que le dio la vida habia muerto dormida hace tres años, lo cual era agradable de saber. Pues con la vida que habian llevado en los ultimos años, dejar este mundo de manera tan tranquila y pacifica, era lo mejor.
Jamas creyo agradecer tanto la compañia de sus guardianes como en ese momento...
El joven heredero salio de sus pensamientos al llegar a su destino, aquel lugar donde segun sus fuentes se encontraba esa persona. Observo con cuidado aquella casa que tenia frente a el, le costaba creer que ahi viviera el arcobaleno del cielo.
Con determinacion, fue a la puerta y toco, lo intentaria a las buena primero, si no... Bueno, Leon esta preparado para cualquier cosa.
Espero unos segundo y cuando comenza a considerar la opcion de tumbar la puerta, esta se abrio dejando ver a un chico de tal vez un año menor que el de cabellos castaños y ojos caramelo, vestido con una sudadera naranja junto con unos pantalones negros, en su cuello colgaba aquel chupete naranja.
El chico al verlo se sorprendio, pero aun así le sonrio, haciendose a un lado invitandolo pasar.
Aun con dudas sobre el actuar del chico, entro a la vivienda, caminando hasta lo que parecia ser sala y tomo asiento en uno de los sofas. El chico paso a lo que el creyo era la cocina y observo con interes su alrededor.
Decoracion sencilla, habia muchas fotos del chico junto a los demas arcobalenos, era un tanto extraño ver a un chico de 15 años rodeados de bebés.
- Espero que le guste el té de manzanilla - Se oyo un tierna voz a su lado.
El castaño dejo a su lado una taza caliente, el chico tomo asiento frente a el sin dejar de mirarlo por un segundo, cosa que le gusto.
- ¿Y bien? ¿Que desea el heredero de lo que una vez fue la mayor mafia de todas, de nosotros los arcobalenos? - Pregunto tranquilo el chico.
- Sabes mas de lo que aparentas - comento Renato sin mostras emociones.
- Tal vez, pero claramente buscas algo - Aseguro el de apariencia mas joven - No buscas a los arcobalenos por cualquier cosa, encontraste a todos mis amigos y ellos me comentaron todo -
- Si ya lo sabes, entonces sabras que hago aqui - Dijo Renato seriamente.
- Tal vez, quiero oirlo todo de ti, asegurar lo que - Comento el chico tranquilo.
Renaro aunque le fastidiara lo que sucedia no se pudo negar, si queria la cooperacion de esas personas, tenia que hacer lo que el chico pedia.
Casi a regañadientes, Renato le conto al chico todo: Sus planes, la informacion de aquellas personas que buscaba, los preparativos que tenian, aliados y mas. El castaño solo escuchaba con total atencion, solo haciendo pequeñas preguntas de vez en vez, para luego seguir oyendo.
Sin darse cuenta la tarde llego y aquellos dos apenas iban terminando.
- Esta bien - Solto el castaño, después de escuchar todo lo que el peli-negro le conto. - Los arcobaleno ayudaremos a que Vongola regrese a donde pertenece - Finalizo con una sonrisa.
Renato solo dio una pequeña sonrisa en señal de satisfaccion, demostrando que le gustaba el resultado.
- Por cierto, mi nombre es Tsunayoshi, pero dime Tsuna - Comento el castaño, levantandose de su asiento.
Renato solo asintio, curiosamente, hasta ese momento desconocia el nombre del chico con el que hablaba y al cual le pedia su apoyo, era extraño.
- Si gustas, puedes quedarte aqui mientras tanto - Ofrecio Tsuna, regresando de la cocina con tetera en mano.
- ¿Deberia por...? - Pregunto Renato, un tanto extrañado.
- Solo es si quieres - Aseguro el castaño despues de sentarse.
Renato penso la propuesta, si bien no tenia porque aceptar, algo en su interior le gritaba que no rechazara la propuesta. Se comenzo a plantear si lo que su madre una vez lo comento era cierto: El arcobaleno del cielo suele poder atraer a cualquier persona con una simplen sonrisa.
- Reborn - Dijo de repente el azabeche, causando que el castaño lo mirara. - Llamame Reborn -
Tsuna al oir eso, solo sonrio. Reborn habia aceptado su propuesta.
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Paso el tiempo y con el cosas asombrosas sucedieron, pues no solo habian logrado su objetivo principal, si no que tambien habian destruido la maldicion de los arcobalenos, algo que nunca se creyo posible.
Reborn en todo ese tiempo junto al castaño le tomo un gran efecto y fue por eso que cuando recordo que el arcobaleno del cielo vive menos, hizo todo lo posible para evitarlo, lograndolo con exito.
Jamas imagino que el castaño se lanzara a sus brazos en forma de agradecimiento y el, dejandose llevar por el momento, lo beso.
Se sorprendio mas cuando unos segundos despues, el beso fue correspondio. Al parecer no fue el unico con un sentimiento en su pecho en los ultimos meses.
Y era por eso, que el día en el cual le demostro al mundo que Vongola retomaba su lugar, saco una caja blanca de su traje y en medio del lugar, se arrodillo frente al castaño.
Las palabras no fueron necesarias, pues cuando el chico vio el anillo de oro blanco con una hermosa piedra naranja, sus ojos se humedecieron y con la mas bella sonrisa que habian visto, observo al hombre frente a el.
- Si, si me casare contigo Reborn - Dijo Tsuna, las lagrimas de emociom comenzaban a caer de sus ojos.
Reborn se levanto, con amor colocando el anillo en el dedo de su amado ex-arcobaleno y con los aplausos de fondo, unio sus labios con los de aquel que tomo su corazon desde la primera vez que se vieron.
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Les juro que fue lo unico que se me ocurrio... Lamento los horrores ortograficos, pero ya no me da tiempo de revisarlo como dios manda (?).
Maldito cerebro que no me da mejores ideas TwT
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