Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

3

Estaba bajo la ducha, dejando que el agua arrastrara mis problemas con ella. Eso es algo que me gusta de tomar un baño, que inmediatamente después te sientes más liviano. Como si en vez de jabón fueran esferas mágicas que se llevan el dolor. Pero no esta vez.

Desde que entré al baño los recuerdos atacaron. Ni siquiera podía agarrar el maldito jabón sin recordar las veces que nos habíamos bañado juntos.

Aún no había respondido el mensaje, ni pensaba hacerlo. Había cerrado demasiado bien esa puerta como para volverla a abrir por error. No lo quería en mi vida, no lo necesitaba y no iba a dejar que arruinara la felicidad que tanto me había esforzado en reconstruir.

Pero si era así, ¿por qué estaba observando la pantalla de mi teléfono como si de ella fueran a salir todas las respuestas que necesitaba? Quizás me preocupaba demasiado, o tal vez, estaba haciendo una tormenta en un vaso de agua.

Ansiosa, acariciaba la pantalla mientras mi mente divagaba pensando en el ayer.

"Una de esas noches de verano, Anthony fue a mi casa. Era de madrugada, y todos hacía horas que se habían ido a dormir. Nunca iba tan tarde, pero me había acostumbrado a no hacer preguntas.

- ¿Puedo hablar contigo? - me dijo.

- Ya estás aquí, ¿no? – contesté yo.

Se veía pálido y asustado, y cuando se inclinó a abrazarme le sentí el olor a alcohol. Me contó que minutos antes había considerado acabar con su vida, pero no tuvo el valor. Rompió en llanto y yo solo me quedé ahí, acariciándolo mientras lo escuchaba. Ahí, con su cuerpo tembloroso entre mis brazos, me hice la promesa de que ese chico nunca volvería a sentirse solo. Luego de varios minutos, su llanto se calmó y yo solo pude decir:

- Gracias por confiar en mí. Cuando me necesites, estaré ahí. Incluso si ya no hablamos, incluso si nos distanciamos, si me necesitas, iré.

Nunca había dicho nada tan enserio como lo que dije esa noche. No dijo nada, tampoco lo esperé. Nos quedamos así hasta que los primeros rayos del sol asomaron por el horizonte, hasta que estuvo seguro de vivir para ver otro día."

Sé que probablemente esté exagerando, pero no veo otra razón por la cual querría hablar conmigo. Lo dejó bastante claro en la última llamada que tuvimos, que nunca más me escribiría. ¿Por qué otro motivo rompería su promesa?

Decidida, abro la ventana del chat para escribir una respuesta:

Ana: "No creo que tengamos nada de qué hablar. A menos que sea algo extremadamente importante, creo que hemos dejado todo bastante claro".
Pulso el botón de enviar y espero una respuesta.
Anthony: "Por favor, es importante. Necesito tu ayuda."

Pienso si responder cuando otro mensaje aparece en la pantalla:

Anthony: "Te necesito."

Me quedo de piedra analizando sus últimas palabras. Si no fuera realmente importante no me lo pediría. Termino de vestirme y voy a buscar a Scott.
Lo encuentro en la sala, su brazo de un preocupante tono morado debajo de las vendas. Aparte de eso, se ve bastante tranquilo mirando un programa de televisión. Me acerco:

- Amor. - lo sacudo suavemente para que me preste atención.

- Mmm.- murmura mientras se hace a un lado para que pueda sentarme.

- ¿Podemos hablar?

- Claro. – dice mientras finalmente apaga la tele y se voltea hacia mí.

Justo ahí decido contarle todo. Le cuento detalladamente lo que pasó el año anterior. Quién era el chico del parque y por qué tengo tanto miedo de que vaya a hacer una locura. Le digo que le quiero y le pido su consejo. Me abraza un buen rato y me dice:

- Haz lo que tengas que hacer. Confío en ti. Si necesitas que esté ahí contigo, dímelo.

No se por qué, empiezo a llorar. Scott va a la cocina y me trae una taza de leche caliente.

- Gracias por confiar en mí.

Lo abrazo más fuerte y entre sollozos me termino la bebida. Me seco las lágrimas y me preparo para enfrentarme a aquello que tanto pretendía evitar.

- Ok. Vamos allá. Y arréglate, que vienes conmigo.


Cité a Anthony en uno de los tantos parques que abundaban en la ciudad. Lo suficientemente público como para que no intentara nada contra si mismo, y lo suficientemente privado como para que nadie escuchara. Sentada a la sombra de un árbol, lo vi acercarse mientras guardaba sus audífonos en el bolsillo.

Nerviosa, le lancé una mirada a Scott, que se encontraba sentado unos bancos más allá. Me sonrió y me sentí automáticamente más tranquila. Anthony llegó hasta mi y se sentó a mi lado.

-Hola. – dice pasado unos minutos.

-Hola. - le respondo, todavía algo recelosa.

-Ha pasado un tiempo, ¿verdad?

Ah no, a mí no me vengas con esas.

- ¿Para qué me llamaste?

- Buena pregunta. Ni yo sé. Supongo que extrañaba hablar contigo.

Ves, ya sabía que estaba exagerando. Me pongo de pie dispuesta a irme, pero entonces me dice:

-Espera, no te vayas todavía. Sí que tenía algo que decir.

Lo miro, indecisa entre si irme o quedarme. Anthony debe notar mi indecisión, porque continúa hablando.
-Te extraño ¿vale?, extraño a mi mejor amiga. Sé que acabamos haciéndonos daño, pero cuando tengo momentos difíciles, lo que pienso es en hablar contigo. Hoy era uno de esos momentos, y cuando te vi en el parque solo pensé: tal vez podamos retomar lo que teníamos, volver a ser lo que fuimos.
Se ve verdaderamente afligido, y ojalá pudiera decirle algo que lo hiciera sentir mejor, pero no puedo:

-Nunca volveremos a ser lo que fuimos. Yo ya no soy esa Ana y tú no eres el mismo Anthony.

-Exactamente, he cambiado. Dame la oportunidad de demostrártelo.

-Déjame terminar. Hubo un tiempo en el que fuiste todo mi mundo, el centro de mi existencia. Pero me dejaste en claro que nunca íbamos a ser nada más que eso. Y lo acepté, viví con ello. Sobreviví. Luego te empezaste a poner todo raro, manipulador y francamente, tóxico. Nos hicimos daño, demasiado. Uno irreparable, me temo. Y yo ya no te necesito. Aprendí a seguir sin ti y ahora soy feliz. Por primera vez en meses, puedo mirar atrás sin sentirme un total fracaso. Puedo sonreír y hacerlo de verdad, no solo para tapar que por dentro estoy muriendo. Y todo eso no es, no fue y no será gracias a ti. Conocí a alguien genial, y la verdad, no podría pedir nada mejor. Sé que quisieras que fuéramos amigos otra vez, pero creo que es demasiado tarde para eso. No romperé mi promesa de estar si me necesitas, pero no voy a volver a ser tu saco de boxeo emocional.

Anthony se me queda mirando, un poco sin saber qué decir. Cuando de momento, hace lo que sabía desde el principio que iba a hacer, lo que ha hecho siempre cuando le dicen sus verdades en la cara.

Culparme a mí:

- Estás loca- dice en un susurro- ¿cuándo te hice yo todo eso a ti? Si lo malinterpretaste, es problema tuyo. Pero yo nunca he hecho nada para lastimarte...

Sigue en su perorata mientras que yo me empiezo a sentir mal. Miro a Scott que durante ese tiempo se había estado centrando en mi cara, esperando la más mínima señal para intervenir. Asiento y en tres pasos, está al lado mío:

- Vámonos- me dice, y yo comienzo a caminar cuando Anthony suelta:

- ¿Y este quién es? No he terminado de hablar contigo Ana, escúchame. -intenta aguantarme del brazo para obligarme a dar la vuelta cuando la mano de Scott me libre de su agarre.

Antes de poder siquiera parpadear, Anthony se encuentra sin aire a tres metros de distancia de mí.

- Vete. – dice Scott y sé que no habla con el chico que lloriquea delante de él.

- No le hagas daño- le digo. -podría denunciarte.

- Para eso tiene que estar vivo o poder hablar, ¿no?

Comienza a caminar hacia él, y muy a mi pesar, doy la vuelta y me marcho.

Llega unos minutos después a casa, esperaba encontrármelo magullado, o con el brazo lastimado sangrando por habérsele abierto los puntos. Pero no tiene un pelo fuera de lugar.

- No te volverá a molestar- dice mientras se quita el pantalón manchado de sangre.

- Scott, ¿Qué le hiciste?

- Recordarle amablemente que hay demonios más grandes que los suyos.

Lo observo ir hacia el cuarto de baño y me quedo mirando la puerta aún mucho después de que el agua comenzara a caer. En la noche, cuando el sueño comienza a cerrarme los párpados un mensaje brilla en mi pantalla:

Anthony: "Esto no se ha acabado Ana, ni por asomo."

Como para confirmar sus palabras, un rayo cruza el cielo iluminando la habitación por unos breves segundos.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro