Capítulo 6: Reencarnación
Con la mayor alegría del mundo, nuestro prota se levantó de su cama bostezando y estirándose.
Al ver alrededor suyo se percato de que ya no estaba en su fabulosa habitación de su otra casa, lo cual provocó que un quejido de fastidio y decepción saliera de sus labios.
Tadashi volteo hacia la puerta donde había dejado el queso la noche anterior y al no encontrar rastro de este se dirigió rápidamente hacia la biblioteca para abrir la puerta y convencerse de que sus sueños no eran solo eso.
Sin embargo, cuando tiro de ella no cedió, alguien la había cerrado con llave y Tadashi intuía quien.
Tadashi, Hiro y Miguel salieron en la tarde a la capital de Puebla para comprar un uniforme de colegio para Tadashi pues no querían que perdiera el año escolar solo por estar de viaje; de paso fueron a la alcaldía del pueblo al que se mudaron para que Miguel y Hiro presentaran su propuesta del festival del día de muertos.
En el camino, Tadashi hablo todo el tiempo de su fabuloso "sueño" que tuvo la noche anterior.
- ...Ah y al lado, había un circo verdadero de cóndores, no como el del chiflado ese que vive cerca de nuestra casa - relataba el niño.
- ¿Seguro que no quieres venir? - le preguntó Miguel a Hiro sacando una carpeta donde contenía el repertorio del festival del pueblo.
- Tu puedes ir solo, recuerda que debo comprar los uniformes del niño - se excusó Hiro - Yo no lo llame loco Tadashi, solo toma Guepardex - reprochó ahora dirigiéndose a su hijo.
- Bueno, creo que te veré luego pequeño soñador - dijo Miguel jalando un poco la nariz de Tadashi con ternura.
- Oye, ya no soy un bebé - se disgusto el chico.
Hiro y Tadashi dejaron a Miguel en el ayuntamiento y se dirigieron a un gran almacén de uniformes que tenían descuento del 50% por ser miércoles de rebajas en la tienda.
Mientras Hiro escogía la ropa para Tadashi, este estaba sentado en unas escaleras de la tienda al lado de un perchero que exhibía chaquetas de varios colores. Al observarlas con más detalle a Tadashi le atrajo una en particular, una linda chaqueta rosa con bolsillos a los costados.
Así la contemplaba cuando...
- MI REINO POR UN CABALLO - grito un niño random montado en un banquillo con rueditas sosteniendo una espada de madera seguido de otro chico más alto.
Ambos se estrellaron con tal fuerza que el banquillo fue a dar hasta donde Tadashi se encontraba, fue entonces que se le ocurrió una idea.
Tadashi se monto en el banquillo y comenzó a pasearse en frente de su padre con la chaqueta puesta con la esperanza de que captara la referencia.
- Devuelvela - protesto su padre sin siquiera voltear a verlo.
- Pero Papá, todos los niños van a llevar ropa grisosa, nadie usara una de estas - argumento el chico mostrando la prenda.
- ¡Devuelvela! - repitió Hiro enfadado.
- Mi otro padre la llevaría - le retó.
- Pues debería comprarte todo él - respondió con sarcasmo su padre.
Tadashi se resignó y con un resoplido de frustración regreso la chaqueta.
Ya de regreso, Hiro y Tadashi fueron solos a casa, pues Miguel todavía no terminaba su junta con el comité del pueblo.
- ¿Y que crees que hay en el otro departamento? - preguntó el jovencito aún molesto.
- Hay no lo se, no una versión pirata de nosotros obviamente - contestó.
- ¿y por qué cerraste la entrada? - alegó Tadashi.
- Ugh, había heces de rata y... te sentirás más seguro así - se justificó Hiro.
- Es un ratón acróbata papá y no son peligrosos los sueños, son lo más divertido desde que vinimos aquí - se lamentaba su hijo.
- La escuela puede ser divertida -.
- ¿Con esos torpes uniformes?, Claro - protestó Tadashi.
- Al menos lo intente - se resignó.
Al fin llegaron a su casa después de un largo e incomodo viaje.
Hiro abrió la nevera buscando algo que pudieran comer esa tarde, pero seguían sin tener provisiones y solo había tomate, salsa, mostaza, kétchup, una col, tortillas y un flan.
- ¿Qué te parece un sándwich de mostaza y tomate de almuerzo? - le preguntó Hiro a Tadashi.
- ¿¡Es una broma!? - se quejó el chico.
- Tenía que comprar provisiones, estaba planeando algo especial - comentó su padre.
- No es en serio - se quejaba el niño.
- ¿Quieres ir conmigo?, te comprare lo que me digas - sugirió dulcemente.
- Claro, como la chaqueta - respondió enfadado su hijo.
- Ah, escucha Tadashi, si todo sale bien hoy te prometo que te voy a compensar - prometió el mayor.
- Es lo que siempre dices - reclamó Tadashi con tristeza.
- No me tardo - le dijo Hiro a Tadashi con decepción.
En cuanto Hiro salió de casa, a Tadashi se le ocurrió una idea.
- Pero yo tal vez si - se dijo para si mismo el joven.
Tadashi buscó incesantemente la llave de la puerta de la biblioteca por toda la casa.
Al fin la encontró colgada en la cocina y tras subirse a una pila de libros y una silla por fin logró alcanzar la llave.
Metió la llave en la cerradura y cerro los ojos con el deseo en mente de que lo de la puerta no fuese solo un sueño.
Al abrirla descubrió lo que quería ver, efectivamente el portal era real al igual que su maravillosa otra vida y otros padres.
- Sabía que era real - se dijo a si mismo en susurro el muchacho.
Tadashi entró entonces al portal y con la ilusión a tope en su cara sin darse cuenta que alguien lo observaba desde una ventana de su casa.
El gato negro veía la escena desde su lugar, negando tan solo con la cabeza, rodando los ojos, pensando que Tadashi salió igual de terco que sus dos padres.
Al llegar a la cocina para buscar a su padre, el no se encontraba ahí, lo que si se encontraba era una mesa llena de cosas deliciosas como pizza, pastelillos, soda y aguas de sabor, gorditas de chicharrón y cocadas, además de una caja negra con una nota encima.
Tadashi.
Las señoritas Cruela y Medusa te invitan a su casa después de comer.
Espero que te guste la ropa que te hice.
Te quiere: Papá Hiro.
El chico saco unos jeans de mezclilla, una camiseta negra con una calavera y unos tenis rojos con agujetas blancas.
Después de comer todas las delicias de su padre, Tadashi se dispuso a ir a la casa de sus vecinas cuando un maullido llamó su atención.
- Mm, Nando tiene un gato igual a ti en casa - le habló al felino que se encontraba en el techo de la casona - no el Nando callado, el que habla demasiado, tu debes ser el otro gato -.
- No, yo no soy el otro nada, soy yo nada más - contesto ofendido el minino.
- Veo que no tienes ojos de botón pero, si eres el mismo gato ¿como es que hablas? - preguntó.
- Solo lo hago -.
- Los gatos no hablan en casa - afirmo el chico.
- ¿No? - le cuestionó.
- No - negó Tadashi.
- Bueno, se nota que eres un experto en estas cosas, después de todo yo solo soy un gato mimado - reclamó el animal.
- Por favor ven, lamento lo que te dije el otro día, en serio, ¿como es que hablas -.
- Solo lo hago ya te dije, es un juego que tenemos. Él odia a los gatos e intenta apartarme pero no puede yo voy y vengo cuando quiero - se enorgulleció
- ¿El otro padre odia a los gatos? - preguntó incrédulo.
- No es como cualquier padre que yo haya conocido -.
- ¿De que hablas? Es asombroso - respondió en su defensa.
- Quizá pienses que este es un sueño hecho realidad, pero te equivocas, el otro Nando me lo dijo -.
- Es imposible no dice nada -.
- Tal vez no para ti, en cambio, los gatos tenemos mejores oídos que los humanos, podemo ver, oler y... Sh, escucho algo - se detuvo súbitamente su platica para intentar averiguar la procedencia de ese ruido...
Holiwis.
Ya se que prometí subirlo el Sábado.
Pero e lo aquí, el nuevo capítulo.
Muchos preguntaran porque el título tiene ese nombre, al final del fic lo van a entender, o no.
fiebredesábado, se despide y esperen más capítulos que esto se pondrá bueno y quizá en el próximo capítulo Hiro malvado haga su debut.
Hasta pronto.
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