Capítulo 3: Los otros padres
Tadashi dormía plácidamente en su cama cuando de pronto escucho los chillidos de lo que parecía ser un ratón.
Al asomarse debajo de su cama confirmó sus sospechas, era un pequeño ratón azul que lo volteo a mirar para salir corriendo.
Tadashi siguió al animal hasta la biblioteca.
Después de ver entrar al ratón por la puerta secreta que estaba entreabierta, Tadashi la abrió, cual fue su sorpresa cuando vio que la entrada ya no estaba bloqueada con ladrillos sino que daba a un túnel de colores que terminaba en otra puerta.
Sin pensarlo, Tadashi se adentro en ese misterioso agujero gateando.
Al llegar al otro extremo, empujó la puerta que se encontraba al final de ese pasadizo, y al mirar alrededor se dio cuenta que había llegado otra vez a la biblioteca de su casa, sin embargo, esta biblioteca tenía una armadura de oro brillante sobre una base de mármol dorada y la pintura del anciano caballero fue remplazada por una del mismo hombre, pero mucho más joven.
Tadashi se adentro más en el lugar, notando que efectivamente era su casa, pero con un aire distinto.
Fue entonces cuando un olor muy agradable proveniente de la cocina llamó su atención.
Atraído por el aroma Tadashi se dirigió a la cocina, encontrándose con la sorpresa de que su padre Hiro estaba en la cocina de espaldas.
- ¿Papá?, ¿Qué haces aquí a media noche? - pregunto Tadashi a la persona que lucía como su papá.
- Llegas a tiempo para comer
cielo -.
Y efectivamente, era su padre, pero tenía algo diferente, algo anormal.
Sus ojos eran un par de botones negros que miraban al muchacho con alegría.
- Tu no eres mi padre, mi padre no tiene unos bo bo... -tartamudeo Tadashi.
- ¿Bo bo bo botones?, ¿te gustan?, soy tu otro padre tontuelo, ahora dile a tu otro otro padre que ya venga a cenar, adelante, esta en su estudio -.
Tadashi se quedo pensativo, su padre Hiro nunca cocinaba porque no tenía idea ni de como hervir agua.
Y aunque era algo que siempre había querido ver en su vida, no pensó que de verdad lo vería con sus propios ojos.
Supuso que tan solo se trataba de un sueño y decidió seguir el juego.
Al llegar al estudio de su padre Miguel, Tadashi lo reviso con la mirada atentamente, solo para darse cuenta de que su padre estaba más que mejor, como si su caída no hubiese pasado nunca.
-¿A'pa?- pregunto Tadashi.
- ¿Qué tal Tadashi?- pregunto un Miguel igual de extraño que Hiro, pues también tenia ojos de botón - ¿y esta lista la cena? -.
- Pues si pero... - dijo aún confundido - mi padre no sabe cocinar -.
- No es necesario, su cocina lo hace todo por él - dijo su padre Miguel con una simpatía agradable.
- Entonces ya esta lista, supongo... -.
- Mmmm, quien tenga hambre que alce la mano - dijo Miguel frotándose las manos con rostro alegre.
A Tadashi esto le pareció simpático, tanto que soltó una risilla de diversión.
Miguel, Hiro y Tadashi se sentaron en la mesa del comedor, que estaba repleta de comida como pollo asado, fruta, pan, tamales, mole, chalupas, verduras, entre otras cosas.
- Agradecemos con gesto agradable la pechuga dorada de tu padre - bromeo Miguel viendo de forma picará a Hiro, quien le respondió con la misma picardía.
Tadashi y Miguel comenzaron a servirse de todo un poco.
Pero Hiro no toco la comida.
Aunque esto el chico no lo noto.
Tadashi comenzó a comerse una pieza de pollo después de olerla un poco, percatándose del buen olor que este desprendía.
- Mmmmmm, esta delicioso - comento Tadashi mientras se servía guisantes, puré de papa y unos tamalitos de rajas.
- Te encanta ¿o no? - pregunto su padre.
-¿Tienen aderezo?- cuestionó.
- Aquí viene el tren del aderezo, chu chu jaja - respondió Hiro en tono inocente mientras un pequeño tren de juguete pasaba sobre la mesa y derramaba un poco de aderezo sobre el puré de papa.
- ¿Otra cosa?, ¿frijoles tal vez? ¿una mazorca?-pregunto Hiro.
- Tengo mucha sed - respondió Tadashi con la boca llena.
- Es obvio, ¿qué te gustaría? - pregunto Hiro nuevamente mientras del techo bajaba un candelabro con dispensador de bebidas.
-¿Malteada de mango?- respondió dudoso el muchacho.
Después de servirse la malteada y beber un poco, Hiro y Miguel retiraron de la mesa todos los platillos y platos para poner sobre la misma un pastel que contenía la frase "Bienvenido a casa".
-¿Casa?- replicó Tadashi viendo con ojos confundidos a sus otros padres.
- Te esperábamos Tadashi - explico Hiro tomando la mano de Miguel.
- A mi - afirmo dudoso Tadashi.
- Sip, esto no es lo mismo sin ti corazón - comento Miguel.
- No sabía que tenia otra familia -.
- Claro que la tienes, todo el mundo la tiene -.
- ¿En serio? -.
- Aja y en cuanto acabes tu cena quiero que ambos juguemos - contesto Hiro con un tono emocionado mientras tamborileaba los dedos sobre la mesa.
- ¿Cómo a las escondidas?-.
- Perfecto, escondidas en la
lluvia -.
- ¿Cuál lluvia? - preguntó y ni bien paso un segundo cuando un rayo calló y su trueno resonó, seguido de una llovizna - ¿te olvidas del barro? - interrogo Tadashi a su padre.
- Nos fascina el barro aquí - contesto Miguel.
- Para faciales, mascarillas, pasteles y cura una mano irritada - explico Hiro mientras trataba de tomar la mano de Tadashi que tenía el salpullido, pero este no lo dejó.
- ¿Quien te dijo que...?- respondió dudoso e inseguro el joven - oye, jugar me encantaría pero, debo volver a casa con mi otro padre - explico Tadashi apenado.
- Pero yo soy tu otro padre -.
- Me refiero a mi otro, otro, otro padre, ¿papá numero uno? - contesto Tadashi chocando con la figura de Miguel, quien solo sonrío y alboroto un poco su cabello - es hora de ir a dormir.
- Desde luego, esta lista tu cama - dijo con un tono amoroso y dulce el genio de la robótica.
- Pero... - protestó Tadashi.
- Sin peros dormilón - le interrumpió Miguel dándole empujoncitos para que no se detuviera y caminara a su cuarto.
Al entrar, Tadashi se sorprendió de que todo estuvieran bien arreglado y decorado tal y como el hubiese querido que fuera el cuarto de su otra casa.
Había unos avioncitos revoloteando por el techo y sus figuras de acción acomodadas en unas repisas cerca de su closet.
- Hola Tadashi - saludo su figura del Capitán América.
- ¿Qué cuentas niño? - saludo igualmente su figura de Iron Man.
- Hola - contesto Tadashi.
Tadashi estaba maravillado con todo.
Y de pronto percibió una voz femenina.
- Hola, ¿como va todo amigo?- llamó desde la foto en el portarretratos la hija menor de Violeta y Wilbur, Jackie.
- ¿Y tus botas y tu gorra? - preguntó el hermano mayor de Jackie, Francis.
- ¡No es posible ¿que hay hermanos?! - respondió Tadashi a sus amigos con entusiasmo - ya quiero que sea verano ¿van a venir verdad? -.
- Ya estamos aquí Tadashi - contesto Jackie.
- Aquí en San Fransokio - remató Francis quien le lanzo una bola de nieve a Jackie, a lo cual ella respondió empujándolo ligeramente.
Antes de dormirse Hiro le hacerco a Tadashi un frasco con barro y se lo puso en la palma de la mano.
Después, Tadashi se acomodo en su cama abrazando la foto de sus amigos.
- Dulces sueños - fue lo ultimo que dijeron Miguel y Hiro antes de que Tadashi se quedara profundamente dormido.
Al despertar, este último se dio cuenta que estaba en su misma habitación de antes y no en la fabulosa en la que había estado anoche.
- Debió ser solo un sueño - pensó.
Tomo su muñeco y lo examinó un poco para después soltarlo en la cama mientras se rascaba la mano, la cual por cierto ya no tenía el salpullido.
-¡No esta, mi salpullido ya sanó! - pensó en voz alta emocionado.
Fue entonces cuando se levantó de la cama y fue corriendo a la biblioteca para ver si podía volver a meterse por la puerta.
Para su mala o buena suerte, los ladrillos seguían ahí bloqueando la entrada.
Sin darle mucha importancia bajo por su desayuno limitado de cereal mientras charlaba con Hiro quien se servía agua para un café.
- Fue demasiado real papá, solo que no eras en verdad tú, eras mi otro padre -.
- Botones en vez de ojos ehh, Tadashi lo del pollo asado fue solo un sueño, toma tus vitaminas al menos -.
En ese momento, Miguel pasaba por ahí comiéndose un plato de cereal.
- A ti también te soñé - le dijo a su padre - tenias una alocada pijama y hermosas sandalias naranjas -.
- Ja, ¿naranjas?, mis sandalias siempre son azules - le dijo mientras levantaba su pie para enseñarle que no mentía - pts, ¿quieres darme del barro mágico del que hablaste?, porque tengo un terrible caso de irritación de escritor en pleno... - Miguel ya estaba a punto de agarrarse las tepalcuanas cuando un Hiro molesto carraspeo para regañarlo, indicándole que no siguiera.
- Si el verdadero Miguel Rivera quiere tocar sus nuevas canciones debe ir por ellas y practicarlas rápido - protestó Hiro - Tadashi, ¿por qué no visitas a la vecinas?, apuesto a que a esas "artistas" les encantaría escuchar tu sueño -.
- ¿Hablas de Cruela y Medusa?, dijiste que están chifladas - reclamó Tadashi, haciendo que su padre lo viera con sarcasmo.
Así que solo salió de la casa dispuesto a hacer nada en particular.
Quizá haría caso a lo dicho por su padre.
Quizá.
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