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Capítulo 11: Destruyendo la red

Tadashi dirigió sus pasos hasta la casa de sus vecinas para entrar por la misma puerta con bombillos de antes, escuchando de fondo la voz de Medusa cantando aquella melodía de su espectáculo.

Tras adentrarse mucho más a la casa y atravesar una gran cortina de color rojo ningún dálmata con botones vino a recibirlo esta vez, por lo que siguió por su cuenta sacando de su mochila la linterna debido a que todo estaba casi a oscuras, en silencio y solo por lo que pudo observar con ayuda de la luz de la linterna, o al menos eso pensó hasta apuntar con esta al techo revelando así que los dálmatas con botones de antes ahora se hallaban colgados en el techo del teatro mutados en unos horribles perros vampiros con alas de murciélago e inclusive uno de ellos le gruñó en cuanto le apuntó con la linterna por lo que Tadashi se vio obligado a apagar la luz de esta misma, dejando así a los perros continuar su descanso.

Tras unos breves momentos de silencio un reflector en el mismo techo proyectó su luz sobre el escenario del teatro revelando la figura de lo que parecía ser un dulce gigante  suspendido en el aire por dos cuerdas con contrapeso, visión que le hizo a Tadashi subir hacia el escenario para inspeccionar aquel extraño elemento de escenografía y para analizar a mucha más profundidad el niño utilizó nuevamente el objeto dado por sus vecinas, descubriendo así un brillo rosado que provenía de adentro del dulce, cosa que llamó fuertemente la atención del chico y que le hizo meter la mano rápidamente en aquel caramelo, extrayendo de este un par de manos con los brazos enredados entre si y que entrelazadas parecían una almeja resguardando algo.

- La perla - susurró con asombro el niño al separar las manos que cubrían el objeto, rebelando así que tenía un objeto de metal en forma esférica incrustado en un anillo, sin embargo en cuanto el niño siquiera tocó aquel objeto las manos volvieron a cerrarse sobre la suya para atraparlo y darle un terrible susto.

- ¡Ladrón! ¡Devuélvela! ¡Ladrón! - protestaban unas deformadas y enredadas entre si mismas Cruela y Medusa quienes intentaban impedir que Tadashi se llevase el objeto que tenían en la mano.

El niño buscó por todos lados algo con lo que podía librarse de ambas mujeres y al voltear nuevamente hacia el techo del teatro se le ocurrió una idea por lo que alumbro a los perros murciélagos con su linterna para intentar llamar su atención, aunque aquello no probó surtir  mucho efecto por lo que lanzó la propia linterna hacia los murciélagos para terminar de provocarlos de una buena vez y que estos se lanzaran a atacarlo, cosa que funcionó casi al instante haciendo que los perros se abalanzaran contra Tadashi, sin embargo el niño logró agacharse a tiempo y evitar recibir el ataque, siendo Cruela y Medusa quienes lo recibieron en su lugar, logrando así, convertir absolutamente todo a su alrededor en piedra tal y como había ocurrido con el jardín anteriormente, había logrado vencer a la segunda maravilla.

- Eres super nice nene, vales mil - comentó el fantasma rosado de aquella niña victoriana a travez de la perla que Tadashi sostenía entre sus manos para que acto seguido este terminara guardando aquel objeto en su mochila con una leve sonrisa en el rostro.

Finalmente, el menor dirigió sus pasos al último desafío por recuperar los ojos de los niños fantasma, el dichoso circo de cóndores acróbatas de su vecino. Al llegar cerca de la puerta de la casa de este mismo se dio cuenta de que cerca de un farol que alumbraba el lugar se hallaba la ropa del otro Nando izada como si fuese una bandera y hondeando como una gracias al viento de aquella noche.

- Ay Nando... - murmuró con pesar el chico con respecto al cruel destino que le había tocado al único amigo autentico que había tenido en aquel mundo podrido disfrazado de sueño hecho realidad - ¡Brujo malvado, no me asustas! - gritó furioso el niño a los cuatro vientos esperando en su mente que aquel maligno ser imitador de padres le estuviera escuchando.

Tras aquel grito, el niño bajó un poco la mirada con algo de tristeza y leve frustración, sin embargo, su decepción fue súbitamente interrumpida por el sonido de la puerta de su vecino al abrirse; después de entrar y ver que todo estaba tal y como lo había visto cuando entró ahí la primera vez, Tadashi comenzó a caminar con cautela por todo el lugar e intentando no hacer ruido por si algo intentaba sorprenderlo como las dos primeras veces y algo así ocurrió cuando un leve frufrú se oyó detrás de si mismo, provocando que el niño volteara la mirada un tanto desconfiado para segundos después encontrarse con la imagen de las ropas del señor Buttowski algo desaliñadas y moviéndose de una forma un tanto inquietante, como si no hubiese un humano portando estas.

- Holaaa...Kabbbuuuto... - saludó el montón de ropa con la misma voz de su vecino, solo que estas se escuchaba como si estuviese ebrio o drogado.

- Me llamo Tadashi - replicó el niño algo enfadado por la pésima pronunciación del muñeco sobre su nombre.

- ¿Esto es lo que estas buscando? - preguntó la petaca de ropa parlante mientras le mostraba la pequeña pelotita que el ratón había usado la primera vez en su función del circo, cosa en la que Tadashi posó la visión del objeto de sus vecinas, descubriendo así la pequeña luz de color café que brillaba tras esa aparente común apariencia.

- Aja - afirmó el menor intentando tomar la pelota de entre las manos de la marioneta, sin embargo esta se lo impidió apartando la mano en la que tenía la pelota y escondiendo el objeto de la vista y alcance del niño.

- ¿Crees que...ganar un juego es bueno?... - preguntó la figura caminando casi en cuatro patas para ocultarse entre las sombras y los objetos del lugar - Mmmmh...sssolo irrras a casa te aburrirás y te ignoraran como siempre - continúo hablando el traje de acróbata del señor B mientras este se enredaba por toda la longitud de un poste de madera en la casa como si fuese una serpiente enorme para después dejar colgado de cabeza solo de su torso para arriba - quédate aquí con nosotros, te escucharremos y reirremos contigo - comentó el traje antes de caer pesadamente hacia el piso y arrastrarse hacia el interior de la carpa de circo de antes, siendo seguido después por el pequeño Tadashi, quien encontró el traje en una posición similar a la de un roedor apoyado solo en dos patas sobre una pila de quesos - si te quedas aquí podrrras tener lo que quierrras... - afirmó el traje sentándose ahora en la punta de la pila misma - y será siempre... - comentó el traje moviendo nuevamente sus manos y piernas de forma un tanto boba mientras Tadashi volvía a revisar con el objeto triangular dado por sus vecinas, el lugar donde se encontraba. 

- ¿No lo entiendes verdad? - preguntó el niño sintiendo por poco de ansiedad por los impredecibles movimientos del traje que le hablaba.

- No entiendo de que hablas - indicó el traje un tanto confundido o por lo menos pretendía estarlo.

- Pues claro que no entiendes, solo eres una copia del verdadero señor B - comentó el menor estando lo suficientemente cerca como para retirarle el sombrero y poder coger de debajo de este el ultimo contenedor de ojos que faltaba.

- Ni siquiera eso, a estas alturas - fue lo último que pronunció el supuesto señor B antes de que Tadashi le retirara el sombrero de la cabeza, descubriendo así a la horrenda y desagradable rata jefe del circo quien tenía resguardada entre sus patas la pelota de acrobacias del espectáculo de antes que contenía os últimos ojos que necesitaba, sin embargo los cóndores del espectáculo también comenzaron a salir del traje del señor B en parvada y ahora transformados en horribles zopilotes que revoloteaba por la cabeza del menor y salieron despavoridos de la carpa esperando evitar que el niño viera a la rata del circo salir, cosa que no lograron en lo más mínimo, aunque tenían un plan  B de entre todo aquello y es que mientras la rata escapaba montada en una rueda de queso, los cóndores presionaban los pedales al pie de los cañones de algodones de azúcar a la par que el niño avanzaba intentando atrapar a la pequeña alimaña para detenerlo o derribarlo, cosa que no estaba funcionado pues por mucho que fuesen algodones de azúcar estos podían ser casi tan fuertes como una bala de cañón, aunque no al punto de arrancar cabezas. Lo que sin embargo perdió no fue precisamente aquella extremidad sostenida por su cuello sino más bien la gorra de su tío por lo que se quedó sin algún objeto que lanzar a la rata y derribarla, o eso pensó hasta ver como única opción viable el objeto triangular dado por sus vecinas, el cual lanzó con bastante fuerza en dirección a la rata, pero para para su mala fortuna, la alimaña rastrera logró esquivarla a tiempo, haciendo que esta saliera volando hacia la calle para perderse entre las tinieblas de la noche.

- ¡NO! - gritó desesperado Tadashi intentando alcanzar o recuperar aquel objeto, sin notar siquiera  que dos cóndores habían estirado una cuerda a la altura de sus tobillos haciendo que de pronto cayera estrepitosamente, destrozando en el proceso una parte de la puerta principal de la casa y el cuerpo del chico rodara hasta el pavimento, con el cual se dio un buen golpe en la nuca, quedando así mareado y un aturdido por un pequeño rato que no duró mucho ya que algo le hizo reaccionar de golpe y aquello no fue otra cosa que el recuerdo de la tramposa rata de circo huyendo con los ojos del último niño que le faltaba liberar, cosa que le hizo voltear a todos lados para tratar de divisar si al menos podía alcanzarlo y recuperar su oportunidad, pero mirar la luna siendo casi opacada en su totalidad por la sombra del gigantesco botón, este supo que ya no le quedaba casi nada de tiempo, por lo que tomó los dos primeros contendores de ojos para contemplarlos un poco y ver que siguieran ahí y efectivamente ahí estaban, solo que aquello no era suficiente para consolarlo - ay no...perdí el juego...lo he perdido todo... - se lamentó el menor abrazando contra su pecho los dos primeros contenedores además de sus rodillas para proseguir a derramar amargas y tristes lágrimas de dolor puro, maldiciendo en su mente el día y la hora en que entró a aquella pequeña puerta solo por curiosidad; sin embargo un leve rayo de esperanza se dejó ver en su tortuoso y oscuro camino mental cuando la cabeza del embustero roedor y el contenedor de los últimos ojos cayó bastante cerca de si mismo y un leve maullido se hiciese presente, cosa que detuvo el eclipse lunar antes de que este se completara y llamarón la atención del niño, quien con una sonrisa logró divisar a su héroe peludo de ojos castaños lamiéndose un poco para limpiarse.

- Creo que te mencioné que no me gustan las ratas ni en los buenos tiempos - comentó el felino con un tono orgulloso y un tanto alegre.

- Creo que mencionaste algo como eso - respondió el niño al comentario del felino con una sonrisa agradecida mientras se acercaba un poco a este mismo.

- Y yo creo que necesitabas algo así ¿no? - comentó el felino empujando con su pata la pequeña pelota de acrobacias del ratón circense hacia los pies del niño.

- Gracias gato - contestó el moreno con una sonrisa mientras recogía el último par de ojos que le hacían falta para terminar la mitad de aquel macabro juego en el que se había visto envuelto por culpa de su propia imprudencia; fue en ese instante cuando aquel pasto que el niño pisaba pasó de verse verde a adquirir un tono grisáceo como el de la piedra, efecto que comenzó a esparcirse por todo lo que rodeaba a Tadashi exceptuando al felino a su lado- Voy a ir adentro, aún debo encontrar a mis padres - comentó el moreno a la par que la luna terminaba de ser cubierta por aquella sombra con forma de botón, lo que desencadenó que todo el cielo nocturno comenzara a desmoronarse de poco en poco, dejando detrás un vacío blanco que era nada pura y absoluta; esa pesadilla estaba comenzando a derrumbarse a pedazos.

Fue así como todo ese falso sueño comenzó a desmoronarse sobre las cabezas de niño y felino, quienes veían asustados como el hermoso jardín lleno de decoraciones preciosas y figuras de animales hechas con árboles y arbustos iba deshaciéndose como si un voraz e incontrolable fuego estuviese consumiéndolo todo y convirtiéndolo en nada más que cenizas, afortunadamente, Tadashi pudo reaccionar a tiempo antes de que el desmoronamiento de aquella pesadilla los alcanzara y terminara botándolos a ambos a aquel vacío aterrador.

- ¡Rápido, corre! - le exigió el pequeño mestizo a su nuevo amigo gatuno abriendo su mochila lo más rápido posible para dejar entrar al gato en ésta misma y así llevarlo dentro de la casa junto con él pues parecía ser la única estructura que no se veía afectada por ese efecto dominó de destrucción que si arrasaba con lo demás en aquel oscuro mundo. Con felino en mano, Tadashi corrió con toda la rapidez que sus piernas le permitieron hacia la puerta de aquella enorme casa donde se escondía su enemigo a vencer, el último de todos en su odisea.

Una vez "a salvo", el pequeño mestizo comenzó a  avanzar cautelosamente por los pasillos de aquella casona, temeroso de ser emboscado, dirigiéndose inmediatamente a la biblioteca donde todo había comenzado; todo esto mientras los muebles, la pintura de las paredes, los cuadros y todo lo bello que esa casona una vez tuvo comenzaba a rasgarse y resquebrajarse como si de papel mache se tratara.

Luego de un algo largo y angustiante recorrido, el pequeño Tadashi asomó su cabeza dentro de la biblioteca, notando que aquella se veía mucho más aterradora que la última vez que estuvo ahí. En un inicio no hubo nada que llamase mucho su atención, hasta que una tenebrosa voz masculina lo sobresaltó.

- Así que, has vuelto y una plaga viene contigo - la figura macabra del otro Hiro se dejó ver, sentado en una enorme silla de roble con forma de chapulín , sosteniendo lo que parecía ser un libro. Aquella monstruosa versión del japones se veía incluso mucho más aterradora y grotesca que antes: los dedos de sus manos habían sido reemplazados por filosas agujas de cocer que intentaban simular la forma de una mano humana; la piel blanca del otro Hiro se veía agrietada como una figura de porcelana a punto de romperse; había perdido toda su masa muscular, quedando como un aterrador medio esqueleto con ojos de botones.

Tadashi estaba terriblemente asustado por aquella fea criatura, pero decidió tragarse su miedo y enfrentar a aquella imitación barata de su padre con todo el coraje que pudo juntar.

- No...es...es un amigo - contestó retador a la afirmación del otro Hiro, mirándole desafiante y desconfiado.

- Tú sabes que te quiero mucho - el otro Hiro intentó cambiar de tema, acercándose a Tadashi y acariciando delicadamente un mechón de cabello del menor con sus dedos de aguja, solo para inmediatamente darle un suave toque sobre la nariz al pequeño con su dedo índice, evitando lastimarlo, todo para molestia del mestizo quien realizó una mueca de disgusto.

- Pues...tienes una manera rara de expresarlo - respondió el moreno sin dejar de mirarle con fiereza.

- Entonces, ¿en dónde están los ojos de los niños? - preguntó el otro Hiro con una sonrisa sínica pero relajada pues pese a que el niño hubiese completado la primera parte del juego, aún faltaba encontrar algo más.

Tadashi entonces sacó de su mochila los tres contenedores que obtuvo en toda su aventura. Estuvo por entregarlos al otro padre, hasta que recordó su otra parte del trato, provocando una mueca de impaciencia en el rostro ajeno.

- Espera...no hemos terminado aún, ¿o sí? - Tadashi escondió inmediatamente su mano, pegándola a su pecho y evitando que el otro padre pudiese arrebatarle los ojos de los fantasmas.

- No, yo supongo que no, después de todo aún debes hallar a tus antiguos padres ¿cierto? - contestó el otro Hiro con un tono malicioso en sus voz al pronunciar cada palabra dicha- Que pena que no tienes...esto - el otro Hiro dejó ver en uno de sus dedos aquel objeto dado por sus vecinas originales, acto seguido, la espeluznante e impostora criatura lanzó dicho objeto a las llamas de una chimenea dejando que se derritiera; llamas de un color verde que daban a la habitación un tono macabro; el otro Hiro solo pudo soltar una risilla maliciosa de satisfacción.

Tadashi solo podía mirar y sentir mucha impotencia ante tal escena, pensando cuan difícil sería ahora encontrar a sus padres, sin embargo, una pequeña luz comenzó a brillar en uno de los contenedores que llevaba en la mano, uno de los fantasmas le estaba hablando.

- Se inteligente, aunque ganes jamás te dejará ir - aconsejó el fantasma del niño con el pañuelo blanco en la cabeza.

Tadashi volteo a ver la pequeña puerta bloqueada por una oxidada y vieja armadura, puerta que conectaba su mundo con ese otro en el que se encontraba y tras darle unas cuantas vueltas al asunto supo exactamente lo que debía hacer.

- Ya se dónde los ocultaste - afirmó con seguridad el jovencito , atrayendo inmediatamente la atención del otro Hiro.

- Hmmm...bueno, habla entonces - exigió el otro Hiro, notablemente molesto.

- Los metiste ahí adentro - aseguró el niño señalando la pequeña puerta.

- ¿Ahí están?, ¿seguro? - el otro Hiro quería jugar un poco con la mente del infante, creyendo que le tenía arrinconado y completamente bajo su control, se daría el lujo de intentar hacer dudar al menor de su decisión, sin embargo el muchacho se veía firme en su respuesta por lo que el otro Hiro no tuvo más remedio que pedirle a la armadura que se apartara de su posición, no sin antes darle una sonrisa maliciosa a Tadashi, él sabía que esa no era la respuesta correcta y creía que estaba a solo unos momentos de ganar ese sucio juego.

Mientras tanto y aprovechando que el otro Hiro estaba distraído momentáneamente, el niño comenzó a buscar con la mirada el verdadero lugar donde sus verdaderos padres pudiesen estar.

Fue entonces cuando el pequeño gato negro, que había estado escondido en la mochila semi abierta del mestizo, pegó un salto hacia un estante de libros donde se encontraba un adorno de esfera de nieve muy similar al que tenía en casa, solo que este se hallaba empañado, dejando ver a dos figuras abrazadas entre si intentando limpiar el paño del cristal, llamando la atención de Tadashi.

- Papás - susurró el niño con los ojos llenos de dicha y al borde de las lágrimas, siendo cortado su pequeño momento emotivo cuando escuchó la tos del otro Hiro quien estaba intentando regurgitar la llave que anteriormente había devorado, consiguiéndolo sin mucho esfuerzo - Adelante, ábrela, ahí van a estar - aseguró el menor intentando limpiar disimuladamente la lagrima que estuvo a punto de escapársele gracias a la alegría de haber encontrado a sus padres.

El otro Hiro sonrió triunfante a la par que negaba suavemente con la cabeza, abriendo lentamente esa puertita - Te equivocas Tadashi, no están aquí - aquel macabro ente mostró el agujero y como era de esperarse estaba vacío - Ahora tendrás que quedarte aquí, para siempre - dijo el otro Hiro sacando de entre su ropa una aguja con un hilo ya ensartado y un carrete, lo había logrado, había triunfado y podría volverse a alimentar como siempre...o eso creía.

- No, yo pienso...¡Que no! - gritó Tadashi tomando de imprevisto al felino en la estantería, arrojándolo contra el otro Hiro.

El felino aterrizó justo en el rostro de aquel diabólico ser,  el cual comenzó a rasguñar violentamente intentando defenderse de cualquier daño que pudiese llevarse y también cobrar una pequeña venganza por secuestrar y usurpar la identidad de su hermano, dándole así tiempo a Tadashi de tomar el adorno en la estantería y esconderlo en su mochila; ahora solo quedaba salir por la puerta que el otro Hiro había dejado abierta tontamente. Tras unos minutos de forcejeo y arañazos, el felino de pelaje oscuro logró arrancarle de un zarpazo los botones de la cara al otro Hiro, dejándole ciego. Tras dicho suceso, el gato fue lanzado lejos nuevamente, cayendo obre la armadura oxidada sin sufrir daño alguno, pero aferrándose a esta con algo de temor para luego entrar dentro del agujero que conectaba el mundo humano con ese otro mundo pesadillesco. 

- ¡Niño tramposo y grosero! - gritó furioso el otro Hiro tocando sus cuencas deshilachadas. Pronto, todo el piso de la biblioteca comenzó a desmoronarse, quedando en su lugar una enorme telaraña. Muebles, libros, adornos y todo lo demás con forma de insecto se habían caído junto con Tadashi, quedándose pegados a la zona exterior del centro de la telaraña y dejando a Tadashi en dicho centro; rápidamente y cual araña cazando a su presa, el otro Hiro rio de forma malévola abalanzándose hacia el fondo de la telaraña esperando atrapar a Tadashi, sin embargo, el niño tuvo muy buenos reflejos y se apartó justo a tiempo, comenzando a trepar por fuera de la telaraña para no llamar la atención del otro Hiro - ¡NO! ¿DÒNDE ESTÀS?, EGOÌSTA, MALCRIADO - al otro Hiro no le quedó más remedio que dejar de gritar y escuchar atentamente para ver si lograba detectar en que parte de la telaraña se encontraba, aunque poco después no hizo falta siquiera oír pues la mochila de Tadashi se había atorado en la pegajosa red justo cuando estaba por alcanzar la pequeña puerta, lo que provocó que al arrancar su mochila del pegajoso material, la red comenzara a vibrar, revelando así su ubicación, cosa que el otro Hiro aprovechó para comenzar a trepar hacia Tadashi intentando evitar que consiguiera cerrar la puerta o siquiera llegar a salvo a ella.

La persecución no duró mucho pues Tadashi logró llegar a salvo dentro del túnel que servía como conector entre un mundo y otro, sin embargo, el otro Hiro llegó casi al mismo tiempo que Tadashi.

- ¿¡Te atreves a desobedecer a tu padre?! - gritó fúrico el otro Hiro forcejeando con Tadashi quien intentaba cerrar la puerta en sus narices, recibiendo de parte del infante una fuerte patada en el rostro con la que pretendía alejarlo de la puerta, cosa que el niño no consiguió del todo. Sin embargo y en un acto de solidaridad, tres pares de manos fantasmales salieron de la mochila de Tadashi, eran las almas de los niños que deseaban ayudarlo.

- ¡Pronto, cierren! - pidió el niño con desesperación. 

En un intento desesperado por retener al moreno, el otro Hiro extendió una mano hacia el niño con el propósito de atraparlo y jalarlo, cosa que solo provocó que su mano fuese mutilada al cerrarse la puerta, cayendo dicha extremidad al suelo y adoptando la escalofriante posición de una araña muerta. Pero eso aun no acababa. Tadashi se acercó a la cerradura de la puerta, no sin antes tomar su mochila, echándole llave para que no se pudiese volver a abrir tanto por dentro como por fuera. Sin embargo, el grito furioso de Hiro más el retumbar de la puerta al otro lado provocaron que Tadashi se llevase el susto de su vida, gateando a toda velocidad hacia su dimensión.

- NO ME DEJES...NO ME DEJES...ME MORIRIA SIN TI - suplicaba el otro Hiro, de quien solo se podía escuchar su voz mientras la otra puerta se iba a acercando poco a poco de forma aterradora.

Afortunadamente, el pequeño mestizo pudo entrar en su verdadera casa a tiempo, cerrando la puerta de su dimensión rápidamente y echándole llave también.

Tadashi jadeaba, sudaba frío y temblaba a la par que veía la pequeña puerta con pavor, eso necesitaría seguramente unos cuantos meses en el psicólogo para poder olvidarse, pero afortunadamente la pesadilla se había acabado...o eso creía él...pero eso sería más adelante...

Una vez superado el shock, el pequeño revisó su mochila para asegurarse de que no faltara nada, sintiendo una mezcla de emociones en cuanto vio que la esfera de nieve que contenía a sus padres ya no estaba. Tras echar un vistazo rápido por el suelo, sintió como su palma tocaba algo frío y húmedo en el suelo, notando que dicho líquido provenía de la estantería de libros, lugar donde se hallaba la esfera de nieve rota, hecho que desconcertó a Tadashi por breves momentos.

- HECTOR TADASHI RIVERA HAMADA - llamó Miguel con preocupación, grito que hizo reaccionar a Tadashi; sus papás llevaban llamándolo un buen rato.

Tras darse la vuelta, ahí estaban sus padres...sus verdaderos padres...en carne y hueso.

- ¿Por qué no contestas?, nos tenías con el Jesús en la boca - le regañó su papá Miguel.

- ¡Papás! - el mestizo no tardó en lanzarse a los brazos de sus progenitores entre lágrimas, feliz de volver a tenerlos junto a él - Los extrañe muchísimo -.

- ¿De veras?...ay no, lo rompiste y era mi favorito - protestó su padre Hiro quien había notado la esfera de nieve rota en la estantería.

- Yo no lo rompí debieron romperlo cuando escaparon - se justificó Tadashi.

- Y te cortaste - dijo Hiro aludiendo a una pequeña herida que Tadashi tenía en las manos.

- Mijo, te dije que contaras las ventanas, no que les dieras con la rodilla - dijo Miguel notando también una pequeña herida en dicha zona gracias a lo rasgado que estaba el pantalón.

- Bueno, mejor vete a lavar, hay que ir a cenar esta noche - Hiro dio un pequeño codazo a su esposo, un codazo juguetón.

- ¡Vamos a los tacos al pastor para celebrar! - sugirió Miguel.

- ¿Están hablando del programa del festival de día de muertos en el pueblo? - Tadashi estaba confundido; era como si su secuestro nunca hubiese ocurrido.

- Es obvio, ¿qué otra cosa? - Hiro entendía poco la actitud de su hijo pero ahora daba igual, estaban de buen humor y no iba a arruinarlo con disgustos tontos.

- Pero miren la nieve en su ro...pa... - Tadashi estaba por completar su observación hasta ver como la nieve, antes impregnada en la ropa ajena, se iba derritiendo poco a poco hasta ser solo agua y poco tiempo después secarse completamente, como si dicha nieve no hubiese existido jamás.

- ¿Qué mosco te picó Tadashi? - Hiro volteo a ver a Miguel algo confundido, pero ambos acordaron con la mirada dejarlo todo por la paz y esperar a Tadashi para salir a cenar.

Luego de una rica cena de taquitos al pastor, más una pequeña caminata por la plaza del pueblo, la familia regresó a su hogar en la casona. 

Tras hacer su rutina de limpieza dental y colocarse su pijama, Tadashi se acostó su cama, viendo como Miguel simulaba pelear contra Megabot para intentar entretenerlo antes de irse a dormir.

- Entonces ¿podré ayudar a colocar el papel picado? - Tadashi movió suavemente el brazo de su padre para llamar su atención.

- ¿Qué cosa? - dijo Miguel quien simulaba no entender a que se refería su hijo.

- El del festival apà -.

- No tengo idea de que estas hablando - comentó Miguel haciendo a Megabot "atacar" ahora a Tadashi.

- Oye papá, no se nos olvide darles volantes a los vecinos para el festival - le recordó Tadashi a Hiro quien acomodaba un pequeño tanque de juguete en uno de los estantes del cuarto del niño.

- ¿También para Buttowski? -.

- El señor B no está loco papá, solo es, excéntrico - aclaró Tadashi intentando defender un poco la actitud tan singular de su vecino.  

Miguel soltó una pequeña risilla ante el comentario del niño - Descansa Tadashi - dijo el moreno mayor dándole una caricia en el pelo a su hijo.

Antes de salir del cuarto, Hiro depositó un objeto envuelto en papel china debajo de las frazadas de la cama de Tadashi. El niño notó dicho objeto por lo que, tras recibir una mirada cómplice de su padre al salir de la habitación, lo tomó en sus manos para comenzar a rasgar lentamente el material, encontrándose así con la chaqueta rosa que había querido llevarse anteriormente.

Mientras se media la chaqueta, una sombra negra y pequeña se dejó ver en una de las ventanas del cuarto de Tadashi, era nuevamente ese gato negro de antes. Tras ver al animal posado en el marco de su ventana, el niño se acercó a abrirle al felino.

- Hola otra vez - saludó el chico una vez hubo abierto la ventana - ¿Sigues molesto? - dijo Tadashi haciendo alusión a cuando lanzó al gato hacia la otra madre. Y no era para menos, en el rostro del felino podía verse la inconformidad y la molestia, más por el acto tan repentino y el susto que se llevó que por el motivo en si - De verás siento haberte arrojado a...el otro padre...es lo único que pensé - se excusó Tadashi con el felino quien rápidamente perdonó el acto de Tadashi y para mostrarle que no había rencores, decidió dejarse cargar por el pequeño, quien le llevó hasta su cama para que se acostase con él - Llegó la hora - indicó Tadashi sacando de su mochila los recipientes de los ojos fantasmales; era momento de liberarlos.

El felino asintió al mismo tiempo que Tadashi colocaba los recipientes bajo su almohada y se recostaba para finalmente descansar de todo ese agotador día, siendo ahora acompañado por su peculiar ángel de la guarda y, sin saberlo, pariente muy cercano...

Continuará...

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¡LADYS AND GENTLEMAN! ADIVINEN QUIEN VOLVIÓ.

Bueno, luego de un año fuera de Wattpad era hora de regresar justo en uno de mis meses favoritos del año. No creo que haya alguien que realmente me haya extrañado mucho en la plataforma y no sé si alguien siga leyendo esta historia a este punto, pero los que se quedaron y esperan aún que la termine, los felicito, tienen una paciencia de oro.

Bueno gente, no se preocupen, trataré de estar más activ@ de ahora en más tanto con los one shots como con esta historia y no se preocupen que si la voy a terminar ;3

Ahora bien, por los one shots no se preocupen, tengo un chingo de contenido pendiente ahí, incluido el especial de Steven Universe que no terminé y que se iba a festejar por el estreno de la película.

Para los chicos que aún esperan La forma del agua no se preocupen tampoco, pienso seguir escribiéndolo y si pienso acabarlo ;3, no pienso dejarlos colgados pero voy a hacerle una reedición y a cambiar el roll de un personaje de ahí, así que ténganme paciencia por favor, soy lent@ pero les voy a cumplir y a lo mejor para el 14 de Febrero tenemos capítulo nuevo :3.

Para la gente de La caeza y sus voladas, sepan que ahí voy a estar anunciando contenido nuevo o subir una que otra cosa random, no creo seguir platicando las historias de mis Oc's porque no creo que a muchos les interese, pero mis Oc's van a tomar más relevancia dentro de mi perfil por razones que explicaré en otro momento.

Y en cuanto al proyecto Sol, arena y mar, estará en pausa hasta nuevo aviso porque es una historia que quiero desarrollar correctamente y mis habilidades narrativas actuales no son lo suficientemente competentes como para traer un fanfic medianamente bien escrito de ese calibre por lo que esperen con ansias que creo que les puede gustar :3

Ahora bien, tengo unos cuantos anuncios.

El primero es que voy a traer más contenido no solo Higuel (con nuevas historias), sino también historias que involucran a mis Oc's y los de otro colega mío que ha estado inactivo en la plataforma desde hace ya un tiempo, me refiero a 

Suiciedchildrengirl

Cuando publique mi primer historia de ellos entenderán muchas cosas y porque ha estado inactivo.

Ahora bien, mi contenido variará un poquito de ahora en más porque me he enculado con otro contenido y otros shipps sobre los que también quiero hacer historias, no se preocupen, no están obligados a apoyar ese nuevo contenido si no quieren.

En estos días se va a estar publicando un recopilado de historias, headcanons y one shots dedicados a shipps como el Luckity y el Karlnapity, unos shipps de cubitos de minecraft XD (daré más contexto en la descripción del libro) pero para los que ya conozcan los shipps ya sabrán de que va.

Y eso, perdonen por haber desaparecido gente, que tengan un buen día y disfruten del mes Asustubre ;3.

Un besito en los bigotes, hasta pronto mis felinos con sabor a caramelo de limón ;3



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