Reinado del Mal (parte 6)
- ¿Que me necesitaba mi señor?- pregunto el sirviente arrodillandose ante el monarca, estaba muy preocupado, Dream estaba con la vista perdida, mirando hacía los vitrales con una expresión sería pero melancólica, en realidad necesitaba saber que estaba pasándole.
- Si..... Antes de pedirte lo que necesito.... ¿Crees que estoy gobernando bien?- pregunto el príncipe levantándose de su asiento, llendo en pasos lentos hacía los vitrales del castillo, alzando su vista hacía uno en específico, era el que había en honor a su madre, su espantosa y fría mirada se alzaba para ver esa obra de arte.
Su madre, fue una mujer de temperamento limpio, estricta de reglas y piadosa para la pobreza, sabía como reinar el territorio para guiarlo hasta la plena abundancia, fue muy querida por el reino, Dream también era muy amado, pero la realidad es otra.
Lo cierto es que Dream no tenía la más mínima capacidad para el liderazgo, y la sequía lo sabía muy bien, las plagas de larvas lo estaban demostrando. El Reino entró en crisis, muy lentamente los canales se estaban quedando sin agua, y habían aparecido anuncios de mas de cuatro docenas de gusanos de la seda en la parte limítrofe de los cultivos de algodón.
El consejero miro angustiado a su hermano, de alguna manera sentía que esa pregunta ya la había respondido.
-S...Si mi Lord, el pueblo lo ama, ¿Desea decirme que le molesta? Quiero ayudarle mi Lord- pidió el consejero ya muy intranquilo, Dream camino hacía él, y eso le asusto por la forma en la que se estaba transformando su expresión.
No se dio cuenta de cuando el príncipe le tomó por el pañuelo de su traje e hiso fuerza hasta que su rostro quedó cerca del suyo y fue ahí con sólo esa cercanía que el sirviente noto las lágrimas en el príncipe, estaban muy bien ocultas.
-¿De verdad quieres ayudarme?- pregunto el monarca con la voz partida, se oía como un suspiro ahogado en lamento y rabia, el consejero asintió temeroso - Bien..
Frontera del Reino Soñador con el Destructor, 16:30 pm de la tarde del dia siguiente.
"Hora de la merienda", pensó el consejero real del Reino Soñador, tenía una horrible sensación por lo que estaba a punto de hacer, el carruaje se movía violento sobre el camino de piedra logrando que Nightmare peor se sienta, quería vomitar, desvanecerse, lo que sea con tal de evitar esto, pero su lealtad hacía su principe y familia debía mantenerse en pie.
En menos de lo que pensó llegó al bosque que rodeaba a los cuatro reinos, entonces pudo verlo, una silueta pequeña, femenina, hermosa y elegante se acercaba, mientras que él sólo quería alejarse, huir, desaparecer para evitar todo eso.
Error se acercó al lacayo con una sonrisa, traía uno de sus típicos vestidos elegantes y cortos hasta por debajo de la rodilla, se veía tan encantador que Nightmare no evitó soltar un suspiro penoso, el cabello negro del monarca caía tan bello sobre sus hombros que si lo miraba bien le hacía pensar en la noche misma, definitivamente tenían la razón al llamarle la Belleza Nocturna de la Destrucción, porque al igual que la noche arrastraba la luz y la atención caía en ese bello ser.
-Nighty querido, que gusto volver a verte- Error finalmente estuvo frente a el, con esa sonrisa encantadora que logró empeorar el estado del sirviente.
-El gusto es mío Lord Error, le ofrezco mis sinceros agradecinientos por aceptar reunirse conmigo este dia- hiso una reverencia ante el monarca quien solo se rió con suavidad.
-Tonterias Night, sabes que me encanta salir por un día de mis responsabilidades y disfrutar con compañía, la verdad fue muy conveniente tu invitacion, con todo este arreglo de la boda no e podido respirar- se acomodó su vestido y acabo quitándose la capelina dejándosela a su cochero, luego le hiso un gesto para que se retirará, él sirviente cumplió, pero algo le inquietaba de este encuentro. Sin opinar se retiró con un muy mal presentimiento.
-Cuentame, ¿como ha estado todo por tu Reino?, bueno, el de tu gemelo- pregunto informal el monarca, ambos se adentraron en el bosque, Nightmare bajo la excusa de que había armado una canasta para una merienda en el bosque, a lo que Error asintió encantado ya que adoraba las actividades rústicas.
- En orden, el pueblo está pasando por una mala situación pero confían en Dream, eso es bueno...- trataba de evitar tocar temas relacionados a su hermano, eso hacía que todo esto le haga cobrar luego.
-Muy bien, a pesar de su juventud de seguro podrán avanzar bien- sonrió tranquilamente y con confianza, Nightmare palidecio.
Se adentraron muy profundo en el bosque, y como Nightmare comentó, había preparado una canasta con pequeños postres y un poco de té, se sentaron en un pequeño Prado a disfrutar, pero el sirviente no pudo probar bocado, se excusó diciendo que no solía merendar.
-Entonces, After asumió el matrimonio, visita una vez al año y parece que cada vez me lleno más de sobrinos- menciono el monarca abandonando esos palabrerios reales para soltarse un poco ya que confiaba en su amistad.
-Bueno, supongo que es un matrimonio muy prometedor- el sirviente junto las tazas de porcelana y las colocó en la canasta para que no se arruinaran.
- Si, tienes toda la razon, su historia es muy compleja pero mi madre sabía muy bien de los sentimientos de mi hermano pese a que intentaba mantenerse serio, todos sabíamos que fue muy feliz al casarse con el descendiente del Reino Elemental- Error rió divertido, fue toda una historia esa boda, pero algo era cierto, no había nadie más digno que Reaper para hacer brotar la mejor personalidad del mayor de sus hermanos.
Pero lo cierto es..
El tiempo no es piadoso, y menos cuando estás con buena compañia, Nightmare trago en seco mientras veía al monarca de tez morena jugar con unos perritos de la pradera, su corazón pálpito con fuerza mientras apretaba la daga entre sus manos ocultandola detrás de su espalda.
Pareciera que el tiempo sabía lo que se avecinaba, las nubes estaban negras, como queriendo llorar sin consuelo y sin detenerse, como acusándole de lo que estaba por hacer. La condición del clima más el estruendoso relámpago que callo llamo la atención del monarca, girandose para alertar a su amigo... demasiado tarde para pedir ayuda..
- Pudiste hacer lo que te ordene Nigtmare?-
- Si mi Lord, esta hecho-
- ahhh~ Perfecto, ahora ve a cambiarte por favor-
- Si mi Lord-
El consejero asintió girandose y caminando hacia su habitación, estaba lleno de tierra mojada y su traje estaba arruinado, pero no le importaba, las lágrimas estaban callendo sin control alguno, no podía creer lo que había hecho...
Lo se, rompí mi promesa, señores mejor me hago la idea de que soy una irresponsable y que me van a matar por eso, yo mejor dejo esto aquí y.... -se larga a correr-
BYE Sinners!
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