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Epílogo: La luna del lobo gris.

RELATO POR LAURA:

VEINTE AÑOS DESPUÉS

La fiesta de presentación de mis gemelos ocurría en una de los Hoteles de mi Clan. Al final ambos siempre terminaban ocultándose por allí cuando sus padres recelosos los ahogaban con tanta sobreprotección.

Adrián, mi hijo, lo hacía porque trataba de estar pendiente de su destinada, la hija mayor de Kim y Adam: Fayna. Desde pequeños ambos eran inseparables y al llegar a su trasformación se confirmó lo que todos ya sabíamos. Para desespero de Adam.

Sin embargo Alma, mi hija, recurría a su escondite preferido para entrenar junto a la Équite, con Björn. De los dos, ella era la que más tenía claro su designio como futura portadora de la corona de sangre y a la que la Diosa Luna había postergado su transformación, seguramente esperando un extraordinario futuro junto a su destinado. Pero para Alma era una angustiante espera.

La fiesta era organizada para mezclar las dos razas. Llevábamos años tratando de apaciguar los conflictos entre vampiros y licántropos, logrando una especie de meseta en cuanto a las disconformidades y los beneficios de que los principales líderes de ambas razas estábamos unidos por un juramento por toda la eternidad.

¿Y la relación entre los tres resultaba exitosa? Déjame explicarte, curioso lector, que cuanto más difícil resultaba que los tres lográramos estar juntos por las responsabilidades propias de nuestros cargos, más disfrutábamos de cómo todo encajaba perfectamente entre nosotros a puertas cerradas.

Por la Diosa, como de placentero era pertenecer a un vampiro y un lobo.

Y esa noche antes de la fiesta, teníamos un encuentro pendiente. Ya que desde la última semana de celos hace un par de meses nuestros caminos no habían logrado unirse para devorarnos con nuestro instinto animal.

Haríamos lo posible para saciarnos y luego asistir a la presentación de nuestros hijos Adrian y Alma.

Mi loba comenzó a aullar en mi interior anunciando que ambos estaban más cerca y su aroma terminó de arrebatar cualquier hilo de control ni bien cruzaron la puerta de mi habitación.
Corrí para saltar sobre mi vampiro que me sujetó por los muslos cuando lo atrapé entre mis piernas y luego me incliné a besar a mi lobo que trataba de trancar la puerta y asilarnos de cualquier interferencia del exterior.

Las ropas volaron por toda la habitación y terminamos desencadenando nuestros demonios en el jacuzzi de la terraza, bajo la misma luna llena que desde un principio nos asistió poseernos sin ningún tipo de pudor.

¿Entonces cuál es nuestra mejor ventaja siendo trío, curioso y lujurioso lector? Pues podría decir que es cuando Lorenzo se desacata embistiéndome desde atrás, sujetándome de mis caderas mientras Aarón llega a su orgasmo con un grave gemido en tanto me adueño de su miembro duro con mi boca y mis manos.

O tal vez cuando nuestras caderas se sincronizan mientras ambos alimentan mi infierno para llevarme al paraíso ensartándose hasta el final en mi interior.

Por la Diosa, son mis tormentos y mi redención.

Pero mi momento preferido, es cuando estamos recuperando el aliento sobre las sábanas de una cama, besándonos y mordiéndonos, renovamos nuestra promesas de que son míos y yo soy completamente suya.

No demoró mucho para que ambos percibieran nuevamente un cambio en mi interior. Era una sorpresa que desde la última semana de celos tenía guardado para ellos. Los latidos de nuestros cachorros estaban cada vez más fuertes.

RELATO POR BJÖRN:

Adrian había casi rogado para que nos encontráramos en el gimnasio de entrenamiento sin que nadie más se enterara.

Los hijos de Laura, Lorenzo y Aarón tenían algo en común a sus padres: eran un terremoto de problemas.

Sobre todo él, un lobo negro fuerte y muy audaz, que seguramente era el que más se parecía al genio de su madre. Y con Adrian estaba por supuesto su destinada, Fayna.

Fayna tenía el inmenso corazón y la sensibilidad de su madre Kim, pero también la inteligencia pendenciera de su padre Adam.

¿Cuál es el resultado de esa explosiva combinación? Problemas, muchos problemas.

A medida que iba acercándome al lugar acordado con esos jóvenes inquietos, Parker mi lobo se alteraba en mi interior.

Asumí que era por el inmenso trabajo que nos esperaba más adelante en la noche, con casi miles de invitados que asistirían al evento del año: el aniversario de los herederos de la Alianza y de la monarquía de los Vampiros.

Pero el aroma que se disipaba en el ambiente del gimnasio hacia que en mi mente Parker enloqueciera por buscar a su dueña.

Traté de inhalar y exhalar controlando a mis instintos por irrumpir y sacar a esos cachorros de una ojera hacia el Hotel.

-Quiero que sean muy serenos y concisos explicándome en que lío se metieron ahora.- expresé controlando a Parker, que ya sabía a dónde dirigirnos luego de aclarar la situación con ellos.

-¿Quieres la verdad o sólo lo que te dejaría más tranquilo?- espetó la chica, arqueando su ceja y sonriendo pícaramente, con sus manos en su cintura y afrontándome con mucha audacia.

-Fayna y Alma estaban entrenando sus disciplinas cuando al fin sucedió la transformación de mi hermana.- comenzó a explicar Adrian con algo de preocupación. -Hace casi una hora que Alma no responde a nuestro vínculo y no quiere que la encontremos. Su loba heredó de mi madre su habilidad de ocultar su olor, por eso no podemos rastrearla.-

-¿Y por qué no intentaron pedir ayuda a sus padres?- sugerí.

-Porque seguramente tú si puedes encontrarla y calmarla, lobo gris. Y nuestros padres deben estar con sus asuntos.- y recalcó esas últimas palabras girando sus ojos.

-No te preocupes, aún no le diremos nada a nadie.- agregó Fayna, escondiéndose detrás de su pareja destinada con sus risa burlona. Era odiosamente parecida a su padre.

-Lo que Fayna quiere decir es que siempre logras encontrarla y hacer que sus miedos no la atormenten. ¿Lo puedes hacer, por favor, Björn?- pidió Adrian y en seguida salió con su chica hacia el Hotel.

Mis instintos me decían que esos dos tenían alguna artimaña entre sus garras y que la dulce y sensata Alma había sufrido las consecuencias.

De su historia lo único que me dejaba con una pizca de curiosidad era saber cuáles disciplinas estaban entrenando para que Alma perdiera el control y saliera asustada.

Desde que conozco a esa cachorra, heredó de su madre además de la belleza, el control y prudencia que tiene al usar sus habilidades o disciplinas. Muy distinto a Fayna y Adrian.

Bastó con una llamada al centro de seguridad del complejo para saber si las cámaras habían captado hacia qué dirección se había fugado.

Luego seguí el aroma.

Ese aroma me recordaba a las flores del Bosque durante la primavera o cuando Parker recorría los senderos buscando donde encontrar sus presas pasando por los lagos floreciendo en miles de colores. Era la mezcla perfecta entre la belleza de lo silvestre y lo exquisito que es correr en libertad.

El último paradero de la fugitiva cumpleañera y el aroma se dirigían a la misma dirección.

La playa privada del Clan Monte D'Vitale.

Ya me estaba causando problemas con mi concentración la revuelta de Parker en mis adentros.

Como pidió el futuro Alfa de los Lobos negros, seguí a su hermana sin ninguno de mis escoltas o guardias.

La idea no era acorralarla, menos si se sentía confundida y temerosa.

El atardecer teñía el cielo en tonos dorados y naranjas en el muelle de madera aparentemente vacío. Sólo la fresca brisa del mar azul y cálido se podía sentir allí.

Muy pronto caería la noche y reinarían las luces de los complejos que aguardaban los invitados.

Ya casi sentía ausente el aroma, pero lo que importaba era encontrar a la chica. De lo contario sus padres desplegarían un ejército tras ella y no harían más que hacerla seguir ocultándose.

Traté de agudizar mi audición y percibir con mis instintos, que con ayuda de Laura desarrollé de mi lado vampiro, los latidos del corazón acongojado de Alma.

Caminé con cautela hasta el final del muelle, hasta que la oí sollozar en una de las escaleras laterales que bajaba hacia las olas calmadas de ese atardecer.

Mi corazón se comprimió pensando en todas las travesuras posibles que tuvo que soportar de su hermano y cuñada. Su cabello castaño y rizado se agitaba con la brisa del mar, mientras ella trataba de abrazarse fuertemente. Sus pies se mojaban con la cálida agua y decidí sentarme unos escalones más arriba mientras esperaba que ella decidiera hablar o solamente regresar.

-¿Parezco una niña tonta?- preguntó con un hilo de voz que destrozaba mi alma.

-La palabra tonta jamás te va a describir, princesa.- respondí mientras descendía un escalón más hacia ella.

-¿Mis padres ya lo saben?- y se dio vuelta para que sus ojos grises se clavaran en los míos. Eran como los rayos de la luna llena, de esos que te sacan la respiración y se adueñan de tus pensamientos.

-No lo creo, de lo contario estarían todos los soldados y guardias buscándote por toda la ciudad.-

-Mi loba dice que por suerte fuiste tú quien nos encontró.- confesó tratando de sonreír.

-¿Ya sabes su nombre?-

-Diana. Y también sé otra cosa. Creo que de alguna manera siempre lo sabía.- dijo y luego volvió a esconder su cara abajo sus rizos castaños y entre sus manos.

Seguramente se trataba sobre que también había encontrado su pareja destinada.

¿Quién sería el afortunado? Sólo en pensarlo Parker forzaba salir. Maldición, debía controlarme.

Bajé dos escalones más hasta casi sentarme a su lado. Al tocar la piel de su brazo para intentar no dejarla nuevamente caer en llanto, sentí una oleada de vibraciones por todo mi cuerpo.

Rápidamente alejé mi mano y traté de aferrarme a la baranda de madera. Mi lobo deseaba acunarla en nuestro pecho y calmarla con cada latido de nuestro corazón que ahora era totalmente devoto a ella.

Al final estaba ahí, luego de esperarla durante tantos años, mi Luna, mi alma gemela.

Trataba de apretar mis colmillos que deseaban ya morderla al instante que ella permitió que su aroma nos arrebató a la sensación de quemar en llamas.

-¿Sientes lo mismo, Björn? Por favor, dime que si.- la oí susurrar cerca de mi oído y sus manos buscaron entrelazarse con las mías. -Juro por la Diosa Luna que esperé todos estos años para decírtelo porque no quería que te avergonzaras de mi.- confesó con lágrimas en su ojos.

-Mi Luna eres perfecta...- alcancé a decir antes de que Alma se colgara de mi cuello y nuestros labios se acoplaran perfectamente.

La besé controlando mi deseo de morder y poseerla allí mismo. Dejarme llevar por los instintos no era una buena idea, pero estaba resultando muy difícil.

Sólo nos alejamos para tomar más aire y seguir tratando de explicar uno al otro todo lo que nos producía la cercanía y el roce de nuestros cuerpos.

Por supuesto que enseguida nos trajo a la realidad las incesantes solicitudes de conexión por el vínculo mental de Adrian y Fayna. Y admito que de todas las travesuras y problemas que ambos son capaces de hacer, ese favor se les agradecería por siempre.

La noche llegó y las luces del salón se apagaron para dar inicio a la celebración.

Los herederos salieron detrás de una enorme cortina dorada y luego cruzaron tomados de la mano hacia el centro del salón principal, donde sus padres los esperaban orgullosos.

Mi Luna estaba deslumbrante con su vestido blanco y su cabello rizado. Ambos saludaron afectuosamente a sus padres. Pero había algo extraño con Aarón y Lorenzo, ya que se notaban más tensos y nerviosos de lo acostumbrado.

Por su parte, nuestra reina se veía hermosa como de costumbre. Y por su mirada, estaba claro que estaba a la par de los últimos sucesos.

Sospechaba que Parker y Alana, nuestros lobos estaban murmurando por su conexión.

Luego era el turno del primer baile, Adrian sacó a su destinada de los brazos de su padre. Y este rechinó sus colmillos pero se mantuvo a raya gracias a los codazos de Kim y de su hijo menor Nova.

En seguida sentí como los ojos de mi Luna me buscaron por el salón y al encontrarse con los míos sonrió brillando más que la mismísima luna.

Sé que también los ojos furiosos y confundidos de Aarón y Lorenzo querían arrancarme la cabeza ni bien la giré en mi frente y abracé la cintura a su hija, mi amor eterno.

Creo que también el salón entero murmulló e hirvió con la noticia de que la heredera del trono de sangre ya tenía a su compañero de vida.

Porque yo sería suyo, por toda la eternidad.


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