Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Anexo +18. Zahid y Laura.// Capítulo 5.


RELATO POR LAURA: 

El maldito se había librado de las esposas y me tenía entre sus brazos. Me puso sobre la cama, sin quitar sus labios de los míos, me sacó suavemente todas las prendas y entrelazó sus dedos con los míos sobre mi cabeza.

Mi cuerpo me traicionaba nuevamente al estremecerse a cada roce de su hábil lengua por mis senos, lamiéndolos, mordiéndolos y luego acariciándolos para comenzar con esa tortuosa satisfacción una y otra vez turnándose entre uno y otro. 

En seguida con una de sus manos ubicada en uno de mis muslos que levantó para acomodarse en medio a mis piernas, jugaba con mis gemidos en descontrol por sentir su erección en mi vientre. 

Aunque los ventanales del cuarto estaban descubiertos, en la habitación dominaban nuestras respiraciones trémulas y agitadas por lo vertiginoso de nuestras ganas de comernos en la plena oscuridad que nos regalaba una noche de tormenta.

— Eres mía, sólo mía.—  balbuceaba Zahid mientras se apartaba unos centímetros para sacarse el boxer y hacerlos volar cerca de la puerta del baño. 

Pero sus ojos destellaban en un dorado hipnotizante, lo que significaba que Rider estaba en control y que esta noche me estaba reclamando como sólo suya. —Mi Laura, mi Luna.— murmuró cuando volvió a tumbarse a mi lado y llevó su mano hacia la mía que aún no entendía dónde comenzar a retribuir el placer que acababa de regalarme.

Sin más entendí que debía dejar que el me guiara por su piel, que aún tenía los moretones de los latigazos y mordidas que con tanto gusto le hice, recorriendo su pecho desnudo, delineando sus músculos y llegando hasta abajo, hasta su miembro duro y listo para mi.

El dejó que su cabeza cayera en la almohada y abrió su boca para soltar algunos gemidos tan graves y que retumbaban en la habitación, mientras mis labios y mis manos comenzaron su exploración a la perdición. 

Luego de un par de succiones y lamidas desde la base a la punta en su miembro, Zahid volvió a estar entre mis piernas y a no despegar sus labios de los míos. 

— ¿Quieres seguir, Laura?— preguntó mientras aún trataba de recuperar algo de aliento. Asentí con la cabeza, pues entendía a qué se refería. — Mi Luna, dime si te lastimo o si quieres que me detenga. No quiero...— lo callé mordiendo su labio inferior y levantando mis caderas para que entrara suavemente en mi, y así sentir como si estallara un remolino de placer en todo mi cuerpo entre tanto el buscaba controlar su ritmo de embestidas.

En seguida que el percibió de que logré el éxtasis descomunal al arquear mi cuerpo y clavar mis uñas en su espalda, comenzó a acelerar y así volver  a encender la furia de mis orgasmos que fueron señalados por quejidos que resonaban sin control.

Diosa Luna, esa noche su espalda quedó teñida con algunas gotas de sangre que salían de los arañazos que mis uñas plasmaron allí al acompañar cada un de nuestros demonio que dejamos sueltos en esa habitación más de una vez. 

Él durmió mientras se recostó en mi hombro y dejó escapar una sonrisa de genuina tranquilidad. El sol ya abría paso en el horizonte, filtrando sus primeros rayos entre los edificios.

Y en mi tonto corazón, comenzaba a acunar la estúpida posibilidad de que podría estar junto a él hasta que cerré los ojos. 

RELATO POR ZAHID:

Desperté al otro día saboreando el embrujado aroma a rosas y jazmines que emanaba de su cabello negro sobre la almohada. 

Me permití por unos minutos contemplar su piel desnuda, sus perfectos senos subir y bajar mientras respiraba.  Su piel que fue el terreno perfecto para perder completamente la cordura durante la noche. 

Mi lobo aún deseaba seguir con un maratón de sexo... 

Diosa Luna, esa lobita había logrado que confesara entre mis gemidos y embestidas, que ninguna mujer había logrado darme tanto placer como ella durante toda la noche.

Entonces en mi mente comenzó a rodar un par de ideas, me levanté de su lado, dejándola seguir descansando. Pues tenía mis planes de seguir disfrutando de todo lo que podía de mi chica.

Obviamente que no me proponía presentarla como mi destinada y futura Luna ante mi Manada, pero de alguna forma podría tenerla conmigo, tal vez como una concubina o como una de las empleadas encargadas de los niños. Hasta podríamos tener nuestros propios cachorros, mientras fuéramos muy cuidadosos con nuestro entorno y estar lo suficientemente alejados demás integrantes de la Alianza.

Sin embargo mi padre ya me lo había advertido, que esa loba pronto tendría su final merecido.

Abrí la ducha y dejé que el agua se llevara esas ideas de que habrían posibilidades de conservarla a mi lado.

—Si tu padre la toca, deseará no haber nacido.— amenazó mi lobo, asechando inquieto en mi mente. 

—No es mala idea.— respondí dibujando una sonrisa. 

—No dejaré que la lastimes, además soy el único que tiene las agallas de deshacerme de tu padre si se atreve a meterse entre los dos.— bufó y cerró el link. Por estos días no era fácil mantener un diálogo razonable con Rider, pero también tenía algo de razón. 

En un instante mi piel comenzó a arder cuando a mi simplemente llegó su aroma. Me giré y traté de traerla cerca, conmigo bajo la ducha. 

Su risa aceleró mis latinos cuando mis labios tocaron su cuello.

—Muérdela. Muérdela. Muérdela, maldito idiota.— me animaba Rider, pero eso sería el colmo después de todo. 

La giré y ordené que pusiera sus manos en las paredes de la ducha. 

Nuevamente olfateé el aroma de su cabello y ya estaba listo para comenzar a embestirla con desenfreno. Entre en ella sin aviso, sujetándome firme de sus hermosas caderas. Primero quise demostrarle cómo podía ser bueno, pero entre más salía y me introducía, más deseaba oírla llegar a sus orgasmos gimiendo mi nombre. 

Al final fui yo quien lo hizo, exploté suplicando que me perdone. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro