15. La princesa y la Bruja.
RELATO POR BJÖRN:
Ni bien llegamos al pueblo de los Lobos Grises, tenía una reunión con mi padre y Aarón en su despacho. Mi equipo estaba terminando de instalarse en el gimnasio de entrenamiento. Entre ellos Kim y Laura.
Daniel y Jamal quedaron a cargo de seguir acomodándolos y tratando de informarse de lo qué tramaba el viejo lobo. Me esperaba una ácida Bienvenida por parte de mi padre.
La relación con Damian nunca fue de las mejores. Él siempre prefirió ocuparse de los asuntos de la Manada que de su familia. Nunca estuvo lo suficiente como para extrañarlo en las cenas o en las fiestas de cumpleaños, los festivales del colegio o de secundaria. Mi hermana cubrió como pudo esos huecos, es la única a la que extraño como familia.
Simplemente mi padre era alguien irrelevante en mi historia. Pero era el Alfa de nuestra Manada, debía a él mi lealtad y daría mi vida por protegerlo.
Ya llevaba más de media hora esperándolo en su despacho y Damian no asomaba su hocico.
Otra vez esa sensación de que algo no encuadraba me atormentaba la paciencia. ¿Qué problemas andaban rondando? ¿Qué oveja descarriada acechaba ese lobo rabioso?
RELATO POR LAURA:
Kim y yo estábamos asignadas a la Guardia de los calabozos. Nos enseñaron el camino un par de Deltas. No eran muy amigables, sólo señalaban el camino que debíamos seguir y no dejaban de controlar cada uno de nuestros movimientos.
Cuando bajamos a las mazmorras, ese ambiente me hizo recordar el sótano donde me crie junto a mi Padrino Adriano. Querido lector, aquí percibí que cruel era mi historia al sentir nostalgia por entrar a un lugar tan espantoso como ese.
Era un pasillo largo y oscuro, donde habían muchas celdas, olor a moho y sangre. Había mucha sangre escurriendo por el medio del pasillo. ¿Eso debía ser del prisionero que debíamos vigilar?
Kim comenzó a tener una de sus visiones, lo sabía porque se tambalea y su cuerpo comenzó a temblar. La sostuve de la mano, esperando que ese episodio pasara y lograra recomponerse. A veces sólo eran pocos segundos.
Esperábamos que abrieran la puerta por la cual venía escurriendo esa sangre. Adentro se oían risas y golpes, creo que habían más de una persona allí adentro. ¿Qué tan divertido es torturar a un prisionero? ¿qué clase de persona disfruta de esta barbaridad?
Cuando Kim volvió a si, me miró con gran desespero: -Corre, Laura, es una...-dijo ella, pero fuimos interrumpidas por golpes y patadas. Las dos caímos al suelo aturdidas.
Nos arrastraron hasta adentro de la habitación, que tenía piso de piedra y paredes con gotas de sangre. Todo allí olía a sangre y muerte. Me arrastré por el suelo, hasta poder sentarme y mirar con más atención.
Oí los pasos de alguien acercarse y levantarme del piso por mis cabellos, así fue cómo se presentó Damian:
-Estaba ansioso por conocerte, mestiza. Sé que te llamas Laura. Nuestro amigo en común me contó sobre ti. Me llamo Damian.-y luego me clavó una estaca de plata en el hombro. Seguía colgada en el aire, mientras Damian sonreía.
Dolor, mucho dolor sentía. La estaca ardía como un hierro caliente. Traté de quitármelo, pero también me quemaba las palmas de la mano. Me dejó caer sobre el suelo y retrocedí hasta tocar con mi espalda una de las paredes.
-¿Te duele, niña? Permíteme ayudarte.-dijo Damian y me sacó por fin la estaca, para clavarla nuevamente en mi pierna derecha, justo arriba de la rodilla. Esta vez con todas mis fuerzas me la quité y la tiré lo más lejos que pude. Diosa, ¿por qué me está haciendo esto?
Mi cuerpo comenzó a colapsar. Temblaba y tenía escalofríos, pero sentía que ardían las heridas por la plata.
¿Qué hice ahora? ¿esto es por qué desobedecí la orden de Björn de no acercarme a Lorenzo? ¿Quién estaba amarrado en la silla en el centro de la celda?
Como pude levanté la mirada y traté de fijar mi visión que estaba borrosa.
Amarrado y golpeado estaba en el medio de la celda un hombre, que parecía ser Giacomo. Sonriendo y muy herido. ¿O eso creía? ¿ya la plata estaba haciendo su efecto? ¿estaba alucinando?
No logré ver más, el dolor era realmente intenso. Recibí un fuerte golpe en la cabeza. Vi solamente los pies de Damian alejarse y oí su risa. Otra vez caí inconsciente sobre un charco de mi propia sangre.
RELATO POR KIM:
Cuando desperté estaba nuevamente en el gimnasio de entrenamiento. Sobre una de las camas del dormitorio donde se suponía que estaría con Laura.
¡Oh, Laura! ¡Tienen a Laura en las mazmorras!
Debía avisar a Björn... ¿Pero acaso Björn fue quién mandó atrapar a Laura? No, no es posible. Él siempre trataría de protegernos. No es su forma de lidiar con sus guardias o sus aliados. Jamás haría daño a Laura.
¿Qué estaba sucediendo entonces? ¿Quién estaba detrás de esta trampa? ¿por qué nuestra propia Manada nos hacía esto?
Al tratar de salir por la puerta no logré abrirla. Estaba trancada en esa habitación. Tampoco escuchaba a alguien por los pasillos o en la cercanía.
Pero mi mejor amiga me necesitaba. Comencé a golpear la puerta con todas las fuerzas que tenía. Nada iba a retenerme, ni una estúpida puerta de hierro de 100 kilos con todos los candados que había en este condenado pueblo.
RELATO POR BJÖRN:
Cuando al fin llegó Damian a su despacho ni me dirigió la palabra.
Solamente se sentó en su escritorio y realizó un par de llamadas. Para ser una reunión con tanta urgencia, al parecer no tenía mucha prisa. Típico de Damian, ni cuando me necesita para salvar su trasero pierde su arrogancia.
Aarón llegó y también no entendía la razón de esta reunión, ya que Damian seguía ocupado con sus llamadas y su portátil personal. Arrimó una silla y se sentó a mi lado.
-¿Ella vino en tu equipo?.- preguntó Aarón y ya sabía a quién se refería. Lo afirmé con la cabeza y señalé a mi padre. Tratando de hacerlo entender que fue Damian quién quería que estuviera aquí.
Por supuesto que eso no agradó en nada a mi primo, él también sabía que mi padre odiaba todo lo relacionado a Gianlucca. Si supiera que Laura era su hija, no estaría feliz de saber que estaba entre los guardias de su manada. Aarón y yo seguíamos hablando por la conexión mental cuando por fin nos dirigió su palabra:
-Tengo excelentes noticias. Tenemos la oportunidad de dar el golpe de gracia a Gianlucca.- dijo sonriendo sospechosamente Damian. Podría hasta decir que lucía feliz, si eso alguna vez era posible.
-¿Realmente crees que es Gianlucca? ¿tienes alguna prueba de esto? No hemos avanado mucho en nuestra investigación. Sólo sabemos que es un líder Anarquista.- interrogó Aarón. Pero veía en su cara algo de preocupación, en vez de sospecha.
-Tengo mis razones. Gianluca viene por más. Pero gracias a Björn estamos con algo de ventaja. Ahora ese vampiro sabrá cómo se siente perder todo. Estoy por enviarle un mensaje muy tajante. - aseguró ese viejo rabioso y mis corazonadas resurgieron.
¿Damian estaba reconociendo que tiene ventaja gracias a mi? Traté de comunicarme con mi Beta por el vínculo mental y asegurarme dónde estaban las chicas. Todo esta alegría me resulta muy sospechosa.
Aarón a mi lado comenzó a cambiar su semblante mientras escuchaba los delirios de mi padre, ya exhalaba cada vez más angustia y aprensión. Creo que estaba presintiendo lo mismo acerca de las intenciones de Damian.
Conociendo bien a Aarón, estaba seguro que no permitiría que lastimaran a su futura Luna. Él estaba completamente fascinado por ella.
-¿Están preocupados por la mestiza? Ella va a ser el mensaje a Gianlucca, no es alguien de mucha importancia, ¿o si? ¿Se encariñaron por la hija de Gianlucca? ¡No me esperaba eso de Aarón! Qué maldita ironía, ¿verdad?.- dijo divirtiéndose de nuestra aflicción.
-No tienes derecho de...- dije a ese demente. Pero él me interrumpió golpeando su escritorio y partiendo un par de astillas del mismo.
-Mi manada, mis reglas. No voy a permitir que infiltren entre mis guardias una aberración como es esa mestiza. Ella es de la misma escoria que aquel Vampiro. Sé muy bien que ella se revolcó en la cama con Aarón. ¿Y en la tuya también, Björn?- afirmó punzante ese maldito infeliz.
Parker, mi lobo, ya estaba tomando el control en mi interior. Rugía con tanta furia, que mis puños ya no corría la circulación por mantenerlos apretados para no lanzarme sobre él.
En este instante mi lealtad hacia mi Alfa estaba en tela de duda, ¿debía ser leal a quién usaba a sus propios lobos como carnada?
Daniel me confirmó por la conexión mental que no encontraba a Laura ni a Kim por el gimnasio de entrenamiento o el salón comunal. Entonces entendí que Damian me entretuvo aquí mientras las dos chicas estaban en peligro. Lo había calculado todo. Era un líder sin honor:
A Damian no le importaba nada más que seguir en su eterna contienda con Gianlucca.
Nunca le importó nada más que su propia venganza.
Nunca le importó cuando Aisha se fue de la Manada.
No se importó de entenderla cuando mi hermana comenzó una nueva vida para estar con quién amaba.
No le importó en defenderla cuando la Alianza la acusó de traición.
Tampoco le importa hacer daño a su propia sangre para vengarse de Gianlucca.
¿Este es el Alfa que se merece la Manada de Lobos Grises? A Parker ya no lo podía controlar, así que lo dejé salir y terminar con esto.
Defender la familia es la primera regla de todo Alfa.
RELATO POR KIM:
Seguía golpeando la puerta con todo mi cuerpo, ya casi estaba logrando arrancarla de la pared. Pero estaba exhausta, con algunos moretones y dolor de cabeza. Trataba de inhalar una vez más y me alejé para tomar más impulso.
Me asusté cuando algo o alguien arrancó la puerta y la tiró por los pasillos haciendo que retumbara en los alrededores. Lo mejor que pude sostuve una posición de ataque, sea lo que sea eso que estaba allí, era muy fuerte. Había que luchar.
Aquí ya no habían aliados o quién podría ayudarme. Además era la única que sabía dónde estaba mi mejor amiga y debía ir ayudarla. Laura me necesitaba, debía ser fuerte por mí y por ella. No era momento de bajar la guardia. Me decía a mi misma: Ponte de pie y pelea, Kim.
Entre polvo y partes de cemento cayendo surgió Adam. Me levantó en sus brazos y me sacó de allí. Resoplé de alivio y me sostuve de su cuello. Diosa, gracias.
-Adam, tenemos que ayudar a Laura. Ellos tienen a Laura en las mazmorras. Por favor, por favor...-y comencé a sollozar.
-Nunca más vas a salir de mi lado, ¿entiendes? Estos lobos no tienen honor.- dijo crujiendo sus dientes y revisando si tenía alguna lesión importante. Su expresión de angustia era evidente mientras miraba mis moretones.
-Tenemos que ir por Laura, está en...-y me interrumpió con un beso.
-Todos nos iremos de aquí, tranquila, mi amor. Ellos van a lamentar haberte hecho eso.- reafirmó Adam y corriendo salimos de allí.
Al parecer conocía muy bien las instalaciones, también tenía un equipo de vampiros que cubrían el trayecto. Todo estaba calculado, nos movíamos entre las sombras y por medio de las patrullas sin ser detectados hasta salir del pueblo. ¿Cómo lograba cubrir nuestro olor sin alertar a la guardia?
En un sendero cerca del bosque, una camioneta nos esperaba y recostada en el asiento de atrás reconocí a Laura inconsciente. Entramos y salimos lo más rápido de allí. Nos seguían motocicletas y otros autos. Todos eran vampiros que ayudaban a Adam.
Miré hacia atrás cuando las alarmas del pueblo comenzaron a sonar. Debíamos salir de allí deprisa, en pocos minutos los lobos nos rodearían y sé que podía suceder.
Mi corazón saltaba en mi pecho y Adam ordenaba a sus colaboradores para reforzar la atención. Debíamos ser más rápidos, ganar distancia.
En mi mente agradecía a las fuerzas luminosas y ocultas por poder tener a mi amiga. Yo podía ayudarla, estábamos juntas otra vez. ¡Ya lloraba de felicidad en el hombro de la única persona que logró ayudarnos! Creo que hasta se me escapó un te amo.
Por otro lado jamás iba a perdonar esa traición de los Lobos Grises; juraron protegernos y no dudaron ni un minuto en traicionar. Nosotras juramos lealtad a la manada , ¿así era como los lobos mantenían sus tratados?
Había que informar a la Alianza. ¿pero Aarón también podía estar detrás de esto? ¿y qué responsabilidad tenía Björn sobre esto?
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