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13- La princesa indecisa

Relato por Laura:

Kim estaba tratando de ayudar a Lorenzo con sus heridas. Daniel y Jamal seguían conversando acerca de lo ocurrido. Mientras que Adam me miraba con preocupación.

Más atrás Aarón caminaba en círculos, tratando de controlarse conversando con Björn.

-Sé lo qué sientes. Es como si su dolor también es tu dolor. Y cuando estaban a punto de llevarlo más allá de la no muerte, también te quitaban tu alma. Como si te robaran el aire de los pulmones.- dijo Adam y puso su mano sobre mi mejilla. Tratando de secar las lágrimas que escurrían.

Agradezco tener a Adam como amigo, los demás no entendían lo qué me sucedía. Solo sufres por tu compañero de vida cuando algo amenaza la vinculación entre los lobos.

Pero con Lorenzo, era mucho más que la designación de la Diosa.

Mi alma y la suya sufrían en la propia carne lo que él otro padecía.

Björn volvió y se agachó a mi lado. Puso su mano sobre mi hombro y vio como mi piel tenía unas heridas como quemaduras, como si los golpes de Lorenzo se replicaran en mi cuerpo. Aarón al verlas gimió de dolor atrás de mi, él era el responsable por toda esa barbaridad.

-¿Cómo esto es posible, Adam?- preguntó muy preocupado señalando mis quemaduras.

Adam trataba de explicarle sobre la fuerza del lazo que tenían las almas gemelas de los Vampiros. Pero que jamás vio un caso así, esta dependencia entre uno y otro. Sólo lo había oído en leyendas e historias muy antiguas.

De los primeros condenados, explicaba con la suma atención del resto de los presentes.

Volvimos a la Choza de Kim. Ya podía caminar y no me dolían tanto las quemaduras pues mi rápido metabolismo me ayudaba a sanar en pocas horas.

Aarón no volvió del bosque en la noche. Tampoco lo esperé... Aún estaba muy decepcionada por lo que hizo.

Sin embargo al paso de algunas horas mis heridas ya estaban cicatrizando del todo. Por lo cual Lorenzo también se recuperaba. Me dormí reconfortada con esa idea...

Al otro día desperté con la mano de Aarón en mi mejilla y jugando con algunos mechones rebeldes de mi pelo. Estaba de rodillas al lado de mi cama, con su frente pegada a la mía. Sus ojos me miraban con angustia.

-No te quiero perder, Laura. Lo que hice fue por miedo a perderte. ¿Me perdonas, por favor?- dijo Aarón tratando de abrazarme.

-Te amo, Aarón.- lo dije sin pensar. Pero alejándome de él, mientras lo veía tratar de acercarse aún más.

-Yo también te amo, Laura.- me respondió atrapando mi mano y acariciándola.

-Y lo amo a él. Amo a los dos. Aunque eso te lastima y a él también. Parece tan inmadura esta situación, y me odio por eso. Pero es lo que me está sucediendo y es toda la verdad.- comienzo a llorar por sentirme culpable de las circunstancias. Aarón se acerca y me empuja hacia él.

Me abraza fuerte, mientras acaricia mi cabello. Sé que en su interior, su lobo no puede comprender qué me está sucediendo. Los hombres lobos no suelen comprender que las relaciones son más que poseer al otro.

Cuando encuentras a tu pareja destinada por la Diosa Luna tienes que entregarte completamente, en cuerpo y alma. Su parte negativa, sin todo el infame romanticismo, eran los celos posesivos, la sumisión y que las traiciones literalmente te llevar a la muerte.

No obstante Aarón sufría por saber que mi alma y mi cuerpo necesitaban también de Lorenzo. Estaba claro que lo sabía y no era una traición.

Ningún lobo entendería. Murmuraba en mi mente mi loba, Alana.

Ni yo lo tenía claramente comprendido, era la primera vez que admitía sentir amor por los dos. Mis lágrimas sólo caían por mis mejillas mientras sentía su corazón resquebrajarse.

-No es fácil para mi, pero entiendo que tu dualidad: lobo y vampiro, están enfrentándose adentro de ti. Recuerdo que Kim o Adam dijo que tal vez tu loba me eligió a mi, pero que tu mitad vampiro lo quiere a él. Tal vez si te marco...

-¿Marcarme?- lo miré sorprendida. No creyendo que todo se reducía a ser el objeto de propiedad de un Alfa. Me aparto para mirarlo con los ojos como platos. Aquí otra vez corroborando que los lobos no podrían comprenderme. ¿Todo esto se resolvía si accediera a ser su propiedad?

Mi loba salta y aúlla dentro de mí. Al final es parte de la tradición que ambos realicen ese juramento a la Diosa Luna frente a toda la Manada, y luego mientras los destinados hacen el amor, se realiza la marca.

Esto consiste en morder con los colmillos al otro entre la clavícula y el cuello. Luego que ese mordisco sana, queda una especie de medialuna. Es como el intercambio de anillos de una unión humana, pero para los Licántropos obtienes una marca.

Pero mi otra mitad siente que no es lo correcto. No en este momento. Por primera vez había un conflicto de interés en mi interior.. Y la mitad que se indignó por la propuesta estaba revelándose, mientras él continuaba explicándose.

¿Me preguntaba si luego pedía a Adam que me explicara cómo lo hacían los vampiros?

-Consulté con la Bruja de mi Manada, ella lo aconsejó como posible solución. Así podríamos estar juntos...- justificaba el lobo negro y lo detuve antes de que siguiera con su propuesta.

¿Quería ponerme su marca para señalar que era de su propiedad? ¿en serio esa era la solución?

Muy típico de un Alfa. ¿Qué sorprendente, verdad?

Por suerte entró Kim para avisar que Lorenzo despertó y solicitaba verme.

Björn tratando de evitar que la guerra entre Licántropos y los Vampiros estallará sobre su territorio, por permitir que Aarón casi ejecutara un Príncipe, alojó a Lorenzo con Adam. Aunque bajo estricta vigilancia y con la condición de que era algo a corto plazo.

Salté de la cama y fui tras de ella. En el camino hacia la Choza de Adam, donde tenían a Lorenzo, iba peinándome con los dedos y recordando todas las recomendaciones de Björn para mantenerme alejada.

Aarón se quedó bufando en la Choza de Kim, maldiciendo a los cuatro vientos. Pero era fundamental para mí reunirme con Lorenzo. Él se estaba convirtiendo en mi peor debilidad.

Nos recibió Adam en la puerta con una sonrisa. No para mi, sino para Kim. Los dos se pusieron muy acaramelados en la entrada y yo simplemente fui hasta el cuarto donde estaba Lorenzo. Este vampiro era como un imán para mi...
Tenía que verlo, inmediatamente, ... como si fuera esencial para seguir respirando.

-Mi amada Laura, qué alegría verte otra vez.- me recibió sonriendo, sentado en la cama, apoyado en un par de almohadas y con vendajes por su pecho y brazos.

Se veían mejor de lo que esperaba. Sus ojos azules brillaban y su boca me provocaba... Aquí otra vez trataba de controlar mis impulsos, mordiéndome los labios y apretando los puños contra mi cuerpo para no aferrarme a él.

No sé decir en verdad si era más difícil resistir a Aarón o Lorenzo...

Me senté a su lado y lo miré tan aliviada. Mi mano buscaba su mano de forma involuntaria, como si necesitará apoyarme en el para no seguir creyendo que era una de mis alucinaciones.

Nos quedamos mirándonos por un instante, simplemente contentos de reencontrarnos. En ese momento no dijimos nada, sólo importaba que podía sentirlo así... Aunque debía reaccionar:

Disimula que no estas embobada , se burlaba mi loba en mis adentros.

-Me alegro que estés bien, Lorenzo. Me tenías muy preocupada.- dije y me acerqué más a él. Lo que fue totalmente inconsciente, y él lo sabía. Este vampiro podía leer mi mente a su voluntad o tal vez no era necesario...

Cada vez me acercaba más a él,....

Era como mi centro de gravedad.

-Estoy mucho mejor ahora. Cuando estas cerca me siento más fuerte.- y sonrió con complicidad.

Adam y Kim entraron al cuarto tosiendo y llamándonos la atención de que Aarón también estaba allí. Este se quedó apoyado en el marco de la puerta con los brazos cruzados y la cara de pocos amigos. Pero no me alejé de Lorenzo, ni tampoco solté su mano.

Ya estaba cansada de tratar de complacer a uno y a otro, olvidando lo que realmente necesitaba.

-Buenos días , Alfa Aarón. ¡Un placer verlo, peludo!- lo provocó Lorenzo. Aquel le respondió con un gruñido de amenaza. Nuevamente las cosas comenzaban a salir de control.

Comencé a gruñir, porque los dos me tenían harta con su disputa de quién tiene más derecho de ser mi dueño o propietario, como si me trataran como un objeto cualquiera.

Me levanté y miré a los dos con mis ojos rojos, por mi voz se filtraba la furia:

-¡Basta de tanta estupidez! Me tienen harta. Los voy a rechazar a los dos. Prefiero estar sola que viéndolos matarse.- resoplé.

-¡No!- responden al unísono los dos. Resignándose a sólo intercambiar miradas de furia mutua y cruzando los brazos en sus lugares.

Por fin se ponen de acuerdo en algo, por la Diosa Luna.

Aprovechando la situación, para disparar uno de sus chistes, Adam interviene:

-Laura tiene razón. Hay algo más importante que ver quién se queda con ella. Es divertido, pero no importante.- y así ganó todas las miradas de reproche de los presentes.

Principalmente de Kim, ella intentó además pegarle unos codazos para mantenerse en su lugar.

-Amadeus, nunca pierdes tu encanto aristócrata.- ironizó Lorenzo, realizando un saludo de cortesía a Adam.

¿Amadeus? ¿Qué estaba pasando aquí? Todos nos volteamos para verlo a Adam que se quedó inmóvil, resoplando como un toro enfurecido.

Adam seguía mirando con furia al otro vampiro y luego trató de explicarle a Kim. Pero nada es suficiente para convencer a una bruja enojada, esto le costaría días de soportar el enojo de una muy resentida.

-Mi nombre es Amadeus, es cierto. Pero me gusta más Adam. Por eso siempre me presento como Adam. Kim, mi amor, te lo puedo explicar...

-Y es del mismo Clan de Giacomo y Gianluca. Es uno de esos vampiros antiguos.- Agregó Aarón, con toda la tranquilidad del mundo.

Como si estuviera en la tienda de alimentos pidiendo la lista del surtido.

Mi boca estaba completamente abierta, al igual que Kim. Que ya no sabía si indignarse o atormentarlo con miles de preguntas.

¿Adam es Antiguo? ¿Qué significaba eso? ¿Cuántos años tenía? ¿Cuánto más debía saber sobre el Clan Monte D'Vitale?

Pasaron horas, tanto Lorenzo como Adam, explicando la historia de cómo mi vida familiar era complicada y con varios vaivenes. Parecía una auténtica telenovela de los tiempos romanos hasta la actualidad.

Los Monte D'Vitale se encargaron de dejar su reputación a nivel leyenda entre las categorías de barbarie y destrucción.

Mi diosa Luna, por un momento mi cabeza parecía que iría a explotar con toda esa información. En menos de 72 horas pasé de híbrida perdida, a futura Luna de un lobo y alma gemela de un vampiro para caer como integrante perdida de un Clan antiguo de Vampiros.

Esto era tan loco como las historias de las películas o en Wattpad.

Aarón examinaba cada una de mis reacciones, al igual que Lorenzo. Quién trataba de suavizar algunos detalles tales como: mi familia era conocida por matanzas enteras de pueblos, tanto de humanos como de lobos.
Que mi padre era más cruel y despiadado que Giacomo. Y que se aproximaba una eminente guerra con el grupo rebelde de mi padre.

Finalmente era momento de liberar a mi loba. Dejarla cazar. Salí corriendo hacia el bosque, tratando de encontrar a Parker en los límites del territorio.

Oh mi diosa Luna, ¡¿qué más puede pasar conmigo?!

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