10. La híbrida y las mentiras
Relato por Laura:
Estaba aún soñando con un enorme lobo negro de ojos rojos como las llamas del mismísimo infierno, gruñendo y corriendo hacia mí. Sentí que me atrapaba y del susto desperté, pero no lograba moverme. ¿Qué diablos me ocurría?
Estaba aún con el efecto de las pociones de Kim, porque no lograba reaccionar de forma normal, mal podía abrir mis ojos, pero sentía la respiración de alguien en mi cuello y sentía que me apretaba a la cama con un gran peso en mi espalda.
Mi olfato aún no me ayudaba a reconocer quién era, alterado por las medicinas. La superstición de Kim, decía que cuando sueñas con un lobo atacandote significaba de un peligro inminente para la patrulla.
Lo sabía, estaba en serios problemas. Ya que Björn tenía prohibido lobos dormir en el mismo dormitorio si no fueran compañeros destinados.
Luchaba para juntar fuerzas para despertar y librarme, hasta que resolví darme la vuelta y ver qué o quién no me permitía levantar de mi cama. Cada movimiento era una completa lucha, ya que apenas tenía la fuerza suficiente para controlar mis manos y mi cabeza.
Como pude me las arreglé para darme la vuelta y ver al menos su cara, con mucho esfuerzo y tratando de fijar mi visión, vi unos bellísimos ojos marrones con destellos verdes y una sonrisa que me desarmaba: Aarón.
De repente aquel lobo había logrado encender como los rayos del sol, todo una bellísima mañana de un frío invierno.
Este Alfa era tan jodidamente delicioso... Contrólate, Laura. Me reprimí en mis pensamientos. No había peor momento que dejar llevarse por los instintos en vez de mostrar dignidad y amor propio.
Suspiré aliviada por unos segundos, pero después recordé que debía sentirme enojada o indignada ya que por todo un día no me envió noticias o no trató de detenerme cuando volví al Campamento de Björn.
¿Quién se creía para aparecer así?
Aarón parece un dios, tallado en el mismísimo paraíso... ¿para qué mentirte, querido lector? El seguía tumbado a mi lado, con su brazo sobre mi cintura y disfrutando del aroma de mi cabello.
—Buenos días, mi Luna. Te ves hermosa.—dijo con una voz algo ronca y besó mi frente.—Lamento asustarte, Laura—Agregó y se estiró para despabilarse.
Mis ojos fueron recorriendo cada músculo de su abdomen, estaba sin camisa a mi lado y tenía una increíble vista de su hipnótico six pack. Quería perderme delineando con mis dedos cada uno de esos músculos.
De a poco mi olfato comenzó a revivir con las hormonas que se alborotaban al tenerlo tan cerca.
Contrólate, Laura. No olvides de lo de ayer. Hazte valer, maldita sea.
Me repetía pues debía mantener mi ceño fruncido, entonces como pude me levanté y fui al baño. Tambaleando logré sujetarme de los muebles y las paredes, pero ahí nuevamente sentí sus brazos rodearme y llevarme al calor de su cuerpo, su boca se paseó por mi cuello y ya me hacía olvidar el porqué debía enojarme con él.
Diosa Luna, ayuda mi autocontrol, porque ya estoy por rendirme. Rogaba en mis pensamientos.
Aarón me ayudó a llegar al lavamanos y por el espejo podía vernos cómo los dos no podíamos separarnos. Yo no quería dar un paso hacia el lavamanos y el no quería retroceder o soltarme.
Vamos, Laura. Tú puedes ser firme. Muestra algo de amor propio. Me decía para mí misma, no obstante mi cuerpo reaccionaba de la forma opuesta con este lobo tan cerca.
-¿Qué haces aquí? ¿cuándo llegaste? ¿qué pretendes hacer?. Pasé todo un día sin noticias sobre ti y ahora me despierto contigo en mi cama.- solté con mi mejor cara de enojo que podía sacar, ahogando algún gemido que producía sus besos en mi hombro.
Por ese momento estuve orgullosa de mi.
-Uno: para estar con mi Luna. Dos: llegué en la noche, ya estabas dormida. Tres: pretendo estar así contigo, si quieres.- sonrió pretenciosamente e inconscientemente también lo hice.
¿Este lobo estaría leyendo mis pensamientos indecentes?
-¿Por qué te fuiste sin decirme nada ayer, Aarón? Pensé que...- le dije tratando de mantenerme seria, porque enojada ya no lograba.
Sus manos fueron acariciando mi vientre en círculos por debajo de mi camiseta y su boca seguía torturando mi cordura en mi cuello.
-Tenía que averiguar cómo un cretino... vampiro dejó a MI LUNA una carta en su dormitorio y luego pretendía encontrarse con ella en el muelle de MI CASA.- respondió apretando los dientes y se alejó, soltándome para que pudiera recobrar algo de mi cordura, lavarme la cara y seguir apreciando de su exquisito aroma.
Si, era un delicioso y lujurioso círculo vicioso: desearlo y tratar de controlarme, para volver a caer indecentemente en los pensamientos que involucraban a él y yo en mi cama.
Todo eso era culpa del vínculo, a cada momento que pasábamos juntos, se fortalecía y aumentaba la influencia de uno sobre el otro. Es decir que por más que prometimos conocernos, los instintos hacían lo posible por atizar nuestro lado salvaje.
-Además Björn tiene mi entera confianza, sabía que te cuidaría bien. Aquí, en sus tierras, nadie se atreve a retarlo o enfrentarlo.- Agregó mirándome de pies a cabeza. -Pero ..., ¿Qué pensaste, mi Luna?.- insistió.
-Pensé que estabas considerando rechazarme. No te culpo, Aarón. Al parecer soy un imán de problemas con Vampiros.- dije muy apenada, bajando mi cabeza, mirando al suelo. Pues, a decir la verdad, la última persona que me amaba murió cuando casi descubrieron mi doble naturaleza.
Yo lo entendería si lo hiciera. Creo que ya tiene muchas responsabilidades como Alfa para ocuparse de todo un mega paquete de problemas como lo soy yo.
-Nunca, Laura.- lo dijo con una expresión de dolor, me giró para verlo a los ojos y levantó mi mentón. -Nunca lo haría. Te esperé por tantos años, mi segunda oportunidad, mi nueva compañera y futura Luna. Nadie va a quitarme de tu lado, Laura- apenado me dio otro beso en la frente, y dejó sus labios a pocos centímetros de los míos, como pidiendo permiso para besarme.
Otro punto a su favor, trataba de respetar mis tiempos. Este lobo ya tenía mi completa atención.
Pero fuimos interrumpidos por golpes en la puerta. El salió a ver quién era. Yo traté de seguirlo, aún un poco atontada, pero ya logrando coordinar mis pies y sin tirarme sobre los muebles.
Un muy asustado Adam entró:
-Kim desapareció. No percibo su olor en todo el campamento. Hoy temprano salió de mi choza y cuando se tardó salí a buscarla. Pero no la encuentré.-dijo con su mirada de aflicción.
-¿Y Björn?- Preguntó Aarón.
- Coordinando las patrullas. Están por salir, pero nadie logró encontrar su rastro. Lo ocultaron bajo una disciplina, eso lo aseguro. Sé que Alana puede utilizar sus trucos de cachorra cazadora y encontrarla.- respondió Adam, y luego se dirigió a mi:
-Tú puedes encontrarla hasta en el infierno transformándote en ese demonio blanco que posees. Devuélveme a mi Bruja, Laura.- sentenció.
— Laura no debe salir de este campamento. Tal vez sea una emboscada. Además Björn puede encontrar hasta un grano de arroz en su territorio. Nadie conoce mejor estos lagos como él.— afirmó Aarón vistiendo una camisa negra que estaba en una mochila sobre una de las butacas de la sala de la choza.
Pero Adam sonrió desafiante, y giró hacia mi. Cruzando sus brazos, afrontando a Aarón dándole la espalda.
—¿Vas a dejar que estos lobos sigan diciéndote lo que no debes hacer, lo que no debes lograr, lo que no debes ser, Laura? — provocó Adam caminando lentamente hacia mi, mientras mantenía su mirada roja y su altanería característica.
En ese momento más allá que estaba alentando mis habilidades, sabía que Adam estaba haciendo un desdén hacia el Alfa de la Alianza de Lobos.
Sin esperar más, asentí a Adam y salí afuera, estaba amaneciendo en un invierno muy frío. Traté de concentrarme, la adrenalina y el miedo nuevamente se apoderaban de mi cuerpo y con ello potenciaba mis sentidos.
Era momento de dejar a Alana rastrear a Kim.
De un salto me transformé en mi loba blanca y levanté mi hocico para seguir el tenue olor de Kim. A mi lado estaba ya transformado Aarón, con su enorme lobo negro de ojos rojos. Me quedó mirando completamente sorprendido.
-Tus ojos están rojos, Laura. Como dos llamas furiosas.- me dijo por la conexión mental.
-No tengo tiempo de preocuparme de cómo me veo. Alguien tiene a Kim y morirá si la lastima- respondí furiosa.
Y nuevamente me concentré en el rastro de olor de mi mejor amiga.
En mi mente el indicio se iluminó mostrándome el camino. También me mostró que eran dos vampiros quienes se la llevaron.
Salí corriendo, persiguiendo cada pista bosque adentro. En poco menos de una hora su rastro se hacía más presente. Kim aquí estoy, amiga.
Mientras avanzaba vi de reojo que Björn y un grupo de lobos nos seguía, también corría a mi lado el lobo de Aarón, tratando de seguir mi ritmo, pues mi loba estaba en frenesí. Ya podía sentir a Kim a menos de 300 metros, casi pasando el río.
Los vampiros la estaban llevando hacia el territorio entre el Bosque de los Lobos grises y los Red Wolfs.
Cuando mi visión los detectó, dejé que Alana los cazara. Una mujer y un hombre sostenían a Kim amarrada y sedada. No se dieron cuenta de mi presencia hasta que salté sobre ellos.
La mujer me mostraba sus asquerosos colmillos y un puñal de plata. Ya el hombre salió cargando a Kim, yéndose de los límites de la Manada.
Björn saltó sobre ella y comenzaron a luchar. Yo fui tras el imbécil que se llevaba mi amiga. Sentía que mi boca ansiaba degollar a ese malnacido vampiro.
Ya lo tenía a menos de 30 metros, pero alguien se cruzó en mi camino y me hizo golpear contra un árbol.
Con la adrenalina dominando mi metabolismo no sentí dolor, sólo me levanté y sacudí.
Fijé mi objetivo nuevamente. El vampiro que llevaba a Kim estaba alejándose, pero podría alcanzarlo en pocos segundos.
Pero el entrometido no salía de mi frente.
Bien, primero mueres tu, si tanto insistes, gruño rabiosa Alana.
Este era otro vampiro. Que me miraba escudriñando mi loba y más furiosa me sentía.
Mi cuerpo tenía como una electricidad poderosa que hacía que mi mente solo se enfocara en una cosa: muerte. Y ese vampiro ya sabrá con quién se ha metido si no se salía de mi camino.
-Es cierto lo que dicen de ti. Eres hermosa, Laura. Por fin nos encontramos.- dijo sonriente el cretino. Poniéndose aún más en mi camino.
Pasaron por mi algunos lobos y Björn. Observando que ese tipo no le importaba salir de mi camino, envió a los lobos tras Kim. Mientras él y Aarón se quedaron a mi lado.
En posición de ataque los tres comenzamos a avanzar sobre el vampiro.
-¿Qué modales los míos?. Perdonen este pequeño mal entendido. Soy Giacomo.- Y realizó un saludo agachando su cabeza, como hacía mi Padrino para hacerme reír.
Luego a su lado se paró Lorenzo y otra vampira rubia, quién casi no lograba contenerse para atacar.
Mi mente y mis instintos en seguida se enfocaron en la infame vampira que estaba demasiado cerca de Lorenzo. Ella percibió que su sola existencia me estaba enfadando y sonrió complacida.
Oh, si, ven vampira, aquí te esperan mis dientes para arrancarte la cabeza. Pedía mi loba.
Pero el entrometido vampiro se interpuso entre ella y yo.
Al final Giacomo comenzó su monólogo:
-Recibí con mucha preocupación tu mensaje, Björn, que a pesar de mi enorme deseo de conocer a Laura, no la llevarías a nuestro encuentro. Por eso fue necesario llamar un poco su atención. No se preocupen, en este momento sus compañeros ya tienen a Kim, la brujita.- y me lo confirmó mediante el enlace mental Björn.
¿Ya lo tenía planeado? ¿esto era parte de una trampa?
Lorenzo tiró a mis pies una bolsa. A lo que Aarón respondió con un gruñido de amenaza.
-No se preocupen. Anticipando que vendrían un poco desprevenidos y como estamos casi fuera de los límites de su Manada de Lobos, les traemos ropa para cambiarse y así comenzar con nuestra interesante conversación. Por favor, si fueran tan amables de darnos un poco de su tiempo.- Seguía hablando Giacomo, caminando de una lado a otro sin sacar sus ojos rojos de mi.
Aarón me acompañó a volver a mi estado inicial detrás de un árbol, me ayudó a vestirme con una camiseta que casi llegaba a mis rodillas y un short corto. Por su parte él se puso una camisa y pantalón deportivo gris.
Antes de volver hacia la reunión imprevista con los vampiros me dio un beso en la frente y me condujo de la mano.
No obstante sentía que a unos metros Lorenzo crujía sus dientes, y se disponía a alejar a Aarón de mi lado. Podía saber por una extraña razón que le molestaba y lastimaba verme junto a él. Por eso lo solté y crucé mis brazos avanzando hacia el lado de Björn.
Sin embargo Giacomo le señaló a Lorenzo para calmarse y permanecer en su puesto.
No era el momento para comenzar una pelea con un Alfa.
-Habla de una vez, Giacomo.- ordenó Björn, ya impaciente y vestido sólo con un pantalón deportivo negro, cruzado de brazos como yo. La especialidad de Björn eran las negociaciones, estaba segura con él. No dejaría que el Vampiro saliera con las suyas.
-Para comenzar. No era nuestra intención llegar a esta intromisión, futuro Alfa Björn. Tampoco estas son muestras de hostilidad de mi parte, por el momento. Créanme, si quisiera a la brujita muerta, su cabeza ya estaría clavada en medio de su campamento.- decía mientras seguía caminando de un lado a otro.
Este vampiro sí que le gustaba presumir su retórica.
-¿Qué quieren con mi Luna?- Preguntó Aarón, mirando a Lorenzo. Los dos seguían su disputa de miradas aparte de la conversación con el otro vampiro.
—¿Tu Luna? Mereces que te ponga en tu lugar, peludo.— amenazó Lorenzo, avanzando y desenvainado su espada.
Pero Giacomo le envió una mirada de irritación a Lorenzo, para que este se mantuviera en su lugar. Ya que la tensión entre Aarón y Lorenzo podían afectar su puesta en escena. En cambio Giacomo quería tener toda la atención para si.
-¿Luna? ¿Laura será luna? ¡Interesante! Dos integrantes de la realeza juntos, uniendo dos grupos de entidades sobrenaturales enemistadas por siglos. Ni yo me lo esperaba. ¡Que increíble noticia! ¡Serán la pareja del año!- Dijo con ironía, frotando sus manos y negando con su cabeza.
Ya me estaba cansando de ese pretencioso.
En seguida me di cuenta...
¿Qué quiso decir con realeza?
Abrí mis ojos como platos y miré a Aarón que estaba a mi lado observando mi reacción de incredulidad. Algo me decía que esa no era una sorpresa para él.
Me abracé fuertemente ya que tanta información me dejaba desorientada, y no logré disimular que también buscaba en Lorenzo algún amparo en su mirada. El tampoco escondió que no está sorprendido con tanta patraña.
Toda mi vida pensé que era una miserable Omega. Luego descubrí que era híbrida, mitad lobo, mitad vampiro, y ahora ¿realeza?. ¿Yo?. ¿Toda mi vida fue una mentira?
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