CAPITULO 8: LA VOZ DE LA RESISTENCIA
CAPITULO 8: LA VOZ DE LARESISTENCIA
Me encontraba desconcertado, no entendía que pasaba, levante la cabeza y vi como otro de esos caían, los gorilas arremetían contra el suelo tomaban sus armas y otros subían a sus naves, ¿de dónde venía el ataque?, tanto ellos como yo preguntábamos en nuestras cabezas, no perdí tiempo al ver una brecha entre toda la conmoción, me pare lo más rápido que pude y corrí a toda prisa, pude ver como otro de los gorilas caía, ¿era un milagro? Tres de estas cosas estaban muertas mientras yo intentaba llegar al área de los arbustos y salir del campamento. Mire a las personas muertas entre las ropas que llevaban a los que ya no tenían cabeza, sentí alivio. Mi madre no estaba entre ellos. ¿Logro escapar?
Mi salvación estaba a unos metros más, otro gorila cayo desde su nave perdiendo el control, la nave se estrelló detrás de los arboles mientras el alíen caía a mi espalda dejándome inconsciente. El golpe fue duro, esos alíen pesaban demasiado para un niño... podría jurar incluso para un adulto. El Alíen cayó muerto y uno de sus brazos estaba en mi espalda impidiendo que saliera aunque de nada servía el golpe me había dejado inconsciente.
Un camión del ejercito completamente cerrado avanzaba entre el camino improvisado entre la maleza, apenas dos líneas levemente visibles en el suelo indicaban por donde se ponía avanzar, en el interior seis cuerpos rodeaban el mío, permanecía dormido pero mis oídos despiertos, podía escucharlos al mismo tiempo que sentía un calor en mi pecho que lentamente se expandía a todo mi cuerpo, podía escuchar el rugir del motor y sentía el movimiento del vehículo sacudirse por el mal camino.
-¿Por qué atacamos a ese grupo de limpieza? ¿Por este niño? Si hubiéramos seguido sin meternos pudimos seguir invisibles para ellos. – era la voz gruesa y rasposa de un hombre, sentía que su voz provenía del lado derecho de mis pies.
-no había opción él es de los nuestros. – una voz dulce de una mujer me defendía, podía sentir su presencia justamente a mi lado, era cálido como los rayos del sol, sin necesidad de abrir los ojos sentía que su figura traspasaba mis parpados.
-¿Este humano es de los nuestros? No parece. Podría jurar que me quieren timar haciéndome luchar contra estas bolas de músculos.
-Deja de alegar Protus, o quieres que te vuele la maldita cola que tanto aprecias. – una voz firme de otro hombre que provenía de más adelante de mi cabeza. Su presencia, su aura, daban miedo, era alguien que sin conocerle podía apostar que era el líder de este grupo.
– ya está despertando. – La voz de la mujer hablo, ¿acaso parpadee en ese momento? Según yo no había hecho movimiento alguno.
-oye deja de fingir, levanta que no te aremos nada, si te quisiéramos muerto te hubiéramos dejado con esas bolas de músculos. – Hablo el hombre a mis pies, el camión detuvo su movimiento y escuche como las puertas eran abiertas, abrí los ojos al momento que la luz del exterior entraba hasta mi rostro – bien al parecer ya llegamos, vamos a descansar. Mocoso si quieres quédate en el vehículo pero no intentes escapar, si no te matan esos conquistadores uno de nosotros lo ara. – sentí un nudo en la garganta mientras una carcajada gruesa se escuchaba con el movimiento del camión mientras los cuerpos bajaban asiendo sonidos de estiramiento como si hubiéramos estado buen tiempo avanzando.
Abrí los ojos lentamente comprobando que no había nadie, cuando mire que estaba completamente solo me enderece rápidamente y mire a todos los lados del camión, camine hasta tocar el vidrio que me separada de la cabina, intente mirar si las llaves estaban puestas – maldición... ¿y ahora qué? – Mire a la salida – ¿estarán esperando a que salga? ¿Quiénes son? – Recordé el momento en que los disparos sonaron haciendo caer en un segundo a esos monstruos -¿me salvaron? – recordé la plática, yo era uno de ellos, ¿Qué significaba?, sin más opciones espere en el camión pensando en mi siguiente movimiento, me senté abrazando mis rodillas hasta perder la noción del tiempo.
Afuera del camión se escuchaba las risas y platicas de los sujetos que venían rodeándome, el crujir de la madera quemarse y el cantar de animales e insectos alrededor.
-¿Qué pasara con el mocoso? – el hombre de la voz gruesa seguía insistiendo en saber, mas su voz y toda la plática era más tranquila que la que tuvieron en el camión.
-estará con nosotros, hasta que nos digan que hacer después.
-¿Por qué nos pidió salvarle?, puedo sentir que solo es un humano, esa piel que le cubre no es falsa, es de él.
-así es – continuo la mujer – él es humano, pero con poderes.
-¿Eso es posible?
-algunos seres pueden traspasar sus habilidades motoras a otros a voluntad propia. – La plática se escuchaba tan interesante, hablaban sobre mí, que no me di cuenta cuando baje del camión y estaba a unos pasos escuchando todo. – ¿Por qué no te acercas pequeño? – me asome al grupo, solo unos pocos me miraban entre ellos la mujer de la voz dulce que me invito a acercarme.
-¿Qué aran conmigo?
-¡Comerte! – se paró rápidamente el hombre de voz gruesa que por instinto caí al suelo por el susto, inmediatamente él comenzó a reír. – ¡este niño me agrada! – su risa fue detenida por una mano golpeando su brazo. – ¿Qué? Es divertido, nos tiene miedo a nosotros pero no a esas cosas.
-¿Quién dice que no les tiene miedo? – Hablo la mujer y el hombre guardo silencio – solo que su nivel de adrenalina crece, tenía un motivo para no asustarse. – esas palabras me hicieron bajar la cabeza, mi madre ya no estaba conmigo. – No te preocupes – la mujer me comprendió y eleve mi mirada a ella – está viva, y la protegen.
-¿Quiénes son ustedes? ¿Son del ejército?
-no, no somos del ejército, éramos seres pacíficos que vivían en este planeta. Pero ahora estamos camino a las naves para irnos. Ya no es seguro, buscaremos otro planeta como este donde ellos no nos encuentren.
Baje la cabeza, ellos sabían que no hay posibilidad de vencerlos y la única forma de salvarse era ser un alíen y partir en su propia nave... todos los humanos morirían. Mire mi cuerpo como era iluminado por la flama de la fogata hecha por ellos – ¡el fuego! – me aproxime a la fogata para detenerlo. – ¡el calor los atrae! – cuando estaba por patearla para disminuir y llegarlo a extinguir uno de ellos me detuvo.
-detente cerebrito, este fuego no produce el calor suficiente para llamar a muchos de ellos, además tenemos otros 15 fogatas controladas alrededor, antes de encontrarnos tendrán que destruir uno de ellos y si eso ocurre nos daremos cuenta. Están lo suficiente alejados para no llamar la atención de un grupo y contra unos tres si podemos vencerles fácilmente.
-pero nuestro propósito no es pelear, es llegar a las naves y escapar sin ser vistos. – hablo la mujer.
-yo podría encargarme de todos los que vengan, sin necesidad de ayuda. – presumió el hombre de la voz gruesa.
-ustedes tienen el poder para vencerles – hable al escucharlos, sin pararme un segundo a pensar lo que les decía – pero se mueren de miedo y prefieren huir... ¿Qué esto no es su hogar? ¿Le dejaran morir?
-Oye niño, ¿Qué sabes de nosotros? No sabes nada, incluso sabrías menos si no fuera por haberte salvado, pero solo fuiste un capricho de alguien que lo pidió.
-¿Quién? – pregunte con gran confusión.
-no lo sabemos – hablo el que pensé que era líder – ese es su poder, dijo que te salváramos y lo hicimos porque nos ha guiado para no toparnos con ellos. Nos guía a las naves. – después de eso nadie hablo, mi mente se llenó de preguntas pero no llegaron a mi garganta, sabía que ellos no tenían las respuestas. Les mire, tranquilos, se daban fuerzas para seguir pero no las suficientes para luchar. La noche se hizo más pesada y caí dormido. En un profundo sueño.
En el sueño habían ondas de color azul que provenían de un punto negro, todo lo demás era blanco, pero ese punto trasmitía ondas de color azul, no sentía mi cuerpo pero me aproximaba al punto, las ondas pasaban dentro de mí y logre escuchar algo.
-Hola Danny – la voz era poco entendible, parecía que estaba debajo del agua, ondeaba sus palabras, entraban poco audibles o distorsionado pero todavía se comprendían. Le pregunte que quien era – soy alguien que ama su hogar... necesito tu ayuda. – ¿mi ayuda? Me pregunte, ¿en que podía ayudarle? y ella siguió respondiendo – si, por el momento solo soy una voz, pero necesito alguien que guié, que transmita mis palabras convertidas en emociones. – ¿y cuáles son sus palabras? – resistan... no se rindan... por favor... aguanten. – Después de eso me desperté de golpe bañado en sudor, mis jadeos eran altos, mire a los lados y todos seguían durmiendo, el sol aun no salía pero ya se miraba más claro el lugar, pensé que sería entre las cinco y seis de la mañana, en mi cabeza me preguntaba ¿que había sido eso? ¿Un sueño? ¿Una visión de mi poder? No entendía... ¿Quién era? No logre distinguir si era hombre o mujer... ¿Quién sería?
Todos se levantaron, desde que había despertado no pude volver a dormir, en pocos minutos se alistaron y subimos todos al camión – andando.
-¿hacia dónde?
-todavía seguiremos derecho. – permanecí callado todo el tiempo, en mi mente rodeaba todavía las palabras de esa voz, "resistan" esa palabra no se quitaba de mi cabeza, sentí que la había escuchado antes, por más que intente recordar no logre hacerlo. El viaje continuaba, según ellos no éramos el único grupo que viajaba a las naves para su salvación.
En diferentes partes del mundo grupos de alíen que vivían en la tierra se movían hacia naves ocultas estratégicamente, naves que quedaron en la tierra cuando llegaron grandes grupos, y alguien los guiaba a su localización. – ¿cómo sabes que mi madre sigue viva? – pregunte a la mujer quien me miro para responder.
-La voz me lo dijo, también ha hablado contigo ¿verdad? – Asentí con la cabeza – también habla con los líderes de cada grupo, conmigo solo habla poco pero todas las noches habla con Jack – mueve su cabeza en dirección del líder, quien permanecía con los brazos cruzados y los ojos cerrados. – te habrá dicho algo el día del incidente para que sobrevivieras al ataque hasta que llegáramos. – abrí los ojos mirando mis pies, recordé ese momento, la voz que me decía "búscala" era de ella o él pero antes era más clara su voz, ¿Por qué no lo fue anoche? Permanecí sin hacer más preguntas.
-Ya casi llegamos – dijo Jack al asomarse por la ventanilla – rodearemos el siguiente pueblo y detrás de eso encontraremos un camino a una montaña, a media montaña entre los matorrales caídos por una tormenta del mes pasado que cubrieron la nave, tendrá un poco de daños pero podemos repararla y salir. – tragué saliva al escucharlo. Estábamos con el tiempo contado para dejar el planeta, no podía evitarlo. ¿No podía evitarlo? La voz me dijo que resistiéramos, que les trasmitiera las palabras ¿pero cómo? Olvida el hecho de que sea un niño solamente, ¡soy un humano, ellos son alienígenas!
El camión pasaba la última curva para entrar al pueblo cuando un grupo de alíen enemigos nos salían por el frente. – ¡Nos descubrieron!
-¡Descuiden solo es un grupo de limpieza podemos con ellos! – Jack hablo cuando Protus salta del camión, su impulso balanceo el vehículo y eso hizo que cayera en un instante de lado al perder el equilibrio, rápidamente mire al cielo y logre ver como con un brazo destruía una de las naves, Protus miro su siguiente objetivo y tumbo al gorila de su nave siendo ahora controlada por él, los alíen dispararon hacia la nave mientras Protus contraataco con los laser. Uno de los muchachos del camión se paró y una de sus manos la coloco como pistola, apuntaba a las naves, meneó hasta tener una trayectoria disponible y de sus dedos salió una pequeña luz azul que tumbo a un alíen y su nave se estrelló fuera del camino. Protus salta de la nave antes de ser destruida.
-¡Todos, fuera del camión! – Jack da la orden y rápidamente salen, siendo yo cargado por él. – ¡Cúbranse! - rápidamente todos se pusieron a cubierto incluyéndonos a excepción de la mujer – ¡Ahora Jean!
La mujer que al parecer se llamaba Jean extiende sus brazos a los lados – será mejor que cierres los ojos niño – Jean comenzó a rodearse de una luz fuerte como el sol, su pelo había sido de color castaño y ahora era tapado por una fuerte luz que cegó todo por completo. A pesar de haber cerrado mis parpados y ser puesto con la cara al suelo, el potente poder de esa luz los penetro que volver a percibir la tonalidad de las cosas me tomo unos minutos.
-¿Qué paso...aquí...? – cuando volví a ver todo el área alrededor de Jean había sido consumido, todo había perdido vida como si hubiera estado un poderoso incendio en el lugar. Esto era increíble, ese poder podía rivalizar contra estos podríamos hacerle frente, podríamos...sobrevivir... ¡no! ¡Podríamos ganar y vivir! Solo faltaba convencerlos... a estos alíen que vivían en la tierra pero que querían abandonar... ¡mi profecía! El sueño, los alíen de la tierra se revelarían al tercer día ¡y ese día era hoy! – Que increíble – sonreí al ver al equipo, uno de ellos dispara laser de su mano, el otro tiene una fuerza comparable a los gorilas de seis ojos y dos bocas, una era como el sol, ¿Qué poder tendrían los demás? Estaba emocionado.
-Andando, caminaremos a la nave – Jack hablo y todos comenzaron acaminar como si la gran hazaña de unos no hubiera sido nada, como si hubiera sido olvidada.
Camine con ellos pero mi mente seguía pensando la posibilidad de ganar. La voz sabe lo que hace. Una voz que quiere resistirse al fin de este mundo.
48 HORAS Y 28 MINUTOS DESDE EL INICIO DE LA INVACION...
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