Volvimos a clases en enero y ya estaba dispuesta a empezar a cambiar, no sabía como pero aun así lo haría. Trate de relajarme todo el tiempo, cada vez que mi hermano me molestaba, respiraba profundo más de tres veces, pero no me funcionaba, terminaba por darle un golpe e irme sin decir nada.

En las clases me concentraba al máximo, no pensaba en más nada que fuera eso. Cuando salíamos Javier siempre me invitaba para que lo acompañara a la cafetería a comprar chocolate, la verdad es que ese era su único gran vicio y me lo contagió. Regresábamos y nos sentábamos en las escaleras, conversábamos un rato y Yexomar llegaba y se unía en nuestra conversación, él siempre daba el toque que le faltaba, Dios. Cada vez que Yexomar llegaba y comenzaba hablar, sentía que era mi lección del día. La mayoría de las lecciones se relacionaban unas con otras, siempre me decía

-No es con nuestras propias fuerzas que vamos a luchar, sino con las de Dios. Dejémosle nuestras cargas a él y veremos como todo mejora-

Yo escuchaba esto todo el tiempo, pero nunca me había llegado tanto como cuando él me lo decía. Parecía como si Dios los había enviado a ambos para que me ayudasen a cambiar y darme cuenta de los errores que estaba cometiendo. Ellos eran increíbles, aquella rutina que habíamos creado entre los tres, hizo que yo volviera hablar con Dios espontáneamente, que cada vez que pensara, consultara con él en mi mente

En febrero, Elí se me volvió acercar, eso me dolió, yo no estaba lista para volverlo a tratar, sabía que nuestra relación de amistad se había roto por mi culpa y el hecho de que él se me volviera acercar hacia que me sintiera peor de lo que estaba, así que lo volví a rechazar más de dos veces, hasta que se alejó por completo de mí. Cuando lo hizo me dolió más de lo que pensaba, pero yo aún no estaba lista para pedir perdón, para decir que había cambiado y que no lo volvería a lastimar, él necesitaba estar con una mejor persona , alguien que de verdad lo considerara y fuera capaz de escucharlo, yo solo oraba para que esa persona le llegase pronto, ya que yo no merecía que él estuviera conmigo, Elí era demasiado agradable, atento, persistente, gracioso, sociable, tierno, fuerte y un gran amigo, como para que una persona tan patética como yo lo mereciera. Yo estaba dispuesta a cambiar esa personalidad patética, por una que de verdad valiera la pena y que después pudiera encontrarlo para tratar de recuperar aquella amistad que había dañado.

A medida que el tiempo pasaba, yo sentía que las cosas se me hacían más fáciles, mi relación con Dios ya estaba mejorando. Javier y Yexomar, habían hecho un excelente trabajo, pero aún no terminaba

Un día me encontraba dentro del aula de clases completamente sola, había entrado allí porque quería dormir mientras el profesor no llegara. Ese día no había desayunado ni almorzado, no tenía hambre y me sentía bien. Me recosté en mi mesa para descansar, cerré mis ojos y a los quince minutos escuché una voz

-¿Durmiendo en el salón?- era Yexomar, quien al hablar me hizo abrir mis ojos y frotármelos con cuidado

-El profesor no ha llegado, así que quise descansar- le dije en medio de un bostezo y tapando mi boca

-Entonces me quedaré para acompañarte- dijo él colocando música en su celular, sentándose en el asiento de enfrente y sacando su biblia para empezar a leer, yo me había llevado la mía, pues se me había hecho costumbre gracias a Yexomar

Cada música que pasaba era como una suave brisa que acariciaba mi cuerpo, se sentía tan bien. Cuando empecé a leer en Isaías 43, mi corazón empezó a latir fuerte y rápido. Lo que leía era como si me golpeara en la cara y era completamente para mí, hubo varios versículos que me impactaron más que los demás

-"Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.

Cando pases por las aguas, yo estaré contigo; y sí por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás ni la llama arderá en ti.

Porque yo Jehová, Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti.

Porque a mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé; daré, pues hombres por ti, y naciones por tu vida.

No temas, porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y del occidente te recogeré...

No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas.

He aquí que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis? Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad...

Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no acordaré de tus pecados..."-

Cada versículo, me llenaba, y me acordaba de cada parte de mi vida, desde que me empecé alejar hasta ese momento. De pronto empecé a escuchar la letra de la música que Yexomar había colocado y justo en ese momento estaba pasando "Al Taller del Maestro Vengo" de Alex Campos

-...Al taller del maestro vengo

Pues él me curará

Me tomará entre sus brazos

Y cada herida sanará

Las herramientas del maestro

Mi alma en remendará

Martillo en mano y mucho fuego

Aunque me duela ayudara

Al conocer voy a entenderlo

Al saber que nada merezco

Amar es más que un pretexto

Es una entrega es un negar

Más que aquel sentimiento

Es la decisión de amar

Al taller de maestro vengo...-

Sentí como mi pecho se apretó y mi corazón se aceleraba, tenía un nudo en la garganta, no aguanté más e incliné mi cabeza apoyándola por completo en la mesa, la rodee con mis brazos y algunas lágrimas me empezaron a brotar

-Dios. Señor Jesús, perdóname, te he fallado y aun así eres misericordioso conmigo, me ha enseñado tantas cosas pero en este momento acabas de decirme lo que en verdad necesitaba. Vuelvo a ti, no quiero volverme alejar de ti y cuando sienta que empiezo a fallar, solo levántame, ayúdame a cambiar, ya que nos es con mis fuerzas si no con las tuyas. Dios cámbiame, por favor, quiero ser una nueva persona, ya no quiero lastimar a los que amo. Te necesito- dije en voz baja, mientras mis lágrimas corrían suavemente y en silencio

Mientras oraba podía escuchar la letra de una canción a capela, que provenía del celular.

-...No, puedes negarme siempre estuve contigo

Ojala que sí vuelves yo no haya ido

Entonces será demasiado tarde

Y no podrás encontrarme.

Regresa a mí

A mí...- Reconocí la letra, era "Iglesia" de Lilly Godman, una de mis canciones favoritas y en ese momento me llenó, ayudándome a seguir expresándome ante Dios

Después que levanté mi cabeza, me limpie y miré al frente, Yexomar estaba orando, así que continué leyendo en el mismo lugar, pero mi vista se desvió a Isaías 44:22

-"Yo deshice como una nube tus rebeliones, y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te redimí"-

Este versículo hizo que una sonrisa se formara en mi rostro, realmente Dios no dejaría de hablarme ese día y quería que siguiera siendo así, él en verdad sabía cuándo era el momento. Yexomar dejó de orar y se volteó a verme

-Mira lo que acabo de leer, me gustó mucho, está en Salmos 30:5. Dice: "Porque un momento será su ira, Pero su favor dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y por la mañana vendrá la alegría". Quiere decir que las pruebas solo durarán un momento o incluso años, todo depende de cuando la superemos, pero después de ellas, veremos el propósito de Dios cumpliéndose en nosotros- me dijo alegremente

-Es impresionante y muy cierto- le respondí, pues esa palabra era la que necesitaba en ese momento

Dios me estaba hablando, lo estuvo haciendo desde que Yexomar entró al salón o mejor dicho, desde que me empezó a tratar con más frecuencia. Dios sabía qué hacer, cuando y como hacerlo, siempre lo ha sabido, no era en mi tiempo si no en el de él. Todo esto me empezó a reconfortar, sentía como el amor y la pasión por él volvía a nacer de mí. Esto realmente me agradaba.

-Oye, tengo un video que me pasó mi hermano. Es el de "Iglesia" de Lilly Godman, cantando a capela. Es demasiado buena, uno la escucha y se le eriza la piel. Mira- dijo él buscándome el video y colocándolo

Él tenía razón, escuchar la canción era bastante impactante, se escuchaba bastante fuerte y se podía sentir, yo la acababa de escuchar, pero volver hacerlo, hacía que mi corazón saltara una y otra vez en su lugar.

Cuando terminó, él y yo nos quedamos conversando acerca de lo que habíamos leído y como nos impactó a ambos, no le conté lo que me pasaba pero si como me impactó la lectura, un poco más tarde llegó Javier con dos pasteles de jamón y queso, y dos nestee

-Oh, Yexo no sabía que estabas aquí- dijo él un poco sorprendido al verlo, haciendo que Yexomar y yo le sonriéramos

-Siéntate aquí- le dije mostrando el asiento a mi lado y él obedeció

-¿Por qué traes tanta comida?- preguntó Yexomar

-Porque me dijeron que Maukari estaba aquí, así que quise compartir con ella- dijo él un poco serio y colocando en mí mesa uno de los pasteles y el nestee

-Es muy lindo de tu parte Javier. Gracias- le dije, partiendo mi pastel en dos para darle la mitad a Yexomar

-No come tranquila, yo voy a bajar a comprar uno, ya que hoy no he probado ni el agua- dijo él con una sonrisa

-Espera, yo tampoco he comido nada hasta ahora. Acabamos de hacer un ayuno sin planear- le dije primero con actitud pensante y luego con una gran sonrisa

-Hoy solo tendremos la última clase ya que son las 3:30pm y los profesores no han llegado. Nada más está la de fruticultura y la de literatura- dijo Javier interrumpiendo la conversación

-¿Tanto tiempo duramos aquí? Bueno solo Dios tiene el control de todo- dije sorprendida, ya que habíamos durado tres horas y media en el salón de clases y ni cuenta nos habíamos dado.

Yexomar, bajó y yo empecé a conversar con Javier mientras disfrutaba lo que me había comprado, la seriedad que tenía se le pasó. Al rato volvió Yexomar con un pastel de carne y un nestee. Después que terminó de comer, entró la profesora de fruticultura

Después de terminar ese año, todos nos iríamos a secundarias diferentes debido a que allí estaba incompleto. En ese momento me encontraba colocándome aquella nueva camisa del uniforme color beige, mientras recordaba lo que había ocurrido después de aquel ayuno. Yo había golpeado a dos personas, pero le había pedido perdón a Dios pues solo me dejé llevar por el impulso en esos momentos. Mi enojo se había reducido. Un chico de otra sección llamado Brayan, le gustaba buscarme para hacer competencia en inglés y conversar conmigo.

En uno de esos meses hubo un tiempo donde dos profesoras mandaron a realizar dos proyectos y varios de las otras secciones me buscaron para ayudarlos, entre esos estaba Mario. Yo presenté de primera uno de los proyectos y él me pidió que le explicase y prestase el mapa, así que lo ayudé, pero cuando terminé de explicarle, me dijo

-Por eso es que te amo- y luego de eso me dio un rápido beso en la mejilla para salir corriendo a su sección, dejándome atónita con su acto

Junior no había parado de buscarme para conversar y ayudarlo con algunas cosas. Cada vez que estaba cerca de él, mi corazón latía muy rápido y más cuando sonreía, que lo hacía muy frecuente. Javier me siguió apoyando incluso en aquel momento de la entrega del segundo proyecto que se trataba del Amazonas y tuve que hacer todo sola, incluyendo el que me tocó vestirme con su traje típico. Esa vez todos me dieron la espalda diciendo que yo no les había dicho nada, pero gracias a Dios, Javier se levantó diciendo que no era cierto, luego lo siguió Yexomar y más atrás Joseito. Días después la profesora de inglés nos colocó cinco evaluativos, sin pensar que teníamos tres exámenes con los otros profesores el mismo día. Cuando le reclamamos por tantas actividades y que no estábamos listos para todo, ella se alteró tanto que hasta llamó a mi madre y ella se encargó de que no las redujeran, excepto que para lo que no estábamos listos fue lo que nos evaluó ese día, un dialogo en inglés. Yexomar y yo logramos pasar por la misericordia de Dios.

En temporada de reparaciones, los que ya habíamos pasado, ya no íbamos a la secundaria, pero en esa temporada, murió mi abuela, dejándome un vacío inmenso, yo no la había visto desde el año anterior y todo por darle el primer lugar al os estudios, su perdida me dio Afasia por esos tres días, desde que me enteré hasta un día después de su entierro. Javier me envió y apoyo en esos días de duelo.

Después de dos semanas me bautizaron en la iglesia con una hermana en Cristo, llamada Delcina, ambas estábamos juntas para todas partes, teníamos el mismo don de intersección, pero el de ella era más avanzado que el mío. Cuando bajé a las aguas sentí una alegría tan inmensa que comencé a llorar abrazando a mi compañera, luego a mis padres, a mi hermano y después a mis pastores.

Me terminé de arreglar, con una gran sonrisa. Mis tías habían ido para Mene Grande y estaban en mi casa ellas irían a nuestra despedida de fin de año.

Cuando llegamos a la secundaria, todos estábamos vestidos muy elegantes, mi hermano y mi padre nos acompañaron, yo estaba vestida con mi nuevo uniforme, el cabello suelto, planchado y con un delicado gancho que sujetaba un pequeño mechón de mi cabello. Tenía mi falda azul oscuro hasta las rodillas, calcetines blancos, zapatos negros, un collar dorado de cadena con un pequeño dije de mariposa y un brazalete dorado

Antes de entrar, respiré profundamente, sabía que después de cruzar, todo sería diferente a lo que había vivido anteriormente, era la última vez que vería a todos mis compañeros, amigos y mi historia en esa secundaria terminaría allí.

"Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que venga de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo"

La Biblia: Hechos 3:19-21