Capitulo XI Jhorman y Emily
Cuando vi todo esto, me di cuenta de lo que estaba pasando, yo no quería que Jhormita le hiciese daño a Emily, no los culpaba que se llamasen la atención al momento de verse, pues ella era rubia, ojos verdes, piel blanca y con un buen cuerpo, mientras mi querido primo era alto, cabello negro, ojos café claro, blanco y con un cuerpo de deportista, pero tenía un simple detalle que siempre odie de él y es que era un mujeriego. Desde que se mudaron al apartamento, nosotros fuimos en vacaciones a visitarlos, él nunca cambio conmigo, siempre jugábamos cada vez que Katlheen y Joice querían jugar a la escuelita, princesas o muñecas y eso me llevaba a pensar
-"¿Cómo a Katlheen le siguen gustando estos juegos si ya tiene 16 años? Lo entendía por Joice pero ¿Katlheen?"-
Me encantaba pasar tiempo con mi primo, a pesar de que tenía dieciocho años, él seguía siendo el mismo, me llevaba con él al lugar donde practicaba con la patineta, comíamos donas y helado, jugábamos, veíamos películas, conversábamos y nos molestábamos mutuamente. Para mí Jhormita era lo máximo, excepto por algo y era lo mujeriego. Me molestaba mucho que cuando estábamos juntos y llegaban las seis de la tarde, lo llamaban por celular, él cambiaba su voz a una seductora, colocaba una sonrisa de picardía y después de media hora una chica diferente aparecía en la puerta todos los días y ambos se besaban delante de quien fuera, luego de eso, mi primo pedía ir al baño y que la esperara, mientras yo estuviera allí y él estaba en el baño, se me ocurrían las mejores bromas para hacerle a mi primo y la chica que le tocara ese día. Me acercaba a ella con una cara inocente y la llamaba por otro nombre y decía que él hablaba mucho de ella, dejándola desconcertada y yo al ver su expresión, me disculpaba y decía que la había confundido con la del día anterior. Otra de mis bromas, eran con las que entraban a la casa y se sentaba en el sofá, yo como una niña muy servicial les ofrecía agua y al llevárselas me hacía que tropezaba y el agua les caía encima, luego pedía disculpas llamándola por otro nombre y esto hacia que se enfurecieran más, para luego yo decir, que me perdonara pero la confundía con la chica del día anterior. Ellas se molestaban y cuando mi primo salía, se encontraba con una chica muy molesta, pero eso no le importaba, él conseguía que ellas lo perdonaran para luego llegar a las doce de la noche.
Pero ahora era diferente, Emily es mi mejor amiga y Jhorman, mi primo preferido, no podía hacerle maldades a alguno de los dos, pero debía encontrar la manera de que ella no saliera lastimada por culpa de mi primo, pues Emily era demasiado inocente, nunca había tenido novio, gustado alguien y menos que le llamase la atención alguno. Ella siempre pensaba que la vida era un cuento de hadas y que todos los hombres eran como el príncipe que se enamora de su princesa, pero este no es el caso, mi primo era todo menos un príncipe, a él le gustaba enamorar a todas, pues tenía con que hacerlo, pero después las botaba, él solo era de una sola noche y Emily era como una joya perdida, siempre soñaba con conseguir a la persona correcta y que al verla hubiera ese clip, pero mi primo no era de esos.
-Emily, te voy a decir algo de mi primo- le hablé en el oído
-Dime- me respondió con una gran sonrisa y con sus mejillas color rojo
-"Esto es difícil ¿Cómo se lo digo? Bien solo díselo y que ella vea como lo toma"- pensé fugazmente
-Él es un mujeriego- le dije en un susurro, pues estaban conversando y no quería interrumpir
-Pero me dijiste, que era tu primo favorito-
-Lo es, pero eso no evita que cuando está de vacaciones o los fines de semana traiga a una mujer diferente todas las noches-
-¿Estás segura?-
-Claro, he estado con él en vacaciones y todas las noches es lo mismo, son muy raras las veces que no lo haga-
-Lo tomaré en cuenta- me dijo ella con una sonrisa
-"Espero que me haga caso y no se deje engañar"- pensé en ese momento
Después de diez minutos mi primo me llamó desde su habitación, yo no quería levantarme, no es que la conversación estuviera interesante, pero la flojera hacia querer quedarme allí sentada
-Pss Maracucha- me llamó, haciendo que yo me cruzara de brazos y piernas, levantara la cabeza y volteara para el otro lado
-Si no me llamas por mi nombre no voy- le dije desde el sofá
-Bien, Maukari ¿podrías venir? Por favor- me dijo con voz de rendición y haciendo que yo sonriera con satisfacción, me soltara de los dos cruces y entrara a su habitación, él ya se había puesto un pantalón, franela, sus gomas deportivas e incluso se peinó
-¿Qué quieres?- le dije mirándolo a los ojos
-Respóndeme ¿Cuántos años tiene Emily?-
-Te respondo si me compras una dona de chocolate con chocolate extra por dentro y por fuera. Además me debes prestar tu patineta- le dije retándolo
-Te compro la dona, pero la patineta no te la puedo prestar-
-Doble o nada. La dona y la patineta o no abra respuesta-
-Quédate con la dona. La patineta no te la puedo prestar-
-Bien, que tengas suerte- le dije dándome vuelta para irme
-De acuerdo, te presto si quieres la patineta por todos estos días al igual que las donas- dijo él en voz de rendición y haciendo que yo sonría con satisfacción
-Tiene 15 años-
-¿Tiene novio?- preguntó con impaciencia
-No, ni si quiera le ha gustado alguien en su vida-
-¿Qué le gusta?-
-El chocolate, helado y la pizza-
-¿Cuántos días se quedarán?-
-Tres días-
-Bien, será difícil, pero lo lograré- dijo mirando hacia la ventana de la habitación y de forma pensativa
-Espera un segundo ¿No me preguntaste esto para...? Jhormita si te atreves hacerle daño o tocarle un solo cabello, te prometo que rayaré tus apreciadas paredes de la habitación y lanzaré tu patineta por la ventana- le dije, primero confundida y luego molesta
-Tranquila Maracucha, no le haré daño- me dijo despeinándome el cabello y molestándome con el apodo
-Ahora sí- le dije un poco molesta pero con ganas de jugar, por lo que me le lancé encima y empezó una pelea de juego entre los dos y terminando en una guerra de cosquillas
-No, no, no. Ya... tiempo...para...tapote...alto- dije mientras me ahogaba en mi propia risa y de pronto entró Katlheen adormitada
-Jhorman ¿Qué haces? ¿Maukari? ¿Mi tía ya llegó?- dijo ella
-No, solo que Maukari se vino sola desde el Zulia hasta acá- dijo él de forma sarcástica sentándose en el suelo y alejándose de mi
-Aish. Tenías que ser tú- dijo ella golpeando su cabeza por detrás y dándose vuelta para irse
-Por cierto. Deja de hacer eso, sabes que a mi tía no le gusta que juegues de esa manera con sus hijos- volvió a decir ella
-A mi mamá no le gusta que juguemos así con nadie, porque dice "Juegos de Mano..."- dije sin terminar ya que ellos lo completaron
-"Juegos de Villanos"- dijeron al unísono
-Y anda arreglarte, que pareces bruja- le dijo Jhorman, tomando la almohada de su cama y arrojándola a la cara de Katlheen
-Aish, si no estuviera dormida, te golpearía- dijo ella mientras se iba
Los dos primeros días estuvimos en casa, como de costumbre Jhormita y yo jugábamos y nos colocábamos a ver las caricaturas más recientes que habían salido en ese tiempo, junto a mi hermano y Andrés. Él se acercaba de vez en cuando a Emily y notaba como ella se sonrojaba de lejos, eso me molestaba, pero yo hice lo que mejor pude y fue advertirle. Jhormita pagó las donas esos días y nos brindó a todos, cuando íbamos a ver televisión Emily se sentaba en el sofá cama Jhormita a su lado, Katlheen en el sofá individual, César, Andrés y yo nos sentábamos en el suelo, pues a todos nos gustaban las caricaturas de Disney. En la noche, todo cambiaba, pues como era de costumbre, Jhormita me dejaba sola, pero en esta ocasión no salió con nadie, sino que se quedó en casa, el novio de Katlheen llegaba y todos ellos se iban a conversar al porche y a jugar juegos de niños, parece que revivir su infancia les hacía feliz.
En el segundo día, todo era igual, solo que en la noche, los cuatro decidieron ver una película de terror, propuesta por mi primo, yo empecé a verla con ellos, pero él me dijo en el oído que mejor me iba a dormir porque la película no me iba a gustar. Él siempre ha sabido cuando las cosas me convienen y cuando no, además me conocía mejor que nadie, por eso le hacía caso y esa no era la excepción, pero si hubiera sabido lo que ocurriría después me hubiese quedado. Me fui a dormir y al día siguiente me levanté, Emily y mi madre no estaban en la habitación donde nos quedamos
-"Ya se levantaron"-pensé me fui arreglar y Katlheen como era de costumbre se levantaba demasiado tarde, parecía un tronco durmiendo y con todo el cabello en la cara, boca abajo
Me arregle, le di gracias a Dios por un nuevo día y me dirigí a la cocina cuando comienzo a escuchar
-Fue, increíble, se sintió bien- era la voz de Emily
-Sé que es así, era tu primer beso pero no debiste hacerlo. Ahora que lo hiciste, aumentaste su estatus y eres una más en su lista-
-"¿No escuché eso verdad? Dios ¿por qué no me escucha? Solo porque tengo 8 años, no significa que no sepa lo que pasa. Emily te lo dije y ¿ahora qué? De seguro él se levantara como si nada ha pasado y nunca la conoció o al revés la tratará como si de verdad la quisiera y cuando nos vallamos ella se quedará esperando como tonta y él nunca llegará Aish. Espero equivocarme"- pensé a medida que iba caminado
-Dime la verdad, ¿no lo hiciste verdad?- escuche a mi madre decir, provocando que yo me detenga en seco, pues sabía lo que significaba
-No, no lo hice. Dios está primero que mis emociones y además eso no sería correcto- dijo Emily del otro lado, haciendo que yo respire en forma de alivio
Llegué a la cocina, salude tomé mi desayuno y un poco más tarde se levantó mi hermano y Andrés (el menor de mis primos) luego de eso, mi tía Yesica se levantó y llegó a la cocina
-Lamento no haberles cocinado el desayuno pero me quedé dormida-
-No importa cuña, ya está listo. De todas maneras gracias- dijo mi madre
-Bien. Les tengo noticias, alístense porque nos iremos de paseo al centro comercial- dijo mi tía Yesica, haciendo que todos nos alegremos
-Los muchachos si se quedan, porque para levantarlos es un proceso y más para que se arreglen- dijo ella
De allí nos fuimos al Centro Comercial, nos asombramos al llegar porque el lugar era enorme, disfrutamos un buen rato todos juntos, pero mi madre se le notaba preocupada, yo disfruté el paseo, pues comimos helado, almorzamos y seguimos caminando por todo el lugar. Ya eran las cinco de la tarde, ese día era la carrera en el puente sobre el lago y mi madre llamó a mi padre, pero a medida que iba hablando, se le notaba más preocupada
-...pero ¿estás bien?...Dios... Papi por favor cuídate... bueno pero cuando llegues te recuestas... no me importa en este momento si llegaste de octavo o no, me preocupas tu... Lo sé, lo sé... yo estoy tranquila... Dios. Papi por favor cuando llegues descansa y si te sientes peor me llamas y acuérdate de llamar a mi tío... Te amo- dijo ella por el celular, mientras se pasaba la mano por la cabeza, se tapaba la cara, golpeaba con la palma de la mano la mesa, señalaba el celular y luego dejo caer sus hombros y colgó
"Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas"
La Biblia: Proverbio 3:5-6
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