Cuando mis padres me engendraron estaban muy felices, pues ya habían pasado tres años desde su matrimonio y no habían tenido hijos. Ambos vivian en el centro del país Caracas-Venezuela. Los primeros meses de embarazo fueron normales, la ginecóloga había dicho que yo sería gemela idéntica, pero a la siguiente consulta, la segunda bolsa donde crecería mi hermana se encogió y ya no estaba, por lo que quedé solo yo, mi padre se desilusionó un poco porque él quería las dos. Sin embargo compró una linterna y cada vez que llegaba del trabajo alumbraba la barriga de mi madre para que yo siguiera la luz, él estaba muy contento de que yo llegara

Al cumplir los tres meses mis padres estuvieron a punto de sufrir un accidente automovilístico. Mi padre se había comprado un pequeño auto rojo y estaba tomando clases de manejo junto a mi madre, los dos iban en el auto con la persona que les enseñaba, todo se veía normal, él ya estaba a punto de pasar la prueba, cuando una persona que repartía publicidades le entregó uno a mi padre y él lo acepto colocándole detrás del volante, no había pasado mucho cuando de la nada aquella publicidad se abrió, tapó todo el parabrisas, provocando que ninguno viera hacia adelante, ellos solo podían oír a las personas gritar, al igual que a mi madre, el auto solo giraba una y otra vez hasta chocar contra una pared y mi madre sintió como algo bajo de golpe desde su interior. La llevaron al hospital y estando allí le informaron que yo me había salido del lugar, le dieron un mes de reposo donde tenía que colocar sus piernas hacia arriba la mayor parte del tiempo para que volviera a mi lugar. Mi padre vendió el auto y no volvió a tocar otro, ambos le dieron gracias a Dios por seguir vivos.

Tres meses después, mi madre trabajaba en una escuela como maestra, pero ese día había estado lloviendo demasiado, cuando dejó de llover, ella salió de casa para ir a trabajar, pero cuando estaba cerca, ella cruzó la calle, pero antes de llegar al otro extremo se resbaló abriendo sus piernas de par en par y antes de tocar el suelo sintió como alguien la haló con fuerza hacia arriba para levantarla, ella volvió a sentir como yo volví a bajar

-Señora ¿Se encuentra bien?- dijo un joven alto, blanco, ojos verdes que aun sujetaba el brazo de mi madre y se le notaba preocupado

-Si estoy bien- respondió ella aun asustada

-Y el bebé ¿está bien? Si quiere la llevo al hospital- volvió a decir él, refiriéndose a mí, mientras la ayudaba a terminar de cruzar la calle

-Si estoy bien, muchas gracias- dijo ella mirando su barriga para luego voltear a verlo, pero él no estaba, ella lo buscó con la mirada entre las personas pero no lo encontraba

La mejor amiga de mi mamá llegó corriendo hacia ella desesperada

-Karina ¿Estás bien? Vi como estuviste a punto de caerte, vamos al hospital- dijo ella

-Ninoska ¿Dónde está? ¿A dónde se fue?- dijo mi madre mirando a todas partes para ver si lo veía

-¿A quién?- preguntó Ninoska muy confundida

-El chico que me ayudó ¿no lo viste?- dijo ella

-Karina, nadie te ayudó, tú reaccionaste rápido y te levantaste. Por Dios ¿Qué te pasó en el brazo?- dijo ella muy confundida, pero luego sorprendida al ver que en su brazo había cuatro dedos de hombre marcados

Luego de eso Ninoska llevó a mi mamá al hospital, estando allá el médico le prohibió volver a trabajar o salir de casa durante el embarazo. Más tarde le llegó la noticia de que la esposa de mi abuelo acababa de traer al mundo a su hermana menor.

Ella recordaba esta conversación y el suceso claramente, pues aquella marca que le dejó ese joven le duró por una semana. En ese momento era católica y dijo que había sido el ángel de la guarda quien la cuidó

El resto del embarazo fue normal, el 28 de septiembre de 1998 a las 4:00pm yo comencé a patear y a moverme para salir, mi madre me cuenta que cuando yo lo hacía, en vez de sentir dolor le daba mucha gracia al ver como yo deformaba su barriga y soltaba la carcajada. La esposa de mi tío Jhorman (el hermano de mi mamá) y la esposa de mi abuelo (el papá de ella) se encontraban con ella y cada vez que soltaba la risa sabía que le daba la puntada y así fue como ellas llevaron el conteo, mi tía Yesica (la esposa de mi tío) llamó a mi padre que se encontraba trabajando en el restaurante, él se desesperó y se fue a la clínica, mi madre por su parte no estaba muy apurada, le dijo a sus acompañante que mejor se iban caminado, ellas pedirían un taxi, pero mi mamá no las dejó y caminaron hasta la clínica, para la sorpresa de todas mi padre había llegado primero y estaba en la sala de espera. Al verla, los médicos la llevaron hacer el último estudio para saber mi posición y me encontraba bien, pero de pronto llegó la ginecóloga de mi mamá y les dijo que le volvieran hacer el estudio porque algo no estaba bien. Cuando lo hicieron encontraron que yo me había enroscado el cordón umbilical en el cuello y me estaba asfixiando, de ser un parto normal pasó a ser uno complicado y tuvieron que realizar una cesaría. Mi abuelo ya había llegado a la clínica junto a las hermanas de mi padre y una de las amigas de mi madre que era chilena, todos ellos eran cristianos menos mi abuelo, por lo que hicieron un circulo en frente del quirófano y comenzaron a orar mientras que la esposa de mi tío estaba pegada en la puerta para escuchar todo, mi padre se encontraba sentado en frente, al igual que mi tío Jhorman, mi abuelo Jesús y la amiga de mi madre, ellos cinco eran los únicos que no creían en Dios, se basaban más en la ciencia médica.

A las 10:00pm se escuchó un llanto en toda la clínica, yo había nacido y ese era el único parto de esa noche. Cuando mi llanto se escuchó todos se alegraron, le dieron gracias a Dios y alentaron a mi padre que aún se encontraba en shock.

Al día siguiente mi padre fue a verme y se alegró al ver que yo me parecía demasiado a él, todos los que iban a verme esos dos días bromeaban con mi madre que no había hecho nada porque yo me parecía solo a mi papá. A los tres días ella me fue alimentar, aun no la habían dado de alta por lo complicado que fue el parto. Cuando me levantó y me observó, notó que mi físico estaba cambiado, yo ya no me parecía a mi padre si no a la mamá de ella que había muerto cinco años antes, ella solo soltó una risa y me amantó. Cuando mi padre me vio se entristeció un poco por el cambio. Al llegar a casa, mis padres me cuidaron y atendieron muy bien. Ellos dicen que mi padre hacia los deberes de la casa e iba a trabajar hasta que cumplí dos meses de nacida.

Mi madre siempre me leía antes de dormir el salmo 91, no sabía por qué, pero le gustaba mucho, le daba paz y adoraba ver como yo tenía mis ojos bien abiertos y estaba atenta a su voz.

Un día a las 8:00am yo seguía dormida y mi madre estaba desayunando, cuando me escuchó llorar fuertemente, ella dice, que yo lo hacía con mucho sentimiento, como si me hubiese pasado algo y lo más extraño era que seguía dormida, ella trató de calmarme, me sacó a la cocina, me trataba de despertar, pero yo solo lloraba sin parar como si ella se hubiese ido. De pronto el teléfono de la casa sonó y cuando ella contestó, le dijeron que su abuela María había muerto a las 8:00am, al escuchar eso yo dejé de llorar y seguí durmiendo. Mi mamá quedó perpleja con todo, la noticia y mi forma de llorar desde la hora exacta hasta que ella escuchó lo que mi tío Jhorman había dicho.

Empecé a crecer, yo iba a la guardería todos los días, mientras mis padres iban a trabajar. Era la única niña que no se dormía en la tarde, solo estaba con las cuidadoras y comía mucho. Cuando cumplí mi primer año, mis padres lo celebraron en grande, yo lo disfruté mucho y allí aprendí a decir mi primera palabra, como todos gritaban "piñata" cuando alguien la iba a golpear, yo empecé a imitarlos diciendo "ata", a mis padres le pareció gracioso que yo aprendiera a decir piñata antes que mamá o papá. La piñata había quedado casi entera por lo que mi madre la colocó en mi cuarto para decorar, pero yo me despertaba todas las mañanas gritando "ata" mientras la golpeaba.

Poco tiempo después me invitaron a los dos años de una niña de la guardería, yo por supuesto fui, pero vi a una niña rubia con dos coletas que empezó a jugar conmigo y luego me llevó con dos señores que para mí eran completamente igual a mi abuelo y mi tía Mireya (la esposa de mi abuelo). No sé por qué, pero de esto me acuerdo a la perfección. Al rato de haber estado con ellos, mis padres se acercaron y comenzaron hablar con ellos, pero luego los dos señores empezaron a irse, en mi inocencia creía que mi abuelo me dejaría y mis padres ya se habían ido, la niña rubia iba detrás de ellos y yo los seguía hasta el elevador, bajamos, cuando detrás mío escuche un grito que me llamó

-¡Maukari!- era mi madre que venía con mi padre corriendo para detenerme

Mi padre me agarró y mi mamá me empezó a pegar, ella me decía algo al igual que mi padre, pero no recuerdo qué y mis padres tampoco, supongo que me regañaron por haberme alejado de ellos, lo único que recuerdo es que la niña salió y se fue con los señores que al verlos salir ya no se parecían a mis familiares.

Al cumplir mis dos años, me la pasaba en casa de mi abuelo, mi mamá me llevaba para que jugara con Joice, su hermana menor  y para que mis primos nos cuidaran mientras ella hablaba y ayudaba a mi abuelo en casa.

Después de cumplir mis dos años, mis padres decidieron mudarse, en especial mi madre, ya no soportaba vivir allí en su casa, ella decía que sentía muchas cosas y que se iría al estado Trujillo con mi abuela (la mamá de mi padre). Las dos se llevaban muy bien, pero la casa de mi abuela no me gustaba de noche, se sentía muy oscura y tenebrosa a pesar de que era muy grande, mis tíos casi no me trataban, solo lo hacían cuando mi madre no estaba. Mi padre nos iba a visitar cada quince días, debido a que estaba realizando la gestión para retirarse del restaurante.

Mi tío Jacinto un día se acercó a mi madre y le dijo que tenía una tornillería en el estado Zulia, pero no había nadie a quien dejar a cargo, por lo que quería que mi padre se hiciera cargo. Mi madre se emocionó y se lo contó a mi padre, él por su parte colocó muchas escusas, pero ella lo convenció y mientras mi papá se iba a Caracas para trabajar en el restaurante, mi mamá se iba todos los días al Estado Zulia a estudiar acerca de ese negocio, anotaba todo lo que le enseñaron sobre la tornillería mientras mi prima que tenía la misma edad de mi mamá me cuidaba.

Al poco tiempo nos mudamos para allá, todo machaba bien. Nos instalamos en el depósito, mi mamá se ingenió para crear una casa allí dentro.

Yo estaba muy contenta de haber llegado y veía como mi mamá armaba todo con cartón piedra del tamaño de una pared. Mi madre me contó que no había pasado muchos día de haber llegado cuando le llegué llorando de miedo. La misma niña rubia que había visto en aquella fiesta apareció frente a mí, me asusté mucho, corrí hasta donde mi mamá y empecé a llorar. Ella no hablaba o no recuerdo que lo hiciera en ese momento, solo me daba mucho miedo que esa niña estuviera allí.

"Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones"

La Biblia: Jeremías 1: 5