-¿Bueno?, respondió mi madre, ¿en dónde has estado?, te he estado llamando, y también le he llamado a Daniel, y manda al buzón, dime que estas bien, estoy muy preocupada.
-Mamá tranquila estoy muy bien, te extraño, ¿Cuándo regresas?
-Hija estaba muy preocupada por ti, regreso la próxima semana, tendré el fin de semana de descanso.
-Esta bien Ma, espero que hayas pasado una hermosa Navidad, te estaré esperando, cuídate- Trate de terminar rápido la conversación para que no me preguntara por Daniel, no sabía que le iba a responder, y no quería preocuparla.
le colgué y le dije a Alejandro que pasara, se sentó en el sillón, y me dijo. – Hoy le marque a Daniel al Hotel, pero no estaba, talvez mas tarde este y le digo que te llame a tu casa.
En cuanto Alejandro dijo eso, pensé, es verdad él tiene mi numero, ¿Por qué no me había llamado?, mire el registro de llamadas y solo había 2 perdidas de mi mama, me senté decepcionada, y triste, como siempre, como siempre en mi puta vida.
Alejandro se quedo una hora más y después se fue, tome una ducha, me puse la pijama y puse un Cd de música que me gustaba, pero termine escuchando canciones deprimentes, me senté en una silla que daba a la ventana, recordando todos los besos y las cosas que había hecho por mi Daniel, todo era tan perfecto como para ser real, sentía un hueco en mi corazón y me dolía, de pronto ya estaba tan deprimida como en el principio me acerque a mi televisor lo moví un poquito y ahí estaba la navaja, la mire por más de 2 minutos, la tome y me senté en mi cama, mire mi muñeca aún con marcas, y la pase ligeramente sobre las mismas marcas, sentía un ardor, pero a la vez un alivio, tenía mucho que no tenía esa sensación, esta vez no estaría Daniel para detenerme, pase la navaja al menos 4 veces más no tan profundo, me recosté y mire mi techo todo me daba vueltas, cerré mis ojos y me perdí en un sueño tan raro, soñaba que Daniel entraba a mi habitación y me decía que no me cortara, después me abrazaba y me besaba pero cuando lo veía a la car era Alejandro , ahí fue cuando desperté, estaba embarrada de sangre de las muñecas y un poco de las sabanas, quite las sabanas y las eche a la ropa sucia, puse unas nuevas, tenía tanto tiempo libre, que me puse hacer limpieza en mi casa, al medio día llego de nuevo Alejandro, me invito a salir y acepte, con el olvidaba un poco mi tristeza, a parte siempre me hacía reír y siempre salía con cada sorpresa.
-¿A dónde quieres ir hoy?, dijo.
-Nosé, sorpréndeme como siempre. Le respondí.
El sacaba, lados míos que ni yo conocía, era atrevida, me reía siempre.
-¿Quieres que te sorprenda? Lo haré, toma un suéter que iremos a un gran lugar.
Le sonreí, fui por un suéter y partimos, nos dirigimos hacia el sur de la ciudad, aún parque de diversiones que está en la ajusto, “six flags”, cuando vi que ese era el lugar me quede, con la boca abierta, jamás había ido a un parque de diversiones, era muy miedosa para eso.
-Estas loco, le dije. Jamás me harás subir a uno de esos juegos.
Me sentía un poco mareada, talvez era por lo que había hecho a noche, o porque no había desayunado.
-Me dijiste que te sorprendiera ¿no?, ahora te aguantas. Sonrió como si gozara mi sufrimiento y miedo a los juegos mecánicos, estaciono el auto, y bajamos, entramos rapidísimo, traía una tarjeta y con eso pasamos.
-¿y bien?, elijes tu el primer juego, o elijó yo. Dijo Alejandro*

Continuara...

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