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Capítulo 83

— Christian, ¿cierto? — dice Ethan animado.

— Si, busco a Ana.

— Está en la habitación con Kate.

Salgo rápido y camino por el pasillo hacia él. Ethan está sentado de nuevo en el sofá frente a la televisión y Christian lo observa fijamente.

— ¿Qué haces aquí? — voltea a verme.

— Tu papá está por llegar y pensé que querías saberlo.

— Pudiste haberme llamado, ¿sabes? — arqueo la ceja.

— Pasaba por el vecindario — sonríe.

— Ajá — uso mi tono acusador.

— Bueno, vámonos ahora para que puedas ir con Ray por el vestido.

— ¡Pero acabo de llegar!

— ¿Quieres que yo compre tu vestido? — dice retándome.

— No, espera aquí, le diré a Kate.

Camino de vuelta a la habitación donde Mía y Kate siguen viendo vestidos.

— Me voy chicas, ¿hablamos mañana?

— Si, en casa de mis papás para la cena — luego Mía alza la voz — ¡eres un aguafiestas hermano!

— Planearemos tu despedida de soltera — susurra Kate.

Salimos de mi antiguo departamento y caminamos hacia el auto donde Sawyer nos espera. Christian le hace una seña a Dixon para que nos siga.

Antes de entrar al garaje de Escala, veo una pequeña tienda de novias a un lado del gran edificio. Supongo que podría encontrar algo bonito ahí mismo.

Cuando las puertas del ascensor se abren, los ojos castaños y sorprendidos de Ray me saludan.

— ¡Papá!

— ¡Annie! — Lo abrazo — Tengo que decir Christian, ¡que este lugar es impresionante!

— Y aún no has visto la nueva casa — sonríe arrogante.

— ¿Papá? — Llamo de nuevo su atención — Voy a casarme.

— Lo sé hija, estoy muy feliz por ti. Y por Christian — estrecha su mano — Ahora vamos a conseguirte ese vestido.

— Dixon los acompañará, podría llevarlos a Neiman Marcus — dice ojos grises.

— ¡No! ¡No más ayuda de tus secuaces! — le gruño.

— ¡Bien! dejaré este asunto en tus manos siempre y cuando estés lista para el próximo sábado.

— ¡Si! ¡Ya lo sé!

Christian y yo estamos de frente con miradas retadoras. Solo cuando escucho la voz de Ray es que volteo para encontrarlo a él y a Taylor junto al ascensor, riendo.

— ¿Siempre son así? — dice bajito.

— A veces es peor — dice Jason.

— ¡Hey! — le grito y Taylor deja de reír.

Camino hacia el ascensor de nuevo y entro junto con Ray. Le digo que vi una pequeña tienda junto al edificio y lo tomamos como nuestra primera opción.

— ¿Segura que no quieres ir a otra tienda? ¿Una más elegante?

— ¿Ésta no te gusta? ¿No crees que pueda encontrar algo lindo aquí?

— Annie, solo quiero que tengas el vestido que te haga feliz y estoy preparado para hacer el gasto. Comencé a ahorrar desde que cumpliste los 16 — sonríe.

— Papá, soy feliz porque me voy a casar con el hombre que amo y porque tú estarás ahí conmigo, el vestido es algo que usaré por algunas horas.

La chica de Dolce Bleu aparece con un montón de vestidos en sus brazos, los cuelga en el vestidor y me señala un espejo muy grande.

— ¿Desea que le ayude señorita?

— Me lo pongo y saldré para que me ayude a abotonarlo — le sonrío — solo quiero pedirle un favor.

La chica me mira con sonrisa amable y asiente. Me giro hacia la puerta principal y las grandes ventanas del local.

— ¿Ve a ese hombre allá afuera? No quiero que vea mi vestido porque es de mala suerte — señalo a Dixon — ¿podría pedirle que se aleje?

— ¡Oh! ¿Es su novio, señorita?

— No, él no es mi novio pero es su espía — ella me mira confundida y Ray se ríe — trabaja para mi novio y no quiero que le dé los detalles del vestido.

— Ya comprendo, permítame un momento señorita.

La chica da la vuelta y camina hacia la otra mujer detrás del mostrador. Hablan un poco y señala hacia afuera donde Dixon sigue parado intentando ver para adentro del local.

La chica regresa conmigo mientras la otra mujer que supongo es la dueña sale a hablar con Wayne. Le hace una seña para que se aleje y él frunce el ceño. Hace un gesto con las manos pero se retira.

Me he probado dos vestidos y voy por el tercero cuando escucho un alboroto fuera del vestidor.

— ¿Anastasia? — dice con voz fuerte.

— ¡Señor! ¡Señor! No puede estar aquí.

— ¿Por qué no? — pregunta pero su tono es retador.

— ¡¿Señor Grey?! — escucho la voz de la otra mujer.

¡¿Qué rayos?! Asomo la cabeza por un lado de la cortinilla para ver a Ray parado aún frente al espejo aguantando la risa, la chica de la tienda está inmóvil y sonrojada, la dueña observa a Christian sorprendida y emocionada.

— ¡¿Qué haces aquí?! — le grito.

— Quiero saber por qué quieres impedir a Dixon hacer su trabajo.

— ¿En serio? ¡Estoy aquí! A solo unos pasos de Escala, ¡ni siquiera he cruzado la acera!

— Aún así su labor es velar por tu seguridad y no puede hacerlo si lo alejas.

— ¡Por Dios! — Grito con frustración — ¡Mi papá está conmigo! ¿Qué podría pasarme?

Ambos giramos hacia Ray que aprieta los labios para dejar de reírse. Suspiro con frustración cuando volteo hacia la puerta y alcanzo a ver a Taylor, Sawyer y Dixon ahí parados.

— ¡Christian! ¡Vete! — vuelvo a meter la cabeza dentro del vestidor — ¡Ahora!

— Yo me hago cargo muchacho, no te preocupes — escucho decir a papá.

Escucho a alguien exhalar muy fuerte y luego pasos que se alejan hasta sonar la campanilla de la puerta principal.

— ¿Ya se fue? — pregunto bajito y avergonzada.

— Ya hija — Ray se ríe.

— ¿Papá? — Asomo de nuevo la cabeza por la cortinilla — Creo que éste es.

Termino de correr la tela y salgo del vestidor para quedar frente al espejo. Busco en el reflejo a Ray que me mira con los ojos muy abiertos y luego sonríe.

— Te ves preciosa Annie.

— Gracias papá — volteo hacia la chica — ¿me ayudas a abotonarlo?

— ¿Eh? ¡Ah! Si, señorita si — balbucea — ¿su novio es el Señor Grey?

— Sí — sonrío.

— Es guapísimo — dice en un susurro para ella misma, que yo escuché.

—Lo sé — sonrío más ampliamente — Mi prometido es Christian Grey.

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