Capítulo 8
Llegamos al club y buscamos una mesa. Se puede sentir la incomodidad, pero Kate y Elliot parecen estar en su propia burbuja.
— ¿Qué van a tomar? — nos pregunta Elliot.
— Cerveza — dice José.
— Whisky — dice Christian.
— ¡Margaritas! — decimos Kate y yo al mismo tiempo.
— Elliot espera, Ana y yo iremos a pedirlos — dice Kate — vamos Ana.
Kate le da una mirada a Elliot y yo camino con ella. Supongo que quiere hablar conmigo a solas. Pide los tragos y voltea hacia mí.
— ¿Estás bien?
— No — sonrío sin fuerza.
— ¡Ana! — me mira con tristeza.
— Ya me dijo que no le intereso, y créeme que podría lidiar con eso perfectamente, pero verlo aquí y tenerlo tan cerca no ayuda a sanar la herida.
— ¿Quiere que sean amigos? — pregunta sorprendida.
— Eso parece — me encojo de hombros.
— Hay algo en él que no me gusta, aún no sé que es, pero voy a interrogar a Elliot — me guiña un ojo.
— No creo que lo hagas por mí — me río — se nota demasiado que te gusta y tú a él.
— Bueno, si no resulta siempre podremos tirarnos en el sillón a comer un bote de helado viendo chick flicks.
Kate y yo regresamos a la mesa con las bebidas. Todos están muy serios. Kate hace plática a Elliot y José mientras seguimos tomando.
Después de algunas rondas, Kate toma del brazo a Elliot y le señala la pista de baile. Él asiente y cuando se pone de pie me dice:
— ¿Bailas Ana?
— No, no, no, yo solo vine a tomar — y término de un trago mi bebida.
— ¿Segura? — Dice Kate — ¡bailarás conmigo!
— Si Kavanagh, ya vete... — le hago una seña al barman para que me prepare otra bebida.
— No deberías tomar tanto — dice Christian por primera vez en la noche.
— ¿Por qué no? Estoy bien y quiero divertirme — me dirijo al bar por mi bebida.
Estoy molesta con Christian, ¡es tan mandón! Me trajo un vaso de agua y prácticamente me ordenó que lo tomara pero no le hice caso. Me fui a la pista de baile a buscar a Kate y ella agarró mi mano para bailar.
Elliot nos dejó solas en la pista y regresó a la mesa. Perdí la cuenta de cuánto he bebido, pero creo que crucé mi límite porque me siento ligera y ahora todo me da risa. Kate me arrastra de vuelta a la mesa.
— Suficiente, te llevo a tu casa — me dice Christian.
— ¡Pero no quiero! — hago berrinche.
— Has bebido mucho, mañana lo lamentarás.
— ¡No eres mi padre Grey! — le digo haciéndome la ofendida.
— Pues deja de comportarte como una niña — me dice molesto. ¡Ja! Me gusta hacerlo enojar.
— Me voy con Kate y José — volteo a verlos y José sonríe burlón.
— ¡Nos vamos ahora! — dice con voz autoritaria.
Todos nos quedamos callados. Mi amiga traidora solo me mira con lástima, supongo que quiere seguir con Elliot. Camino resignada porque sé que Christian no me dejará estar en paz hasta que acceda.
— Hermano — se acerca Elliot a nosotros — ¿la llevarás a su departamento?
— Esa es la idea, ¿por qué preguntas?
— Es que quiero ir a la casa de Kate, ya sabes... y no quiero público — se ríe Elliot.
— Idiota — dice Christian poniendo los ojos en blanco — bien.
Christian me abre la puerta para que suba y me acomodoen el asiento. Bajo el vidrio para sentir el aire fresco en mi cara mientras élconduce. Cierro los ojos y me quedo dormida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro