Capítulo 79
— ¡En color rosa! Rosa y plateado — sugiere Mía.
— ¡No! En color verde — agrega Kate.
— ¿Verde esmeralda o verde menta? — Pregunta Grace.
— ¿No debería ser todo blanco? — pregunto yo y todas me miran como si hubiera dicho una tontería.
Estamos sentadas en la sala hablando de la temática de la boda, haciendo tiempo a que lleguen los señores Kavanagh.
— ¡Oh! ¡Blanco y rojo! — chilla Mía de nuevo.
— Me rindo, no entiendo nada — me levanto del sofá — pero aún hay mucho tiempo, ¿no?
— ¿Tiempo? ¡¿Cuál tiempo?! Si quiero casarme mientras sigo delgada tendrá que ser antes de que nazca el bebé y eso implica planear una boda en tres meses máximo.
— ¿Qué tan difícil puede ser? — digo incrédula.
— ¡Ay Ana! Cuando tú y Christian se casen estarás igual de ansiosa — sonríe Mía.
— No por favor — susurro mientras camino a la cocina.
Cuando Grace empezó a hablar sobre los detalles de la boda, Christian y Elliot huyeron a la cocina. Y los encuentro aún ahí, bebiendo cervezas.
— Hola pequeña — sonríe el rubio — no me digas que ya acabaron con la planeación.
— Aún no, no sabía que fuera tan complicado — encojo los hombros — pareciera que es una misión para alimentar a un pequeño país en desarrollo.
— ¡¿Qué?! — Él abre los ojos con asombro — mierda, eso suena caro.
— No te quejes Elliot, tienes dinero para hacerlo y los padres de Katherine también.
Dice Christian como si el asunto no fuera tan importante, pero la cara pálida de Elliot dice otra cosa.
— ¿Tienes el anillo? — vuelve a decir mi novio.
— Si, lo tengo, Kate y yo fuimos a escogerlo.
— Ella no debió verlo, se supone que es sorpresa, ¿no? — yo sigo confundida.
— La sorpresa es el bebé — dice Christian bajito — El anillo era obligatorio.
— ¡Deja de burlarte Christian! — Me río — Elliot no se ve bien... Está... Pálido...
— Cásate conmigo.
— ¡¿Qué?! ¡No! — gruño bajito.
— Di que sí y te muestro tu anillo — arquea una ceja.
— ¡Basta! No es el momento — niego con la cabeza y salgo de la cocina.
Voy de vuelta a la sala, pero me detengo para ver a Grace y Carrick junto a la puerta con los padres de Kate. Tras ellos, el rubio bohemio y relajado de su hermano sonríe divertido.
— ¡Ethan!
— ¡Ana Banana!
Ethan se acerca rápido y me levanta en sus brazos, haciéndonos girar como si estuviéramos anunciando suavizante de telas. Yo lo abrazo por la emoción de volver a verlo después de muchos meses.
Ethan sigue haciéndonos girar, pero las voces de los demás ya no se escuchan. Cuando se detiene todos nos miran sorprendidos... a excepción de la mirada gris y furiosa con vibras de asesino.
— Mierda — susurra Elliot a su lado.
Christian no habla, solo se acerca a donde estoy pero sigo colgada de Ethan porque estoy mareada. Pasa su brazo por mi cintura y me jala para que el hermano de Kate me suelte y así me lleva de vuelta a la cocina.
— ¡¿Qué mierdas fue eso?! — gruñe cuando me suelta.
— ¡Estaba saludándolo! ¡Ethan es mi amigo!
— Ahh si claro, otro que solo quiere ser tu amigo — bufa.
— ¡Si! Lo conozco hace años, no veo el problema con...
— ¡No, por supuesto que no! ¡Tú jamás ves el problema! ¡Estabas colgada del idiota ese! ¡Sus manos sobre ti!
— ¿Podrías dejar de gritar? ¡¿No entiendo por qué piensas que todos tienen otras intenciones?!
— No todos, ¡solo los que te estrujan y te dan vueltas en mis narices!
— Bueno, ¿podríamos por favor olvidarlo? No quiero seguir discutiendo contigo.
— Lo estaré vigilando, no quiero sus jodidas manos sobre ti otra vez — me acerco para tomar su cara y besarlo.
— Por favor, en la cocina no — escucho la voz de Elliot del otro lado de la puerta — Ahí está la cena y ya tengo hambre.
— Puedes entrar, idiota — dice Christian.
— Uff — abre la puerta y camina hacia nosotros — me preocupaba decirle a mamá que no podíamos cenar porque ustedes estaban teniendo sexo en la cocina.
— ¡Elliot! — grito sorprendida.
— Podríamos usar tu habitación — dice mi novio.
— ¡No! Mantén tu trasero lejos de mi cama — lo señala.
Grace nos llama a la sala y observamos atentos la conversación entre los Grey y los Kavanagh sobre la boda. En algún momento, Elliot se arrodilló frente a Kate y le mostró el anillo. Luego Kate, su madre y Grace lloraron.
Después de nuestra escena al inicio de la noche, Christian se aseguró que Ethan no volviera a acercarse a nosotros. Incluso vi a Taylor y a Sawyer parados en el pasillo observándonos en todo momento.
Aunque no pudieron evitar que al final de la cena, los Kavanagh se despidiera de nosotros.
— Ana Banana — Ethan se acerca a mí.
Intento dar un paso hacia él para abrazarlo, pero el brazo de Christian aún me sujeta por la cintura impidiendo mi avance. Ethan finge no darse cuenta cuando termina de acercarse y me abraza levemente.
— En bueno verte, no te pierdas — susurro.
— Claro que no Ana, de hecho regreso a Seattle a...
— Hasta luego señor Kavanagh — Christian interrumpe.
Me empujó hacia un lado para alejarme de Ethan y estirar su mano a modo de despedida. Lo miro con los ojos entrecerrados... ¡A mí no me engañas Grey!
Y aunque me propongo reclamarle cuando estamos solos, me quedo dormida en el auto de vuelta a Escala.
— Ana, despierta — me sacude levemente — levántate, es tarde.
— ¿Ya llegamos? — sigo adormilada.
— ¿A dónde? — Escucho que ríe — Son las 8 de la mañana.
— ¡¿Qué?! — me enderezo para ver la hora en el reloj del buró.
— Vístete, vamos a salir.
Lo veo salir de la habitación, luego escucho la voz de Taylor. Me levanto directo a la ducha y me visto informal de jeans y suéter ligero.
Cuando me paro frente a él en el salón, caigo en cuenta que él también viste informal. ¿No piensa ir a Grey House?
— ¿A dónde vamos? ¿No vamos a desayunar?
— Lo haremos en otro lugar, debemos salir ahora.
Le hace una seña a Taylor y éste llama al ascensor. Los tres entramos para bajar hasta el garaje, la SUV ya nos está esperando. Taylor sube con nosotros y Dixon y Sawyer nos siguen en el Audi hasta Sea Tac.
— ¿A dónde vamos? — vuelvo a insistir.
— Ya lo verás — sonríe y salimos del auto.
Frente a nosotros espera un Jet, con una azafata y un hombre vestido de piloto que nos sonríen. Por supuesto, ambos nos saludan y luego la chica pestañea coqueta hacia Christian.
— Siéntate y abrocha tu cinturón — me señala el puesto frente a él.
¡Claro que he viajado en avión! Dos veces solamente pero no era nada como esto. Eran grandes aviones comerciales atestados de gente. Esto, es lujoso.
— Atención a todos, les habla su capitán. Nuestro vuelo con destino a Savannah Georgia tendrá una duración aproximada de 6 horas...
¿Quérayos dijo? ¿Georgia?
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