Capítulo 75
— Será mejor que vaya a hacer la cena.
— Vamos, te ayudo — dice y se levanta de la cama.
— ¿Ya sabes cocinar? — pregunto divertida.
— No, pero prefiero ayudarte a tener que sentarme junto a tu papá.
— Qué valiente Señor Grey — me río.
Salimos de la habitación para ir a la cocina mientras papá y Taylor sigue viendo el juego. Busco en el refrigerador algo para preparar la cena.
— Christian, ¿una cerveza? — lo llama Ray.
— No gracias, señor Steele.
— Vamos muchacho, tómate una cerveza con estos viejos — Papá señala a sí mismo y a Taylor.
— Ve — le digo bajito — eres un hombre adulto y empresario exitoso, recuérdalo.
— ¿Esto te divierte? — arquea una ceja.
— ¡Vamos! No puedo creer que de verdad le tengas miedo — me río — además ahí está Taylor, quien se supone vela por tu seguridad.
— Bien, pero si me muero que se sepa que fue porque confíe en ti — me acusa.
— Has confiado en personas peores, créeme — hago una mueca de molestia.
Frunce el ceño de nuevo y se aleja hacia la sala a ver el juego de béisbol. Veo a Ray entregarle una cerveza de la hielera que tiene junto a él.
Después de la cena, papá se queda platicando con Taylor en la mesa mientras recojo los platos con ayuda de Christian.
— ¿Vamos a dormir? — pregunta con un tono de voz sexy.
— Si, lo prometí, solo dormir — le susurro.
— Tengo una idea, espera aquí.
Lo veo alejarse y salir de la casa. Como si lo hubiera llamado, Taylor sale de prisa detrás de él dejando a Ray confundido. Cuando se voltea a verme yo solo encojo los hombros.
— ¿Otra cerveza Ray? — escucho decir a Jasón.
— ¡Por supuesto! Aún tengo aquí — papá le entrega otra botella.
Los miro desde la cocina mientras ellos van a la sala. ¿Ray y Taylor amigos? Esto no me lo creo, no del señor "yo lo controlo todo".
Veo a Christian volver a entrar a la casa con el móvil en la mano, escribiendo. Cuando levanta la vista, mi teléfono vibra.
* Ve a tu habitación, yo te aviso *
* Me avisas, ¿qué? * — le contesto.
Vuelve a mirarme con el ceño fruncido y ruedo los ojos. Le doy un beso a Ray antes de ir a mi habitación. Me pongo la pijama y tomo uno de mis libros del estante. Casi me estoy quedando dormida cuando mi teléfono vuelve a vibrar.
* Ven conmigo *
* ¿A dónde? *
* Ven aquí y te digo *
Abro la puerta de la habitación con mucho cuidado de no hacer ruido pero no veo nada, la casa está a oscuras. Una sombra se mueve cerca de la puerta así que me acerco a él.
Cuando paso junto al sofá, puedo ver una figura más grande acomodarse con una almohada y una cobija. Taylor.
Estoy tan cerca de él que percibo sus ojos grises con la poca luz que entra por la ventana de la sala. Abre la puerta que da a la calle y me hace una seña para que guarde silencio.
— ¿A dónde vamos? — digo en un susurro.
Pero me ignora mientras me toma de la mano para caminar hasta donde la Suv está estacionada. Convenientemente atrás del R8 y bloqueada de la vista por la camioneta de Ray.
— ¡Christian! — Chillo — ¡no vamos a tener sexo en el auto!
— ¿Por qué no? Estamos respetando su casa — sonríe — esta camioneta es de mi propiedad, sube.
Muerdo mi labio para evitar reírme. No quiero ni pensar en lo que tuvo que decirle a Taylor para que cubriera nuestra salida.
Subimos a los asientos de atrás, en la suv y rápidamente me atrae para besarme. Sus manos se cuelan por debajo de la blusa de mi pijama para tocar mi espalda y deshacerse del sostén.
Gruñe de dolor cuando se inclina hacia mí, intentando recostarme en el asiento. Así que me enderezo y me subo a horcajadas sobre él.
¡Lo extrañé! Dios, cuanto extrañé estar así con él. Confío en que Taylor realmente cuide nuestras espaldas mientras me dejo llevar por el deseo y la excitación que él me provoca.
Sintiéndome bastante atrevida, me despojo del pantalón de la pijama y de su camisa con manos ansiosas por tocarlo. Tengo que admitir que esta posición es la adecuada para no lastimar sus costillas.
No puedo esperar más, así que desabotono su pantalón y bajo la cremallera para deslizarlo solo lo suficiente para mis perversos propósitos.
Me sostiene fuerte de la cintura mientras me muevo, tratando de aumentar la intensidad poco a poco para no lastimarlo. Si esto le duele o no, no lo sé porque solo gime.
Sus manos recorren cada parte de mi cuerpo que está a su alcance, mientras me aferro a sus bien formados brazos. Solamente respiraciones agitadas y jadeos se escuchan en la camioneta.
Me estremezco ante la oleada de placer y liberación, pero él sigue empujando de mi cadera un poco más hasta que gime mi nombre.
Cansada, sonrojada y satisfecha, paso mis brazos por su cuello para abrazarlo tratando de recuperar el aliento.
— ¿Siempre te sales con la tuya?
— Si — sonríe orgulloso — siempre.
— Bueno, si mi papá nos encuentra ahora moriré contenta — me río.
— Confío en que no pase eso — sonríe levemente — lo llamaremos sexo de alto riesgo.
— Me gusta el sexo de alto riesgo — lo beso de nuevo.
Cuando hemos recobrado la cordura y la ropa, bajamos del Suv listos para hacer la caminata de la vergüenza hasta mi habitación.
Volvemos a entrar en silencio, yo guiando nuestros pasos a oscuras. Ruego a Dios que Jason esté dormido al igual que mi papá para no tener que preocuparme hasta mañana.
Me acomodo en la cama mientras él se quita la camisa y el pantalón. Le hago una seña para que ponga el seguro en la puerta, si va a dormir en bóxers necesita asegurarse que Ray no lo tome desprevenido.
Ahora sí, ya listos para dormir, me abrazo a él parasentir su calor... Algo que definitivamente podría hacer el resto de mi vida.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro