Capítulo 68
Ruedo en la cama para acercarme a Christian y obtener calor pero no lo alcanzo. Abro los ojos esperando a que se acostumbren a la luz que entra por el cristal, entonces lo noto: no está en la cama.
Me levanto rápidamente, poniendo la bata sobre el camisón de seda y camino segura hacia el único lugar donde podría haber ido.
— Christian Travelyan Grey — digo desde la puerta de su estudio.
Está sentado en su silla, llevando solamente el pantalón de chándal sin camisa, mientras observa atento la pantalla de su computadora portátil.
— Dios, Ana, me asustaste.
— Asustada estoy yo porque no te encontré, deberías estar durmiendo.
— Estoy cansado de estar acostado, me siento bien y quiero ponerme al tanto de los últimos movimientos de la empresa.
— Es tarde, tienes que descansar.
— Lo sé, y lo intento, pero necesito mantener mi mente ocupada en algo o voy a volverme loco.
Comprendo que esto sea tan difícil para él, es un hombre muy activo y demasiado controlador como para dejar a alguien más a cargo de GEH por mucho tiempo. Y no creo que leer vaya a lastimarlo, así que lo dejo.
— Bien, iré a dormir, recuerda que es de madrugada y las personas normales duermen — me río — nada de llamadas o mensajes.
Frunce el ceño pero no dice nada más, así que me alejo tranquila de vuelta a la cama. Confío además que alguien de seguridad esté al pendiente de las cámaras de Escala y no lo dejará salir solo.
Christian está a mi lado cuando despierto, así que me deslizo sin hacer ruido hasta el baño para tomar una ducha. Cuando salgo voy a la cocina a preparar el desayuno ya que Gail tiene el fin de semana libre.
— Iba a llevarte el desayuno — le digo cuando se sienta en la barra.
— Me siento mucho mejor, menos aturdido — hace una pausa — aún siento dolor, pero puedo tolerarlo.
— Me alegra escucharlo, solo tómalo con calma, tu hombro ya habrá sanado pero tus costillas necesitan más tiempo.
— Necesito atrapar al bastardo que me hizo esto — dice molesto — tengo a todos investigándolo para llevarlo a la cárcel.
— No entiendo — digo confundida — ¿en qué momento hablaste con los de seguridad? ¿Los llamaste en la madrugada?
— ¿Por qué no? Necesito que hagan su jodido trabajo y para eso les pago bien.
— ¡Bien! Olvídalo, no voy a discutir contigo — pongo su plato en la barra — come para que tomes la medicina.
Después de tomar su desayuno, Christian se reúne con Taylor y Welch en su estudio para actualizarse sobre las investigaciones. Ahora que él está de vuelta, no habrá nada que lo convenza de descansar tranquilamente.
Entro a su estudio cada 30 minutos más o menos, solo para asegurarme que está bien o tomó el medicamento. Cada vez que entro está gritándole a alguien, así que supongo que se siente mucho mejor.
Me resulta imposible seguir reteniéndolo en su departamento, ¡se ha vuelto tan obstinado como siempre! Hizo que el doctor viniera hasta aquí para que lo revisara y le permitiera volver al trabajo.
Lo único que sigue restringido es el ejercicio y el sexo, ya que cualquier actividad cardiovascular podría forzar sus pulmones y éstos a sus costillas.
— Ros sabe que mañana vuelvo a Grey House — dice mientras cenamos.
— ¿Taylor estará contigo?
— Si, él y Sawyer, Dixon te acompañará a SIP como ya lo habíamos hablado.
— Oh, sí, sobre eso — dejo el tenedor para mirarlo — no voy a la editorial.
— ¿Aún no? — Frunce el ceño — ¿Qué tipo de permiso te dio Roach?
— Uno permanente — sonrío para amortiguar la noticia.
Si... no funcionó. Me mira confundido y luego hace una seña para que siga hablando.
— Fue mi culpa en realidad, cuando tuviste el accidente no me presenté y terminaron mi contrato.
— ¿Quién? ¿Roach?
— Elizabeth Morgan.
Se levanta de golpe empujando la silla y camina de vuelta a su estudio. Voy detrás de él para tratar de evitar cualquier locura que pase por su cabeza.
— Ros — dice con el teléfono en la oreja — mañana a primera hora quiero a Elizabeth Morgan fuera de SIP. Si Roach se opone también lo quiero fuera.
— ¡No! ¿Qué haces? — Me acerco — no puedes despedirlos así como así, estaban haciendo su trabajo.
— Hazlo Ros — cuelga el móvil.
— ¡No puedes hacer eso! No puedes solo despedirlos por despedirme, ¡¿sabes lo mal parada que me deja eso?!
— Me importa una mierda lo que los demás piensen Ana, mañana iremos a SIP y vas recuperar tu empleo — ordena.
— ¡Estás siendo poco razonable!
— Es mi jodida empresa y si eso es lo que quiero, ¡eso se hará!
Doy la vuelta para ir directo a la cama, ¿cómo se atreve a hacerme algo así? Intento calmarme porque lo último que quiero es ir a dormir enojada con él, pero es tan difícil que entienda mi punto de vista.
Me siento en la silla junto a la cama y respiro hondo por algunos minutos, hasta que la puerta se abre lentamente.
— Necesito a alguien de confianza ahí — dice desde la puerta — sólo inténtalo, si después de un par de semanas no estás a gusto, puedes dejarlo.
— Bien, dos semanas — muerdo mis labios — lo intentaré.
Me despierto temprano para ayudar a Christian a alistarse para su gran regreso a la oficina. Aún debe tener cuidado con sus costillas, así que me ofrezco a ayudarlo a ducharse y vestirse.
— Alístate, después de que Ros se deshaga de Morgan irás a la editorial.
— Bien, estaré lista y saldré con Wayne.
— El desayuno está listo Ana — me llama Gail y me acerco a la barra.
Christian, Taylor y Sawyer salen del ático hacia Grey House. Hasta donde sé, Wayne va a apoyar a Baker con la seguridad de SIP, lo que le asegura una oficina en lugar de la incómoda mesa de la cafetería.
— Me convertí en la odiosa novia del jefe — me río mientras Wayne me lleva a SIP.
— ¿Eso realmente importa? — Me mira por el retrovisor — él te devolvió el empleo, pero aún tienes que esforzarte para conservarlo.
— Si, supongo que tienes razón. Tengo que demostrar que soy apta para estar ahí.
Bajo del auto con Wayne y me dirijo directo a la oficina de Roach, que gracias al cielo no fue despedido por Christian. Toco su puerta y espero a que me llame.
— Señorita Steele — dice con tono amable.
— Señor Roach, buen día — me señala la silla frente a él.
— Me alegro de tenerla de vuelta, aún necesito que cubra la vacante que dejó Hyde, así que desde hoy será editora.
— ¿Es en serio señor Roach? ¿De verdad quiere que cubra el puesto? — digo sorprendida.
— Claro que sí Ana, hiciste un buen trabajo antes y lamento el incidente con Elizabeth — sonríe — así que, ¿estás lista?
— Oh por supuesto señor Roach, ¡gracias por la oportunidad!
— Confío en ti, Ana — me acompaña a la puerta — y dalemis saludos al Señor Grey.
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Hola!
1. Nuevo Cap, me tardé un poco porque no me agradaba del todo, así que me tomé un respiro y lo corregí hoy.
2. Van a notar el salto de tiempo entre algunos días, decidí hacerlo así para enfocarme en lo importante y no meter relleno innecesario.
3. Gracias por leer, votar y comentar! Un beso! 😘
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