Capítulo 54
Pego más mi oreja a la puerta, pero el sonido de alguien golpeándola me aturde. Doy un paso atrás justo cuando Taylor la abre.
— ¿Señorita Steele? — me mira como si supiera lo que hacía.
— Taylor, ¿ya puedo salir?
— En un momento, ya está aquí el señor Grey.
Frunzo el ceño. Viene a vigilarme. Doy media vuelta hacia el closet y tomo mi ropa para cambiarme en el baño. Me siento en la cama a esperar a Christian mientras su chofer me observa desde la puerta.
— Taylor — dice Christian cuando entra — puedes irte.
Él asiente y sale de la habitación.
— ¿Quién era ella? — le digo pero no me mira — ¿Alguna de tus ex?
Está frente a mi cruzado de brazos pero sigue sin mirarme.
— ¡Oh! Ya lo recordé, lo tuyo eran las aventuras de una noche.
— ¿Por qué estás molesta?
— ¡No lo estoy! Solo... — balbuceo — ¿cuántas más como ella vendrán a buscarte?
Se pasa las manos por la cara con frustración. Mierda, es la primera vez que me detengo a pensar en su pasado.
— Olvídalo, no quiero saber cuántas mujeres han estado aquí, no es una imagen que quiera en mi cabeza.
— No la conozco, no tendría por qué estar aquí.
—¿Entonces donde Christian? ¿A qué vino? Lo entenderé si me explicas — me acerco a él.
De nuevo baja la vista evitándome. Pero necesito que me hable, ¿por qué esta mujer viene a buscarlo? ¿De verdad no la conoce?
— ¿Contrataste una agencia o algo así? ¿Que cada cierto tiempo te manda una mujer? ¿Es eso? — digo con sarcasmo.
— Hay cosas en mi pasado que no quiero explicar — dice serio.
— No está en tu pasado si vino a tocar a tu puerta.
Paso junto a él y salgo de la habitación. Siento sus pasos detrás de mí pero no me detengo y llamo al ascensor.
— ¿Te vas?
— Necesito caminar — ahora soy yo quien no lo mira.
— Ana, no, no te vayas... Solo... — exhala fuerte.
— No, por favor, de verdad necesito salir. Hasta luego señor Grey.
Digo cuando el ascensor se cierra. ¡Agh! Estoy molesta, decepcionada, celosa por un pasado que no puedo cambiar y lo sé. Solo necesito salir y ordenar de nuevo mis pensamientos.
Salgo rápido del ascensor en el vestíbulo, tan distraída que no noté al hombre del uniforme gris que choca su hombro conmigo. De alguna forma me parece conocido, pero cuando giro para verlo el ascensor se cierra.
Salgo de Escala directo a mi apartamento. Sé que Christian no se va a aparecer ahí porque no va a darme explicaciones. Por ahora lo único que necesito es distancia y tiempo para pensar.
Cuando llego a casa, Kate no está. Voy a mi cama y me envuelvo en las cobijas hasta que siento hambre porque no desayuné. Como algo ligero antes de ir a la lavandería.
Cómo lo supuse, Christian no apareció. Conforme pasan los días me siento más confundida, ¿exageré? ¿Realmente me debe explicaciones?
El jueves, cuando salgo de SIP veo a Taylor parado junto al Audi. Christian está aquí. Camino lentamente hacia él y me saluda.
— Señorita Steele — dice y abre la puerta.
— Taylor — asiento y subo al auto — Hola.
— Hola Ana — me dice con tono amable.
Se ve diferente, una barba algo crecida le dan un aspecto mucho más varonil. Lo observo esperando a que diga algo.
Taylor sube al auto y se incorpora al tráfico. Vamos en silencio hasta que el auto se estaciona frente a Grey House. Lo miro confundida y el sonríe un poco.
Cuando salgo del Audi se acerca a tomar mi mano. Me da un apretón fuerte antes de caminar.
— ¿Qué haces? — digo viendo nuestras manos entrelazadas.
— Voy a mi oficina, con mi novia — sonríe.
— ¿En serio? creo que a las rubias les va a dar un infarto — me río.
Entramos al vestíbulo y pasamos por recepción. Él sujeta fuertemente mi mano mientras las rubias 1 y 2 nos miran con los ojos muy abiertos.
Asiento con mi cabeza hacia ellas a forma de saludo y una gran sonrisa. El ascensor se abre y antes de entrar, una mujer muy elegante de traje sastre que he visto antes nos mira confundida.
— Christian — lo saluda.
— Ros — contesta y levanta sus cejas.
Entramos al ascensor, subiendo rápidamente al piso 20.
— ¿Como las llamas? — arque la ceja.
— Rubias 3 y 4 — digo riendo.
Niega con la cabeza y sonríe cuando salimos. Y de nuevo, las rubias nos observan con asombro cuando seguimos tomados de la mano.
— Cancela mi reunión con Barney y no me pases llamadas Andrea.
Ella me mira sonriendo y asiente. Yo me sonrojo cuando recuerdo mi última visita a su oficina y que probablemente ellas escucharon.
— Pasa, siéntate — me señala la silla frente a su escritorio.
Tomo asiento esperando que él haga lo mismo, pero camina hasta el ventanal observando la vista de Seattle.
— No hay nada que yo pueda hacer respecto a mi pasado, pero quiero que veamos esto desde una perspectiva diferente.
— Christian, espera, yo no debí reaccionar así, lo si... — me interrumpe.
— Déjame decir esto — yo guardo silencio — Nunca tuve una novia. Ninguna de ellas es mi ex porque no tuve una relación con ellas. Tú eres mi primera novia, la primera que conoce a mis padres y que viene a mi oficina. Tal vez no eres la primera en estar en Escala, pero si la primera en compartir mi habitación y mi cama — se gira para verme — Dormí en tu cama, nunca había dormido con alguien, hasta que lo hice contigo; te seguí a Montesano y conocí a tu padre. Incluso compré la compañía para la cual trabajas, para poder seguir cerca de ti. Y aún hay muchas cosas más que planeo para nosotros, más cosas en las cuales serás la primera. Como subir a mi catamarán, mi helicóptero y mi jet, te llevaré a Aspen o a Nueva York, a dónde tú quieras ir. Solo tú y yo.
— ¡Vaya forma de disculparte! — digo totalmente impresionada.
Me mira con los ojos entrecerrados y luego sonríe. Yyo le sonrío de vuelta, satisfecha por sus palabras y sobre todo, por susacciones.
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