Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 51

— Kate y Elliot también vienen, pero hasta más tarde.

— Entonces estamos solos — sonríe arqueando la ceja.

— Si — siento el calor en mi cara — ven, vamos a sentarnos en la orilla del lago.

Christian asiente, llenando de nuevo nuestras copas y caminamos hasta la orilla. Nos quedamos en silencio por un momento y lo observo esperando alguna reacción.

— ¿Y? — Digo con algo de temor — ¿te gusta la idea de acampar?

— Si — dice serio — acampar en la sala de tu casa no es tan divertido como esto.

— ¿Qué? — digo confundida.

— Cuando éramos niños, mi padre construyó para Elliot y para mí una tienda con sábanas. Mi madre creyó que sería divertido y puso cobijas y almohadas.

No puedo evitar sentir ternura, me imagino a Christian siendo un niño pequeño de hermosos ojos grises y sonrío.

— Cuando nos llamó a cenar, Elliot se fue y me dejó solo. Yo seguí leyendo mi cuento hasta que mamá llegó con un sándwich y galletas para que comiera algo.

— Si suena divertido — lo molesto — entonces, ¿te gusta mi sorpresa?

— Bueno — dice serio — Me encanta, nadie había hecho algo así por mí.

Sonrío satisfecha y aliviada.

— Quería demostrarte lo importante que eres para mí — digo con sinceridad.

Me mira sin saber qué decir. ¡Dios! Lo que daría por saber qué piensa. Por lo menos no puso la cara de terror que le vi la semana pasada.

— ¿Qué es eso? — Dice de pronto — Eso en el agua.

— ¿Dónde? — Lo miro — ¿Qué viste?

Se pone de pie dejando la copa a un lado, es una broma ¿cierto? ¡Qué forma de arruinar el momento Grey!

— Ahí, algo brilla ahí — señala hacia el agua.

— Christian, ¿estás jugando conmigo? — cuando lo miro sonríe malicioso — ¿Qué? — Me sujeta de ambos brazos — Christian ¡no!

¡Idiota! Salta al lago llevando con él. ¡¿Pero qué rayos?! Salimos a la superficie rápidamente, esta parte es poco profunda.

— ¡Que rayos te pasa! ¡Odio el agua fría!

— ¿Donde quedó tu espíritu aventurero, Ana? — sonríe.

— En casa, ¡con mi ropa seca!

— Tendrías ropa seca si tuviera mi teléfono — se burla.

— ¿Te estás desquitando? ¡¿Todo esto es por el maldito teléfono?!

— Si te hace sentir mejor, iba lanzarte solo a ti — Sonríe divertido.

— ¿Ya estamos a mano? — Trato de sonar molesta, pero estoy conteniendo mi risa — vamos, tengo frío.

Es extraño ver al Christian divertido, parece un adolescente. Salimos del agua y caminamos hacia donde se supone que vamos a prender la fogata. La leña ya se encuentra ahí, solo hay te encenderla y entrar en calor.

— Ven, vamos adentro — me señala la tienda.

— ¿Por qué?

— Tienes la ropa mojada, quítatela mientras enciendo el fuego y se seca.

— Así que este es tu verdadero plan — arqueo la ceja.

Entro a la espaciosa tienda de campaña y me quito la ropa mojada. Me deslizo dentro del saco de dormir cuando Christian entra y se lleva mi ropa. Cuando regresa, solo trae bóxers.

— Déjame entrar — jala el saco de dormir — yo también tengo frío.

— ¿Y ahora? — le digo cuando da la vuelta para quedar frente a mí.

— Tengo una idea para entrar en calor — dice y me abraza para acercarme a él.

Pasa su brazo por mi cintura y me besa, mientras acaricio su cabello mojado. Cruzo mi pierna sobre las suyas para quitarme el frío. Sus manos recorren mis hombros y mis senos, por encima del sostén.

Besa mi cuello y baja su mano hasta mi cadera y piernas. Aprovecho para tocar su abdomen y jugar con el elástico de sus bóxers. ¡Vaya forma de entrar en calor!

Se coloca sobre mí y vuelve a besarme. Respiramos agitados y siento el calor irradiar de mi cara mientras su cadera se apoya sobre la mía.

— Mierda... ¡Por favor, Dios mío! que estén solamente dormidos.

— ¡Elliot! Cállate, déjalos... hacer su... Bueno, lo que estén haciendo — susurra Kate.

— No nena, mis oídos castos escuchan gemidos y es lo último que necesito saber de mi hermano.

Christian y yo escuchamos en silencio, tratando de recuperar el aliento.

— Imbécil, ¿qué haces aquí? — le gruñe Christian.

— Vine a echarte porras... — dice sarcástico — ¿A qué crees que vine?

— A arruinarme el momento — le grita.

— Si estás desnudo no salgas, hay cosas en esta vida que prefiero no saber — se ríe Elliot.

Christian se levanta y abre un poco la tela para sacar la cabeza para ver a su hermano. Yo me siento y me tapo con el saco, rogándole al universo que la ropa se haya secado.

Cuando vuelve a mirarme, me pasa mi camiseta ya seca y el pantalón algo húmedo. Me visto rápido mientras él hace lo mismo. Cuando salimos, Kate y Elliot nos miran sorprendidos.

— Mierda, deberíamos separar más las tiendas de campaña — dice Elliot — no quiero escuchar tus gemidos en la noche.

— Elliot — se ríe Christian — puedes irte al otro lado del lago.

Kate y yo los vemos alejarse hacia el lago con cerveza en sus manos. Apenas soy consciente de las dos grandes hieleras junto a nosotras. Cuando miro a mi amiga, ella se encoge de hombros.

— Creo que Elliot está más emocionado que Grey.

Ellos se encargan de cocinar dos grandes pescados que Elliot saca de una hielera. Kate y yo estamos sentadas junto a ellos, sintiendo el calor de la fogata.

Después de un rato de plática y cerveza, traigo el pequeño pastel que hice para Christian, de chocolate y vainilla con una vela en medio.

— Feliz cumpleaños — le sonrío.

Primero me mira con el ceño fruncido, pero aún así lo acerco a él para que apague la vela. Lo dejo sus manos mientras busco las servilletas y el cuchillo para cortarlo, cuando veo a Elliot sonreír con malicia.

— ¡Elliot! ¡No! — grita Kate demasiado tarde.

El pastel ya está en la cara de Christian quien observa furioso a su hermano. El rubio sonríe y se aleja usando a Kate como escudo. Me acerco a tomar lo que queda del pastel de sus manos para ponerlo en la mesita.

— ¡Idiota! — Le grita Christian — Ana hizo ese pastel para mí.

— Y quedó muy rico — dice Elliot sentándose en la mesita para comer el pastel con sus manos.

— Lo siento — me dice ojos grises.

— Te ves adorable con betún de chocolate — le sonrío.

— Ya, ya, basta... Hay gente a su alrededor, ¡comportense!

Nos grita Elliot mientras limpio la cara de Christian. Me da un beso suave y nos sentamos de nuevo frente a la fogata. Cierro los ojos cuando él me abraza y el calor de su cuerpo me arrulla.

Cuando despierto, Elliot y Christian siguen frente a la fogata pero Kate ya se fue a dormir. Hago lo mismo que ella y me despido para meterme al saco de dormir.

Espero con los ojos cerrados a que en cualquier momento Christian entre y volvamos a entrar en calor, pero no lo hace y me quedo dormida de nuevo.

Cuando despierto a la mañana siguiente, Christian no está. Salgo de la casa de campaña y los veo a ambos dormidos junto a las cenizas de la fogata y un montón de latas alrededor. ¿Estuvieron bebiendo toda la noche?

— ¿Qué vamos a desayunar? — pregunta Kate.

— Fruta y sándwiches de pavo — digo sacando el contenedor de mi mochila.

Kate va a la camioneta de Elliot y regresa con un termo grande y dos tazas. Nos sirve el café y nos sentamos en la mesa a esperar a que los Grey despierten.

Christian se endereza de golpe, supongo que sorprendido y luego se gira hacia Elliot y lo mueve para que se levante. El rubio se sienta igual de desorientado y se rasca la cabeza.

— Eh dormilones — grita Kate — vengan a comer.

— Mierda, necesito aspirinas u otra cerveza — Elliot se sostiene la cabeza — todo me da vueltas.

— Te dije que no tomaras demasiado — regaña Kate.

— Es una ocasión especial nena, este gruñón es un año más viejo — palmea el hombro de su hermano.

Ambos se levantan y se acercan a nosotras. Christian se sienta de frente a mí, pasando sus piernas por mis costados. Desayunamos en silencio y al terminar, Elliot y él empiezan a cargar todo en la camioneta.

Cuando recojo mis cosas dentro de la mochila, miro a mí alrededor. Aún permanece una tienda de campaña en su lugar. Christian y Elliot hablan a lo lejos.

— Nos vamos Ana — dice Kate — te veo esta noche en casa de los Grey.

— Está bien, iré al departamento a cambiarme más tarde, supongo — mi amiga se aleja.

— Ana pequeña, me divertí mucho — dice Elliot abrazándome — ahora los ancianos es lo tuyo, ¿cierto?

— Tú eres el hermano mayor, el más grande — arqueo la ceja.

— Si, pero mi espíritu aún es joven — sonríe y se aleja hacia su hermano.

Christian se acerca pero no habla, solo toma mi mano y me lleva dentro de la tienda. Me acuesto sobre el saco de dormir y él se apoya en mí. Sus pupilas están tan dilatadas que sus ojos se oscurecen.

Y en ese momento, sin interrupciones, volvemos al asunto que dejamos pendiente. Quito mi ropa y él la suya para besarme, se mueve lentamente besando y acariciando mi piel. No hay prisa, ni ansiedad, sus manos recorren cada parte de mi cuerpo.

Yo acaricio sus brazos, sus hombros, su espalda, desordeno su cabello y lo beso tan suave que contengo la respiración. Me besa con cuidado mientras su mano baja por mis muslos acariciando y presionando el lugar indicado.

Yo también bajo mi mano para tocarlo sobre su bóxer, provocándolo, pero sigue tomándose su tiempo. Cuando le ayudo a sacárselos, todo mi cuerpo irradia calor.

Me mira a los ojos mientras entra en mí. Sus movimientos son lentos pero precisos, siento que mi cuerpo se estremece con cada empuje y me aferro a sus brazos y beso su cara.

Solo aumenta el ritmo cuando estamos cerca del orgasmo, los jadeos y gemidos que salen de mi boca se detienen cuando una ola de placer me recorre completamente y él gruñe mi nombre. Nos quedamos así, en esa posición por unos minutos sin movernos.

Tranquilizando nuestras respiraciones y nuestroscorazones...

- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Feliz Navidad!!! Muchas bendiciones y abrazos!!!

Gracias como siempre por leer, votar y comentar!

Se viene la fiesta de cumpleaños!
In-ten-so! 😄😄🙊🙊

#EntrandoEnCalorALoGrey 😘😘😘

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro