Capítulo 5
¡Mierda! ¡Mierda! ¿Qué dije? ¡Una vergüenza más gracias a mi bocota!
— ¿Sabes quién soy? – me pregunta arqueando una ceja.
— Sí, bueno no, es decir... — comienzo a divagar – leí sobre ti, una entrevista que te hizo mi amiga para el periódico escolar... pero no sabía que eras tan...
Me quedo muda, ¿qué le digo? ¿Que es tan guapo? ¿Sexy? ¿Atractivo?
— ¿Tan qué? – pregunta conteniendo una sonrisa.
—... ¡Tan joven! En la publicación no había foto, así que supuse que eras mucho más grande – miento descaradamente. Claro que la publicación decía que tenía 28 años... pero no recuerdo que dijera algo sobre que era un bombón de ojos grises.
Muerdo mi labio para contener la risa que me provocan mis pensamientos. Él me mira fijamente y por un momento creo que puede leer mi mente. Me sonrojo de la vergüenza.
— Ahora yo estoy en desventaja Ana – me dice finalmente – tu sabes sobre mí, pero yo no sé nada de ti.
— ¿Qué quieres saber? Ya te dije que acabo de graduarme y mudarme aquí, ¿qué más necesitas saber?
— Tu nombre... ¿solo Ana? –
— Anastasia Steele, pero prefiero que me digan Ana – hago un ademán con mis manos para restarle importancia al asunto.
— Entonces señorita Steele, tal vez mañana podamos continuar con esta conversación... tomando un desayuno de verdad – dice mientras se pone de pié – en un restaurante del centro, paso por ti a las 8 am.
— ¿Mañana? Sí, claro – wow, eso fue rápido – podemos vernos aquí como hoy.
— No, dime donde vives, paso por ti – estira su mano para despedirse.
— No te molestes, aquí está bien – contesto rápido, no quiero que vaya al departamento... sobre todo con Kate y José curioseando – Estaré lista Señor Grey.
Tomo su mano y le sonrío. Me mira frunciendo levemente el ceño y finalmente se despide. Me siento nuevamente en mi silla, quisiera gritar de felicidad pero, ¿lo de hoy fue una cita? ¿Lo de mañana será una cita? ¡Diablos! Tengo que buscar otra vez ese diario de su entrevista en las cosas de Kate.
Decidí no llamarle a mi amiga para contarle, no la quiero encima de mí haciendo preguntas y haciendo sentir incómodo a José. Mantendré las cosas discretas hasta saber qué es lo que tengo entre manos. Tal vez él solo quería conocer a la extraña chica que lo distrajo de su ocupada agenda.
Un mensaje de José me saca de mis pensamientos, dice que acaba de llegar y está a punto de tomar el taxi. Le paso la dirección del departamento y le mando otro mensaje a Kate para que se apure, aún nos falta alistarnos para nuestra salida de ésta noche.
— ¡Ana! – dice José mientras me abraza.
— ¡José! ¡Qué bueno verte! – Le digo soltándome de su abrazo – ¡Te extrañé!
— ¿En serio Ana? Todo se siente diferente sin ustedes, no es igual de divertido – dice haciendo un puchero.
— Ponte cómodo, deja tus cosas ahí, Kate no tarda en llegar y nos iremos al bar – me voy a la cocina a traer para José un vaso con agua y un sándwich.
— ¡José! – grita mi amiga desde la puerta.
— ¡Kate! – José corre a abrazarla también.
— Por Dios, ¡estoy tan feliz de verte! ¡Hay que celebrar! – dice Kate con su entusiasmo característico.
— Solo te esperábamos a ti Kavanagh, ¡date prisa! – Kate me mira y me empuja hacia la habitación mientras le hace una seña a José para que espere.
— ¿Y bien? ¡Habla! ¿Cómo te fue? – me dice muy ansiosa
— Bien, muy bien, hablamos y... – me rio por el entusiasmo de Kate por mi "cita" – nos veremos otra vez mañana.
— ¡Bien hecho Steele! Yo sabía que ese chico no podría resistirse a tus encantos – sonríe orgullosa – ¡mañana te alistaremos otra vez!
— Kate, por favor, ni una palabra a José – le digo en voz baja – te lo pido, no quiero que se sienta incómodo.
— Está bien... todo sea por que esta noche la pasemos bien ¡como en los viejos tiempos!
José nos cuenta sus planes para el verano y Kate nos da todos los detalles de su nuevo trabajo, los reportajes en los que está trabajando y de cómo su insoportable jefe la llamó "chica rubia" por primera y última vez en su vida.
Yo me río imaginándome a Kate apuntarle con el dedo y dándole su discurso de cómo ella llegó ahí por mérito propio y no por el color de su cabello o el nombre de su familia. En este momento todo me causa mucha risa y me doy cuenta que también a mí se me subieron las copas.
José llama un taxi y vamos de vuelta al departamento.Nos divertimos tanto que planeamos volver a hacerlo mañana. Mientras Kate ayudaa José a instalarse en el sofá—cama de la sala, yo me dirijo a mi habitación acambiarme y dormir, por que mañana tengo una cita importante.
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