Capítulo 20
Christian le da una mirada seria a Mía y ella no menciona nada más. Terminamos de comer y Elliot le hace una seña al chico para que traiga la cuenta.
— Oh no, ¡ni se les ocurra! — Dice Mía — yo aún no he tomado mi postre.
— ¿Y yo soy el glotón? — Ríe Elliot — tendrás que caminar de regreso a casa.
— Que grosero eres... Kate, ¿verdad que es grosero conmigo? — Mía hace puchero.
— De hecho Elliot, yo también quiero postre... ¿Vas a decirme algo al respecto? — Kate arquea una ceja.
— Nada mi vida.
Christian y Mía se ríen. Esa es la Kate Kavanagh que yo conozco, usando sus encantos para sacar ventaja. Por supuesto, Elliot sabe que no le conviene poner a Kate de malas.
— ¿Tú quieres algo Ana? — me dice Christian.
— Mmm si, ¡helado de chocolate! — creo que sueno como una niña de 5 años.
10 minutos después, Mía tiene un helado de fresa y mermelada, Kate una crepa dulce, Elliot terminó pidiendo un banana Split y yo un helado de chocolate.
Christian no pidió nada para él. Ahora que lo pienso, no recuerdo haberlo visto comer algo así de dulce. Y ya que se ejercita tanto, tal vez prefiere evitarlos.
Kate y Mía hablan sobre un programa de televisión de modas y Elliot se ríe. Yo como mi helado porque amo el chocolate en todas sus formas.
Cuando volteo, Christian me mira y sonríe. Pero su mirada no es intensa, como otras veces, casi podría jurar que siento ternura en su mirada. Tal vez él también piensa que parezco una niña con mi helado.
— ¿Quieres un poco? — le pregunto.
— No, gracias, come tú.
Tomo la cuchara con otro poco de helado y lo saboreo. Aún siento los ojos grises sobre mí.
— Dame — dice mientras limpio helado de las comisuras de mi boca.
— Aquí tienes — levanto el helado hacia él.
Me mira y arquea una ceja. Tomo la cuchara con helado y la señalo, él sonríe. Acerco la cuchara a su boca y él lo come.
— ¡Ay por Dios! — Grita Elliot — ¡me va a dar diabetes en los ojos!
Volteo a verlo y él mueve la cabeza en negación. Kate se ríe. Pero Mía... ella tiene la boca muy abierta.
— Cállate Lelliot — dice Cristian.
— Aww qué lindos — por fin dice Mía — Elliot, deberías ser igual de lindo.
— ¡Hey! ¡Claro que soy lindo! Pero no puedo decirle a Kate: Nena, ¡acércate y te daré de mi banana! — dice señalando su postre.
Elliot le guiña un ojo a Kate, ella se sonroja y todos reímos.
— ¡Eres imposible E! — dice Mía con fastidio.
Cuando terminamos, Elliot y Christian dejan algunos billetes junto a la cuenta. Caminamos hacia afuera y nos detenemos junto a los autos.
Mía me abraza, me dice que le gustaría salir a almorzar juntas y me da su número. Kate se cuelga del cuello de Elliot y lo besa. Christian me da un beso en la mejilla y los tres suben a una Suv y se van.
Kate y yo volvemos a casa a descansar. Hacemos un poco de quehacer y cenamos cereal antes de ir a dormir.
— ¿Como estuvo tu fin de semana Ana? — me pregunta Maddie.
— Bien, muy bien... Tranquilo sobre todo — sonrió al recordar unos hermosos ojos grises.
— ¡Yo estoy muerta! Me pasé de copas el sábado y ayer se me ocurrió tomar con Mike... Dijo que tomar un poco aliviaría la resaca ¡y ésta mañana no podía levantarme! — Dice desparramándose en la silla — Así que me dije a mi misma "levántate Madeleine, no puede ser que te corran en tu segunda semana por no presentarte".
— Suena a que la pasaste genial — me río.
— Ven Ana, le dije a Mike que almorzaremos con ellos, si te parece bien.
— Está bien.
Maddie y yo caminamos a la planta baja. Dice que nos esperan en el local de comida frente a SIP. Ahora recuerdo que Maddie quiere presentarme a su hermano, así que este es su plan.
Entramos al pequeño local y caminamos al mostrador. Ella corre hacia dos chicos en la fila y me indica que me acerque.
— Ana, mi hermano Mike. Su compañero Tom, de edición. Chicos, ella es Ana, mi compañera.
Nos estrechamos las manos. Mike es un chico rubio de cabello y ojos castaños. Puedo ver sus brazos musculosos bajo su camiseta apretada. Siento como si estuviera hablando con la versión masculina de Kate. Diablos, ni Ethan es tan parecido a ella.
Por otro lado, Tom el compañero de Mike parece más tranquilo. Le calculo unos treinta y algo. Moreno claro, cabello negro y ojos tan azules como los míos. Es alto y musculoso. Digo, Christian tiene músculos, pero es delgado. Tom tiene una espalda ancha que resalta más sus brazos.
Pedimos todos nuestra comida y vamos a la mesa. Mike y Maddie usan lentes oscuros, seguramente aún tienen resaca.
Maddie me alienta a que platique con su hermano, pero me doy cuenta que Tom es más parecido a mí. Me cuenta que creció en una ciudad pequeña y se casó joven. Después de la universidad se mudó a Seattle a trabajar y me identifico con eso.
También dice que su esposa no quiso seguirlo a Seattle, por lo que pasaron mucho tiempo separados, hasta que finalmente se divorciaron hace tres años.
Terminamos de comer y caminamos de vuelta a SIP. Los chicos se quedan en el primer piso y Maddie y yo subimos al segundo.
— Querida Ana — dice mientras caminamos por las escaleras — estaba segura que serías mi próxima cuñada, pero jamás pusiste los ojos en Mike como lo hiciste con Tom.
— Maddie, no es eso, yo no... — empiezo a hablar, perola verdad no sé qué decirle.
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Es emocionante entrar y ver que estamos en el ranking #1 de "cincuenta sombras"!!
Saluditos!
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