Estoy tan cerca de Christian que puedo oler el aroma de su colonia. Me mira intensamente con sus ojos grises y me da su media sonrisa que me encanta. Muerdo mi labio para esconder mi sonrisa boba... esa que pongo con tan solo escuchar su nombre.

Él se inclina un poco sobre mi y como si fuera un reflejo, me alejo de él. Se acerca más y siento mi corazón latiendo a toda prisa. Con su mano libre toma mi mejilla y me besa. ¡No lo puedo creer! ¡¿Esto está pasando de verdad?! ¡Concéntrate Steele!

Apenas me doy cuenta que ya estoy reclinada en el sillón. Intento poner mis manos en su pecho o tocar su cara para acercarlo más, pero baja la mano que tenía apoyada en el respaldo para sujetar las mías en mi pecho.

Mi mente se queda en blanco disfrutando el momento. Entre nuestras respiraciones, escucho el sonido de unas llaves.

— ¿Ana? – dice Kate abriendo la puerta de golpe.

— Mierda – digo bajito y Christian se incorpora en el sillón.

— ¡¿Señor Grey?! – Kate grita sorprendida.

— ¡Whoa! – ríe Elliot muy fuerte cuando yo también me incorporo en el sillón.

— H—ho—hola... — digo muy sonrojada y con una sonrisa boba.

— ¡Hermano! ¡Demonios! – se acerca Elliot sonriendo – ¡mándame un texto que estas aquí o deja tu corbata en la puerta para no molestarlos!

— ¡Elliot! – dice Kate disgustada.

Christian sonríe como si hubiera ganado la lotería y yo estoy tan avergonzada que mi cara irradia calor. Kate arrastra a Elliot con ella a la cocina. Sé que Christian no es totalmente de su agrado, pero no se quejaría frente a su hermano, ¿o sí?

De pronto Elliot se vuelve hacia su hermano, sin decir palabras, lo mira atentamente y con el ceño fruncido. Veo a Christian negar con la cabeza y también frunce el ceño. Finalmente su hermano asiente con la cabeza y gira nuevamente hacia Kate.

— ¿Qué fue eso? – le pregunto sorprendida.

— Cosas de hermanos – dice irritado.

Lo miro esperando que diga más, pero no lo hace. Enciendo la televisión y busco una película. No estoy segura de si él quiere verla, pero por lo menos el sonido llenará el silencio incómodo. Kate y Elliot siguen hablando en la cocina, sin prestarnos atención.

Nos quedamos en silencio viendo la película. O por lo menos lo intento, ya que no me concentro con Christian a un lado y recordando lo que acaba de pasar.

Creo que él tampoco pone atención, porque está jugando con sus dedos sobre su pierna. Luego traza círculos en mi rodilla y volteo a verlo. Él solo sonríe.

Kate y Elliot siguen en la cocina y ahora sé que Kate nos está vigilando. Si yo estuviera sola, ya se habrían encerrado en su cuarto.

— Vámonos Bro — dice Elliot levantándose de la silla.

— No quiero irme — dice Christian hacia mí.

— ¡Anda bro! — Camina hacia nosotros — no vi tu auto afuera así que voy a llevarte.

— Elliot — dice poniendo los ojos en blanco — tienes mucha prisa por irte.

— Hermano, creo que ya fastidiaste a Ana por hoy, dale un break.

— No quiero — me dice en voz baja y yo le sonrío.

— Otro día será señor Grey — le susurro.

— Vamos gruñón, ¡muévete! — dice Elliot ante la mirada asesina de Kate.

— Bien — dice frunciendo el ceño — Ana...

— Te veo después — y veo a Elliot jalarlo del brazo.

— ¡Adiós pequeña! — Elliot regresa y me besa en la mejilla.

— Oye idiota — lo jala Christian y Elliot sonríe burlón.

— ¡Adiós nenas!

Kate y yo los miramos salir del departamento. Antes de que ella diga algo, corro hasta mi habitación. No tengo ganas de hablar y no sé qué pasa con ella, pero va a decírmelo fuerte y claro.

Cierro mi puerta con seguro, y me acuesto en mi cama. Estoy cansada por la caminata y muy emocionada por lo que pasó esta tarde.

Abrazo mi almohada y cierro los ojos. Estoy segura quesoñaré con él.