Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 13

Llegamos a un restaurante cerca de la bahía, no muy lejos del departamento. Nos acomodamos en una mesa y un amable señor nos trae el menú. Christian pide un vino y lo traen enseguida junto con las copas.

— Gracias por las flores – le digo y me sonríe.

— Así que, ¿apenas venias del trabajo?

— Si – me río recordando lo que acaba de pasar – gracias a Dios no entré al departamento.

— Esto es tan clásico de Elliot – dice negando con la cabeza.

— Por suerte estabas ahí para salvarme – le sonrío divertida – ¿estabas ahí buscando a Elliot?

— No, de hecho te buscaba a ti, quería verte.

— Ahh claro, disfrutas de mi compañía – digo seria cuando me acuerdo de lo que dijo cuando fuimos a desayunar.

— ¿Listos para ordenar, señor? – nos interrumpe el mesero. Christian pide un corte de carne y yo un poco de lasaña.

— ¿Que tal el trabajo? – Dice cambiando el tema – ¿es como lo imaginaste?

— Mmm no, pensé que pasaría mucho tiempo leyendo los manuscritos para ayudar al editor en jefe... pero esa tarea es de su asistente personal.

— ¿Y tú qué haces? – me mira con los ojos entrecerrados.

— Ayudo a su asistente con los otros pendientes, copias, archivos, almuerzos, cosas así – me mira con sus ojos inexpresivos.

— No era broma cuando dije que podías ir a trabajar a mi empresa – luego curva una sonrisa – aunque aun no estoy seguro cual de mis autos tendrías que lavar.

— ¡Christian! – muerdo mi labio para no reírme, pero es imposible cuando recuerdo lo que dije esa vez.

— Ahí podrías aprender de verdad y el sueldo es de los mejores incentivos.

— Voy a pensarlo – le sonrío – tal vez vaya un día a conocer tu empresa.

— Vas a quedar impresionada – sonríe con orgullo.

— Ya veremos – digo poniendo los ojos en blanco. Christian frunce el ceño.

— Su comida – dice el camarero poniendo los platos – ¡buen provecho!

Cenamos en silencio. Ojos grises se ve relajado, incluso divertido... por lo menos es cierto que disfruta mi compañía. Me pregunto cómo un hombre tan rico y exitoso como él puede estar aquí sentado, como cualquier persona normal.

— No tienes muchos amigos, ¿cierto? – le digo sin pensar en las palabras.

— ¿Porqué lo dices? – él sonríe.

— Bueno, en lo poco que te conozco no te he escuchado hablar de alguien más que no sea Elliot.

— Soy muy selectivo con las personas Señorita Steele – me dice serio.

— Me suena a excusa – dije sin pensarlo y espero su reacción.

— Tanto en las amistades, como con los empleados, tengo expectativas que deben cumplir... Elliot es la excepción porque es mi hermano – dice fríamente.

— Entonces las personas deben hacer lo que tú esperas de ellas, ¿o no pueden ser parte de tu vida? Eso no suena muy amistoso – ahora yo estoy frunciendo el ceño.

— Rodearte de las personas adecuadas favorece tu éxito personal y familiar, deberías saberlo Anastasia.

— Seleccionar a mis amigos de acuerdo a mis expectativas no me parece... — detengo en seco mis palabras. Sé que esta conversación no va a terminar bien si continúo.

— ¿Decías...? – me mira y siento que está retándome a continuar.

— Me parece que te diviertes mucho con Elliot, aunque no lo quieras admitir.

— ¿Nos vamos? – Y sé que lo hace para cambiar el tema – Podemos caminar por la bahía.

¡Vaya cambio! Pero estoy de acuerdo, no quiero discutir con él. La bahía se ve hermosa, suavemente iluminada por los faroles y la brisa fresca enfría mi cara. Caminamos un rato mientras Christian me explica sobre su último proyecto sobre unos astilleros y de cómo planea establecer dos armadoras más.

— Regresemos al departamento – le digo después de un rato – ¿crees que sea seguro volver?

— No – se ríe – con Elliot ahí, no es nada seguro.

— Llamaré a Kate para preguntarle – busco mi teléfono en mi bolsa.

— ¿Por qué no te ha llamado ella? ¿No le parece extraño que no hayas llegado aún?

— Le dije que iba a llegar tarde, supongo que cree que sigo ahí...

— ¿En dónde? – arquea una ceja.

— En el bar... iba a salir a tomar unas copas con mis nuevas compañeras de trabajo – frunce el ceño.

— ¿Compañeras? – Asiento con la cabeza – Pero no fuiste...

— No, estaba muy cansada y preferí venir a casa a descansar – suspiro.

— Bien, como tu compañera no te espera, vamos a mi casa por una copa.

Lo miré y aunque podría asegurar que dije "no, gracias", creo que nada salió de mi boca. Caminamos de nuevo por la bahía hasta su auto y llegamos a Escala.

Apenas subimos a su departamento, se dirigió a la cocina por una botella de vino y dos copas. Yo me senté en la sala y Christian prendió la chimenea. Se sentó junto a mí y me pasó una copa.

— Esta muy callado aquí, ¿no? – le digo mirando a nuestro alrededor.

— Me gusta el silencio... Taylor y la señora Jones lo saben y tampoco hacen ruido.

— ¿Cómo? ¿Aquí viven? – le pregunto sorprendida.

— Si, tienen sus propias habitaciones en el área de empleados – me señala un pasillo junto a las escaleras.

— ¡Vaya! ¡Este lugar debe ser enorme!

— ¿Quieres que te lo muestre? – Me sonríe – de hecho creo que hay una habitación aquí que te encantará.

— Okey – tartamudeo y me da su mano paralevantarnos del sillón.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro