— Te ves preciosa, Señora Grey.

Christian besa mi hombro descubierto antes de girar para acomodarse la corbata.

— Gracias, Señor Grey. Ahora esfúmate porque tengo un evento qué supervisar.

— Como desees, llámame si necesitas algo.

— Por supuesto.

Cuando sale de la habitación, echo otro vistazo a mi vestido. Ahora que tengo siete meses de embarazo, me resulta más cómodo llevar prendas sueltas que me permitan moverme.

Pero hoy es una ocasión especial y juré que iba a llevarlo a cabo sin ayuda... O casi.

Salgo de la habitación en el segundo piso y voy rápidamente a las escaleras. Los meseros van y vienen con bandejas por toda mi sala, llevando cubiertos al patio en donde se instalaron las mesas.

¡Nuestra primera fiesta en esta casa!

— Disculpe — Detengo a un chico que pasa — ¿Mía Grey llegó?

— Si señora, y el pastel ya se encuentra en su base.

— Excelente, gracias.

Las chicas de la florería llevan los últimos arreglos, así que las sigo hasta mi patio trasero para verificar también si la banda ya está instalada.

Christian tuvo que contratar seguridad adicional para este día, así que muchos hombres de traje y micrófonos están desplegados por toda la propiedad. Incluso revisan la identidad de los invitados.

— ¿Todo bien? — Kate apoya la mano sobre mi hombro, sacándome de mis pensamientos.

— ¡Hola! Si, no los escuché llegar.

Ella y Elliot me sonríen, pero no hay tiempo para charlar. Tomo la caja que dejé sobre la mesa de la entrada y se la entrego a Kate.

— Acaban de traerlo, ella está en la habitación de invitados.

— Subiré a verla — Se da la vuelta para ir a las escaleras.

— Usted, señor Grey, venga conmigo al estudio.

Tomo el brazo de mi cuñado y lo llevo por el pasillo hasta el estudio de Christian, donde él y Taylor esperan el momento de comenzar la ceremonia.

— Miren quien llegó — Canturreo cuando abro la puerta.

— Bastardo... — Elliot asiente hacia Christian, luego a Taylor — Traidor.

— ¡Elliot! — Golpeo su brazo — ¿Por qué lo llamas traidor?

— ¿No es obvio, pequeña? Esta viendo nuestro sufrimiento y se lanza de cabeza a hacer lo mismo. Para mí que tu marido es mala influencia.

— ¿Perdón? Él quiere hacer esto porque la ama, punto. No es ningún tonto chico inmaduro pidiendo de rodillas que a su novia le baje el periodo. Así que cierra la boca o me encargaré de que Kate te haga sufrir.

— Si, señora.

Arrastra los pies dentro del estudio y se deja caer en el sofá. No entendí por qué razón Taylor le pidió a Elliot que fuera su padrino, pensé que se lo pediría a Christian.

Pero luego Gail le pidió a mi esposo que la entregara este día y ahí lo entendí. Y lo confirmé cuando Jason me pidió que lo acompañara hasta el altar.

Por lo que sé, Gail solo tiene a su hermana y Jason está divorciado hace tiempo. Tiene una hija pequeña a la que ve muy poco, fuera de eso no tiene más familia.

Y ahora ruego que Elliot y su bocota no lo arruinen. Cierro la puerta y voy de nuevo al patio trasero para asegurarme que los invitados ya estén en sus lugares. Carrick y Grace están al frente de las sillas con el reverendo March, que va a oficiar la ceremonia.

— ¿Todo listo? — Pregunta Mía acercándose a mi.

— Si. Gracias por hacer el pastel.

— Es un placer, ¿Ya podemos empezar la ceremonia?

— Ya es la hora — Miro el reloj en mi muñeca — Voy a llamar a todos, avisa a la banda que esperen mi señal.

Voy de nuevo al estudio de mi esposo y abro la puerta sin avisar. Por alguna razón, Christian sostiene el cuello de Elliot entre sus brazos como si estuviera aplicando alguna llave de la lucha libre.

— No quiero saberlo — Les gruño — Elliot, ve por tu esposa. Christian, espera por Gail afuera de la habitación mientras me quedo con Jason. Primero salen Elliot y Kate, luego Jason y yo, y al final Gail.

Los tres me miran, no se mueven ni intentan salir de la habitación. ¿Qué rayos están esperando?

— ¡Ahora! — Les grito de nuevo.

Elliot da un saltito y sale de la habitación, seguido de mi esposo. Jason vuelve a acomodarse la corbata y la pequeña flor en su solapa.

— ¿Nervioso?

— Si, señora Grey.

— Vamos Jason, llámame Ana. Somos amigos, lo sabes.

— ¿Ray está aquí?

— Aún no, pero no debe tardar. Él siempre llega elegantemente tarde.

— Bien.

Paso mi brazo por el suyo y salimos del estudio hasta la sala. Kate y Elliot están ahí, así que volvemos a repasar la salida y la música que debería sonar en cada ocasión. Desde la puerta del patio le hago una seña a la banda para que comiencen a tocar.

Los invitados se ponen de pie con los primeros acordes, dando paso a Elliot y Kate. Cuando se han situado en sus lugares, es mi turno de salir con Jason.

Sus pasos son rígidos, pero ni sé si es por los nervios o es su estilo militar. Se sonroja ligeramente cuando los invitados lo miran, pero le doy un apretón en el brazo para que siga caminando.

— Muchas felicidades, Jason — Le digo cuando llegamos a su puesto.

— Gracias Ana.

Me da un abrazo rápido y se coloca en su lugar con Elliot. Un momento de silencio indica que sigue la novia, la música suave anuncia su entrada.

Christian y su perfecto smokin negro aparecen, haciendo contraste con el vestido blanco de Gail. La tela es suave, pero se ajusta perfectamente a su cuerpo y distingo el tono rojizo en sus mejillas.

Mi esposo la entrega a Jason, intercambian algunas palabras y luego viene a sentarse a mi lado. Ahora no somos más que espectadores de esta bella ceremonia.

Cuando pronuncian las palabras Marido y Mujer, suspiro de alivio. ¡Se casaron! ¡Elliot no lo arruinó!

Ahora podemos disfrutar con tranquilidad de la recepción, los bailes y la música en vivo. ¿Qué podría salir mal ahora?

— ¡Atención! — Elliot golpea sus cubiertos contra la bandeja de un mesero — ¡Voy a hablar!

Mierda.