Capítulo 37
— Esa fue una maravillosa actuación, nena. Estoy realmente sorprendido.
— ¿De mis dotes actorales?
— Si, y de tu facilidad para llorar y controlar a las personas. Creo que voy a tener que estar pendiente de eso.
— Oh, vamos, como si fuera posible manipularte.
Levanto la cabeza de su pecho para mirarlo, pero el ascensor se detiene en el ático y tengo que apartarme para salir.
— Necesito llamar a papá.
— Bien, yo tomaré algo mientras veo televisión.
Christian besa mi frente y se aleja por el pasillo hacia su estudio, así que voy a la cocina por un té y galletitas.
Me siento frente al televisor para buscar una película interesante, pero extrañamente todo lo que encuentro son programas de mujeres que no sabían que estaba embarazadas, partos prematuros y embarazos adolescentes.
— ¿Es ésta alguna clase de señal, señor?
Miro al techo esperando alguna clase de respuesta, pero lo que recibo es otro canal con mujeres embarazadas... En una clase de esas de preparación para el parto.
— “Eso es mamis, respiramos profundo uno, dos, tres... Exhalamos. ¡Otra vez! Uno, dos, tres” — La instructora da las indicaciones a un círculo de mujeres con sus esposos.
— ¡Oh! ¡Yo quiero eso! ¡Christian!
Las mujeres están sentadas en el piso sobre tapetes de alfombra, sus parejas sentadas detrás como soporte para ellas y sus prominentes panzas.
*¡Kate! Acabo de ver algo genial y quiero intentarlo, ¡Clases para embarazadas!*
Envío un mensaje a mi amiga, esperando que se emocione igual que yo por realizar una actividad, ahora que ambas estamos en estado avanzado.
*¡Ana! ¡Qué genial! ¿Podríamos intentar Lamaze? No me veo en una piscina como ballena*
*Pues no sé que sea, pero seguro podemos intentarlo. ¡Nuestros maridos estarán encantados!*
*Me muero por verlo. No imagino a Grey y Elliot en una sala llena de mujeres embarazadas y hormonales*
*Pues será mejor que se hagan a la idea, son los padres y más les vale estar ahi*
*Bien, investigaré los lugares y las horas de clase. ¡Te aviso!*
Bueno, estoy segura que cuando pase toda esta situación de Caleb podré retomar mis actividades con tranquilidad, aunque tengo que admitir que me sentiría más tranquila teniendo a Wayne a un lado.
— ¿Ana? ¿Tienes hambre?
— Aún no. ¿Qué dijo tu papá?
— Bueno, parece ser que tiene todo preparado para mañana, tendremos que reunirnos con Caleb Rights y su abogado en la oficina del juez.
— ¿Por qué?
— Para negociar, si las negociaciones no resultan iremos a juicio.
— ¿Negociar con él? ¿Por qué?
— Cree que puede ganar, así que va a pedir dinero. Pero no hay una maldita forma en la que él obtenga algo de mi dinero.
— ¡No lo merece! — chillo indignada — ¡Maldito abusivo, loco!
— Nena — Christian apoya su mano en mi hombro — Tranquila, me haré cargo.
— Bien. Por cierto, antes de que lo olvide te aviso que quiero tomar clases de preparación para el parto.
Deja de palmear mi hombro y me mira con los ojos entrecerrados.
— ¿Por qué?
— Porque estoy embarazada, voy a dar a luz en un parto y tengo que estar preparada.
— Bien, supongo que si quieres hacerlo puedo contratar a una maestra para que venga.
— No, no me escuchas. Voy a ir a la clase, necesito salir un poco de aquí.
— ¿No prefieres quedarte aquí, con las comodidades y recibir la clase solo para ti?
— No, quiero convivir con otras mujeres, tomar la clase como una persona normal. Incluso Kate irá, hablé con ella y todos iremos.
— ¿Todos?
— Todos, Señor Grey. Kate, Elliot, tú y yo.
— No lo entiendo, ¿Por qué tendríamos que ir Elliot y yo a la clase de embarazadas?
— Christian Grey — Me levanto del sofá para mirarlo de frente — ¡Es tu bebé! ¡Es tu culpa! ¡Yo lo voy a parir! ¡Y va a doler mucho! Así que lo menos que puedes hacer por mí es acompañarme a la clase de mujeres embarazadas y sostener mi mano.
Lo miro con el ceño fruncido y las manos apoyadas en la cadera. Mi esposo presiona sus labios y baja la cabeza un poco.
— Podrías tener cesárea y evitarte el dolor.
— ¡No! ¡No entiendes! No sé de qué forma será pero quiero estar preparada para todo, ¿Puedes hacerlo o tengo que pedirle a alguien más que vaya conmigo?
Inmediatamente levanta la cabeza y arquea esa ceja necia que me indica que está molesto.
— ¿Alguien más? ¿Quieres que alguien más sostenga tu mano?
— Si tú no quieres hacerlo encontraré alguien más que quiera — Imito su gesto.
— ¡Nadie más puede sustituirme! ¡Ningún jodido...!
— Entonces — Lo interrumpo — Irás conmigo. Le diré a Andrea que haga el espacio en tu agenda.
Vuelve a presionar sus labios en una línea y respira fuerte.
— Y ya que estamos hablando del bebé, me gustaría saber cuándo terminará Elliot la casa para poder ir a decorar la habitación del bebé.
— Hablaré con él.
— Bien, gracias Christian — Le sonrío.
Va hasta la cocina a servirse una copa de vino, así que lo sigo con mi plato vacío y lo poco que queda del té.
— ¿Quieres ir a Bellevue? ¿Cenar con tus padres?
— No estoy de humor para ver a Mía, mucho menos a Elliot. Así que no, no vamos a verlos.
— Entonces prepararé la cena, Christian. Tengo ganas de un pastel con betún de mantequilla.
— ¿Puedes comer eso? No creo que debas ingerir tales cantidades de azúcar.
— ¿Por qué no? hace mucho no como pastel y me encantaría cocinar uno. Y no puedes mencionarlo a la doctora Greene, ¿Me escuchas?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro