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Capítulo 36

Desearía haber disfrutado un poco más mi estancia en Montesano, pero este asunto de la demanda no me deja pensar en nada más.

A primera hora del domingo, Sawyer nos lleva de vuelta a Seattle y unas cuadras antes de llegar, nos avisa que una camioneta fue puesta en la salida del garaje para impedir nuestra entrada. De esa forma tendríamos que bajar justo frente a los reporteros.

— ¿Lista nena?

— Si, Christian — Su mano se aferra a la mía con más fuerza — Todo saldrá bien, déjamelo a mí.

— No deberías hacer esto, no tendrías por qué involucrarte.

— Estoy involucrada porque fui yo la afectada, porque tú eres mi esposo y voy a defenderte siempre, aunque no lo necesites.

Voltea a verme y una pequeña sonrisa se estira en sus labios. Aferra de nuevo mi mano y la levanta para besar el dorso de ella.

— Es hora, ya llegamos.

Respiro hondo y trato de sonreír, pero tenemos que parecer algo incómodos por el bloqueo hasta que Sawyer nos da la indicación de salir. Dixon y Baker aparecen en la entrada de Escala para escoltarnos.

Christian abre la puerta del Audi y baja, sostiene la puerta para mí y me deslizo con cuidado hacia afuera. Los flashes y la voces me aturden ligeramente.

— ¡Señor Grey! ¡Señor Grey! — Llaman a Christian — ¡Unas palabras, por favor! ¡Señor Grey!

Mi esposo presiona los labios, mantiene sus ojos en mi pero yo puedo ver la incomodidad que le produce está situación. Cuando mis pies tocan la acera, empujo un poquito mi pancita hacia afuera.

— ¡Señor Grey! ¿Que opina de la demanda? ¿Lo que dice Caleb Rights es cierto? ¡Señor Grey!

Christian toma mi mano y me lleva con cuidado, pasos lentos para facilitar que la prensa nos aborde y yo pueda aclarar este asunto.

— ¡Señora Grey! ¿Esta bien?

El reportero pregunta y me detengo para mirarlo. En ese instante, el resto de los reporteros guarda silencio.

— Me gustaría estarlo, pero estoy muy preocupada por esta situación.

Apoyo mi mano sobre mi vientre redondo para que se note debajo del abrigo y sonrio con timidez hacia el chico.

— Lamento mucho molestarla, señora Grey — Dice de nuevo el reportero — ¿Usted estaba trabajando con el señor Rights?

— Si, así es. Cómo sabrán, ayudé a publicar el libro del señor Rights y mi labor termina ahí, pero él insistió en que yo formara parte del equipo de publicidad.

Algunos jadeos de sorpresa se escuchan, solo algunos flashes interrumpen el silencio. Luego una chica habla.

— Señora Grey, ¿Qué fue lo que ocurrió exactamente?

— Oh, bueno, no es algo que quiera recordar — Cierro los ojos con fuerza, pero cuando los abro, las lágrimas hacen borrosa mi visión — Ese hombre me ofendió, me faltó el respeto y trató de aprovecharse de mi.

Me suelto de la mano de Christian, que permanece en silencio junto a mí y le pido que me ayude a sacarme el saco. Bebé Grey también quiere ayudar y hoy mi vientre se ve enorme.

— Aquí — señalo la marca morada en mi brazo — Él me sujetó con fuerza para que no me fuera cuando comenzó a incomodarme.

— ¡Por Dios! — chillan algunas voces.

— ¡Maldito! — se queja la chica que me preguntó.

— ¡Ella está embarazada! — Grita otro.

— ¡Se lo merece! — Exige otro desde el fondo.

— Yo solo quiero... — Hago una pausa como si tuviera un nudo en la garganta y sollozo un poco — Quiero que esto acabe y volver a mi vida tranquila con mi esposo.

Tomo de nuevo la mano de Christian, y él me sonríe. Más flashes sobre nosotros captando este dulce momento.

— Me duele mucho que esté pasando esto, porque lo único que hizo mi esposo fue defenderme. ¡Y gracias a Dios que lo hizo! — Chillo otro poco con los ojos llenos de lágrimas — No quiero ni imaginarme lo que ese señor pudo hacerme si nadie lo detenía.

Me giro entonces hacia Christian, grandes lágrimas y sollozos se escuchan porque todos permanecen en silencio, inmóviles en sus lugares. Ojos grises pasa el abrigo por encima de mis hombros para taparme del frío y me abraza.

— ¿Señora Grey? — pregunta el reportero al frente.

— Lo siento, ella está muy afectada por esto.

Intento limpiarme las lágrimas y levantar la cabeza pero Christian me abraza y besa mi frente.

— Todo estará bien, nena — Susurra — Mi esposa fue agredida y ahora es el victimario quien me demanda por proteger a mi esposa.

Me aparto otro poco para ver la cara de los reporteros, fotógrafos y camarógrafos presentes, pero todos están inmóviles en sus lugares.

— Mi esposo se preocupa por la seguridad de todos sus empleados, y por eso es que hay cámaras instaladas en la editorial que muestran exactamente lo que pasó. Caleb Rights no se saldrá con la suya.

Digo de nuevo, algunas lágrimas aún escurren por mis mejillas y mi nariz ya está congestionada. Sé que debo lucir terrible y frágil, pero tenía que exponerme para hacer valer mi punto.

— ¿Volverá a sentirse segura, Señora Grey? — dice una chica con lágrimas en los ojos.

— Espero que si — sonrío y apoyo mi mano en la suya — Pero no hoy, no puedo exponer a mi bebé de esa manera. Sé que mi esposo entenderá que necesito recuperarme de esta mala pasada.

Acaricio mi vientre con mi mano libre y le sonrió de nuevo a la chica. Ella también sonríe, pero el gesto hace escurrir sus lágrimas.

— Estaré encantada de que la justicia saque a este hombre de las calles y no pueda volver a hacer daño. Ninguna persona debe ser maltratada o abusada, mucho menos por una cuestión de género. No importa quién seas, poner en riesgo a una madre y su bebé solo por tratar de demostrar que eres alguien es una bajeza.

Christian me atrae a sus brazos y me acomoda de nuevo el abrigo. Le hace una seña a Baker, que está en la puerta del edificio y él y Dixon nos escoltan por las escaleras.

— Llevaré a mi esposa a descansar, pero nos veremos mañana en la corte. Gracias.

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