Capítulo 32
Me siento ligeramente ansioso por contarle a Ana los planes de Jason, pero no quiero ser inoportuno en presencia de Sawyer, que me lleva a GEH. Dixon llevó a mi esposa hasta la editorial para que pudiera terminar con sus pendientes.
— Andrea — La llamo cuando entra con mi café y la agenda del día — Reprograma mi agenda, deja solo las reuniones prioritarias y pasa el resto para la próxima semana.
— ¿Solo las de hoy, señor Grey?
— Las de mañana también, llevaré a mi esposa a visitar a su padre.
Andrea sonríe con la noticia, ella se alegra como nadie por las actividades que involucran a mi esposa. Supongo que después de todo lo que tuvo que hacer por mi, se siente como una especie de hada madrina.
— Si, si algo más requiere mi presencia, que lo atienda Ros.
— Si, señor Grey.
El resto de la mañana solo evité a Ros porque sabía que me reclamaría por sobrecargar su agenda con más trabajo, pero tenía que hacerlo por Ana.
Estaba tan emocionada con lo de visitar a Ray, que su llamada con el cambio de planes me toma por sorpresa.
— ¿Qué pasó? — Vuelvo a preguntar.
— Una reunión de proyecto de último minuto — Su voz se escucha fastidiada a través de la línea — Trataré de terminar pronto para que podamos irnos.
— Bien. Todo debe estar listo, solo faltas tú.
— Lo sé, Christian, pero esto es algo que al parecer no puedo dejar para otro día. Te llamaré cuando haya terminado.
Antes de que pudiera decir alguna otra cosa, Ana termina la llamada. ¿Proyecto de último minuto? ¿Un viernes por la tarde?
Marco ahora el número de Dixon para que pueda darme un informe completo de lo que está pasando exactamente.
— ¿Señor Grey?
— Dixon, mi esposa me dice que está trabajando en un proyecto de último minuto, ¿Sabes algo de eso?
— No señor, estoy en las oficinas de vigilancia. Pero si me permite, iré a echar un vistazo.
— Espero tu llamada.
Dixon cuelga inmediatamente y ahora soy yo quien se siente irritado por el cambio de planes, ¿No sé supone que estaba ansiosa por esto? ¡Reprogramé toda la jodida agenda!
Apenas un par de minutos después, el número de Wayne aparece en la pantalla de mi móvil.
— Señor Grey, subí a la oficina de la Señora Grey y la encontré con su asistente y el señor Caleb Rights.
Ese imbécil, ¿De nuevo?
— Al parecer están revisando unas imágenes que serán publicadas en redes sociales, como promoción, pero no terminan en ponerse de acuerdo.
— ¿Y eso le lleva toda la jodida tarde?
— No lo sé, señor. Maddie es quien me dió la información, pero ahora están cerca de la hora de salida de los empleados.
— Bien. Avísame en el instante en que mi esposa esté lista para salir.
— Claro, señor Grey.
Cuelgo, pero soy incapaz de concentrarme en algo que no sea idiota ese y lo amistoso que es con Ana. Ni siquiera el informe de la junta a la que no asistí me distrae de mis pensamientos.
"Madeleine Keene salió, señor. Quedan pocos empleados dentro"
El texto de Dixon no hace más que añadir leña al fuego. Ahora tengo un maldito presentimiento de que algo está mal, pero por primera vez intento no ser el jodido hombre celoso que soy.
"Solo la señora Grey y el señor Rights permanecen en la oficina".
Leo el texto y eso es todo lo que mi paciencia puede tolerar. ¿Ana y ese imbécil solos? ¿Trabajando tiempo extra? ¿Un viernes por la tarde?
— ¡Una jodida mierda que no!
Dejo todo tal y como está para salir de la oficina hacia el ascensor. Se supone que para este momento estaríamos ya en Montesano. ¿Qué mierdas la demora tanto?
— Llama a Sawyer, que tenga el auto listo — Le pido a Andrea antes de que el ascensor se cierre.
Lo único en lo que puedo pensar en este momento es en llegar a la editorial para encontrarme con mi esposa y el sujeto que por alguna razón la pone incómoda.
No quiero ni imaginarme que ese maldito está tomándose libertades con mi esposa, porque lo reviento a puñetazos.
Cuando salgo del ascensor hacia el vestíbulo, distingo a Sawyer junto al auto. Ni siquiera tengo que decirle a dónde, porque seguramente escuchó todo por el radio que ellos llevan.
Conduce hasta la editorial en tiempo récord y estaciona sin hacer el menor ruido posible. El guardia de la puerta aparece tan pronto como me ve, pero me deja pasar cuando me reconoce.
Sawyer viene justo detrás de mí y ambos subimos las escaleras con el mayor sigilo. Antes de que alcance el piso de Ana, escucho su voz proveniente de la oficina.
— ¡Por favor, Caleb! ¿Es necesario hacer tantos cambios? Finalmente solo será publicidad momentánea.
— ¿Te parece la adecuada? Me parece que no es tu mejor trabajo.
— ¡Has desechado todas mis propuestas! ¡Y estoy cansada! ¿No te parece suficiente? ¡Consigue a alguien más que lo haga!
— Vamos Ana, seguro que podemos llegar a algo bueno, ¿Tienes prisa por irte?
— ¡Claro que la tengo! Debería estar en el helicóptero de mi esposo, de visita en... La casa mi padre.
— Oh, entonces por eso estás tan alterada. Háblame de tu esposito, dicen que es un bastardo sin corazón en los negocios.
— Bueno, en primer lugar te prohíbo que digas "Esposito", debes dirigirte a él como Señor Grey. Y en segunda, no es un bastardo sin corazón, solo que no tolera a los idiotas.
Las palabras de Ana me hacen sonreír, creo que ahora ella es quien me conoce mejor que nadie. Y si que tengo corazón, aunque no queria admitirlo.
— ¿Me estás llamando idiota?
— Si, así que apartate, estoy cansada y quiero ir a casa.
Mantengo la vista fija en la puerta, esperando por verla salir, pero no lo hace. En cambio, el sonido de sus zapatos contra la madera se detiene y escucho la voz del jodido imbécil en un susurro.
— Eres muy linda para ser solo una esposa trofeo, Ana. Esperaba más de ti, pensé que eras quién mandaba en este lugar.
~ • ~ • ~
¡Hola!
Otro capítulo para ustedes. Me disculpo si de pronto tardo en actualizar, parece que estos días he tenido más bloqueos que nunca y las hormonas locas no ayudan. 😥
Escribí un capítulo entero que me salió tan triste que tuve borrarlo. 🤦🤦🤦
Pero se viene lo bueno...
RIP
Caleb Rights
Escritor en ascenso,
bocón hasta su último respiro.
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