Capítulo 16
— ¡Genial! ¡La mejor fiesta de toda mi jodida vida, gracias a todos! – grita Elliot con sarcasmo.
Sabía que esto pasaría en el maldito momento en el que Katherine y su madre anunciaron que querían una despedida de solteros para la "alta sociedad de Seattle".
Eso implica una gran fiesta a media tarde con platillos gourmet, meseros y champagne. Y por supuesto, nada de estripers. Eso es lo que tiene a mi hermano jodido.
— Tú, pequeño idiota, ¡eres mi padrino! ¡Debiste conseguirme el maldito viaje a Las Vegas en tu estúpido Jet y una noche de mujeres bailando en ropa diminuta!
Bebo otro trago de mi copa mientras pienso qué contestarle. Estamos él y yo en el extremo más alejado del jardín, cerca de la casa de los botes porque el muy idiota no ha parado de quejarse frente a todos.
— Es tu culpa, imbécil, dejaste que Kavanagh tomara todas las decisiones y te castrara en el proceso.
Elliot pone sus manos entre sus piernas como para asegurarse que su jodido pene sigue ahí y no en la bolsa de su prometida. Bastardo idiota.
— ¡Mira quién lo dice! Una chica más joven y diminuta te controla con solo chasquear los dedos, no me vengas con que eres el amo y señor del jodido mundo.
Sus palabras me hacen sonreír y no solo porque sin saberlo me ha llamado Amo. También sonrío por el recuerdo de mi dulce y sexy esposa atándome a la cama y que aún planeo mi venganza en el cuarto de juegos.
— ¿Christian? ¡¿Christian?! ¿Me estás escuchando? ¡Me estoy muriendo aquí!
— ¿Quieres huir? ¿Quieres ir a Las Vegas ahora?
Él sigue caminando de un lado a otro pasándose las manos por el rostro y el cabello. No me sorprendería si sufriera un infarto aquí mismo.
— Si, mierda, ¡te tardaste mucho en reaccionar!
— Imbécil, hace dos semanas dijiste que estabas de acuerdo con todo este maldito asunto.
— ¡Fue un momento de estupidez! ¡Lo reconozco! Ahora sácame de aquí.
— Elliot – le gruño – Te conozco lo suficiente como para saber que estás aterrado por la idea del matrimonio. Seguro te da igual a dónde vayamos.
Se detiene y me mira por un momento. Está ansioso, tiene pánico y lo único que su jodida mente perversa le dice es que huya.
— Tienes razón – dice después de un momento – pero seguro me sentiría mejor rodeado de mujeres bellas, eso sin duda levantaría mi ánimo.
— Dime la verdad, ¿quieres huir? Puedo tener listo el helicóptero en 20 minutos.
— Por favor, por favor sácame de aquí. Necesito salir de aquí.
Aunque eso no responde mi pregunta. ¿Quiere casarse o no? Se afloja la corbata y la lanza a algún lugar detrás de nosotros. Se desabotona la camisa hasta la mitad del pecho y suspira.
— Te veías decente – digo señalando su traje gris hecho a la medida.
— Vete a la mierda, Christian. Yo siempre estoy decente.
Pongo los ojos en blanco por su estúpido comentario y le hago una seña a Taylor para que se acerque. Está hoy aquí como un invitado más, pero aún así lo necesito.
— Elliot quiere huir – le digo cuando se acerca – Necesito el helicóptero.
— Llamaré a Stephan, señor.
—Pero Tay, ¿no vienes? – pregunta Mi hermano – Venga, tienes el día libre y este bastardo estará feliz de darte otro día con goce de sueldo si nos sacas de aquí ahora mismo.
— En ese caso, el Charlie Tango no será suficiente.
— Entonces en la Suv, que Dixon y Sawyer lleven a Ana y a Gail de vuelta a Escala más tarde.
— Si, señor. Hablaré con ellos.
Taylor aún no ha girado cuando Elliot ya tiene su brazo apoyado en mis hombros.
— ¿Y tú tienes permiso? ¿No deberías decirle a la pequeña que nos vamos?
— Claro que voy a decirle, idiota, es mi esposa. Tiene que saberlo.
— Si, claro. ¡Así empieza Christian! Primero avisas, luego pides permiso... Y cuando menos te des cuenta, ¡solo haremos lo que ellas dicen! ¡Eso es el jodido matrimonio!
— ¿Quieres cerrar la maldita boca? – le gruño – Nadie te obliga a casarte, ¿no quieres casarte? No lo hagas, pero deja de hacer un jodido drama por todo.
— Perdón, ¡don perfecto! Don "Soy felizmente casado"... ¡Traidor!
— ¡Elliot! ¡Ya basta! Compórtate como el maldito adulto que eres. Ve y entra a la Suv, no tardo.
— ¿Podemos llevar a Ethan?
— No.
— Pero es el otro padrino y no puedo solo abandonarlo.
Imbécil. Por supuesto que no quiero cargar con el hermano menor de Katherine, pero si se queda, podría estar cerca de mi chica. Y eso no me gusta en absoluto.
— Bien, llévalo. Arrastra su trasero hasta la camioneta si es necesario.
Giro de nuevo para ir hasta la mesa donde mi madre, mi hermana, mi próxima cuñada y mi esposa están sentadas. A lo lejos veo a Elliot tomar a Ethan por la manga del saco y llevarlo con él.
— ¿Nena, puedo hablarte un momento? – le digo cuando me detengo junto a ella.
Asiente levemente con la cabeza y muevo la silla para ayudarla a ponerse de pie. Solo quiero alejarla lo suficiente para que Katherine o mi madre no escuchen.
— ¿Qué pasa Christian?
— Elliot está teniendo un ataque de pánico – me río – quiere salir un rato, tal vez a beber.
— ¡Oh! ¿Crees que esté dudando? Christian, solo falta una semana para su boda, no puede tener dudas. ¿O si?
— No lo sé nena, pero quiere que lo saque de aquí y creo que le vendría bien para pensar. Taylor nos acompaña. Quédate aquí o regresa a Escala, pero no te apartes de Dixon. Él y Sawyer se quedan con ustedes.
— Si, claro. Le diré a Gail que Jason te acompaña. Llámame más tarde, ¿está bien?
— Por supuesto señora Grey.
La acerco para darle un beso en los labios y luego muerdo suavemente la piel de su cuello. Me encanta ese nuevo aroma que desprende su piel a causa del embarazo, luce radiante.
Mientras me alejo del patio me quito el saco y la corbata. Los lanzo sobre el asiento trasero, donde Elliot y Ethan Kavanagh ya están sentados, y me arremango la camisa.
Taylor pone en marcha la camioneta y por primera vez en muchos meses, no tengo ni la más mínima idea de a dónde ir. Solo sé que es mi turno de apoyar a mi hermano.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro