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Extra: Alternativo

Alternativo: Normalidad
Louis Tomlinson ft Bebe Rexha - Back to you
"Sé que dice que me conoces bien, me conoces bien
Pero estos días ni siquiera yo me conozco, no
Siempre pensé que estaría con alguien más
Pensé que sería la forma en que me sentía, sí"






—¿Sabes lo que está ocurriendo en Paris?— preguntó Gabriel Agreste y claro que sabía, lo veía en las noticias. Personas controladas por magia maligna haciendo caos por toda la ciudad. Asintió levemente. — Tú y yo queremos lo mismo.— le dio una tarjeta con su número. Luka la tomó sintiendo el frío recorrer su columna.— Llámame cuando te hayas decidido.— y se fue sin más.

Luka estuvo un buen rato viendo la tarjeta, con más deseos de rechazarla que de aceptar ¿Y si mejor se iba a vivir con su tía a Burdeos? Ahí podía intentar arreglar su vida ¿no? En ese momento salieron los padres de Isabelle, no pudo evitar verlos sintiendo impotencia. Entonces, la madre de la chica regresó a verlo, con una sonrisa victoriosa de verlo así de destrozado.

En ese momento Luka quiso soltarle un golpe, un estúpido golpe en su bendito rostro. Ella había asesinado a su padre, de manera intencional. Esa bastarda había quedado impune.

Soltó un triste suspiro, hiciera lo que hiciera nada le regresaría a su padre. Vio la tarjeta, no se debía dejar llevar por el dolor que sentía y mucho menos por las palabras probablemente falsas de aquel hombre. Tomó su teléfono.

—¿Hola? ¿Tía? ¿Recuerdas la oferta que me hiciste de mudarme contigo?...







12 años después

—Eres la novia más hermosa que el planeta haya tenido.— le dijo Chloe a Sabrina mientras terminaba de acomodarle su velo frente aquel espejo.— Bueno, la más bonita después de mí; pero eso no le quita lo maravillosa.— La pelirroja rodó los ojos divertida para luego ser abrazada por su mejor amiga.— Él estará encantado contigo.

La vio relamerse un poco los labios con preocupación, se acarició los brazos un tanto nerviosa.

—Él siempre ha sido algo raro para el amor ¿Sabes? Aún no entiendo porqué accedió a esto.— Chloe vio a la chica con tristeza. Poco sabía de Luka Couffaine, de hecho lo único sabía de él es que fue el chico con el que Sabrina cayó profundamente enamorada después de mudarse en la Universidad a Burdeos. Llevaban tiempo saliendo y el sujeto no le había sido infiel hasta donde sabía, no entendía su preocupación.

Le dijo palabras de aliento y la tranquilizó un poco. Ella se encargaría de que Sabrina pasara el mejor día de su vida y nadie se lo destruiría, ni siquiera las inseguridades que tenía sobre su prometido.

Y para eso ella tendría que interrogar al chico, tan sólo para ver qué tan comprometido estaba con la idea del matrimonio. Si el sujeto no lo estaba, era mejor de una vez hacer que Sabrina huyera de esa boda.

Tras rondar por varias partes del lugar, al fin logró dar con él quien estaba en un balcón observando tranquilo las edificaciones frente a él. Luka, tan sólo en plena apariencia era totalmente opuesto a Sabrina, él mostraba seguridad, misticismo, un aire de...

—¿Ya está lista Sabrina?— preguntó como si tuviera ojos en la espalda tomándola por sorpresa. Chloe respiró profundo y empezó a caminar hacia él.

—Sólo le faltan unos pequeños detalles.— aclaró la rubia poniéndose a su lado. Tragó saliva pensando en cómo debía iniciar la conversación, a él no se le veía inquieto, parecía seguro de la decisión que estaba a punto de tomar.— Eres muy afortunado de tenerla, ella tiene un corazón muy leal y personalidad dulce ¿Sabes?

Luka alzó la mirada hacia ella, observaba el panorama pensativa; no pudo evitar hacer una pequeña sonrisa. Sabrina le había hablado mucho de ella, de la personalidad difícil que podía llegar a tener y lo excéntrica que era. Era curioso, nunca le había llamado la atención conocerla, pero ahora que llegaba con esas intrigantes palabras así de repente no podía evitar sentir cierto interés.

—Lo sé; también es muy paciente y comprensiva.— siguió viendo el panorama pensando en su prometida, en el mucho tiempo y tolerancia que ella le había ofrecido con su comportamiento algo árido.— Ella es la normalidad y tranquilidad que necesito.

Chloe cerró un poco los ojos.

—Sí, lo es. Cuando tienes una personalidad tan rara o "caprichosa" como la mía, ella es la única capaz de ver un poco más en el fondo.— Luka rió, eso era tan cierto. Ella era la única con el deseo de comprender a las personas raras.

—Es grandiosa ¿No?— Chloe regresó a ver a Luka, no pudo entender bien porqué, pero percibió una pequeña inseguridad en él.

—¿La amas?— Luka volteó hacia la muchacha, pero al percibir sus ojos tan azules observándolo con detención sintió su cuerpo temblar. "Amar" aún era una palabra fuerte para él, algo que muy en el fondo seguía evitando, pero eso no era lo más indicado para decirle a la mejor amiga de su prometida. Sin embargo, había algo en esa chica que le dificultaba el mentir. Sólo suspiró.— Pues ella sí lo hace, te ama, Luka; no quiero que la engañes.

—Y no lo haré, no haría nada para herirla.— dijo sin poder ver a la rubia.— Puedo hacerla feliz lo que resta de su vida, no sufrirá...— regresó a ver a la rubia para tener mirada con mirada, garantizando la sinceridad de sus palabras.— Estaré siempre a su lado.

Y Chloe se quedó un pequeño rato sumergida en esas dos lagunas frente suyo, con un extraño deseo naciendo dentro de ella de querer explorar más de esos ojos tan... intrigantes. Negó ¿Qué le sucedía?

—¿Por qué te casas con ella si no la amas? ¿Por qué te comprometes a estar toda tu vida haciéndola feliz?— le cuestionó viéndolo con algo de desaprobación. Él sonrió y volvió a ver las edificaciones.

—No todos sentirán amor por su pareja, Chloe.— respiró profundo.— De hecho, creo que muchos se casan por algo tan mínimo como atracción física, por eso varios matrimonios fracasan. Yo me caso porque quiero aprender a ser feliz como ella, quiero estar con la única persona que me da tranquilidad cuando lo necesito. Creo que eso es mejor que sólo hacerlo porque las hormonas se alborotan por última vez.

—No es justo para ella.— respondió.— Ella merece sentir lo apasionante del amor, lo que es desear locamente estar con alguien y no querer dejarlo ir.— Luka dirigió su mirada hacia ella, intentando comprender sus palabras.

—¿Tú lo has sentido?— la vio agachar su mirada un poco para después alzarla y tirar un suspiro al cielo. Tenía que admitirlo, tenía bonitos gestos de los que difícilmente alguien se podía cansar.

—Eso no es lo importante aquí.— y por fin Luka no pudo evitar soltar una risa, Chloe regresó a verlo sorprendida. Era extraño y muy dentro de ella luchaba por rechazar esa idea, pero realmente pensaba que él tenía una bonita risa.— ¿De qué te ríes?— le cuestionó con exigencia de saber la razón.

—Somos iguales, Chloe.— no entendía realmente que le pasaba, pero sólo eso hizo que latiera su corazón más rápido.— Ambos somos unos raritos de la sociedad a los que sólo Sabrina supo tratar, además de que somos unos desalineados con la idea del amor. Además, admítelo, tú también eres de esas que en las fiestas prefiere pasársela en un lugar con poca gente.— los ojos del chico expresaban genuina felicidad. Al fin la rubia elevó una pequeña sonrisa.

—Admito que no me gustaría compartir ninguna de esas cualidades contigo.— contestó divertida.

—A mí tampoco.— respondió.— Por eso es que decidí estar con Sabrina ¿Sabes? Junto a ella aprenderé a ser normal, tal y como quiero; además, si ella llegará a querer separarse de mí, sé que lo superaré.

—¿Tienes traumas con el amor?— preguntó un tanto bromista.

—Los tengo.— dijo con un abrupto tono serio.— También alguna vez los tuve con mi nombre.— soltó una pequeña risa.— Que raro soy ¿No?

Chloe respiró profundo pensando que era lo mejor que podía decir.— También eres dramático. Creo que es algo más en lo que coincidimos.— Luka la miró con una sonrisa, esa chica era elocuente. Y, Sabrina no se había equivocado, era realmente muy bonita, parecía sacada de una fotografía artística.

—Confió en ti, Luka.— eso era algo que hace mucho tiempo nadie le decía. Sintió un golpe en su pecho tan repentino, como si ahora su corazón estuviera palpitando al doble de la velocidad normal.— Sé que la harás feliz.— extendió su mano hacia él para que la estrechara.

Al principio el chico se le quedó viendo con duda, era extremadamente raro que alguien le dijera eso, y menos con ese tono de sinceridad con el que se lo hacía dicho la chica. Respiró profundo y tomó la mano.

Tenía un contacto electrizante, sus dedos se sentían bien contra los suyos, su piel era cálida. Ambos tenían la mirada sumergida en ese agarre, intentando comprender una serie de extrañas emociones que los estaban invadiendo.

Alzaron la vista, el tiempo se volvió tan lento alrededor suyo que parecían existir a velocidad de la luz. ¿Qué era esto? ¿Por qué se sentía tan familiar? ¿Por qué...

Luka no pudo evitar sentir su garganta seca al ver los labios de la rubia. Sabía que estaba mal tener esa clase de sentimientos, pero estaba viviendo sus últimos segundos donde aún se le podía permitir.

Chloe sólo intentaba respirar, intentaba comprender...

—¡Luka, ya va empezar el evento!— gritó uno de sus amigos a la distancia sacando a ambos del momento. Intentaba volver a centrarse en el evento, pero ese par de segundos fueron tan extraños.

—¿Te importa si te dejo sola?— ¿le preguntaba sólo por educación? ¿O porque realmente le importaba saber si la rubia no se molestaría por dejarla tras eso?

—No, descuida; ve.— respondió en señal de aprobación para después verlo irse.

"Realmente te ves lindo en traje" pensó intentando digerirlo aún todo. Agradecía que se hubiese ido, si él seguía así con esa aura tan extraña hubiera terminando haciendo algo de lo que se culparía por un largo lapso de su vida.

La boda inició. Se colocó en el sitio de las damas de honor y desde ahí observó el evento. Pudo ver a su amiga contenta caminado hacia el altar a lado de su orgulloso padre. Escuchó al sacerdote recitar las palabras típicas de matrimonio que se dicen normalmente en las bodas, incluyendo el "si alguien desea interferir con esta unión hable ahora o calle para siempre" y admitía que en ese momento sintió en extraño impulso recorriendo todo su cuerpo por gritar "¡Alto!" teniendo esa conversación que había tenido con Luka en su cabeza, pero... no valía la pena.

Los vio felices, caminado fuera de la iglesia tomados de la mano como marido y mujer. Se le hacía difícil de creer que ese fuera el mismo chico que le había hablado sobre lo difícil que le era amar.

Subieron hacia la limusina rentada que los llevaría a un hotel, antes de abordar Luka buscó con la mirada la rubia hasta que ambos se quedaron viendo, finalmente él sonrió a lo lejos.

Ciertamente era raro, pero ya nada quedaba por hacer. Es como si en otra vida u otra realidad, ellos hubieran estado bastante conectados o, hasta quizás, destinados a terminar juntos.

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