2. Un idiota en Paris
Algún día tendrás que pagar. No puedes seguir siendo un idiota con todos. Ojalá y en serio amar te duela como un carajo. No creo que una bestia como tú tenga un transfondo. Creo que eres sólo un muchacho tonto que se le hace fácil jugar con los sentimientos ¿No es así?
—¿Te enteraste? Dicen que hay un chico nuevo en la escuela.— escuchó decir a una de sus compañeras.
—Ay, lo sé, yo lo vi, es hermoso. Me pregunto si tendrá novia.— le contestó la otra. Marinette rodó los ojos. Esos comentarios le fastidiaban, juzgar a las personas sólo por su físico.
Entró al salón y se sentó en el mismo lugar de siempre. Alya estaba leyendo una revista tranquilamente, mientras que Nino se burlaba de Adrien por alguna situación desconocida. El rubio no parecía estarlo disfrutando.
—¿Qué le pasa a Adrien?— preguntó la azabache a su amiga sentándose a su lado.
—No lo sé.— rió un poco viendo al ojiverde.— Es la misma cara que alguien tiene cuando es rechazado.— dijo divertida.— ¡Hey, Adrien!— llamó la atención del rubio.— ¿Alguien te rechazó?— el chico soltó un remilgo y volvió a pegar su rostro. Nino soltó una carcajada y Alya alzó una ceja. Los chicos eran incomprensibles.
—No creo que eso haya sido.— dijo Marinette. Y es que era cierto ¿Quién en su sano juicio rechazaría a un chico como Adrien? Así de amable, sincero, agradable. De repente pensó en Chat Noir y como lo había rechazado el día anterior. Vaya, él también era un chico que nadie debía rechazar pero tampoco podía seguir haciéndole ilusiones; y por eso, con mucho dolor, ayer le negó la petición de ser su novio.
—Va en último grado, el chico está guapísimo.— oyó decir una de sus compañeras. Chloe sonrió divertida y se acercó a ese par de bobas de primer año.
—Ay, pero si miren, dos pelmas hablando de un chavo que ni siquiera las nota. Como sea, de todos modos todos saben que mi Adrikins es el más guapo de todos en Paris, así que dejen de hablar blasfemias y lárguense.— las dos chicas asintieron y se fueron corriendo. Chloe suspiró, desde que adquirió un Miraculous sabía que lo mejor para no causar akumas era no molestarlos; pero tampoco permitiría que las personas pensaran que alguien le había quitado el lugar a Adrien. Eso jamás.
Empezó a caminar, siguiendo con la mirada a ese par de chiquillas, quizás la llevarían al que originar ese rumor. Las chicas avanzaban con un rubor en sus mejillas y su mirada encendida, poco más y caminaban dando saltitos. En un momento ambas se detuvieron y empezaron a señalar con discreción hacia un sitio.
Volteó a ver. El aire se le fue un instante. Era un chico de piel tirándole a lo caucásico y cabello castaño, ojos sedientos de vida, gestos demasiado ligeros y despreocupados. Sentado en flor de loto solo en una banca disfrutando de su sándwich crudo ¿Qué clase de chico era ese? Aún así, no negaba el hecho de que por un segundo le hizo sentir su boca seca.
—¿Qué planeas hacer?— preguntó Sabrina deteniendo por el brazo a su mejor amiga, quien tenía una sonrisa que siempre se cargaba cuando en mente.
—Poner las cosas en su lugar.— dictó zafándose con facilidad de Sabrina. Colocó su mano en su cintura y empezó a caminar con estilo hacia el muchacho, sabiendo que traía encima las miradas de aquellas dos idiotas.— Así que tú eres el chico nuevo ¿Eh?— dijo irrumpiendo entre la boca de Luka y el sándwich. Éste alzó la mirada un poco molesto.
—Ajá, soy yo ¿Y tú eres la típica rubia oxigenada?— cuestionó con indiferencia. La indignación subió por Chloe.
—¿Quien te crees?— preguntó con enfado.
—Un sujeto con libertad de expresión.— y le dio una mordida a su sándwich tranquilo. Chloe renegó, ese chico era bastante irritante, pero no iba a permitir que su mala actitud la sacara de quicio.
—Tu nombre.— ordenó con su actitud de reina.
—Llámame como quieras, da igual.— se encogió de hombros y le dio otra mordida a su alimento.
—Tu nombre.— repitió con más lentitud su orden, casi sacando veneno de sus palabras. Luka bufó ¿Es que acaso ya no se podía comer en paz?
—Couffaine.— dijo viéndola con despreció.
¡Vamos, ese chico era demasiado difícil!
—Couffaine no es un nombre, es un ape...— y entonces reaccionó.— Espera ¿Te apellidas Couffaine?— dijo acercando su rostro a él divertida mientras éste la observaba con cara de hartazgo.— ¿Eres hermano de Juleka? Ja, con razón eres un ridículo.— tiró con cinismo.— A ver pues, Couffaine como te llames. Empiezas a ser famoso entre las bobitas de mi escuela, que eso no se te suba a la cabeza.— dijo empujando con su dedo índice la frente de Luka.— Porque ¿Sabes? Tú no eres nadie aquí, en poco tiempo los demás se olvidarán de tu existencia.— era claro que le intentaba bajar el autoestima, lo cual era una tontería.
—Ay, que lastima, yo que intentaba desesperadamente ser alguien en esta porqueria de lugar. Bueno, ni modo, ya será a la próxima.— señaló con una sonrisa cínica.— ¿Ahora me dejas comer?
Chloe estaba sintiendo como ese chico le iba a reventar una vena de coraje. Se ve no tenía ni un grado de interés por el mundo.
—¿Eres idiota o te haces?— interrogó exasperada. El chico empezó a ver algo en su teléfono despreocupado, mordiendo su sándwich.— ¿Me estas escuchando?
Quizás Chloe pensaba en que el castaño le estaba siendo completamente indiferente con su celular, pero la realidad es que no era así. Tez semi-bronceada, ojos azul intenso, cabello rubio completamente, cuerpo delgado, joven de actitud de reina abeja. Tenía varias razones para creer que ella sería una de sus víctimas. La afamada Queen B. Había encontrado a una antes de lo que se imaginó. Sería divertido jugar con una criatura egocéntrica. La miró, el amarillo de su saco le quedaba curioso. Sonrió y le dio una última mordida a su sándwich.
—Disculpa. Lo soy y bastante.— dijo levantándose y tomándola de su hombro.— Y tú eres encantadora.— sonrió juguetón, la chica abrió sus ojos de par en par al escuchar ese cumplido sin saber que sentir.— En fin, un placer conocerte, eh...
—Chloe Bourgeois.— pronunció confundida.
—Oh sí. Adiós Chloe, ojalá y nos crucemos seguido.— y se fue caminando con esa tranquilidad que imaginaba, era típica en él.
Se sentía congelada. Ese chico había hecho erizar sus vellos y revolver su estómago, incluso se sentía nauseosa. Quizás y era cierto, a él no le importaba la fama que se estaba ganando por ahí ¿Le había llamado encantadora? Una sonrisa de media sonrisa se formó en su rostro y se empezó a tallar el cuello algo tímida.
Se sentía confundida.
—Ladybug. Dime por qué no.— decía casi llorando el minino a la moteada. Ella reía, a veces Chat era todo un payaso.
—Vamos. Es sólo que me gusta alguien más.— reía un poco.
Queen B oía a ese par, como Carapace y Rena Rouge. Cierto día de la semana, el equipo se reunía completo para "patrullar" aunque era más como una cita de amigos, normalmente era agradable escuchar los malos chistes de gato de Chat y las bromas que éste y Rena Rouge le hacían a Carapace mientras que Ladybug y ella solo reían o en algunos casos, rescatar al moreno de las bromas pesadas que los otros dos le hacían.
Eran un grupo por lo más gracioso. Lo que daría por conocer quiénes eran esos que consideraba los amigos más geniales del planeta, después de Sabrina, claro.
Pero hoy se sentía fuera de lugar, y una tonta a la vez ¿Cómo es que seguía pensando en ese muchacho? Diablos, tenía una voz que le había perforado la cabeza y se le quedó atorada ahí. Tenía una inmensa ansiedad por seguir charlando con él.
—¿Pasa algo, abeja?— interrogó Rena Rouge viendo a la distraída rubia. Volteó tratando de no parecer demasiado desubicada.
—No es nada. Sólo tengo algo de sueño.— dijo algo aturdida.
—Ajá.— respondió poco crédulo Chat. Notó que la atención de todo el grupo de héroes estaba sobre ella. Maldición.— Me pareces más distraída que somnolienta, reina mía.
—Por favor Chat, claro que no. Esta preciosura que vez aquí no descanso bien anoche, eso es todo.— Ladybug se le acercó un poco divertida.
—A mí me parece que hoy conociste a alguien ¿No?— señalaba con una sonrisa coqueta. Los ojos de la rubia se abrieron de par en par delatando lo que sentía.
—Oh por dios.— dijo emocionada Rena.— Nuestra reina conoció a alguien. No lo puedo creer. Alguien conquistó a Queen B.
—Cuéntanos todo.— suplico la azabache ansiosa.
—¿Q-Que?— decía aturdida. Pero veía las caras ansiosas de información de ambas féminas. Ella sonrió convenida.— Bueno, fue una conversación rápida. Al principio creí que sería odio a primera vista, pero al final ya no supe, me dejó pensativa. Lo único que sé de él es que es demasiado impredecible, porque ni su nombre me quiso decir.— tiró mientras jugaba con un mechón de su cabello.
—Suena hermoso, muy romántico.— comentó Ladybug con una sonrisa enamorada.
—Los chicos misteriosos siempre son lo mejor, quizás clichés, sí, pero es no le quita lo maravillosos.— añadió Rena Rouge.
—Nosotros podemos ser muy misteriosos si queremos.— exclamó Carapace mientras que junto con Chat Noir hacían poses de hombres misteriosos.
Las féminas comenzaron a reír. Sin duda un grupo de amigos memorable.
—Esto será interesante.— dijo a lo lejos Luka, quien observaba con unos binoculares al grupo de héroes. El primer día había sido bastante productivo, digo, descubrió la identidad de la mismísima heroína abeja. Gracias a un audífono que le lograba hacer escuchar a distancias lejanas, conseguido por el mismísimo Gabriel, había logrado escuchar la conversación y por supuesto que sabía que era él al chico que se refería.
Le dio una mordida a otro sándwich que se había preparado para la misión disfrutando de su sabor ¿Aún se necesita informar la adicción que él tiene hacia estos?
Guardó los binoculares en su mochila y se encontró con la carta de esa chica que había olvidado. Extrañamente tenía un apego enfermizo a ella. Siempre la cargaba con él a todos lados. Siempre leía sólo algunos pedazos, pero ya sé la sabía de memoria,
—Lo siento, chica que ya olvide.— le dijo a la carta.— Pero esta es mi forma de vivir.
Un nuevo capítulo \:v/ Y el men ya descubrió a Queen B.
¿Que les pareció?
Los amo Luckys, y en serio, gracias por su apoyo.
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