18. abrir el corazón
warning ⚠ : mención de acoso sexual.
Cuando la noche de la presentación llegó a su final, Jimin y Jungkook tuvieron la oportunidad de quedarse en el afterparty que se estaría celebrando en la academia, pero ninguno de los dos quiso estar en aquel lugar y tener que soportar los ojos de la señora Jeon apuñalándolos cada vez que se reían juntos o Jimin tomaba inconscientemente el brazo de Jungkook entre sus pequeños dedos.
Estuvieron presente los primeros momentos, donde Jungkook conversó con aquel patrocinador que estaba interesado en llevar a su lago de los cisnes de gira, Jimin también permaneciendo atento a la conversación e incluso tomando la palabra por Jungkook en varias ocasiones, cosa que a Jungkook no le importaba ya que este sólo quería observar con una pequeña sonrisa a Jimin en total silencio.
Jungkook seguía bastante afectado por haber presenciado la muerte de Seokjin, tan afectado que ni siquiera la había procesado del todo. Pero era casi ridículo como sólo estando cerca de Jimin podía calmar a su pecho en esos momentos.
Jimin tenía una maldita cosa que se había ganado la devoción de Jungkook por completo, así que cuando ambos volvieron al hogar de Jimin completamente solos, pues Jisoo dormiría fuera esa noche, Jungkook ya no se cuestionaba nada y sólo quería estar abrazado a Jimin.
No era normal sentirse tan cómodo cerca de alguien como Jimin, pero eso era exactamente lo que le estaba pasando. Sentía al chico como su único refugio. De sólo pensar en la idea de tenerlo lejos dolía.
Verlo esa noche poner en un jarrón con agua el ramo de flores que le fue regalado al acabar su presentación, simplemente hacía a Jungkook morir de ternura con aquella leve sonrisa pero muy adorable tirando de sus labios.
Jimin se había cambiado a un gran suéter celeste de mangas largas que casi cubrían por completo su mano, sólo sus dedos asomándose a pesar de que él insistía en empujarlas hacia arriba para poder usar bien sus manos.
Jungkook no podía dejar de mirarlo, había algo tan íntimo y especial entre ellos aquella noche, como si experimentaran su momento de plenitud después de una agitada tormenta.
Así que cuando Jimin se acercó a Jungkook sin quitar su tímida sonrisa, este separó sus piernas sentado pacientemente en la cama y soltó una baja risa cuando Jimin se subió a su regazo abrazándolo por el cuello inmediatamente.
Jungkook se abrazó a la cintura de Jimin fuertemente, sintiendo cómo las manos de este se deslizaban hasta su nuca para empujar sus cabezas juntas, sus frentes y narices tocándose suavemente mientras se veían a los ojos de manera brillante a tan poca distancia.
— Kook... No me gusta ningún ser humano más que tú. — Jimin le confesó todavía con aquella pura sonrisa, susurrando sobre los labios contrarios —. De verdad no sé qué haría si tuviera que vivir sin ti.
Jungkook se mostró muy sorprendido, encantando. ¿Era posible que su Jimin se sintiera de la misma manera en la que él lo hacía?
— Jimin... — apegando el cuerpo contrario más hacia el suyo, Jungkook suspiró —. Yo me voy a quedar a tu lado siempre.
— ¿Lo dices en serio? Porque tengo tanto miedo de amarte, Kook... Demasiado miedo. — Jimin de la nada lo miraba abrumado, con una mueca de preocupación que sólo resaltaba sus juveniles y tiernas facciones —. Todo lo que quiero por una vez es ser entendido y no sólo ser visto como un desperdicio o un monstruo, todo lo que quiero eres tú y por eso tengo miedo de lo mucho que me gustas, porque me atormenta que algún día me dejes caer sin más... Que tú me traiciones y rompas mi corazón. Que no me quieras, que ya no me vayas a querer... Ese miedo me mata.
— No, Mimi, no... No digas eso. Que yo siempre te voy a querer. — le susurró, acariciándole la espalda despacio para intentar calmar lo afligido que ahora se veía —. No hay razón para tener miedo.
— ¿Lo dices en serio? Kook, por favor tienes que decirme que es en serio. No podría soportar que me traicionaras. — los ojos de Jimin se cristalizaron —. Yo sólo quiero que me quieras.
Jungkook asintió suavemente, llevando una mano al mentón de Jimin para tomarlo de ahí y hacer que rozaran sus labios.
— Yo te quiero, Mimi. Todo estará bien. — hizo un intento de sonrisa a pesar de que recordar repentinamente la muerte de Seokjin le causaba extraños sentimientos que de todos modos eran devorados por la calma que le traía la presencia de Jimin —. Sólo realmente promete que no lo volverás a hacer.
Esta vez fue Jimin quién asintió, con su mirada deteniéndose peligrosamente en la boca de Jeon.
— Lo juro. Te lo juro. — Jimin susurró —. Y a ti jamás te haría daño.
— Nunca pensé que lo harías. Yo confío en ti.
Jimin suspiró, lleno de alivio.
— Es bueno que sepas lo mucho que te quiero, Kook. — otro suspiro más —. Porque no sé si sea bueno o malo, pero yo tengo mucha de mi fe puesta en ti.
Jungkook rió un poco, finalmente decidiendo terminar la espera y tocando con sumo cuidado la dulce boca de Jimin con la suya.
De un momento a otro Jimin se aferró con más fiereza a su cuello y Jungkook le apretó la cintura con más posesión, ambos suspirando en la boca contraria mientras se desmoronan cada vez que el beso gana más profundidad y sólo por instinto sus cuerpos se mueven juntos.
Jimin se separó del beso para respirar unos segundos, empujando el pecho de Jungkook en una silenciosa sugerencia que hizo enseguida a Jungkook tumbarse sobre su espalda en la cama, respirando en total agitación sin sus ojos oscuros abandonar los de Jimin en ningún momento.
Jungkook no iba a salvar a Jimin nunca jamás, pero Jimin sólo quería sus besos y su presencia. Sus gentiles manos tomarlo de la manera en la que lo hacían.
Jungkook se apoyó en sus codos, intentando calmar su descontrolado pecho.
Jimin se lanzó encima del mayor, apoyando sus rodillas a cada lado de la cadera de este, tomándole el rostro entre sus manos para unir sus bocas nuevamente.
Se dieron cortos besos, pero todos ellos repetidamente y cargados de sentimientos.
Las manos de Jungkook trazaban la figura de Jimin debajo de la ropa con adoración.
Jimin había empezado a subir la camisa de Jungkook.
Jeon realmente lo deseaba, pero no podía hacerlo. Así que detuvo sus movimientos a mitad del beso.
— No puedo ir más lejos, Jimin. Lo siento tanto. — con una pequeña sonrisa cargada de tristeza, Jungkook lo miró a los ojos con lágrimas en estos.
Jimin sonrió con la misma tristeza.
— Eso está perfecto, amor. No tienes que pedirme disculpas. — respondió en un suave susurro, besándolo en la frente de manera inocente para luego salir de su regazo.
Jimin se tumbó junto al mayor, quedándose con la mirada clavada en el techo cuando lo escuchó empezar a dejar salir bajos sollozos.
— Creo que estoy roto. — susurró Jungkook en un hilo de voz, apoyando su cabeza en el pecho de Jimin.
Jimin le acarició los cabellos enseguida.
— No, no lo estás. — Jimin contestó con la mirada perdida —. Sólo eres demasiado bueno para este mundo.
Eres tan bueno, Jungkook.
No puedo entenderte. No soy capaz de acercarme a la clase de persona que eres.
Te adoro tanto, nunca lo dejaré de hacer.
Jungkook se quedó dormido en el pecho de Jimin y Jimin se quedó despierto pensando en él.
(...)
Jisoo despertó la mañana siguiente a la presentación en una cama que no era la suya, con la dueña de una espalda desnuda y una larga cabellera castaña dándole la espalda.
Había pasado la noche con Kim Jennie, la chica y ella habían estado pasando mucho tiempo juntas últimamente y debía admitir que ella le estaba empezando a gustar, pero no se esperaba que las cosas fueran a terminar así aquella noche.
— Oh. — Jennie giró a verla con una pequeña sonrisa, luciendo algo somnolienta aún y viéndose tan tierna con sus largos mechones de cabello enredados —. Veo que ya has despertado.
Jisoo se cubrió con las mantas hasta el cuello, sintiéndose realmente avergonzada de tener la intensa mirada de la chica encima.
— S-Sí. — Jisoo parpadeó un poco —. No me esperaba lo de anoche... Pero gracias.
Jennie rió.
— No tienes que agradecer por nada. Ambas la pasamos bien.
— Ya lo sé, pero fuiste realmente buena conmigo. — Jisoo sonrió ampliamente, viéndose totalmente tierna —. Me sentí muy cómoda. Nunca creí que me volvería a pasar después de... De haber sido acosada de esa manera tan constantemente y yo...
— Oh, sí. — Jennie pareció recordar algo, interrumpiendo las palabras de Jisoo —. Gracias por tener ayer la confianza de contarme que lo que el doctor Jung estuvo haciendo.
Jisoo perdió un poco la sonrisa, asintiendo apenas un poco.
Jennie volvió a hablar al ver que Jisoo no tenía nada que decir.
— Pero bueno... Sobre todo eso del acoso sexual que te hicieron, quiero informarte que tu secreto no está a salvo conmigo. — Jennie ladeó una sonrisa lentamente —. Resulta que tu mejor amigo me debe algo y cómo se negó a dármelo tendré que tomarlo por yo misma, entonces tienes hasta antes del comienzo de la gira para encontrar la manera en la que provocarte una lesión que deje a tu linda suplente... — señaló su propio rostro con una enorme sonrisa —... El puesto del cisne blanco.
Repentinamente un interminable frío invadió a Jisoo, como si dentro de esa habitación estuvieran bajo cero.
— Pero yo...
— Si te follé era porque te necesitaba vulnerable, linda. — Jennie la tomó del mentón, obligándola a que la miraba a los ojos a pesar de que había empezado a temblar sin control y sus ojos se habían humedecido —. Ahora ponte la ropa y sal de aquí, muñeca.
No, no era justo.
¿Por qué ella le haría algo cómo eso?
— No quiero que nadie lo sepa, Jennie... — la miró suplicante —. Te lo conté porque te ganaste mi confianza, pero nadie más lo sabe además de ti y Jimin... No puedes hacerme esto.
— Claro que sí puedo. — Jennie contestó duramente —. Mi mamá no me dejará continuar en la academia si no tengo un papel que valga la pena, no me dejará continuar si no voy más alto. ¿Tienes idea de todo lo que me ha presionado a una perfecta técnica para que una niñita insegura cómo tú se lleve mi papel? Si sabes lo que te conviene me darás lo que quiero.
Jisoo quedó totalmente sin habla o movilidad, sólo mirando a Jennie con los ojos muy abiertos y rojos, soltando lágrimas sin darse cuenta. Permaneciendo muy quieta y tensa.
Se daba cuenta de que el problema de entregar el corazón era que, sin siquiera notarlo, muy bien podrías dejarlo en manos de alguien peligroso.
(...)
Una semana pasó.
Jimin estuvo preocupado por Jisoo, porque esta no se apareció en todo ese tiempo y él le hacía llamadas seguidas que ella nunca respondía.
Jungkook estuvo conviviendo con él dentro de su hogar más que nunca, cocinaba y lo abrazaba. Les besaba los cabellos y se quedaba viendo la tele hasta tarde a su lado, abrazándolo lindamente.
Jisoo llamó una noche y le informó que no estaba sintiéndose bien, por lo que estaría durmiendo en la casa de su familia y volvería el día del viaje hacia New York, donde empezaría la gira de El lago de los cisnes.
El tiempo pasaba rápido, pero para Jimin y Jungkook no. Cuando estaban juntos se perdían completamente el uno en el otro.
Aunque de todos modos la mañana del viaje llegó y hasta el último momento Jimin pensó que Jisoo no llegaría nunca, todos los demás bailarines estaban ahí menos ella. Incluso la señora Jeon se encontraba, tomándose un café en las sillas de espera del aeropuerto junto a la puerta de embarque.
Jimin y Jungkook habían tomado asiento juntos, Jimin descansando su cabeza en el hombro de Jungkook y tomando su mano suavemente, disfrutando de que la directora estuviera tan distraída y adormilada como para interesarse en ellos.
De vez en cuando, cuando veía que nadie les estaba prestando atención, Jungkook besaba los cabellos de Jimin.
Jisoo llegó cuando le estaban haciendo la última llamada a su vuelo, luciendo ojerosa y cansada.
Jungkook y Jimin fueron a abrazarla y ayudar con su equipaje enseguida, viéndola tan exhausta y demacrada.
Jimin no pudo ignorar la manera en la que Jisoo agachaba la mirada ante Jennie, la cuál no dejaba de observar a su mejor amiga fijamente como una maldita víbora esperando para morderla.
Pero a pesar de sus sospechas, Jimin intentó mantener su mente despejada en aquel viaje.
Sin saber que justo cuando estuvieran muy lejos de Boston, la policía encontraría el cuerpo de Seokjin y el de la madre de este, a quién él también había asesinado.
(...)
si alguien lee esto, gracias<333 🥺
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