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16. caer

trigger warning ⚠ : muerte de personaje/self-injury/acoso sexual.

les dejo un vídeo de la parte del cisne negro en el lago de los cisnes, por si alguien no tiene idea de cómo es todo. <3 siempre me ha encantado un montón jjsjdjj.

...

Jimin nunca había creído en la gastada frase de que el tiempo era capaz de curarte, o al menos de mejorar la situación en la que vivías. Él simplemente pensaba que todos le valían una mierda al tiempo, no iba estar ahí para sanarte ni controlar lo que se te salía de control, eso debías hacerlo por ti mismo.

No le quitaba los ojos de encima a Seokjin, y tampoco a Jennie. Estaba vigilando a ambos constantemente.

Ya sabía que tenía que encargarse de ellos, pero no sabía cómo ni cuándo. No sabía qué hacer.

No quería arruinar todo lo que había hecho hasta ahora. No quería dar un paso que lo hiciera caer de manera definitiva, porque si no se dejaba arruinar por Seokjin o Jennie, entonces caería por su propio peso al cometer un acto imprudente.

No era la primera vez que había estado jodidamente dispuesto a apuñalar a alguien hasta dejarlo sin vida, repetidas veces hasta que sus propias manos dolieran de repetir la misma acción de levantar el cuchillo y luego hundirlo.

También fantaseaba con otras muertes, pero jodidamente tenía que contener todo lo que había dentro de su cabeza y dejarlo ahí.

Retener, guardar. Sostener los impulsos hasta que se vuelven tantos que son pesados de cargar.

¿Acaso alguna vez lo van a inundar todo, desbordándose finalmente?

Jimin había leído en un lugar que los humanos no son sus pensamientos, pero él no estaba seguro de que ese fuera su caso. No creía que los suyos fueran simples pensamientos. No creía poder controlarse por mucho.

Cada vez que veía a Jennie, quién últimamente se había hecho muy cercana a Jisoo, sólo quería sacarle los ojos.

No sabía qué plan se traía en mente Jennie, pero ya le había advertido que habrían consecuencias si lastimaba a su mejor amiga.

Y luego estaba Seokjin, ese chico al que siempre había visto cómo un insignificante de pocos amigos. El tímido que no pintaba nada en su historia, pero que ahora se sentía como una amenaza.

Jennie y Seokjin habían ocupado más tiempo del necesario en su cabeza, pero intentaba sumergirlos en lo más escondido de su mente tanto como le fuera posible.

Habían pasado meses ensayando la técnica, puliendo detalles. Algunos días enfocados a las salidas y entradas, así como otros a los solos o las escenas de baile en pareja.

Finalmente habían llegado a una buena sincronización (jamás perfecta a la vista de Jimin), porque él sabía que en el ballet nunca nada sería suficiente como para ser llamado perfecto por los expertos, pero debía admitir que le animaba que Jungkook sí pensara que él había logrado alcanzar la perfección, pues este se lo decía constantemente luego de los ensayos y aunque Jimin sabía disimularlo, en sus adentros se moría de emoción.

Jungkook, él también había ocupado la mayor parte de sus pensamientos, pero no de la misma manera oscura que Seokjin o Jennie.

Luego de que ambos compartieron sus sentimientos, intentan seguir tomándolo con calma y volver a tomar una posición profesional/amistosa, al menos hasta después de la obra. Jungkook dijo que se sentía mejor así, y a Jimin no le importaba.  Respetaba la decisión de Jeon. Si ignorar el beso que se habían dado junto a las cosas que se habían dicho, era lo que el hombre quería, eso estaba bien.

Sabían que no eran buenos ocultándolo, pero dejaron el tema en el olvido.

De todos modos Jungkook siguió estando para Jimin, así como Jimin para él. No se lo ponían muy fácil en ese sentido, ya que si algo marchaba mal un día inmediatamente el impulso de buscarse les ganaba.

Además Jungkook estaba intentando cuidar a Jimin.

Jimin se podía dar cuenta aún cuando todas las acciones realizadas por Jungkook fueran bastante sutiles.

Ofrecer distraídamente la mitad de su almuerzo, porque supuestamente "ya estaba satisfecho", se había hecho una costumbre de Jungkook. Así como también regalarle cualquier golosina con la excusa de ser lindo.

Jimin ya estaba listo para responder con un  "ya he comido",  tomaba litros de líquidos para engañar a su estómago y eso lo ayudaba a aparentar frente a otros.

Aunque ese día no había desayunado, comió algo ligero luego de su segunda clase y se aseguró de hacerlo donde no tuviera los ojos de nadie encima, en la terraza de aquel gran edificio.

Para la tercera hora tenía ensayo con Jungkook.

Enseguida que llegó a la sala de prácticas, Jungkook le indicó que se formara con los demás.

Jimin pudo notar cómo se esforzaba por disimular la manera en la que lo miraba, queriendo parecer tan relajado y casual al hablarle justamente a él, justo como lo era cuando se dirigía a algún otro bailarín.

Sólo que no se podía comparar la manera en la que veía a otros bailarines con cómo veía a Jimin, porque eran sentimientos que ni se acercaban.

Jimin no era sólo otra persona más u otro bailarín más.

Al menos no para Jungkook.

Porque para Jungkook significaba mucho más.

— Muy bien. — acercándose decidido, Jungkook se paró frente a los bailarines y leyó lo escrito en la lista que llevaba en manos, donde estaba el orden de los ensayos de ese día —. Primero ensayaremos la entrada del cisne negro, después pasaremos al baile del cisne negro junto al príncipe Sigfrido. Solo de Jisoo. Y solo de Jimin. Por ahora sólo esto.

Al terminar de hablar, Jungkook alzó la mirada lentamente y la llevó a Jimin, encontrando los ojos del rubio enseguida, pues este ya se encontraba mirándolo detenidamente.

Jimin pasó al frente, y el reemplazo de Taehyung para ser el brujo malvado también lo hizo, un bailarín del que Jimin no sabía nada más que su nombre, pero lo consideraba bastante bueno.

Namjoon, quién tenía el papel del príncipe, los siguió de cerca y parecía tan nervioso como siempre que le tocaba ensayar frente a los oscuros ojos de su coreógrafo. A Jimin le irritaba lo nervioso que se ponía, pues no quería que ese tipo de sentimientos le robaran la concentración al estar bailando con Namjoon.

— Namjoon, te estaré viendo especialmente a ti. — anunció Jungkook, yendo a a reproducir la música —. No estés nervioso, lo harás bien.

Jimin cerró sus ojos un momento.

Su cuerpo ya estaba demasiado acostumbrado a los siguientes pasos que realizaría, y en cuanto empezó la música, este la reconoció enseguida.

Pudo sentir la mirada de Jungkook encima, por lo que cuando hizo su movimiento inicial, de puntas y tomado de la mano de Rothbart con su brazo libre extendido elegantemente hacia arriba, formó una pulcra media sonrisa con sus rojizos labios.

Lo que más amaba Jungkook de Jimin al bailar. Sus expresiones.

Cada una de ellas encajaba perfectamente con su presentación, y eran gloriosas.

Podía destacar muchas otras cosas cómo lo fuertes que eran sus piernas, pero él se perdía demasiado en su rostro y mirada.

Agradecía poder estar ahí para detallar cada maravilla de su cara, la gracia con la que hacía cada cosa.

Sí, definitivamente sus expresiones lo eran todo.

Jungkook ya había perdido la noción del tiempo cuando el baile del cisne negro y el príncipe empezó, Namjoon y Jimin cruzando miradas con una evidente tensión y conexión que ellos se habían encargado de crear para el espectáculo.

La elegancia con la que Jimin danzó alrededor de Namjoon, siendo admirado por todos en ese momento. Su bella sonrisa cuando Namjoon lo tomó de la cintura y acercaron sus rostros, con la mirada conectada intensamente.

Era un hermoso momento, Jungkook estaba cautivado con la presentación de los bailarines.

Pero los momentos hermosos se desvanecen.

Y una prueba de aquello, es el exacto momento donde Namjoon intentó alzar a Jimin como correspondía en la coreografía, pero sus brazos temblaron nerviosos y arrepentidos enseguida, sintiendo que no podía hacerlo... Y simplemente lo dejó caer.

Jimin siempre depositaba toda la confianza en su pareja a la hora de ser alzado, exactamente por eso no pudo prevenir el error de Namjoon, y cayó como un muñeco de trapo siendo lanzado.

El sonido seco y fuerte de Jimin al golpearse dejó atónitos a todos.

— ¡Lo siento mucho! — se disculpó Namjoon enseguida, con las manos temblorosas, entrando en pánico total.

Jungkook reaccionó mandándole a cerrar la boca, frustrado. Normalmente no habría actuado tan brusco como con Namjoon, pero el miedo del momento lo hizo actuar sin pensar.

Jimin... Él se mantuvo con la cabeza agachada e ignoró cuando le preguntaron si estaba bien, si se podía parar y todo lo que dijo Jungkook cuando se arrodilló a su lado al ver que no reaccionaba, moviéndole el tobillo a la vez que con su mano libre acariciaba disimuladamente su brazo en un suave contacto.

Jungkook lo miraba con un desbordante desespero en los ojos, pero Jimin no fue capaz de prestar atención a ello.

Porque Jimin supo por el dolor de esa vez, que luego de esa caída, no podía simplemente volver a levantarse. No como las otras veces.

(...)


Jungkook y Jisoo no se habían ido de su lado ni un sólo segundo, y aún cuando entró solo a ver al nuevo doctor de la academia, porque anunció que no quería ahí dentro la compañía de nadie, ellos se quedaron esperándolo afuera, hechos un desastre por la inevitable preocupación.

Ambos esperaban que Jimin estuviera bien, tal vez lo suficiente como para seguir en el lago de los cisnes. Sabían que le rompería el corazón que todo se arruinara al final de todo.

En cuanto salió el consultorio, cabizbajo, Jungkook y Jisoo lo miraron con los ojos muy abiertos, temiendo al ver la bota de recuperación que habían puesto en la pierna de Jimin.

— No es grave. — anunció Jimin con voz apagada, sin mirarlos —. Necesito usar esta cosa por un corto tiempo, pero... No voy a poder continuar con los ensayos y tampoco protagonizar el lago de los cisnes, por lo que mi reemplazo será necesario.

El ambiente se volvió pesado enseguida que Jimin dijo aquello.

— Oh, no, Jimin... — Jungkook estaba sin palabras, con esa afectada expresión que no se iba de su rostro.

Jisoo estaba totalmente igual.

Pero Jimin no quería verlos, porque sabía que sus sentimientos se saldrían de control en medio de los pasillos de la academia, frente a todos.

— Voy a casa. Tengo permiso de irme. — aún evitando sus miradas, Jimin suspiró casi débilmente.

— ¿Quieres que vaya contigo? — preguntó Jungkook enseguida, tal vez sin pensarlo muy bien.

— Tienes que seguir ensayando con los demás. — le recordó Jimin, lo que hizo a Jungkook abrir sus ojos grandemente al apenas pensar en eso.

— Entonces yo puedo ir contigo. — se ofreció Jisoo, decidida.

Pero Jimin también se negó a eso.

— No, Jisoo. Estaré bien. — intentó tranquilizarle, con una falsa media sonrisa —. Quiero estar un momento a solas y dormir un poco.

Pero no era exactamente lo que iba a hacer.

(...)

Jimin agradecía dos cosas.

Era lo suficientemente observador como para saber ciertas cosas sobre algunos bailarines, por lo que Kim Namjoon, el príncipe del lago de los cisnes, no se salvaba.

Y el área de los dormitorios no poseía cámaras de seguridad.

Así que luego de decir a todos que se marchaba a casa, en realidad se dirigió hacia los dormitorios (lugar donde no había nadie en ese momento), debido a que todos estaban en prácticas y clases, pero él sospechaba que Kim Namjoon se escondía ahí luego de su desastroso momento en la práctica, y si ese no era el caso, lo intentaría en alguna otra ocasión.

Pero no se había equivocado.

Porque ahí estaba Kim Namjoon.

En cuanto abrió la puerta del dormitorio, dejada estúpidamente sin seguridad, lo vio ahí en su cama.

Jimin había visto marcas en su brazos y muñecas antes, pero aún así abrió sus ojos en grande al sorprender a Namjoon con una hojilla en la mano, haciéndose cortes en horizontal cerca de su muñeca, estando tembloroso, pero intentando concentrarse en lo que hacía.

Jimin no hizo ningún ruido al entrar, por lo que él no lo notó.

Así que pudo quedarse observando lo que Namjoon hacía, viendo cómo parecía llenarlo de ganas de llorar el lastimarse, pero al mismo tiempo pareciendo que no quería parar.

Entonces, finalmente, Jimin cerró la puerta detrás suyo de una manera fuerte, y eso anunció su presencia a Namjoon.

— J-Jimin. — nerviosamente, Namjoon detuvo lo que hacía y escondió la hojilla debajo de su almohada, luego inútilmente llevando  el brazo lastimado hacia detrás de su espalda.

Jimin no dijo nada, simplemente estiró la manga de su suéter para tapar su propia mano, haciéndola un puño debajo de la tela.

Y entonces, se acercó y se paró frente a Namjoon, extendiendo aquella mano tapada y pidiendo en silencio que le pasara la hojilla con la que anteriormente se estaba lastimando, teniendo una expresión completamente seria.

Namjoon no entendió para qué la quería, pero estaba tan aturdido que simplemente lo obedeció y se la pasó.

La mirada de Jimin se hizo más intensa cuando la hojilla fue puesta en su mano.

— Extiende el brazo. — ordenó.

Namjoon lo hizo enseguida, mirándolo sin ganas de nada y con los ojos húmedos.

— ¿Alguna vez has contemplado el suicidio? — preguntó en un tono de voz casual, ladeando su cabeza.

Luego de esa pregunta, Namjoon sintió cómo Jimin le clavó la hojilla de manera vertical, profundamente.

— Todo el tiempo. — gimió de dolor Namjoon, intentando procesar todo.

— Entonces dejalo ir, está bien. —  sonrió de manera tétrica Jimin, deslizando con fuerza la hojilla en línea recta, viendo cómo Namjoon entre abría los labios involuntariamente en un suspiro —. El mundo en el que estamos nunca nos dará nada, absolutamente nada de lo que queremos. Nunca habrá la suficiente satisfacción para que nuestra existencia misma tenga un significado, así que no tiene importancia que te vayas. No te preocupes.  — le susurró Jimin, besándole la frente cuando lo vio derramar lágrimas en silencio.

Namjoon ni siquiera quiso luchar, sólo se dejó hacer.

Jimin veía cómo poco a poco se perdía la vida en sus ojos, la sangre saliendo a montones de su brazo ahora completamente abierto.

Cuando terminó con su misión, simplemente lo dejó ahí, tirado en su cama.

Colocó la hojilla sobre la mano de Namjoon, quedándose un momento para observarlo simplemente estar tendido ahí en la cama, inmóvil. Con sus ojos abiertos grandemente, pero estos estando apagados en su totalidad.

Lo siento. — le dijo en un susurro.

Pensaba que si lograba protagonizar el lago de los cisnes, al final de todo, al ser Namjoon nuevamente su pareja, podía volver a salir jodido y Jimin creía que simplemente había hecho lo necesario, como siempre siguiendo su propia lista de valores.

(...)

Jimin verdaderamente creyó que luego de su visita a Namjoon, entonces ahí lograría sentirse mejor y pensar con cabeza fría.

Pero no, no se sentía para nada bien.

Ni la pacífica soledad de su habitación lograba que su mente llena de impulsos lo dejara en paz.

Para ese punto su odio se extendía a todos, y ahora sentía que lo necesario para aliviarse era acabar con Jennie y Seokjin.

Pero no era estúpido, sabía diferenciar entre ideas malas y buenas. Estaba consciente de que una vez que repitiera lo que había hecho con Namjoon, eso lo pondría en la luz y arriesgaría lo que realmente quería.

Entre su mar de pensamientos, no supo en qué momento perdió la razón y llevó su rabia contenida contra cada cosa de su habitación, estrellando contra su pared y suelo todo lo que tenía los estantes y en su tocador, sin importar que fueran cosas de valor o no.

En el momento en que lanzó algo contra su espejo, y este hizo un estruendo al quebrarse, fue donde finalmente se detuvo un segundo para respirar agitadamente.

Pero en cuanto vio su propio reflejo, no soportó verse la cara y se llenó de furia nuevamente, lanzándose a golpear el espejo con sus manos, de manera impulsiva y frenética, con bajos sollozos escapándose de su boca y lágrimas acumuladas en sus ojos que ni siquiera podían salir.

Lo único que causó fue lastimarse con los vidrios rotos, pero aún así no se detuvo.

No se detuvo hasta que pudo sacarse un fuerte llanto, desgarrador y al mismo tiempo egoísta, considerando que era él quién acababa de arruinar la vida de alguien más, pero el motivo del descontrolado ardor en su pecho era otro.

Pudo haberse quedado horas ahí, golpeando su espejo y llorando como un niño pequeño, sorbiendo su nariz y sin poder dejar de temblar, repitiendo las imágenes de su caída, las palabras del doctor, el momento exacto donde se le colocó la bota de recuperación y cómo se veía la sangre de Namjoon. Siendo un ser reducido a la miseria misma, inestable, balbuceando cualquier cosa inentendible.

Pero a pesar de poder ser alguien que no lo merecía, Park Jimin tenía gente que se preocupaba por él.

Porque Jisoo y Jungkook no se habían quedado bien con dejarlo irse solo, y en cuanto pudieron, se marcharon juntos la casa que la primera compartía con Jimin.

Así que Jimin no pudo seguir con sus descabelladas acciones, al sentir cómo unos fuertes brazos lo tomaban con fuerza y lo retenían entre ellos firmemente, no dejándolo volver a acercarse hacia su espejo aunque él se  estuviera retorciendo como alguien poseído, queriendo escapar.

El asustado sollozo de Jisoo le llegó a los oídos desde su lado derecho, y pudo encontrar a través de las piezas de vidrio la mirada de Jungkook.

Necesito pensar con claridad, se dio cuenta.

Y respiró fuertemente hasta que su incontrolable llanto fue deteniéndose y la expresión de su rostro ya no reflejó total pérdida de cordura.

— Jimin... — Jisoo susurraba desde una esquina de la habitación, no pudiendo siquiera mirarlo. Parecía demasiado afectada como para dejar salir su llanto, a pesar de que su voz fuera tan sólo un hilo —... Esto no está bien.

— Estoy bien... — intentó defenderse Jimin, pero para ese punto no tenía nada de fuerza y habló sin aliento, dejando su cabeza caer hacia atrás, apoyándola en el hombro de Jungkook y cerrando sus ojos.

Jungkook lo seguía sosteniendo con fuerza, manteniéndolo inmóvil, como si tuviera el temor de que Jimin se le escapara en cualquier momento.

— No lo estás. — Jisoo resaltó lo obvio, intentando ser lo más fuerte que pudiera permitirse —. Voy a traer algo para desinfectar esas heridas.

Jimin dio un profundo suspiro, abriendo sus ojos finalmente cuando la chica salió de la habitación.

Sintió cómo Jungkook aflojaba su agarre, lentamente.

Cuando finalmente fue liberado, dio inestablemente un paso hacia adelante, para luego voltear para mirar cara a cara a Jungkook.

Se miraron a los ojos de manera fija, Jimin viendo cómo el contrario tenía una expresión seria, pero unos ojos cristalizados y llenos de sentimientos.

Jungkook casi desarmado, porque caía en cuenta de que Jimin estaba más destruido de lo que había pensado.

— Lo siento-

— No puedes seguir diciendo que estás bien. — Jungkook lo interrumpió enseguida, hablando de manera suave hacia Jimin, pero siendo firme de todos modos —. Claramente la academia y el ballet se han convertido en algo que en lugar de aportar a tu vida, te está destruyendo y afectando. Y tu salud mental, emocional y tu bienestar, para mí van antes de que seas mi cisne negro. Y para ti siempre debería ser la prioridad.

— ¿Qué puedo hacer, Jungkook? Quiero ser buen bailarín, quiero sentir que valgo algo... Quiero valer algo, pero parece que no importa cuanto lo intente y lo intente, nunca llego al lugar que quiero. Parece que es imposible. Parece que nunca pasará realmente. — amargamente, se rió —. La primera vez que iba a adicionar para un papel protagónico, el coreógrafo de ese entonces me tenía en la mira, porque le gustaba bastante cómo bailarín, y entonces yo realmente para ese entonces creí que podría conseguirlo. Pero luego llegó el día de la audición y algo siempre, siempre tiene que salir mal.

— Jimin, hay cosas que son difíciles de entender, pero pasan por algo. Tal vez esta es una señal de que mereces un descanso, cielo. — Jungkook le dijo con su voz ligeramente quebrada, tomándolo delicadamente de los hombros.

— Mi hermanastro también estaba persiguiendo ese papel, pero se supone que íbamos a jugar limpio... — los ojos de Jimin se llenaron de nuevas lágrimas —. Aunque me jodiera que fuera por el papel que yo quería, sólo intenté dar lo mejor de mí en cada día de preparación, para que luego él simplemente me dejara encerrado en la azotea de la academia y yo nunca pudiera asistir a la audición. Jamás le dije a nadie, pero me volví un maldito loco la próxima vez que lo vi, porque me quitó mi jodida oportunidad y es como si luego desde ese preciso momento, las oportunidades se me fueran escapando una tras otra. Pensé que esta vez sería diferente, pero no, no lo fue.

— Jimin, no hablemos de esto ahora, ¿sí? — poniéndose pálido, Jungkook se preocupó enseguida que vio a Jimin empezar a temblar —. No te hace bien.

Pero Jimin sólo se alejó completamente de Jeon, tirando de sus cabellos cuando empezó a dar vueltas alrededor de la habitación, desesperado.

— ¿Conoces la historia de la academia de tu madre sobre el bailarín de años atrás que asesinó a una gran cantidad de sus compañeros? — Jimin detuvo sus pasos repentinamente, clavándole la mirada de manera abrupta.

Jungkook tragó saliva con fuerza, nunca le habían gustado ese tipo de cosas acerca del pasado de la academia.

— Mi madre siempre me dijo que lo acusaron injustamente. — respondió Jungkook.

— Te mintió, porque unos días después de que Taehyung de alguna manera robara mi papel, estaba tan deprimido que me la pasaba por los rincones del lugar, completamente solo... Y entonces un día lo vi, sin haberlo querido, justo en los vestidores de chicos, enterrando un cuchillo en la frente a ese otro bailarín. Era asqueroso de ver. — Jimin habló con la mirada perdida, como recordando algo muy enterrado en su mente —. La sangre, su rostro. Se metió dentro de mí, se deslizó dentro de mí. Se me hundió hasta el pecho. Él era incluso capaz de quitar una vida por ser alguien en el ballet y yo sólo estaba ahí, conformandome en no ser nadie en la vida, y tampoco cuando bailaba. Y estoy seguro que ni matando a cada posible competencia, como él lo hacía, podría lograr lo que quiero.

Jungkook lo miraba con los ojos muy abiertos, completamente perturbado, ¿qué se suponía que dijera cuando Jimin anunciaba, así tan a la ligera, haber presenciado un evento que bien podría haberle dejado severos traumas?

— Jimin, por favor, no hables así... — le susurró en cuanto lo vio acercarse cabizbajo, tragándose el nudo de la garganta —. No necesitas hacer nada de eso para lograr todo lo que quieras.

Jimin sollozó en respuesta, ya estando de píe frente a él, encogido bajo la mirada de Jungkook.

— Ahora estoy perdiéndome, perdiendo todo. Cuando todo lo que yo quería era simplemente valer algo.
Cuando, como dije, soy sólo este estúpido cuerpo y nada más. Y ahora no es sólo que no es lo suficientemente bueno, sino que tampoco tiene valor como el resto de mí. — negó con la cabeza débilmente, soltando un roto gemido lastimero —. No soy nada más que piezas rotas, soy la miserable nada. Cuando todo lo que quise fue valer algo, cuando sólo quiero-...

— Vales para mí, Jimin. — interrumpió.

— No entiendes...

— No, sí entiendo. Y vales mucho para mí, ¿eso no es suficiente? — Jungkook lo tomó de la cintura, frunciendo el ceño cuando Jimin alzó la mirada para mirarlo a los ojos al escucharlo hablar así —. Tú y tu salud son importantes para mí, por lo que me jode lo que dices. Me jode, porque sí tienes valor. Y por eso mismo no puedes seguir lastimándote a ti mismo.

— No puedo sacarlo de mi pecho, Jungkook. No puedo detenerlo. No puedo más. — Jimin cerró los ojos un momento, apoyando sus manos en el pecho de Jungkook para aferrarse a la camisa de este.

A Jungkook ni siquiera le importó ser ensuciado por la sangre de Jimin.

Cuando Jimin abrió sus ojos y su mirada encontró la de Jungkook con una vez más, vio cómo este luchaba por mostrarse fuerte a pesar de sentirse bastante afectado.

— Sé que no puedes hacerlo, pero me duele... — le susurró Jungkook.

— No dejes que te duela, Jungkook. No es sobre ti, no debería dolerte.

— Es sobre ti. Por eso mismo me duele, porque es tu dolor y tu dolor no lo soporto. Porque a mí me importas, y para mí claro que tienes valor, aunque no te sea jodidamente suficient-...

Antes de que Jungkook pudiera decir alguna otra cosa, Jimin lo calló.

Lo calló besándolo, sin darle ningún previo aviso, a diferencia de la primera vez, donde había preguntado antes de hacerlo.

Pero esta vez, Jungkook diciéndole que importaba y teniéndolo por la cintura... Eso apretó cada impulso y aunque prometió permanecer prudente y amistoso, ahí estaba besándolo nuevamente. Como si ese tipo de impulsos tampoco se los pudiera sacar del pecho.

El entusiasmo se encendió en su estómago en cuanto sintió a Jungkook corresponder al beso, igual de desesperado y frenético.

Jeon tomó el rostro de Jimin entre sus manos, callando sus suspiros en aquel acelerado beso que ambos sabían que se habían estado guardando todos esos días, y ahora había explotado como la bomba que podía volverlos cenizas de la manera más bonita.

Jimin juntó más su cuerpo al de Jungkook, chocando sus pechos juntos cuando enredó sus brazos en el cuello del hombre.

Las manos de Jungkook terminaron en la nuca de Jimin, empujándole más cerca aunque ya no pareciera posible.

Se detuvieron aún con sus labios rozándose, para respirar y mirarse a los ojos en silencio.

Jungkook se dio cuenta de que Jimin estaba encima de sus píes para intentar alcanzar su altura, y aquello lo hizo sonreír ligeramente. Incluso en medio de ese caos.

— No me sueltes, por favor. — le pidió Jimin, escondiendo su rostro en el cuello del hombre cuando ambos se abrazaron al finalizar el beso.

— No voy a hacerlo. — le prometió Jungkook.

— Tienes que devolverme... — susurró Jimin, terminando por bostezar, al parecer teniendo algo de sueño.

Jungkook no entendió a qué se refería.

Pero no estaba preocupado por nada, ni siquiera por la sangre de olor metálico en su camiseta y cuello (debido a Jimin), y mucho menos le preocupaba alguna otra cosa, cuando sólo pensaba en abrazarlo.

(...)

trigger warning ⚠ : acoso sexual.

Cuando por la tarde dejó a Jimin con Jisoo, al llegar a casa se sentía demasiado cansado. Parecía que todas aquellas emociones vividas, las suyas tanto como las de Jimin, lo habían agotado completamente.

Así que se pasó el resto del día durmiendo, escondido bajo sus mantas. Refugiado del frío cómodamente.

Normalmente no hacía cosas como estar en la cama todo un día, pero no se sentía con energías para nada.

Su madre siempre le decía que no tomara cariño hacia otros tan rápidamente.

Pero ese era un defecto que, aquella parte de Jungkook que jamás crecería, ese niño que no era amado por su madre ni sus abuelos, siempre llevaría consigo.

Y ya había caído demasiado profundo en su cariño hacia Jimin.

Pero no tenía ganas de seguir sintiendo culpa por eso, ni siquiera por lo que dijera su madre. Él no estaba lastimando a nadie.

Y cuando llegó la noche y su madre pasó por su casa en una visita sorpresa, justamente planeó decirle eso. Él ya no quería estar lleno de ningún tipo de culpa.

Porque había defendido a su madre toda su vida, pero ya no podía hacerlo nunca más.

Ya no podía fingir demencia sólo para vivir una fantasía de relación madre e hijo ideal.

Porque todo era mentira.

Porque ella lo había dañado sin remedio alguno, tanto con sus palabras cómo con sus acciones. 

La mujer no se demoró mucho tiempo en su casa, sólo fue a expresar su incomodidad con que se hubiese retirado de la academia antes de la hora, y Jungkook debió haberlo imaginado.

Jungkook la acompañó a la puerta cuando ya se iba, pero no lo hizo porque quisiera hacerlo, sino porque tenía algo que decirle.

Ya no podía actuar como que no recordaba todas las veces que su madre lo hizo sentir mal consigo mismo.

— Te pareces mucho a él, ¿Lo sabías? tu padre. — había dicho una vez su abuela en cuanto Jungkook intentaba escapar, tumbando al adolescente de cara al suelo —. Siempre quise hacer que él la pasara mal como mi hija lo hizo, y tú tienes esa maldita cara tan parecida.

Jungkook se había removido violentamente hasta lograr escapar de la situación, poniéndose rápidamente de píe para salir corriendo hacia su habitación y encerrarse a llorar. Habían sido muchas las veces que la madre de su madre lo había tocado de maneras incómodas, luego sólo riendo y diciendo que estaba molestándolo, jugando con su paciencia.

Su paciencia no era la que estaba saliendo afectada.

Era él que se hundía en un agujero negro, y estaba solo en él.

Porque su madre se había dado cuenta de la situación, pero no hacía nada por detenerlo o siquiera llevarlo lejos de su abuela.

Jungkook nunca supo si era que no le importaba, si estaba de acuerdo o si no sabía cómo reaccionar, pero su madre siempre fingió que no era un problema.

Y en lugar de sacarlo de su agujero negro, lo siguió hundiendo más en él, haciéndolo odiarse por cosas de las que él no era culpable. Hablándole de manera cruel, ignorándolo. Dejándolo solo.

Nadie estuvo ahí para decirle que no era su culpa y él estaba demasiado afectado por todo como para verlo por sí mismo.

— Me di cuenta de que así como no tengo un padre, tampoco una madre. Ambos son una total mierda y ya no siento que vengo de ustedes. — se llenó Jungkook de valor para decir esa noche, dejando atónita a la mujer —. Así que si verdaderamente nunca me quisiste, ya puedes no considerarme tu hijo, porque yo no lo hago tampoco. No voy a considerar como una madre a la mujer que ignoró  que su propia madre molestaba a su hijo.

Ella pareció no tener palabras.

Y eso estaba bien, porque Jungkook no quería escucharla.

Se sintió demasiado satisfactorio cerrar la puerta en su cara, y luego sólo marcharse a su habitación.

Cuando estuvo solo, se permitió llorar. Llorar por todo.

Llorar porque se estaba liberando, y porque nunca antes había tenido tiempo para llorar acerca de sus traumas del pasado, debido a que había estado muy ocupado bloqueándolos.

Miró a su alrededor, escaneando su solitaria y oscura habitación.

Estaba acostumbrado a eso. Una habitación sola y oscura.

Pero ya no quería estar solo.

Y recordó a Jimin, aquel día donde ambos cayeron en un profundo sueño en el suelo de su habitación.

Lo cierto era que podía entender a Jimin más de lo que él creía, pues también se sentía sin valor. Era lo que le habían enseñado sobre él, por lo tanto también era lo único que creía.

¿Además, cómo carajos iba a amarse, sintiéndose como el muñeco roto con el que todos siempre habían hecho lo que querían, haciéndole pensar que merecía toda aquella culpa?

Se encontró a sí mismo tocando a la ventana de Jimin a pesar de la hora que era.

— ¿Hmm? — Jimin murmuró, asomando la cabeza a su encuentro, adormilado.

— ¿Me puedo quedar contigo por esta noche? — le preguntó Jungkook en un hilo de voz, teniendo los ojos brillantes.

Jimin lo miró totalmente confundido, pero aceptó enseguida.

Jeon entró por la ventana a la habitación de Jimin, casi ya llegada la medianoche.

Se miraron a los ojos fijamente, permaneciendo en silencio por un momento.

— ¿Podemos dormir en diferentes esquinas de la cama? Como... Realmente separados... — pidió Jungkook, tímido.

— Claro. — asintió Jimin, frotándose los ojos con las manos —. Sólo vamos a dormir, por favor. Estaba teniendo un sueño donde corría felizmente por un gran campo abierto.

Jungkook sonrió ligeramente, siguiendo a Jimin cuando este avanzó hacia la cama.

— ¿Habían flores? — preguntó Jungkook, tumbándose en la cama al extremo contrario del que Jimin había elegido.

— Síp. — susurró Jimin, cerrando sus ojos —. Y mariposas.

Jungkook siempre se había sentido muy solo.

Pero se olvidaba del insistente agujero negro al tener a Jimin cerca, y eso no podía evitarlo.








(...)

el final está más cerca d lo que parece jsjsj

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