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9. ataque

trigger warning: contenido delicado. mención de acoso y abuso sexual.





Quiero que grabes todo lo que hable con el doctor Jung. — le pidió Jimin a Jungkook antes de que entraran al consultorio.

¿Q-Qué? ¿Pero por qué...? — Jungkook intentó averiguar las razones, confundido, pero Jimin le miró con impaciencia.

— Si te digo que es realmente importante para mí, casi como algo de vida o muerte, ¿lo harías? — le preguntó Jimin con voz susurrante, posando su mano izquierda en el hombro del más alto y con la derecha extendiendo su móvil hacia él —. ¿Puedes confiar en mí?

Jungkook tragó saliva con fuerza, tomando en su mano el móvil de Jimin que tenía la grabadora lista para ser encendida.

Luego tendrás que contarme qué ocurre, pero está bien. Lo haré. — aceptó Jungkook, y entonces Jimin se preguntó cómo es que él, no mereciendo nada en la vida, se había topado con un chico como Jungkook. Tan increíble.

Ahora Jimin se encontraba tumbado en la camilla del consultorio del doctor Jung, manteniendo la vista clavada en el techo mientras sentía las manos del doctor Jung encima suyo.

El hombre le tomó el tobillo suavemente y empezó a mover en círculos su píe, cuidadosamente.

— ¿Duele? — preguntó él, y entonces Jimin bajó la mirada para posar sus ojos en él sin expresión alguna en el rostro.

— No. — respondió con voz fría.

Sí dolía. Jimin estaba tensando su cuerpo entero para poder aguantarlo, y ya había empezado a sudar y apretar los dientes. Pero intentaba ser lo más discreto que fuera posible.

— Flexiona un poco la pierna. — le ordenó.

Jimin obedeció, alzando su rodilla en dirección a su pecho.

No soportó tener los ojos del doctor Jung en los suyos, se empezaba a sentir enfermo. Así que giró la cabeza en dirección a Jungkook, que observaba todo desde una esquina, sosteniendo casualmente el móvil de Jimin de manera floja en su mano, como si no tuviera importancia.

Cuando sus ojos se cruzaron, Jungkook le miró inquieto y preocupado. No sabía si era por su pierna o la grabación, pero Jimin le sonrió levemente, aún sudando, con esperanza de tranquilizarlo. 

Jungkook pareció relajarse un poco, la tensión en sus hombros desapareciendo. Le sonrió a Jimin de regreso, de esa manera tan tranquila y preciosa en la que él sonreía.

— ¿Puedes relajarte un poco?

La aburrida voz del doctor Jung cortó aquel sutil pero relajante momento, haciendo que Jimin volteara a verlo de mala gana.

— Flexiona más.

Jimin pegó la rodilla a su pecho.

— ¿Ahora duele? — volvió a mover su píe, esta vez más fuerte.

— No. — repitió Jimin —. ¿Ve? Está perfecto.

Jimin sintió la mano del doctor Jung apoyarse en su muslo, y aunque miraba directo a su píe, la corrió un poco más hacia arriba.

Jimin fue más rápido y le golpeó la mano, apartándola bruscamente.

— Creo que hemos terminado. — Jimin estiró su pierna, alejando con aspereza su píe de la mano del doctor.

El doctor Jung alzó ambas cejas, no comprendiendo el repentino comportamiento de Jimin, quién ni siquiera le prestaba atención cada vez que le tocaba revisarlo, y simplemente dejaba que hiciera todo lo que tuviera que hacer.

— ¿Perdón? Creo que eso lo decido yo. — dijo viendo cómo Jimin saltaba fuera de la camilla.

Jimin lo ignoró, caminando en dirección a su coreógrafo, pero deteniéndose a la mitad de su recorrido, aún dándole la espalda.

— ¿Cómo se siente? — le preguntó de la nada, con la cabeza agachada y una media sonrisa que, al ser el único que lo tenía de frente, sólo Jungkook pudo ver.

— ¿Qué cosa, Park? — el doctor Jung rodó los ojos.

— Acosar sexualmente a una bailarina de esta academia. — respondió de manera firme, soltando una seca carcajada —. ¿Cómo se siente con usted mismo siendo un jodido abusador de mujeres?

El doctor Jung no pudo decir nada, simplemente quedándose en estado de shock debido a las repentinas palabras de Jimin.

Jungkook también quedó helado en su lugar, abriendo los ojos grandemente y poniéndose pálido.

— ¿Bien? ¿Mal? — Jimin se volteó a verlo con desprecio —. ¿Acaso siente algo?

— No tengo idea de...

— No te preocupes en negarlo, porque Jisoo tiene una grabación de una de las consultas que tuvo con usted. Lo grabó sin que usted se diera cuenta, y me lo mostró hoy antes de ir al auditorio, justo después de que fui a preguntarle por qué no había venido a su consulta de hoy. — mintió astutamente, burlón —. Me dijo que hizo la grabación hace unas semanas, pero estaba tan asustada y avergonzada que decidió guardarla y ahora no sabe qué hacer con ella.

— Pero yo no...

Usted no sólo intentó abusar de ella en los dormitorios, sino que sigue molestándola. Todo el tiempo sospeché de nuestro anterior coreógrafo, pero resultó siendo usted.  Como prueba está la grabación de Jisoo, así que si es tan asqueroso como para hacerle cosas como esas, sea igual de asqueroso para pronunciarlas con su propia boca. — amenazante, Jimin se acercó rápidamente al doctor Jung y lo miró atentamente a los ojos —. Diga que es cierto. Diga la verdad.

— ¿Hay una grabación?

— Sí, una grabación que enseñaré a la directora Jeon, subiré a redes sociales, la pondré en todos los lugares y arruinaré su carrera para siempre. Quedará despedido, sin trabajo nunca más o si me preguntas lo que realmente quiero, tras las rejas. — hablando con calma, Jimin se paseó por todo el consultorio, entonces vio unas tijeras sobre uno de los estantes, y fue por ellas para tomarlas en sus manos con una sonrisa en el rostro —. Jisoo puede darte toda la misericordia que no mereces, pero yo no.

— Está bien, yo lo hice...

Jimin volteó a verlo de manera oscura.

— ¿Qué hiciste?

— Lo hice. Es todo.

— ¿Hiciste qué? — insistió Jimin, alzando la voz duramente.

— Intenté tener sexo con Kim Jisoo, pero...

— ¿Sexo? Disculpa, eso es cuando hay consentimiento. Cuando te dicen que no, agitadamente, intentando escapar de ti, haciendo fuerza para empujarte y empezando a llorar, es una violación. ¡Es incluso increíble que te lo tenga que explicar! — gritó Jimin fuertemente, tirando con rabia las tijeras al suelo, haciendo al doctor Jung saltar asustado en su lugar.

— Sé que ella se asustó, pero logró irse...

— Maldita sea... — Jimin rió sin poder creerlo —. Increíble.

Jungkook, que en todo ese momento se había mantenido paralizado en su lugar, intentando analizar las cosas con los ojos humedecidos, se acercó a Jimin con cuidado.

— Vamos, Jimin... Tenemos que hablar con mi madre. Es lo mejor. — le susurró Jungkook, acariciándole la espalda —. Deja esto, ¿sí? Ven conmigo.

Jimin lo ignoró, agachándose a recoger las tijeras para correr agresivamente hacia el doctor Jung.

— Dilo. Hazlo, dilo. — acorralando al doctor Jung contra la camilla, con una mano lo sostuvo del cuello y con la que tenía libre abrió las tijeras para acercarlas a su cuello peligrosamente.

— No puedo... No puedo... — tembló el hombre, sus ojos llenándose de lágrimas —. No me hagas decirlo, no puedo...

Jimin miró con asco como sus labios temblaban y las piernas le empezaban a fallar. El hombre era patético.

— Tienes que decirlo, porque de lo contrario daré la grabación a la directora. — susurró —. Tú decides.

— Intenté abusar de Jisoo y he estado acosándola desde entonces. — gimió con dolor el hombre, negando con la cabeza y derramando lágrimas.

Eso no calmó la furia de Jimin, por más que le viera  llorando en ese estado. No creía que su furia se calmara si no le enterraba las tijeras en la garganta.

Intentando contenerse, finalmente se alejó del mayor.

— Tienes que darme la grabación de Jisoo, eso me puede joder la vida. — le miró suplicante el patético hombre —. Por favor, Jimin. Te he estado atendiendo por años, ¿me vas a condenar por un error? También eres hombre. Lo entiendes.

— ¿Me entendería si ahora mismo voy y lo mato? Por favor, doctor Jung. — Jimin se rió sin ganas —. No sea tan idiota. No me va a ganar con su charla de "somos hombres", porque me parece una mierda ser un hombre sabiendo que muchos de nosotros son como usted. Ojalá en mi siguiente vida sea una bella mujer.

— La grabación, es todo lo que necesito...

Entonces Jimin empezó a reír sin control, tirando las tijeras lejos para acercarse hacia su coreógrafo y enredar el brazo en el suyo sin dejar de reír, quitándole con su mano libre el móvil que llevaba todo ese tiempo sosteniendo.

— La cosa es que no existe ninguna grabación. — lo miró Jimin con su risa incontrolable —. O al menos no existía ninguna grabada por Jisoo, pero ahora que cayó en mi mentira, sí que existe una donde está confesando todo lo que hizo.

Jungkook miró duramente al doctor Jung, pasando su brazo alrededor de la cintura de Jimin enseguida que notó que el rostro de este se llenaba con rabia, amenazando con saltar hacia Jimin.

— Hijo de puta. — gruñó el doctor Jung.

— Mi madre murió de una sobredosis,  ella vivía en la calle después de que mi padre la echó cuando yo tenía quince años. Consumía con el poco dinero que yo robaba de mi padre para darle. — Jimin sonrió —. Por respeto no debería decirlo, pero sí era una maldita. Me seguía odiando a pesar de que yo era el único ser en el planeta que la ayudaba. Así que gracias. — se encogió de hombros, apagando la grabadora finalmente —. Doctor Jung, vayase lejos de la academia para siempre o quedese para enfrentar consecuencias y que probablemente yo le acabe cortando el maldito pene. Es su decisión.

Jungkook suspiró al ver que Jimin finalmente empezaba a dar pasos hacia la salida. Imitando la acción del rubio, lo siguió de cerca con su brazo extendido alrededor de él, queriendo tenerlo cerca por si al doctor Jung se le ocurría dar un sólo paso hacia él.

Ambos abandonaron la sala del consultorio y avanzaron por los pasillos en silencio, caminando hombro a hombro sin ningún rumbo aparente.

El silencio entre ellos no era incómodo, sólo parecía que ambos tenían mucho en lo que pensar.

Se dirigieron a la sala de prácticas, que en ese momento estaba vacía, y se dejaron caer al suelo, sentándose cerca el uno del otro.

Por fin Jimin guardó el móvil en su bolsillo.

— Debemos decirle a mi madre de todos modos, Jimin. — le susurró Jungkook, mirándolo a los ojos fijamente —. No podemos dejar que se vaya sin enfrentar las consecuencias de sus actos. No es justo.

— Jisoo no quiere que eso pase. Ya le dije antes que denunciara a su agresor en la dirección y se negó, así que no puedo hacerlo. No quiero que se enoje conmigo. Ella es la que decide cuándo hablar después de todo.  — suspirando pesadamente, Jimin se inclinó hacia adelante y apoyó su frente en el hombro de Jungkook —. Ni siquiera me correspondía hablar con el doctor Jung ni me corresponde hacer justicia o venganza, pero aunque sé que no debía, estaba tan enojado. Jisoo es como mi única familia. Hace años que es la única que se preocupa por mí.

Sintiéndose realmente mal, Jungkook llevó su mano a los cabellos de Jimin para acariciarlos suavemente.

— Siento mucho lo de tu madre...

— No es nada.

— ¿La extrañas?

— Nunca me quiso luego de saber que me gustan los hombres. Siempre que hablábamos decía cosas... Bastante crueles para alguien de quince años o cualquier edad. Aún así la quise, porque me acostumbré a que me tratara mal. Al igual que con mi padre. — cerrando los ojos, Jimin llevó su mano hacia el hombro de Jungkook, y se agarró de ahí con fuerza, sintiéndose cansado —. Al principio la extrañé, pero ahora sé que no me hace falta. Sólo quiero bailar.

— ¿Qué hay de tu padre? — apoyando su mentón en la cabeza de Jimin, Jungkook cerró sus ojos también y llevó esta vez su mano a la nuca de este para acariciar los cabellos de ahí.

— No me deja vivir con él hace un buen tiempo. Tampoco verlo. — bostezó Jimin —. Vive en una urbanización de ricos con su nueva esposa y los hijos de su nueva esposa y a mí solo me ayuda económicamente como si eso lo hiciera más mi padre de lo que ya no es.

— ¿Es duro?

— Odié por mucho tiempo a su nueva familia... — confesó Jimin —. Pero tampoco me quiso antes de tenerlos a ellos, así que no. Ya no es duro. Ahora no siento nada.

Jimin sentía que se podía quedar dormido en el hombro de Jungkook, y a pesar de lo triste que era la conversación que mantenían, Jungkook estaba muriendo de ternura al ver a Jimin restregar la frente contra su hombro como si fuera un gatito.

— ¿Qué hay de ti? ¿Cómo es tu madre? — esta vez fue Jimin el que hacía preguntas.

— Ha sido distante toda mi vida, pero siempre ha estado presente. Me hacía fiestas de cumpleaños y me regalaba cosas, pero nunca recuerdo que me haya abrazado o sonreído. No somos cercanos, pero mantenemos una sana convivencia. — Jungkook abrió los ojos de golpe, el ánimo que sentía yéndose rápidamente al recordar a su madre.

— ¿Qué hay de tu padre?

— Nunca lo conocí. En realidad, Jimin... — se tomó un momento para suspirar —. Cuando estábamos ahí dentro hablando con el señor Jung sobre Jisoo, me sentí demasiado mal por una razón en específico.

Jimin levantó su rostro para mirarlo a los ojos, esperando a que volviera a hablar.

— La razón por la que mi madre se retiró de su carrera de bailarina en su tiempo, fue que uno de los productores de una obra en la que ella estuvo, abusó de ella, entonces quedó embazada y aunque ella no quería tener al bebé, mis abuelos la obligaron. Así que ahora yo estoy aquí. — bajó la mirada Jungkook, su voz volviéndose frágil —. Sé que cada vez que ella me mira, le recuerdo a cosas horribles. Y realmente odio que la hayan obligado a ser madre cuando no era su decisión tenerme, por eso aunque jamás haya sido cariñosa, la quiero. Porque la entiendo.

— No es tu culpa, Jungkook. — Jimin le susurró, tomando el rostro del mayor entre sus manos —. Y tampoco la de ella. De ninguno de los dos. Es culpa de ese hombre y  de tus abuelos, de nadie más. Pero ahora estás aquí, ¿sí? Y yo estoy agradecido por cruzarme con un hombre tan agradable.

Jungkook lloró, asintiendo mientras Jimin limpiaba sus lágrimas.

— Me siento muy culpable...

— No es tu culpa, Jungkook. — le repitió de manera firme Jimin.

— No debería estar aquí a solas contigo. — Jungkook negó con la cabeza —. Lo lamento.

— No me estás haciendo daño. — le susurró Jimin, tomándolo del cuello para abrazarlo cálidamente y dejar caricias en su cabello —. Te dije que seré tu amigo.

— Está bien. — susurró débilmente Jungkook, devolviéndole el abrazo a Jimin con todas sus fuerzas —. ¿Te dije que fuiste realmente valiente y admirable cuando enfrentaste al doctor Jung? Eres una buena persona.

Jimin sonrió levemente.

— No soy una buena persona, Jungkook. — le susurró, fingiendo un divertido tono de voz.

Llegada la noche, Jimin recordaría esas palabras una vez más.

No soy una buena persona, Jungkook.

Porque en lugar de salir a la azotea como cada noche, desvió su rutina esa vez, para esperar a Taehyung afuera de la fiesta a la que había escuchado que asistiría en el club principal de su padre.

Usando una sudadera, con la capucha arriba y un tapabocas negro, Jimin esperó escondido entre los arbustos que decoraban los alrededores del lugar, aferrándose con sus manos a un fuerte y largo palo que había elegido especialmente porque sabía lo fácil que sería golpear con este a alguien o a cualquier cosa.

Se asomó y pudo ver a Taehyung aparecer por la salida, riéndose a carcajadas junto a su novia, ninguno en sus cinco sentidos.

La pareja se fue alejando del edificio a pasos inestables, ambos se tambaleaban.

Bajaron los escalones y caminaron por el césped de los alrededores, ambos sonriendo como tontos, apoyándose el uno en el otro y casi cayendo de boca en cada paso.

No había nadie cerca ni en el estacionamiento, la brisa era levemente helada.

Jimin salió de su escondite, echando correr a toda velocidad hacia Taehyung y llegando sin previo aviso, lo hizo caer al suelo de un empujón, enseguida levantando el largo objeto de hierro al aire para golpearle las piernas, golpe tras golpe, de manera compulsiva. Frenético. Sin detenerse a descansar ni un sólo segundo mientras oía a Taehyung gritar y llorar de manera desgarradora, entre horrizado y sintiendo que se desmayaría del dolor.

— ¡No! ¡Dejalo en paz! — lloró Jennie, que no se había podido mantener de píe sin tener a Taehyung de apoyo, mirando todo desde sus rodillas en el suelo — ¡Taehyung! ¡Te advertí que te dejaras de juntar con drug dealers!

Ante esas palabras a Jimin le entraron unas enormes ganas de reír, porque aunque fuera valioso que gracias a que esa fue la primera conclusión a la que llegó Jennie al ver a su novio ser golpeado por un enmascarado desconocido, ahora tenía una información la cual usar contra Taehyung cuando sea, también se le hacía jodidamente gracioso que lo mencionara en tal momento de desesperación.

Finalmente se cansó, dejando un último golpe seco en las rodillas de Taehyung que sonó tan fuerte que Jennie de sólo escucharlo se estremeció.

Jimin alzó la mirada, conectando sus ojos a los de Jennie por un segundo. Luego se dio la vuelta y tan rápido cómo llegó corriendo hacia ellos, se alejó hacia los bosques, desapareciendo entre los árboles y la oscuridad.

Jennie creía que siempre tendría pesadillas con esa mirada, sollozando al intentar sentar a Taehyung, que seguía quejándose del dolor, sin lograrlo. 

Corriendo, sin pensar. Sin mirar ni un segundo hacia atrás. Así se encontraba Jimin esquivando ramas y árboles en la oscuridad de los bosques, quitándose el tapabocas bruscamente para ahora que estaba en soledad poder estallar en risas.

Los cabellos alborotados saltaban mientras corría, él riendo burlón con una sonrisa de lado.

No soy una buena persona, Jungkook.  Se recordó lo que dijo, pero lejos de hacerlo para sentirse mal, lo hizo para seguir riendo.

Pensó que haciendo algo tan cruel como arruinarle a Taehyung la competencia en California para ir él, de negro bajo la oscura noche, realmente era un cisne negro.

Si un bailarín ya no puede sostenerse sobre sus piernas, ¿sigue siendo un bailarín? Porque Jimin creía que su hermanastro estaba a punto de perder ese título.

(...)

holi. 🥺💖
si alguien lee esto, gracias. 🥺💖

creo que es el capítulo más largo que he escrito. 🐥

bye!!!  ( ˘͈ ᵕ ˘͈♡)

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