"Hiro lo confiesa."
Hiro es un importante inventor vanguardista.
Un hombre ocupado en todos los sentidos pues tiene tres sobrinos a los que mantener gracias a que su hermano Tadashi y su amiga Honey Lemon, quienes son los padres de los chicos, fallecieron hace ya un tiempo.
Aunque el dinero no es problema puesto que son ricos, Hiro no puede hacer todo solo así que se consiguió a un mayordomo, Wilbur Robinsón, viejo amigo de la familia que le ayuda en la limpieza de su casa.
Pero como ya dije, Hiro es un hombre con muchas cosas en mente, y le preocupan sus sobrinos demasiado, pero no puede cuidarlos todo el tiempo, por lo que también contrata a un niñero para que se encargue de eso, Miguel Rivera, un mexicano que llegó por accidente al ser despedido de la tienda departamental en la que trabajaba.
Miguel y Hiro se han vuelto buenos amigos y su relación va a más que un simple patrón-empleado, pues en varias ocasiones se a visto por parte de ambos un amor peculiar.
Wilbur también es amigo de Miguel y confidente del amor secreto de Hiro hacia Miguel y viceversa.
En una ocasión Hiro casi le confesó a Wilbur algo que él ya se olía pero que necesitaba confirmarse...
Ese día Miguel estaba en la oficina de Hiro hablando con él de diversos temas.
Hiro - La verdad últimamente me e sentido mal de las piernas.
Me duelen bastante - le comento el nipón al mexicano.
Miguel - ¿Tiene calambres? - preguntó preocupado el joven.
Hiro - Bueno Miguel tengo bastante dolor - se quejó.
Miguel - Oh vaya, no se preocupe dejeme darle un masaje - y dicho esto Miguel se levanto de la silla en la que se encontraba sentado y se agachó debajo del escritorio de Hiro para quitarle los zapatos y masajearle las piernas.
Hiro - Oh no joven Rivera estoy bien, por favor, estoy bien se lo aseguro - comento el chico riéndose ligeramente porque el masaje le estaba haciendo cosquillas.
En eso Wilbur entro a la oficina de Hiro volteando a todos lados buscando a Miguel.
Wilbur - ¿Y el joven Rivera? -.
Su pregunta fue contestada cuando una voz salio debajo del escritorio.
Miguel - ¿Qué siente señor Hamada? - preguntó el joven mientras se formaba un silencio incomodo entre Hiro y Wilbur, uno con su mano en la frente y el otro con ojos de circunstancia - ¿Quiere que le unte alguna loción? - interrogo inocentemente Miguel.
Wilbur - Este, yo mejor me voy - comento con una gota de sudor en su frente.
Hiro - ¡No! - protesto enfadado - gracias joven Rivera, es todo - agradeció al chico mientras Miguel salia de debajo del escritorio.
Wilbur - Sabe, habrá una obra de caridad para mayordomos y necesitamos uniformes - le informó a su compañero que estaba volviendo a ponerse sus zapatos.
Hiro - ¡Wilbur! - le regañó.
Miguel - iré por una tina con agua y algunas sales para remojarlo, no se vaya - comento Miguel con mirada pícara.
Hiro volteo a ver a Wilbur con mirada de molestia, y el otro solo lo veía con cara de malpensado.
Hiro - Solo le daba un masaje mi pie - respondió nervioso y enfadado.
Wilbur - Ajá - afirmo con incredulidad.
Hiro - Wilbur ¿que voy a hacer?, el nuevo proyecto de mi compañía es un desastre, Violeta acertó, deje que mi juicio se nublara por mis sentimientos hacia Miguel - se reprochaba así mismo el empresario.
A Wilbur parecía haberle importado más lo último que dijo Hiro porque de inmediato preguntó.
Wilbur - ¿Qué sentimientos Hiro? -.
Hiro - Oh bueno ya sabes... -.
Wilbur - No no se Hiro -.
Hiro - Oh vamos Wilbur -.
Wilbur - Se sentiría mucho mejor si me lo dijera -.
Hiro - ¡Creo que tienes razón!, Tal vez yo deba admitir que yo... -.
Wilbur estaba que se comía las uñas de desesperación porque Hiro confesara por fin que amaba a Miguel.
Pero...
Miguel - noc noc - interrumpió Miguel con la tina en manos.
Wilbur - AGUARDEEEEEEE - grito mientras se retorcía de la desesperación.
Justo cuando estaba tan cerca de saber los sentimientos de Hiro.
Condenado Miguelito, y luego pregunta porque el Chino amargado no se le declara.
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