Bitácora Chris. Regla #2.
Puedes decirle a una
persona sobre su
otra vida, sin embargo
ésta nunca podrá
obtener recuerdos
de la misma.

— Ha sido una semana agitada, ¿No?

Preguntó Se Rim mientras servía la sopa en crema en los respectivos platos. Había ido a casa de Chan para cenar como prometió días atrás, aunque ese día la hora de tutoría tuviera que cancelarse había sido un trato que Park deseaba mantener pues, de no ser por el desmayo que sufrió su amigo estaba seguro que éste hubiera cumplido su parte. Así que tras insistir un par de veces lo consiguió pues Chan sentía que no debía aceptar cuando él no cumplió pero bueno, amaba la comida de Se Rim, no iba a ponerse orgulloso con eso.

— Bastante, he estado separando niños como nunca, ¿Qué ocurre que últimamente solo quieren problemas? —cuestionó Chan mientras servía el jugo de manzana en dos vasos con hielo. A él le gustaba beber alcohol pero sabía que Se Rim no era tolerante a eso, así que cada que comían eran de beber jugo.

— Es el tiempo, tienen la testosterona loca y quieren dar golpes.

— ¿Crees?

— No, la verdad solo creo que son tontos abusivos pero soy maestro, no puedo ofender a mis alumnos.

Ambos chicos se echaron a reír, Chan nunca había conocido a una persona tan transparente y correcta como Se Rim, era una de esas personas con una personalidad tan esponjosa, sí, sabía que no había una personalidad así pero eran las únicas palabras que pensaba para describir a alguien que luce tan abrazable.

— Escuché que tuviste que ayudar a Hyunjin y Jeongin —comentó el mayor—. ¿Otra vez..?

— Sí, otra vez —el castaño chasqueo su lengua—, consideraré ponerle un collar campana a esos abusivos para que ese par siempre sepa a donde no ir.

— Siento que sea así, desde tu ingreso solo tienes que lidiar con eso.

— Lo hago por gusto, no puedo solo quedarme viendo como los malos abusan de los inocentes.

— Admiro eso de ti, Chan. No cualquier persona está dispuesto a ayudar a otros con la dedicación con la que lo haces tú —esbozó una sonrisa mientras procedía a tomar algo de sopa con su cuchara para llevarlo a su boca, deteniéndose poco antes de introducirla—, no homo, bro.

Murmuró antes de comer mientras el castaño se echaba a reír, adoraba haberle enseñado esa frase a Se Rim pues sonaba muy bien viniendo de alguien tan adorable. Pero era así, ambos se volvieron amigos muy rápido debido a la conexión que tenían, era increíble pues Chan no conocía a Park de otra vida, su lazo se había formado justo en esa y lo adoraba porque era la primera vez en mucho tiempo que conseguía coincidir tanto con alguien nuevo, incluso el mayor se quedaba a dormir en ocasiones en su casa en la misma cama pero su relación era meramente amistosa, algo así como los hermanos que nunca tuvieron de sangre.

— Escuché que te robaste alumnos míos para tutorías clandestinas de biología.

Comentó Se Rim de pronto haciendo que Chan se atragantara con su comida. Tras palmear un poco su espalda se encontraba en mejor situación pero realmente avergonzado, sabía que eso era trabajo de su amigo y que amaba dar sus clases. No sabía cómo pero luego de que se filtrara que estaba dando tutorías casi la mitad de la clase de su amigo acabó yéndose a la suya, de modo de Chan acabó con salón lleno y Park con poco más de la mitad.

— ¡Lo siento tanto! Lo que pensé que sería solo uno acabaron volviéndose seis, esos seis se multiplicaron. ¡Ni yo sé de donde salieron, lo juro!

Se Rim echó a reír, su amigo realmente le causaba gracia pues solía tomarse las cosas tan en serio como si fuese un anciano que no entendía las bromas y debías explicárselo.

— No estoy enojado, solo jugaba. Me alegra que tomaras tutorías, los alumnos se sienten igual de confiados contigo.

El menor esbozó una sonrisa más tranquilo, sería una verdadera tortura para él si su amigo se enojaba, preferiría volver a pasar hambre como tres vidas atrás que perder la amistad del chico por algo así. Ambos chicos siguieron comiendo hasta que al terminar brindaron con jugo por un excelente ciclo escolar.
Chan no dejaba de sentir un cosquilleo agradable en su estómago, era el mismo que aquella vez en la que aceptó que Minos le gustaba y adoraba sentirse así, como todo un niño enamorado porque estaba decidido a conquistar el corazón de Minho a como diera lugar. Había encontrado luego de tanto al amor de su vida y se sentía pleno, como si hubiera reunido al incompleto él, deseaba tanto hablarlo con Se Rim pues sabía el chico estaría feliz por verlo con alguien pero era consciente de la relación alumno y maestro que aún mantenía con Minho.

Lo cual era un problema.