8
Bang Chan había aprendido muchas cosas a través de los años, joder, bastantes años, pero algo que nunca pudo olvidar aunque a veces deseaba hacerlo era el sentimiento que tuvo cuando vio a Minos morir frente a él, la impotencia y la necesidad de gritar hasta que los cuatro reinos escucharan su dolor. Era su pesadilla más común, la angustia que cargaba aún después de la muerte.
Fue entrenado para proteger al príncipe, para ser fuerte física y emocionalmente, para que nadie fuera más poderoso que él; pero su debilidad era ver llorar a Minos. Recordaba una vez que el príncipe a los 16 años, cuando empezó su clase con espada se cortó por accidente haciéndose un pequeño corte en la punta del dedo, fue lo más leve del mundo pero bastó para hacer llorar al heredero porque le dolía bastante y sus lágrimas hicieron a Chris ponerse estático, quería defender a Minos y sin embargo no sabía qué hacer cuando éste lloraba.
Tal vez eso explicaba por qué ahora estaba quieto y sin moverse mientras Minho lloraba frente a él. Apenas acabaron las clases y su aula se vació, el muchacho entró con una cara lastimera como un cachorro pateado preguntando si podían hablar, claro que aceptó y se llevó una sorpresa al escuchar que el joven habló con su pareja respecto a no ceder y el chico acabó diciéndole que debían darse un tiempo.
— ¿Qué diablos es darse un tiempo? —preguntó Minho tomando otro poco de papel del rollo que Bang le ofreció para así poder secar sus lágrimas—. ¿Por qué solo no me dice que terminemos? El darse un tiempo es una mierda... Siento mi vocabulario.
— Está bien, no voy a darte un sermón por expresar tus emociones como mejor quieras.
— Es que no sé qué hacer, era mi primer novio... ¿Cómo puede ser así? ¿Quién te termina por no querer penetrarlo?
Minho sonó su nariz mientras Chan sobaba la sien de su cabeza, quería pensar en lo más positivo de la situación pero no entendía nada. Para empezar, el susodicho novio resultó ser un tal Seungmin, el mismo tal que era gay de clóset como Minho, quien sabía que el tipo estaba enamorado no tan en secreto de Hyunjin y muy en el fondo era consciente de que solo salía con él porque peor era nada.
En ese momento Chan tenía tantas ganas de tomar a Minho de los hombros y gritarle "llevo varias vidas buscándote desde que morimos y sufres por un imbécil, joder" pero debía aguantarse.
— Escucha, la gente no es lo que queremos que sea, debes aprender a vivir con eso, Minho. Eres joven, vendrán cosas mejores.
— Eso dicen todas las personas adultas con años de experiencia para nosotros los jóvenes.
Minho volvió a sonar su nariz con un fuerte sollozo porque consideraba que el maestro le decía lo que a cualquier dejado, mientras que Bang llevaba su mano derecha hacia su pecho, ¿Acaso era un anciano? ¿Cómo pudo decirle que tenía años para posteriormente usar "nosotros los jóvenes" y excluirlo? Es decir, sí, llevaba varios años y bastantes vidas, pero justo en esa estaba en plena flor de la juventud.
— Bueno, es que puedes conseguir algo mejor, eres guapo, y mira que eso no se lo digo a cualquiera.
Chan movió un poco sus cejas de arriba hacia abajo intentando hacer sonreír a Minho, sintiéndose bastante orgulloso cuando lo consiguió y pudo ver una tímida sonrisa plasmarse en los labios de éste.
— Sé que soy muy guapo —respondió el menor haciendo que a Chan le diera un breve tic en el ojo haciendo el mismo temblar, algunas cosas no cambiaban, Minos seguía siendo un narcisista—. Pero hay muchas cosas que están mal en mi vida que no me siento con la fuerza de buscar a otra persona por el momento.
— En ese caso, vamos por esa comida que te prometí. Al final una promesa es una promesa, ¿Qué quieres comer?
Preguntó el castaño mientras tomaba su mochila con sus cosas para posteriormente ponerse de pie. El menor abultó su labio inferior mientras pensaba en qué podría ser rico para comer, haciendo que el maestro pensara en lo lindo que lucía. Se sentía mal por aprovecharse que en ese momento Minho estaba débil emocionalmente pero si lo pensaba mejor, era su destino estar juntos y no podía tomarlo como abuso cuando de cualquier modo terminarían juntos.
Al final Lee había decidido que quería comer hamburguesa y se puso de pie para llevar a maestro a un sitio donde según él la comida era muy rica.
Fue así como terminaron en aquel lugar sentados en los bancos altos de la barra pues Minho le dijo que como aquel sitio tenía mucha gente y estar en el lugar más cercano garantizaba que te hicieran caso más rápido. Bang Chan no era un chico de comida chatarra, la comía cuando quería pero no era algo que entraría en su top 100 de comidas favoritas, aunque debía admitir que en ese momento la hamburguesa le sabía a gloria pero muchas veces escuchó que en compañía de alguien especial, las cosas tomaban mejor sabor.
— Entonces, fue así como conseguí mi segundo reporte en la semana. —se quejó el menor mientras comía una papa.
— No lo entiendo, Minho, no era problema tuyo, ¿Por qué te buscas líos? —preguntó.
— Mire, estábamos trabajando por tres en un vil trabalenguas mientras la maestra pretendía revisar cosas, un trabalenguas, claro que si alguno se equivocaba intentando decirlo reiría un poco, ¿No? Entonces, si saca a mis dos compañeros por reírse sin escuchar que fue por la misma actividad, y luego los acusa con el tutor de que andaban haciendo caos, definitivamente iba a meterme a decir que la maestra deliraba porque todo fue por su trabajo.
Chan no pudo evitar reírse al escuchar nuevamente eso, desaprobaba que Minho se buscara problemas pero habría deseado estar ahí cuando dijo eso. Conocía a esa maestra y realmente le hacía gracia, aunque al mismo tiempo le daba coraje recordar lo que ella le dijo a Minho luego de su intervención, "cuando yo quiera que usted hable, lo mando a llamar", ¡Ojalá fuera francotirador en vez de maestro!
— Bueno, tienes que cambiar eso, recuerda que a cierto número de reportes es suspensión, no debes darte el lujo de eso. —respondió Chan mientras bebía de su malteada de vainilla.
— Solo me rendiré, mi madre tiene razón, el estudio no es lo mío —dijo el menor tomando otra papa frita con algo de desgano—. Mis calificaciones son un asco.
— No digas eso, siempre que te lo propongas tendrás oportunidades de mejorar. Además, ¿Qué si no eres bueno en eso? No te hace peor persona no saberte la tabla periódica de los elementos completa.
Esta vez fue el turno de Minho reír, Bang deseó que ese momento fuera eterno y poder escuchar su risa por el resto de su vida, ya no quería deambular destinado a ver morir a todas las personas que iba queriendo, teniendo que recordar a cada uno que entraba a su vida y saber que no se encontrarían nunca más pero que él tendría vívido cada recuerdo agradable.
— Hábleme de usted, maestro —comentó Minho bebiendo de su malteada de fresa. El mayor habría deseado decirle que no lo tratara con formalidad pero pensó que podría ser inadecuado para la situación.
— ¿De mí? No hay mucho que contar, en realidad. Soy maestro no hace mucho, amo mi profesión porque disfruto enseñando a otros algo de lo que yo sé, en mis tiempos libres me gusta ser productivo porque detesto perder el tiempo así que salgo a convivir con amigos, a veces ayudo en un refugio de animales que hay cerca de mi casa, en otras ocasiones obligo al maestro Park a acompañarme a recoger basura de los parques. —echó a reír al recordar la cara de frustración de Se Rim mientras recogía latas de bebidas o papelillos regados por el césped.
Minho observaba con sorpresa al mayor, parecía ser alguien tan correcto y agradable, sospechaba que en su vida conocería a otra persona que hiciera eso en sus ratos libres pero el maestro Bang lucía tan feliz contando esas cosas que le transmitió una tranquilidad indescriptible.
— Veo que es un hombre de bien, maestro.
— Siento que nací para cuidar de otros, así que me gusta hacer actividades donde pueda ayudar a los demás.
— Debería ayudarme a salvar mi pellejo de reprobar —comentó a modo de broma mientras daba otra mordida a su hamburguesa, para él había sido un comentario al aire pero no esperaba la respuesta que el castaño le dio.
— Sería un gusto ayudarte a subir tu promedio.
La sonrisa que en ese momento tenía el mayor lucía tan sincera y decidida que sin notarlo, Minho sonrió enternecido por la bondad del maestro. ¿Cómo una persona podía ser tan linda? Estaba seguro que tener al mayor como amigo podría ser beneficioso en modo emocional, la vida sabía lo mucho que Lee necesitaba alguien con quien contar y confiar, alguien que no fuera un amigo sino una figura de autoridad que pudiera orientarlo y Bang Chan lucía como el tipo de persona a quien podías confiarle ciertas cosas, no como su madre, esa mujer podría dejarlo eternamente en misa esperando que se "limpie del pecado" si sabe que salía con un chico.
— ¿Haría eso aunque no soy alumno de su clase? No tiene ninguna responsabilidad directa conmigo, piénselo bien.
— No tengo nada que pensar, te dije que nací para cuidar de otros. Te ayudaré a ser el mejor en lo que tú te consideras el peor.
Chan elevó su meñique en dirección a Minho murmurando un "promesa", el menor soltó una efímera risa por lo que el mayor hacía. Siendo honestos, esa acción le parecía tan de niños pequeños pero no pudo contenerse a enlazar su meñique con el de su profesor mientras respondía de igual forma con un "promesa".
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