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Era increíble como el tiempo podía avanzar tan rápido. Para Minho su vida había pasado tan lenta hasta el momento que conoció a Chan, cuando el mayor se fue pensó volvería a ello pero en un abrir y cerrar de ojos ya habían pasado poco más de cuatro años.
Minho estaba a nada de graduarse en pedagodía y eso le entusiasmaba. Quería enseñar a otros, brindarles la confianza y apoyo que tal vez no tenían en sus casas, justo como él encontró su rincón especial en Chan. No había día que no pensara en él, al principio fue muy difícil, las noches que pasaba en casa mirando a la puerta hasta tarde en espera de verlo regresar, ¿Cuánto tiempo sería? No sabía, encontrarse a él mismo podría tomar mucho tiempo así que con el paso del tiempo dejó de pensar que ese sería el día que al fin iba a verlo.
Ese mismo día que dejaron de verse Minho fue hacia su casa a decirle a su madre que sabía todo, desde su falsa depresión, su manipulación constante y el cómo usó a Jisung, claro, la mujer intentó justificarse pero ya no funcionó. Lee se despidió y desde entonces no se habían visto. Por otra parte, había tomado tres meses hablarse con Han otra vez y estaba seguro que hubiese tardado más de no ser por Felix, quien se encargó de juntarlos al ver como ambos estaban tristes por su alejamiento pero no sabían dar el primer paso al perdón.
Felix...
Decir que era su gran amigo sería tan poco. Se había vuelto prácticamente su hermano, había estado para apoyarlo en todo momento, en clases y fuera de ello. Minho tuvo que tomar un trabajo para solventar sus gastos por lo que acabó en una cafetería conocida que en realidad él odiaba, los consumidores eran tan pretenciosos con el nombre, solo sostener un vaso les hacía creer que eran los reyes del mundo y en realidad no entendía. Pero Felix postuló para el mismo lugar apenas hubo una vacante y ahora era más agradable por poder hablar con él y claro, a veces burlarse sobre los distintos clientes que veían al finalizar el día. En realidad no tendría necesidad de esforzarse tanto. La misma mañana que Bang se fue, pudo ver dos tarjetas en la mesa y una nota que decía tomara lo que necesitara, claro, el mayor tenía una gran posición económica gracias a su trabajo y en mayor parte por su familia, durante años fue ahorrando desde que era joven pues le tomó poco darse cuenta de la importancia del dinero y saber administrarlo. Pero Minho no quería ser un abusivo. Tomaba para todo lo escolar pero nunca para algo personal, el trabajo solventaba su comida y algunos gustos que podía darse si la semana le iba bien.
Chan se fue pero le hizo saber seguía cuidándolo.
— Al fin, odio los días festivos —Felix se estiró tras terminar de limpiar la mesa y se dispuso a regresar a la barra donde Minho terminaba de organizar—. Jisung me mandó mensaje que iría de fiesta, ¿Vamos?
— No creo que sea una noche para ello.
— Es sábado, Min. Tenemos descanso mañana, ¿Qué mejor que sacar el estrés de toda la semana?
— ¿Olvidas lo que pasó la última vez?
— ¿Por qué me lo recuerdas? —Felix llevó sus manos hacia su rostro completamente avergonzado—. No pasará otra vez.
Minho no pudo evitar reír al recordar aquello, pero finalmente accedió, tal vez divertirse no les vendría en mal así que apenas terminaron de cerrar, le pidieron la dirección a Han.
Lee vivía aún en el departamento de Chan. Quiso irse al principio pero luego tuvo miedo de no volverse a encontrar con él, además mantenía todo limpio y con la escencia del mayor, se encargaba de cuidar su hogar. Aunque en un inicio fue nostálgico ahora estaba feliz, después de todo aún tenía a Soonie con él. Además luego iban sus amigos y se distraía con noches de juego hasta tarde, cosa que disfrutaba y agradecía mucho pues todos sabían que extrañaba a Chan, aunque tuvo que decir se fue por problemas familiares un tiempo que no sabían cuánto tomaría.
Saber todo aquel pasado fue una bomba para él, era como una fantasía, todos esos recuerdos con arcos, la vista desde lo alto del castillo, eran como escenas de una película porque no se sentían como vivencias suyas. Hasta antes de aquel día él solo fue Lee Minho, a veces se arrepentía de su decisión porque de no haber actuado así, ahora mismo estaría abrazando a Chan esas frías noches de diciembre, pero no podía con la carga de vivir siendo comparado porque el miedo de no alcanzar a Minos lo atormentaría. El mejor ejemplo había sido Felix. Chan estaba aferrado al pasado y así no podría darle un buen presente. Habían tenido una gran discusión porque veía en el rubio al antiguo príncipe que los traicionó, pero Felix no era ni de cerca lo que le había contado, Bang no podía vivir esperando que todos fueran como él recordaba pero en parte lo entendía.
Todos tuvieron oportunidad de empezar desde cero, Chan se había estancado. Pero en verdad deseaba que pudieran avanzar juntos otra vez.
Extrañamente pese a la nostalgia de recordarlo cada día, todo estaba bien ahora, se sentía más libre, más productivo. Con los años solo había sentido que tal vez estaba destinado a no encajar a donde fuera, eso lo volvió sumiso y accesible a muchas cosas en su vida, ahora sabía lo valiente que podía llegar a ser. Debía aceptar que a veces extrañaba a su madre, o al menos eso creyó hasta que descubrió extrañaba la idea de lo que quería haber sentido. Siempre quiso un abrazo suyo tras una caída, que lo amara como era realmente pero en ese tiempo mientras ella se sentía orgullosa por su hijo, él vivía una vida que realmente no deseaba con su orientación sexual oculta y sin poder disfrutar de cosas que cualquier otra persona de su edad hace. Sino hubiese sido por Chan tal vez ahora estaría en casa con su madre, habiendo dejado la escuela para dedicarse a la iglesia, ganando lo justo para sobrevivir y siendo alguien patético, alguien que al mirar al espejo no sabría a quien veía, una flor sin poder florecer, muriendo ahogada por el constante riego en un intento de sacarla adelante.
La noche había sido demasiado agradable, entre risas por volver a reunirse todos y por los recuerdos cuando Han relató nuevamente lo que había pasado en la última fiesta, haciendo que Felix tuviera que esconderse en su rostro ante el bochornoso recuerdo que nadie le dejaba olvidar. Pero sin duda el sentirse más tranquilo en cuanto regresó a casa fue lo mejor, quería dormir. Entró con cuidado de no hacer ruido pues tal vez Soonie descansaba, aunque la realidad es que siempre esperaba a que Minho llegue para hacerlo tropezar al enredarse entre sus pies, pero esta vez no pasó.
— ¿Soonie?
Preguntó Minho dejando sus llaves colgando junto a la puerta mientras encendía la luz. Se quitó su abrigo mientras caminaba, ahora repentinamente tenía ganas de una rebanada de pan con mermelada de mango. Se dispuso a dejar su prenda en la silla alta frente a la barra de la cocina, cuando giró hacia la sala se quedó estático. ¿Estaba soñando otra vez? En el sofá estaba Chan, mirándolo con una sonrisa mientras el felino descansaba en sus piernas, disfrutando las caricias en su espalda. No sabía qué decir ni qué hacer, si aquello era un sueño era el más real hasta ahora y no deseaba arruinarlo al despertar. Fueron unos segundos en silencio hasta que la voz que tanto extrañó se hizo presencia luego de un suave carraspeo.
— No cambiaste la cerradura...
— Siempre tuve la esperanza de que regresaras...
— Te dije que lo haría. No sería la primera promesa que cumplo contigo.
— ¿Ah si? —preguntó, teniendo que apoyar su espalda en la barra del comedor sin dejar de verlo, sentía que se caería en cualquier momento—. ¿Cuál es otra?
— "Mientras tenga vida no estarás sólo nunca"
Fue todo lo que necesitó. Minho esbozó una sonrisa pese a que sus ojos estaban nublados por las lágrimas, Chan dejó al gato acostado en el sofá mientras se levantaba para poder abrazarse al menor, sintiendo que la vida le regresaba apenas sus brazos rodearon su cuerpo. Minho se aferró al mayor como si su vida dependiera de ello y ocultó su rostro entre su cuello.
— Te extrañé.
— Hay tanto con que ponernos al día...
Minho asintió, apartándose un poco para tomar el rostro del mayor entre sus manos y sin perder tiempo besó sus labios, era un beso dulce, cálido y tan significativo para ambos, Chan acarició con sus manos la espalda del menor antes de acercarlo otro poco a él, no quería tenerlo lejos ni un segundo y cuando sus cuerpos empezaron a reclamar oxígeno, se alejó un poco para dejar un beso en su frente y otro en la punta de su nariz. El brillo en los ojos de ambos denotaba felicidad, se sentían tan completos ahora, aunque eran conscientes de que solos podían hacer grandes cosas no deseaban nada más que la chispa que tenían al estar juntos.
Mientras ambos retomaban su brazo que no pensaban detener hasta convencerse ellos mismos de que finalmente estaban juntos, una suave corriente de aire ingresó por la ventana agitando un poco la cortina a su paso. Minho era amante de las flores, tenía unas pequeñas macetas junto a la ventana, todas tan vivas y coloridas por el constante cuidado que tenía a excepción de una pequeña flor más seca que empezaba a marchitarse, sin embargo, al recibir aquella corriente de aire empezó a revivir, el opaco color de las hojas secas tomó un carmín vivo mientras poco a poco se enderezaba.
La muerte había aceptado su derrota en el juego y estaba lista para abandonar a aquella pareja, al menos hasta que tuvieran que verse otra vez por el ciclo de vida finito, pero estaba segura que para ello pasarían muchos años.
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Con una amarga felicidad aviso que el próximo será el capítulo final, así que se abre la sección de preguntas. Para quienes no saben me gusta dejar una sección de curiosidades con preguntas y respuestas al final de cada historia, pueden ver de ejemplo el de rubatosis, esto con fin de que nadie se quede con duda. A este punto pueden preguntar sobre cualquier personaje, los antiguos reinos —porque uff, que hay mucho no se contó de ellos y tal vez haga algo al respecto— y cualquier cosa que deseen preguntar pueden dejarlo aquí en comentario o pasar a dejar un mensajito. Nos leemos pronto.♡
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