39
3 meses después
Había escuchado que la felicidad es efímera si no sabe cuidarse, no lo había entendido hasta el momento en que tratando de tomar mucho, empezó a quedarse con poco. Entendió que la felicidad es como tomar arena con las manos, si quieres más de lo que puedes sostener todo empezará a caer entre tus dedos sin poder hacer nada, porque si separas tus manos para intentar recoger lo que se está filtrando habrás tirado todo, solo queda ver como grano a grano cae en espera de poder quedarte con al menos un poco de lo mucho que pudiste tener de no ser por tu codicia.
Lo que empezó como un cuento de hadas al vivir juntos se estaba derrumbando, era como volver a ver su castillo caer poco a poco sin poder hacer algo al respecto y eso estaba lastimando a Chan.
La ansiedad lo estaba consumiendo, ver a Minho cerca de Felix sabiendo de antemano todo era como si millones de pequeñas agujas se enterraran en todo su cuerpo al mismo tiempo, era ser consciente de que ese patrón de desgracia se repetía y aunque Minho le repitiera que todo estaba bien, que el chico no era mala persona, sabía que dentro de esa personalidad había una maldad oculta que ya una vez no supieron ver a tiempo. Consideraba que su novio lo creía exagerado por simples celos, aunque la realidad es que la desesperación estaba inundando su cuerpo.
Había empezado a tener pesadillas más recurrentes durante la noche que lo mantenían a la defensiva durante el día. Su sobreprotección empezaba a cansar a Minho, quien sentía ya no era capaz de salir sin recibir la pregunta de "¿irá Felix?" y atenerse a una pequeña discusión cada que la respuesta era un "sí, irá". Además, estaba cargando el estrés de su madre en terapia tras darse de alta en el hospital, iba a visitarla una vez a la semana y aunque el mayor intentaba ocultar su disgusto era claro que no estaba de acuerdo con la idea. Pero ¿Qué quería? ¿Qué no visite a su madre? La mujer que lo crió había intentado matarse, necesitaba hacerle saber que estaba para ella incluso cuando eso molestara a Bang. Ambos estaban en un momento tenso que sin desearlo, recaía en su relación.
Claro, la terapia era otra mentira más de la señora Lee, que era lo que realmente molestaba a Chan, que siguiera mintiendo a Minho por su propio beneficio y no poder advertirle de ello porque al final del día, la preocupación del castaño y todos esos roces que habían tenido le haría creer que deseaba ponerlo en contra de la mujer.
No entendía en qué momento las cosas habían caído así y tal vez fue su culpa al no intentar arreglarlo a tiempo.
❀・°・❀
Para Felix todo eso era tan nuevo. Desde niño no había podido tener una verdadera amistad que le llenara de alegría, desde que tenía memoria incluso si otros niños buscaban acercarse de forma amigable, él solía apartarse y aunque odiaba ser así no podía evitarlo. Alejaba a la gente y luego se lamentaba cuando veía a todos quedar en alguna salida un sábado por la noche, cuando se ponían de acuerdo en ir al cine a la salida del colegio. Y aborrecía lamentarse pero cuando lo volvían a invitar, nuevamente decía que no.
Era algo contra lo que intentaba luchar, algo que llamaba su estupidez y que afectó al como se desarrollaba con otros incluso en la actualidad, pero con Han y Minho era diferente. Eran dos mundos opuestos entre ellos que calzaban tan bien, que Felix siendo un tercer mundo sintió podrían recibirlo sin quejas y vaya que acertó. Desde un inicio una extraña calidez y confianza se asentó con ambos chicos. Jisung era tan espontáneo, sin filtro, lo hacía reír demasiado. Por su parte, Minho era tan tranquilo y se atrevería a decir que un poco delicado, estaba aprendiendo de ambos y al mismo tiempo, se estaba permitiendo mostrarles un poco de él.
Las charlas con Jisung eran raras y divertidas, muchos pensaban que solo conocía de fanfics pero en realidad era un baúl de diversos temas, era casi seguro que hablar con él sería aprender algo nuevo. Mientras tanto, con Minho descubría más de flores, al parecer era un gusto algo oculto, le gustaba admirar los jardines del campus con discreción, también le contaba un poco de su vida con su religión, cosa que le sorprendió. En su vida conoció mucha gente que prefería evitar esos temas o que se enojaban por el mínimo desacuerdo, Minho era tan amable, te explicaba y si algo no te cuadraba, aceptaba tus ideas mientras respetaras las suyas.
También así supo que solía asistir a un campamento extraño por causa de su madre, donde les enseñaban a estar "en paz" con su entorno. Y decía en paz con cierto tono extraño al habitual porque aceptó nunca estar cómodo, era una especie de castigo para él asistir por una semana a un sitio donde te enseñaban que debías seguir las reglas de Dios al pie de la letra o no te recibiría al morir, donde te asustaban hasta el cansancio con no desear nada "impuro" fuera del matrimonio pues los pensamientos pecan como las acciones y era condenarte, donde los cantos y rezos tras las confesiones abundaban. Pero también aceptó que aunque el lugar no era de su agrado y que pese a estar en desacuerdo con algunas cosas que escuchaba, amaba creer en algo, pues tomaba lo bueno y dedicaba a llenarse con ello, no con lo que el odio de las personas querían hacer pasar por "la palabra final".
Minho era curioso. Tan lleno de amabilidad y energía positiva, disfrazada tras una personalidad aparentemente callada que adoraba salir a bromear a cada oportunidad.
Pero su novio era raro.
Y no era por hablar mal del maestro Bang, pero sentía rencor o desconfianza de él hacia su persona sin justificación alguna. Sentía la mirada penetrante del castaño cada que estaba cerca de Minho y no entendía la razón por la cual estaba tan defensivo. Felix intentó llevar las cosas en paz siempre, que la pareja del chico amable que lo invitó a una fiesta resultara ser su maestro de historia había sido peculiar pero nunca juzgó nada, quiso acercarse bien y bueno, había terminado en un desastre esa noche. Si bien intentó hablar con él después, había entendido que simplemente no lo soportaba. Cuando estaban en horario escolar era amable y cuando estaba frente a Minho una sonrisa incómoda discreta lo recibía, desapercibido para todos menos para él; cuando estaban fuera del horario o sin Lee cerca, la expresión de desagrado no era disimulada.
Felix se sentía terrible. ¿Hizo algo malo y no se dió cuenta? Una extraña culpa se asentaba en su pecho y no entendía la razón, pero era como si quisiera disculparse con Chan sin saber bajo qué motivo hacerlo.
Deseaba tener la fuerza suficiente para alejarse como solía hacerlo, ser lo suficientemente valiente para mirar a Bang y decirle "no sé qué hice, pero no quiero problemas así que me salgo de todo esto", pero no podía. En esas semanas el hablar con ambos chicos había sido liberador, agradable, cómodo y ellos poco a poco lo incluían en salidas con otra pareja, Hyunjin y Jeongin, de modo que su grupo se ampliaba. Nunca fue de buscar problemas pero estaba siendo feliz, mucho y deseaba ser egoísta para aferrarse a esa alegría cuanto pudiese durar, no solo salir huyendo como acostumbraba hacer. ¿Acaso eso estaba mal? Felix se sentía finalmente bien pero sabía que alguien no estaba a gusto con su presencia... Se sentía tan mala persona.
Aunque eso solo había sido, al menos para él, la punta del iceberg que iba a hundir todo.
Las vacaciones de invierno estaban por terminar y a los chicos se les había ocurrido salir de fiesta el último fin de semana antes de ingresar con mayor actitud. Los cinco chicos, Bang y su amiga que dudaba fuese mayor de edad pero que sí era. Era un bar tranquilo que el mayor de todos conocía bien, por lo que les pidió sus números para enviarles la dirección, siendo Felix el más sorprendido cuando pidió el suyo, pero consideró que tal vez era una forma de hacer las paces de aquella guerra paranoica. Todos disfrutaban hablando lo que harían la madrugada de sábado que llegó en un abrir y cerrar de ojos. Al lugar llegó primero Jisung, le siguió Minho, Chan y Yoojung, quien agradeció tener más tiempo para molestar a Han antes que se sumara Jeongin a la reunión pues el mayor buscaría refugio en el más joven. Minutos después la pareja llegó y empezaron a ambientarse mientras Felix llegaba, pero tras una hora de retraso pensaron que tal vez desistió de ello, así era él, la timidez le ganaba al asistir a ciertos eventos.
Entonces Minho se apartó un poco cuando recibió una llamada y tras menos de un minuto de hablar, regresó con un semblante que nadie en ese grupo había visto. Era una mezcla de dolor y enojo. Se dirigió hacia Chan, quien mantenía una expresión calmada pero seria y aunque no se dijeron nada por unos segundos, podían sentir la incomodidad.
— Dame las llaves del auto —dijo Minho. La música era apenas fuerte, el aroma de las bebidas dulces y los alimentos picantes era parte del ambiente donde diferentes grupos de amigos hablaban, reían y hasta bailaban entre ellos, todos divirtiéndose mientras Han, Hyunjin, Yoojung y Jeongin daban un incómodo sorbo a sus bebidas intentando ser discretos con esa tensión pero fallando al, sin querer, hacerlo todos al mismo tiempo.
— ¿Para qué las quieres? Has bebido poco, el conductor designado soy yo.
— Para ir a recoger a Felix a la dirección falsa que le diste.
— No le di una dirección falsa.
— ¡Está a cuarenta minutos de aquí en un sitio que desconoce, Chan! —habló el chico esta vez en un tono más fuerte, empezaba a desesperarse—. ¡Es noche y está sólo! No tengo tiempo para esto, dame las llaves.
— Puede regresar sin problemas —elevando una ceja, Chan giró hacia la barra para tomar la bebida de Minho y darle un pequeño trago—. También bebí, no puedo conducir.
— ¡No me vengas con eso! —las mejillas de Minho habían empezado a tornarse rojas del coraje y sus ojos a llenarse de lágrimas de la desesperación—. ¡Está en unas calles solitarias! ¡Frente a un puto terreno abandonado donde el transporte lo dejó a su suerte! ¡No hay autobuses y dijo que tenía miedo! ¡Titubeó de llamar porque no quería ser molesto!
Pero Chan no respondió. Incluso si la culpa empezaba a pesar, estaba demasiado avergonzado ahora.
— Te llevo —se atrevió a hablar Hyunjin mientras dejaba su bebida—. No es alcohol, soy el encargado de regresar a Jeongin después de todo —guiñó su ojo y se giró a mirar al mencionado—. Vamos por Felix pero no tienes que dejar la fiesta.
— No... Quiero ir —respondió rápidamente el chico, levantándose de su lugar.
— También yo.
Secundó Jisung. Yoojung se limitó a hacer un ademán con su mano de que ella desistía de ello y Minho entendió, era amiga de Chan después de todo. El mayor no se giraba a verlo ni de reojo y con ese pesar en su interior, los cuatro amigos abandonaron el sitio en busca del rubio.
La chica tomó asiento junto a su vecino, dio un trago grande y posteriormente, apoyó su cabeza en el hombro impropio.
— La jodí, ¿Cierto?
— Sé que estás preocupado, pero... Es solo un niño —murmuró la castaña, cerrando sus ojos unos segundos—. ¿Escuchaste? Estaba aterrado.
— Solo quiero que entienda su lugar...
— ¿Qué va a entender, Chan? Mi maestro que es pareja de mi amigo me mandó a un sitio peligroso en vez del bar donde celebramos, claramente quiere que me aleje de Minho porque fue un príncipe en su vida pasada y provoqué la caída de su reino que al mismo tiempo le ocasionó la muerte a él y su pareja, ¿Eso?
— Que ayuda, eh.
— Mi intención no es hacerte escuchar lo que deseas, es lo que se ve. Y lo que vimos esta noche fue una mierda.
— Minho estará enojado conmigo...
— Ya lo está, mejor pide a todos los dioses que has conocido a través de los años que Felix esté bien, porque sino, solo empeorará.
— ¿Cómo podría no estar bien..?
— Las calles ya no son seguras para nadie.
Yoojung se incorporó para palmear con suavidad la espalda de su amigo antes de suspirar, alegando que la velada se arruinó y que debían regresar a casa. Chan aceptó y sin muchos ánimos se levantaron para regresar a casa.
Cruzar la puerta fue tan solitario, Soonie estaba panza arriba en el sofá mientras él, nervioso, palmeaba con suavidad la mesa en espera de Minho. Casi dos horas habían pasado desde entonces y se sentía tan ansioso de que no llegara. Tal vez seguía molesto con él y ahora lo entendía, estaba actuando con ira por cosas que solo él sabía, ante los ojos el resto actuaba sin razón.
Pero estaba aterrado, en verdad, había pasado por tanto dolor, tanta soledad, había perdido gran parte de emociones. Sorprenderlo era difícil, el miedo a la muerte se había perdido, la sensación cálida de tiempo en familia no era más que una sola reunión y había olvidado cómo se sentía la infancia o en qué momento exactamente la perdía él. Todo para poder disfrutar nuevamente un cálido abrazo de Minos y ahora que al fin lo tenía, estaba asustado de perderlo otra vez. Como Christopher solo pudo callarse aunque veía las cosas caer poco a poco, la actitud sospechosa del rey, no poder ayudar con las entregas, no haber podido defender a su príncipe como tanto había entrenado para ello. Años de aprender a usar armas y en un parpadeo, una sigilosa y rápida flecha le arrebató la alegría sin más. No quería tener la guardia baja y que otra vez, todo fuese tan repentino.
La puerta se abrió y un cansado Lee con los ojos ligeramente rojos entró, Chan no tuvo palabras de aliento o alegría aún cuando todo él se sintió feliz al verlo a salvo. Conocía a Minho, había llorado y él fue culpable de eso.
— ¿Todo está... Bien? —se atrevió a preguntar. El menor caminó hacia la habitación y creyó que en la mañana podrían hablar mejor de ello, sin embargo, el ruido le hizo levantarse solo para ir y ver que estaba empacando sus cosas—. ¡Minho, ¿qué haces!?
— Me voy con Han unos días.
— ¡No puedes irte! Esta es tu casa —rápidamente se acercó a posar su mano sobre la maleta encima de la cama, evitando que siguiera metiendo ropa.
— Hemos estado teniendo problemas, Chan, antes que alguno salga más herido lo mejor es darnos un tiempo —el más joven suspiró, aferrándose a su camiseta antes de mirar al castaño—. Cambiaste y eso me lastima, estás desconfiando mucho de mí, me duele. Tal vez unos días separados nos permita reflexionar y ver qué hacemos al respecto.
— Hablemos...
— No, no estoy de humor, te pasaste hoy y estoy muy molesto.
— Minho, por favor...
— No quiero parecer un malagradecido, aprecio mucho cada cosa que haces por mí, pero esta vez no sé qué decirte. Me siento tan decepcionado... No pensé que serías capaz de hacer algo así —tomó la maleta para deslizarla a otro lado de la cama y así poder terminar de meter lo que tenía, la cerró y finalmente caminó hacia la sala—. Te adoro, Chan, pero necesito pensar.
— ¡Minho, por favor! —lo siguió hasta la sala, donde el menor acarició un poco la cabeza del gato.
— Vendré pronto, sería injusto llevarlo a un sitio donde apenas puedo estar yo.
— Hablemos... Te lo suplico...
Bang se puso frente a Minho, quien se incorporó con una mirada de dolor reflejada en sus ojos que por segunda vez en la noche retenían sus lágrimas. Se acercó para abrazarlo, un abrazo donde el castaño sintió la vida regresar a él y se aferró a Lee tanto como le era posible, sin medir fuerza, ambos disfrutaron por unos minutos de aquel contacto hasta que sin decir más, Minho se apartó para tomar nuevamente su maleta y salir de ahí, dejando en un silencio familiar el lugar al que Chan apenas había empezado a considerar un hogar.
Sin su amor a su lado los años habían sido duros, la vida fue tan difícil no por todo lo que tuvo que pasar, sino saber que en cada una de ellas solo tenía un propósito y que no podía cumplirlo, ahora que finalmente podía estar en felicidad plena había sido él quien arruinó las cosas.
Se equivocó. Otra vez estaba en soledad.
❀・°・❀
Estoy vivoooo, inserte voz de Mushu. Sin querer sí hice un pequeño hiatus, eso me pasa por bromear, F. ¡Gracias por su paciencia! No me gustan las noticias repentinas, el decirles de un día para otro cuando algo pasará así que aprovecho en decirles que estamos cerca del final de la historia. Ya es lo último, no sé en cuántos capítulos quede pero disfrutemos hasta entonces. De igual forma habrán unos especiales al terminar que se publicarán aquí mismo, anticipando que uno será el de curiosidades + preguntas como en Rubatosis así que vayan preparando sus dudas para comentar en el capítulo final, haha. Espero que todo les esté yendo bien, recuerden tomar agüita, disfrutar del cielo y dar un abrazo. Esta vez sí nos leemos pronto.♡
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