20
Bang Chan no solía ser una persona que se preocupara de más por las cosas, pero siendo el tercer día que Minho no iba a clases y que no sabía nada al respecto no pudo soportar más, a la hora de salida esperó al amigo del chico, para suerte suya iba sólo y no con Hyunjin pues sentiría demasiada vergüenza frente a su alumno.
— ¡Han Jisung! —mencionó en voz alta el castaño consiguiendo la atención del chico quien, aunque al principio se sorprendió de que el maestro le hablara, acabó acercándose.
— Maestro Bang, ¿Ocurre algo?
— Nada grave, no te preocupes —aclaró el mayor—. Solo quería preguntarte si sabes algo sobre Minho. Tenemos asesorías y no me ha comentado nada.
— Minho... —el semblante de tristeza en el rostro del chico solo le hizo preocuparse más, se sentía tan impaciente mientras Han parecía pensar demasiado las cosas—. Él ya no vendrá a clases, pensé que se lo había informado.
— ¿Qué? —el mayor se mostró afligido inmediatamente, cosa que no pasó por alto para Jisung aunque se limitó a escucharlo—. Él no... Yo no... ¿Por qué? ¿Por qué no vendrá? ¿Por qué no me dijo nada?
Jisung suspiró sintiéndose extrañamente comprometido a explicar mejor la situación, por lo que le comentó al maestro que no podían hablarlo ahí. El castaño buscó una solución inmediata y tan pronto como sus pasos se lo permitieron, ambos ingresaron al salón del mayor, quien se aseguró de cerrar para que nadie interrumpa. Tomó asiento en una de las sillas al igual que Jisung, quien no sabía al parecer cómo empezar, desconocía cuánto sabía el maestro sobre Minho así que partió por lo más importante y de donde se desprendía todo.
— Sabe sobre el carácter especial de la señora Lee, ¿Cierto?
— Un poco al respecto, sí.
— El acuerdo que tuvo con Minho para dejarlo estudiar fue que debía mantener un buen promedio sin ayuda, ella no iba a solventar sus estudios. Quiero aclarar que no soy estúpido, maestro Bang —comentó el chico mirando con determinación al mencionado—. Al principio fue difícil pero repentinamente Minho mejoró no solo en calificaciones, su estado de ánimo se elevó drásticamente, tenía cosas nuevas que le permitían estudiar bien y su promedio subió considerablemente, mucho más de lo que se esperaría. Usted ayudó mucho, ¿Cierto? Minho me contó que incluso fue a su casa con su familia, he leído muchos fanfics como para deducir que a usted le gusta Minho.
— No lo niego.
— No intente negarl... Espere, ¿¡Qué!? —Jisung pareció más sorprendido de lo que esperaría, ni siquiera esperaba tener razón.
— Es por eso que estoy tan preocupado por no saber nada de él, necesito que me digas que pasó, Jisung.
— ¡Cristo bendito padre redentor! ¿¡Tenía razón!? —el menor seguía impactado, pero en parte ahora todo tenía más sentido y algo le decía que podía confiar en Bang, que incluso tal vez él podría ayudarlo más que el mismo Jisung—. ¡Bien, bien! Le diré. Minho tuvo un crecimiento tremendo que su madre notó, ella no quiso arriesgarse a que su hijo no dedicara su vida a la iglesia, no respetó su parte del trato y le exigió a Minho dejar las clases. Vendrá a darse de baja en dos días, apenas pudo explicarme la situación con un audio de forma rápida porque su madre le quitó su celular.
— ¡Minho parece estar preso!
— No puedo meterme mucho en eso, si voy contra la postura de la señora Lee puede que nunca me deje volver a ver a Minho, pero usted puede ayudarnos, ¿Verdad? —preguntó el chico con una mirada suplicante, muchos solían quejarse de Jisung y su personalidad peculiar pero en ese momento veía mejor que nunca el porqué Minho lo quería tanto—. Él realmente desea estudiar.
— Dame la dirección de su casa, iré a hablar con la señora Lee.
Jisung le dedicó una sonrisa de total alivio sincero, no quería que su amigo perdiera algo que deseaba, ya había estado un tiempo sin estudiar por la misma causa y él había visto todos los estragos que la obsesión de la mujer causaban para su hijo. Solo esperaba que el mayor pudiera hacer entrar en razón a la señora, sin embargo, no esperaba que Bang Chan fuese tan intenso.
❀・°・❀
Chan revisó nuevamente la dirección anotada en su celular estando frente a la puerta blanca, confirmando una vez más que era el sitio. Del otro lado de la puerta estaba su príncipe esperando ser rescatado del malvado dragón y él estaba dispuesto a luchar por su libertad. Tocó el timbre de la puerta pero no hubo respuesta, así que decidió tocar con un par de golpecitos directamente la madera, los segundos se sentían eternos hasta que la puerta se abrió y pudo verlo una vez más.
Minho se mostró sorprendido de ver a su maestro y pareja frente a su puerta, mientras Chan solo podía ver con atención los grandes y brillantes ojos del chico, la vida sabía cuánto sufrió con la idea de no verlos más.
— Chan, ¿Qué haces aquí?
— ¿Es cierto lo que dijo Jisung?
El menor se mostró rápidamente apenado y bastó su expresión de tristeza como confirmación para que el castaño sintiera que su corazón se estrujaba.
— ¿Por qué tardas tanto? —una voz femenina se hizo presencia, la madre de Minho apareció frente a ellos y sin discreción miró al mayor de arriba hacia abajo con una mueca de disgusto—. ¿Quién es usted?
— Me presento, soy Bang Chan. Maestro de su hijo —respondió el chico intentando mantenerse calmado—. Minho ha faltado a sus clases y quise ver si todo estaba bien.
— ¡Dios! Ahora hasta los maestros vienen de puerta en puerta acosando a los alumnos por no asistir a clases.
— ¿Tiene un minuto para hablar de la palabra de Darwin? —preguntó Chan con una amplia sonrisa en su rostro.
La mujer rápidamente se mostró indignada ante esa burla mientras Minho llevaba sus manos hasta cubrir su rostro deseando que todo eso fuera una pesadilla.
— Minho no irá más a clases, ha decidido darse de baja.
— ¿Realmente lo decidió él o fue usted?
— ¡No tolero que venga a mi casa con esa postura, Bang Chan!
— ¡Minho tiene mucho potencial! Debe volver a clases.
— ¡Eso no es algo que le incumbe! ¡Puede ir limitando su autoridad a solo su aula escolar!
— Minho —habló el chico ignorando por completo a la mujer para dirigir su atención al menor—, vuelve a clases, viene la última ronda de exámenes, te esforzaste mucho por esto.
— Lee Minho, puedes ir despidiendo a tu profesorcillo, debemos regresar a comer.
— Ay, que le aproveche —se quejó Chan poniendo sus ojos en blanco antes de regresar su mirada al chico en cuanto la mujer, cansada de la situación regresó al interior de la casa—. No debes ceder...
— ¿Qué se supone que haga, Bang? —susurró el chico—. Es mi madre.
— Madre no es solo la que da a luz, Minho, hasta los animales son más afectivos con sus crías.
— No puedo dejarla sola... No puedo ser como papá...
— Minho, escúchame —el mayor tomó el rostro del chico entre sus manos para hacer que le mirase fijamente—. ¿Tienes miedo de dejarla sola o que quien pueda terminar sólo seas tú?
El más joven abrió otro poco sus ojos antes de que los mismos se llenaran de lágrimas acumuladas en el borde de sus párpados, realmente el chico solía hacerlo reflexionar mucho y odiaba sentirse tan vulnerable. Cerró sus ojos sintiendo como un par de lágrimas traicioneras escapaban hasta perderse al chocar en las palmas de Chan.
— No lo sé...
— Estoy aquí y mientras tenga vida no estarás solo nunca —murmuró Bang intentando hacer sentir seguro al chico, aunque sabía podría ser difícil—. No tienes que vivir una vida que no quieres, no es necesario soportar cuando puedes disfrutar.
— No sé qué haré sin ella.
— ¿Y ella se ha detenido a pensar en ti? Te ha estado haciendo vivir una vida falsa, mierda, es tu madre y apuesto que no sabe ni siquiera cuál es tu color favorito. Seguro ella no sabe que te gusta la comida picante pero que tu estómago no es bueno para soportarlo, que cuando ríes mucho llevas de forma inconsciente tus manos a tu vientre, no sabe ni siquiera lo que te gusta porque ni tú mismo lo sabes, ¿Por qué? Porque ella te ha privado de otros mundos que no sean el suyo.
— ¿Qué más puedo hacer, Chan? Esta es mi vida.
"¿Qué más puedo hacer, Lowell? Esta es mi vida". El mayor sintió un déjà vu, una horrible, horrible sensación que que ya había vivido eso y el miedo se hizo cargo de él. Había recordado la vez que habían decidido quedarse luego de que Minos decidiera que no podría traicionar solo así a Erzsbet, si hubieran decidido irse aquella vez no habrían vivido las falsas acusaciones a Lleyxà y nada de eso estaría pasando ahora, pudieron vivir bien pero Minos pensó en otros antes que en él mismo y Chris siguió incondicionalmente sus ideales.
— ¿Chan? ¿¡Chan!? ¡Dios mío! ¿¡Qué te pasa?!
Minho empezó a preocuparse cuando el mayor luego de unos segundos sin responder, empezó a llorar manteniendo su mirada fija a la nada. Sentía tanto miedo e impotencia, su pecho dolía y su cabeza daba vueltas mientras su respiración errática lo asfixiaba, ¿Cómo podría estar tranquilo sabiendo que esa escena ya había ocurrido en su mente? Aún con lágrimas en los ojos, Bang tomó el rostro del menor entre sus manos para mirarlo fijamente, no podía arriesgarse a dejar así al chico cuando todo en su interior le gritaba que debían alejarse de ese sitio.
— Ven conmigo.
— ¿¡Qué!? ¿Se te ha zafado un tornillo? —preguntó en un exaltado susurro con una mueca en su rostro—. No soy un niño, Chan. No puedo estar solo en casa esperando a extender la mano para que me des lo que quiero. Necesito un trabajo, terminar mis estudi-
— ¡No importa! No importa, Minho —respondió el mayor sintiéndose tan desesperado en ese momento como hacía mucho no sentía—. No pensemos en eso, solo confía en mí, ¿Puedes hacerlo? ¿Puedes confiar en mí?
El más joven miró fijamente a los ojos del chico, ¿Podría hacerlo? No era una decisión fácil y menos cuando iba tomándolo por sorpresa, pero ahí estaba el motivo de sus sonrisas pidiéndole dejarse caer a un acantilado del que no conocía su fondo. Una parte de él decía que no, que no podía dejar la seguridad de su hogar, pero otra parte se rió en cuanto esa palabra atravesó su mente, fue como una voz ajena a la suya que le dijo "¿Seguridad? Nunca tuviste eso. Solo con él estarás bien, no cometas un error dos veces". ¿Dos veces? Sus pensamientos estaban fallando tanto seguro por el bloqueo que tenía en ese momento pero aunque no podía explicarlo había sido como una voz de la razón en todo ese enredo, sentía que ya una vez se había equivocado y por primera vez en su vida, sintió mucho miedo de no seguir a alguien, ir con el mayor podría ser lo correcto o tal vez estaba equivocado, pero podría averiguarlo.
— Iré por mis cosas.
Y entonces Chan sintió que las cosas tomaban un nuevo camino.
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