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xvi. AMOR

De entre todas las cosas espeluznantes que hay en la vida, una llamada a mitad de la noche estaría por encima.

Es una bizarra sensación de desconcierto por los rezagos del sueño y el constante sonido. Fue peor, de hecho, porque entre sueños había escuchado la canción a todo volumen, pero desapareció poco después. La segunda llamada fue la que finalmente lo despertó de una, sentándose en la cama mientras parpadeaba varias veces en lo que buscaba el aparato, encontrándolo entre las almohadas.

Su corazón dio un vuelco cuando vio el nombre del padre de Sehun en él. Se limpió el rostro como pudo, carraspeando varias veces para contestar poco después, sin saber exactamente qué hacer.

—¿Hola?

Los dos segundos que pasaron fueron eternos.

—Baekhyun, tienes que venir de inmediato.

--


—Te voy a matar.

—Vas un poco tarde para eso.

Baekhyun intentó soltarle un codazo directo a las costillas, pero Sehun fue lo suficientemente rápido para protegerse aún con su espacio reducido en el asiento del tren. Un par de bolsas de frituras hicieron que fracasara en el intento, además de los cojines a los costados.

Aunque hubieran pasado ya casi veinticuatro horas le seguía hirviendo la sangre. La llamada no había sido más que una trampa en donde su yo dormido poco le dejó para darse cuenta que la voz en el teléfono no era justamente el padre de Sehun, sino uno de los otros dos idiotas quienes decidieron jugarle una broma para atraerlo al hospital y posteriormente arrastrarlo a la estación de tren para ir al concierto tan esperado por el que se habían expuesto a mitad de la noche meses atrás.

Aceptaba el hecho de que lo había olvidado —con todo el tema de la familia de Kyungsoo, el cumpleaños de Chanyeol y la terminación del año— apenas podía recordar que tenían ese pendiente y, como a las empresas se les ocurría traer a sus artistas entre semana, no tenía más opción que viajar muy temprano por la mañana, faltar a clases, ir al concierto y regresar ese mismo día en la noche. No iba a mentir, sin embargo, se la pasó increíble: vieron a su banda favorita en primera fila, visitaron un par de plazas en Seúl y comieron a más no poder gracias a la tarjeta negra del padre de Sehun. Incluso los energúmenos de sus amigos le dieron tiempo a Chanyeol y a él de poder estar un par de tiempo solos para su luna-de-miel y claro que lo aprovecharon.

Ahora sí, en el viaje de regreso completamente agotado, Baekhyun volvió a mirar a Sehun con el rabillo del ojo. Se veía mejor: no tan gris, con más energía y con una actitud bastante diferente a las últimas semanas previas al viaje. Era como si hubiera recuperado meses de vida que creía haber perdido. La luz estaba tenue al ser casi medianoche y los movimiento del tren hacía que su hombro rozara levemente el antebrazo de Sehun.

—¿Estás seguro de que no quieres sentarte con Chanyeol? Puedo sentir hasta acá cómo me hace un agujero en el cráneo.

Baekhyun miró levemente por encima de los asientos, su novio había tenido que compartir asiento con Luhan y al parecer eso no le había gustado mucho, principalmente porque hablaba por los codos hasta hacía veinte minutos que se había quedado dormido casi encima de él. Hicieron contacto visual, en donde Chanyeol solo murmuró algo como "Socorro" pero se limitó a sonreírle y acomodarse en su asiento.

—Estará bien. Debemos respetar el juego —Como buenos adolescentes, había decidido mediante piedra, papel o tijeras quién obtenía el lugar para él solo y ese había sido el maldito de Junmyeon—. Además, necesitábamos espacio.

—¿Después de desaparecer por dos horas y regresar con el pelo mojado como si hubieran tomado una ducha? Yo creo que sí, ugh —Baekhyun ahora sí que le dio un codazo—. ¿Qué?

—No eres quién para hablar. He visto tus interacciones con esa enfermera. —Sehun levantó una ceja, pero no dejó pasar la pequeña sonrisa en sus labios—. Estás viviendo la vida, ¿no es así?

—Supongo que sí, ¿qué más debería hacer? Solo tienes dieciocho una vez en la vida.

Durante unos segundos, Baekhyun no dijo nada, simplemente lo observó. Su amigo se mantuvo jugando con un hilo deshecho de su abrigo hasta que suspiró.

—¿Qué, Baekhyun?

Parpadeó.

—¿A qué te refieres?

—Puedo sentir a kilómetros que quieres decirme algo pero no lo haces —Sehun le dio una mirada suspicaz—. Fuiste tú el que me escondió mi ropa interior, ¿no es así?

Baekhyun procuró mantener su sonrisa en el rostro y ese comentario lo ayudó un poco. No es muy pro-bromas, en realidad, normalmente no las suele tolerar. Así sea tan simple como poner un cucaracho muerto en la mochila de alguien, no solía sentirse con el valor de hacer ese tipo de cosas. De todo modos, no iba a mentir diciendo que no disfrutó cuando tuvieron que pasar por un baño portátil y su amigo no tenía un cambio extra después de haberse mojado por la intensa lluvia. Sehun estaba al tanto de eso, por lo que su comentario no era más que para aligerar el ambiente que se estaba construyendo entre ellos.

—¿Es más fácil para ti de esta manera? —Las palabras salieron algo apresuradas.

Sehun era un experto en hacerse el tonto, por lo que no le sorprendió cuando muy apenas reaccionó ante esa pregunta.

—¿Qué cosa? —Ahí estaba, su contraataque para poner a Baekhyun en la misma posición.

Se preguntó a sí mismo si tal vez era mejor dejar ahí las cosas. Quedarse callado, excusarse con que estaba cansado y muy apenas sabía lo que estaba diciendo. Que no era nada, que eran sus pensamientos tomando control de sí mismo y que no había nada de qué preocuparse. Sería más sencillo, entre todas las cosas, hacer como si nada pasara. No iba a mentir diciendo que estaba a punto de hacerlo, sin embargo, algo en su cabeza la hizo voltear ligeramente hacia atrás una vez más. Era una sensación magnética que le había estado pasando desde hacía semanas, una extraña conexión en donde, por algún motivo, sabía que el otro lo estaba mirando directamente.

No se equivocó cuando los ojos de Chanyeol encontraron los suyos. Su pequeña impresión de damisela en apuros había desaparecido y ahora veía en él una mirada fuerte, pero cálida. Determinada. Como si de alguna manera le estuviera diciendo "Te tengo", lo cual le generaba un impulso de valentía repentina. Pudo haber durado menos de tres segundos, pero fue lo suficiente como para que Sehun lo escudriñara, esperando por su respuesta.

—Humor. Traes el tema de que pronto vas a morir entre bromas, en muchas de las conversaciones que tenemos. —Baekhyun pensó que decir eso sería mil veces más difícil, pero ahí estaba. La sensación no fue placentera en absoluto, pero tampoco fue catastrófica—. Al principio podría decir que eran alarmantes, pero ahora nos vemos riendo con ellas e inclusive dejándote tareas para cuando vayas al infierno. —Increíble, por cierto. Entre peticiones de saludos a bisabuelas maquiavélicas y un par de preguntas para Satán, las tareas encomendadas iban más allá de las que dejaban para el verano.

Si Sehun estaba sorprendido por lo dicho, no lo demostró. Al menos no tanto. Un extraño y distinguido brillo en sus ojos le hizo ruido, pero nada preocupante. Normalmente el listillo de su amigo ya le hubiera respondido con otra broma de mal gusto, pero sólo se quedó allí, regresando la mirada mientras asentía y poco a poco una sonrisa más grande crecía en su boca.

—Así que te has dado cuenta.

—Creo que todos lo sabemos —Dio una rápida mirada a sus amigos, todos ellos dormidos en posiciones extrañas—. Así que, por eso, quiero saberlo. ¿Es más fácil de esa manera para ti?

—Lo es.

Baekhyun podía entenderlo. Hasta cierto punto también era más sencillo así para todos, aunque eso no quitaba el hecho de que todavía podía sentir una presión en su pecho al mismo tiempo que sus ojos picaban. Los cerró momentáneamente para no arruinar el momento. Estar en conexión con sus emociones —si bien le había traído muchos beneficios—, no discriminaba las emociones displacenteras.

—¿Estás llorando? —Bueno, definitivamente no pudo ocultarlo. La voz de Sehun había salido ligeramente más aguda.

—No. —Se las arregló para decir, aunque, sí, estaba llorando y no podía controlarlas—. Bueno, —terminó confesando porque, ¿qué más podía hacer? No podía huir en un tren aparentemente lleno.

Su amigo lo observó durante unos segundos.

—No estoy seguro de haberte visto llorar antes. Ni siquiera por lo de Kyungsoo —dijo Sehun, más impresionado que otra cosa, aunque en su voz había un tono casi que divertido. Como si hubiera descubierto algo interesante—. ¿El amor te ha hecho más sensible?

No estaba completamente equivocado, para ser verdad. Aun así, le mandó una mirada irritada, que poco duró al momento de mentalizarse sus próximas palabras. Si no era en ese momento, se sentía incapaz de hacerlo después.

—Estás muriendo —dijo, mucho más suave de lo que hubiera querido.

Sehun hizo un pequeño sonido de 'Hmm'.

—Lo estoy.

—Como... de verdad.

—Desde hace varios meses, sí.

De alguna manera eso sólo hizo que sus ojos se enrojecieran más. Algunas lágrimas seguían cayendo por su rostro, pero no interrumpían nada. Las aceptó como parte de sí. Tenía la teoría de que venían acumuladas desde hacía mucho tiempo.

—¿Tienes miedo?

Sehun tardó en responder. Todo rastro de risa había desaparecido y una expresión pensativa se depositó en su rostro. Sus ojos pasaron a los de Baekhyun y simplemente se encogió en hombros.

—Me da más miedo lo que ocurra con papá. —Su tono podía parecer desinteresado, pero no era más que una fachada.

—¿Cómo está?

—Está. 'Y eso es lo importante', es lo único que dice. Conoces a ese hombre Baekhyun, no se va a doblegar. Preferiría mil veces que llorara y se lamentara que el verlo apagarse poco a poco, pero... ¿qué puedo hacer? Soy su único hijo y voy a morir pronto. No lo puedo juzgar... supongo.

Baekhyun asintió levemente.

—Estará bien —Baekhyun se las arregló para decir—. No vamos a dejarlo en paz en absoluto.

—Supongo que la tarjeta negra ayuda en eso, ¿no?

—En parte —Una pequeña sonrisa salió de la boca de Baekhyun—, pero él aclamó años atrás que somos como sus hijos también, así que tendrá que tomar responsabilidad de eso.

—No esperaba menos.

Un pequeño silencio se instauró entre ellos, el pesó en sus hombros no se iba. No creía que lo hiciera, en realidad, pero de cierta manera le tranquilizaba el estar ahí. Hablando con él.

—¿Alguna vez te preguntaste...? —Se le fue la voz poco a poco—. ¿Por qué?

Esa pregunta se instaló en él, entre que iba dirigida para Sehun, como para sí mismo. De cierta manera se había hecho esa pregunta muchas veces sin lograr absolutamente nada más que empeorar su situación. Sehun elevó las cejas, encogiéndose un poco en su asiento.

—Claro que sí. Antes de que te lo dijera, prácticamente le pregunté a todo el mundo por qué tenía que pasar esto. Me volví loco. ¿Hice algo tan malo en mi otra vida como para merecerlo? ¿Por qué al hijo de un oncólogo? ¿Por qué en un lugar tan inoperable? ¿Por qué tan asintomático hasta el último momento? Pero, entonces, pensé en otra cosa —Hizo una pausa, al mismo tiempo que se miraba sus propios dedos casi secos—. ¿Y por qué no?

Baekhyun ladeó la cabeza, confundido. Sehun copió el gesto, sonriendo levemente.

—¿Quién soy yo para no merecer esto? ¿Qué tengo de especial entre todas las demás personas?

Aunque no había dejado de llorar, soltó extrañamente una risotada. Cierto. Sehun volvió a conectar sus ojos y pudo ver lo suyos, levemente cristalinos.

—Viví dieciocho años muy buenos. Hice todas las cosas que quise hacer hasta el momento, y aunque no voy a mentir diciéndo que no me falta nada por vivir, estoy en paz. Y estoy feliz de que tú también estés luchando para estarlo. En serio.

Baekhyun se limpió descuidadamente el rostro.

—Sehun, eres mi mejor amigo.

—Lo sé —Sehun le revolvió el pelo con más fuerza de la necesaria—. Tú también eres mi mejor amigo.

Exhaló prolongadamente.

—No quiero que mueras.

—Como debe ser. Estaría ofendido si lo desearas.

—¿Qué puedo hacer por ti? —Fue lo último que pudo decir hasta el momento. Aunque la frustración y la tristeza estuvieran invadiendo su cuerpo, su mente todavía quería hacer algo. Lo que fuera.

—Dejarme ir —contestó simple, como si eso no significara nada. Como si su mundo no se estuviera tambaleándose una vez más—. Y, cito, luchar como la perra que eres, ¿no es así?

--


—Entonces, ¿verdad o reto?

Baekhyun sonrió, negando con la cabeza a la parte se servía algo de agua por tercera vez en la noche.

—Yo digo que... reto.

—¡No! Eso has dicho durante las últimas tres rondas y se me están agotando las ideas —Luhan se levantó de su asiento, apuntando hacia Chanyeol algo tambaleante, producto del vino que no había dejado de tomar—. ¡Te reto a que digas verdad!

Chanyeol hizo un mohín.

—¿Entonces aplica para la ronda siguiente?

—¡No! Tiene que ser ahora.

—¿Qué tal si mejor sigo diciendo reto y me sigues obligando a besar a Baekhyun? —soltó el alto, al mismo tiempo que lo miraba mientras pasaba por su lado para llegar a la pequeña terraza de la casa de Junmyeon. Sintió su rostro sonrojarse un momento ante eso. Las manos de Chanyeol no tardaron en tener contacto con él, aunque sea un leve roce de sus dedos.

—¡Claro que no! Con la tercera vez tuve para saber que les importa una mierda que haya público presente.

—Eh, pero si tú nos obligaste. —Se defendió Baekhyun. Y mentira no era, en esas últimas tres rondas el morboso de Luhan solo había hecho que se besaran de distintas maneras cosa que tenía que detenerse porque eso solo provocaría un problema en sus pantalones y estaban demasiado festivos para eso. Le sorprendía, de hecho, que Chanyeol tuviera cero problema con ello.

—Sí Luhan, no es precisamente divertido. —Junmyeon extendió su mano para tomar algunas frituras de la mesita de café—. ¿Por qué mejor no nos terminas de contar lo que pasó entre Jun y Jeonghan? Tremendo chisme que tenían estos dos.

Baekhyun sonrió una vez más al momento que las voces de sus amigos se hacían cada vez más diminutas gracias a la puerta insonorizada. El frío de la temporada le azotó en el rostro mucho más fuerte de lo que esperaba, por lo que se abrazó a sí mismo mientras veía a los lejos las luces de su ciudad, tan resplandecientes como nunca. El viento le despeinaba el cabello y sus ojos apenas se habían recuperado de los hinchados y rojos que había estado los últimos días.

Se volteó un momento hacia dentro, viendo un poco detrás de las cortinas a sus amigos. Luhan parecía estar contando ese famoso chisme de manera muy explícita y dramática, mientras que Junmyeon y Chanyeol lo miraban con carcajadas ocultas en sus bocas. Sehun no se había quedado atrás, aunque había estado un poco más serio desde su conversación, se las apañó para no quedarse dormido de inmediato y al menos hacer presencia en su reunión el fin de semana siguiente.

Era bastante divertido. Fuera de todo, habían estado disfrutando de sus últimos encuentros y tonterías juntos como adolescentes idiotas que eran. Tal vez un par de amonestaciones por llegar tarde a la escuela o faltar a ciertas clases, pero nada tan grave como para que les importara.

No supo cuánto tiempo llevaba afuera cuando su teléfono vibró. Lo sacó, viendo un mensaje para nada sorpresivo. Solo le hizo engrandecer su sonrisa.

"¿Quieres compañía?" Decía el mensaje. Algo simple, pero que contenía bastantes preguntas a su alrededor. Respondió con un simple emoji en afirmativo y no pasaron ni tres segundos cuando la puerta se deslizó, engrandeciendo el escándalo de adentro al tiempo que una figura alta y bien conocida salió con él, cargando una sudadera grande.

Chanyeol se volteó, sosteniendo su propia sonrisa junto con sus ojos bailarines por todo su cuerpo. Poco después, un pequeño ceño fruncido adornó su rostro.

—Mírate, estás congelado —dijo mientras se acercaba y lo rodeaba con sus brazos para colocarle la sudadera—. Tu nariz está toda roja y deberías poder ver tus orejas, ugh. —Cuando se aseguró que Baekhyun había pasado sus brazos dentro de la prenda, le apretó levemente sus orejas con las palmas con lo que parecía ser la intención de calentarlas un poco.

Baekhyun simplemente se dejó hacer. Las manos de Chanyeol se aseguraron de mantenerlo bien abrigado y de calentar lo que podía cubrir con ellas.

—Tus orejas también están rojas. —Baekhyun apuntó un par de segundos después. No era como si pudiera ignorarlas, eran bonitas y prominentes.

—Eso no es por el frío.

—¿No?

—Es porque te ves bastante lindo. —También se estaba acostumbrado a este Chanyeol. Aunque siempre fue abierto y sincero, Baekhyun tuvo que aprender a sobrevivir con sus constantes coqueteos y cumplidos para no implosionar en el momento o, como solía hacer, huir—. Es una reacción natural. ¿Ves?

—Lo veo muy bien —respondió, sin esconder su tonta sonrisa—. Gracias.

Chanyeol simplemente hizo un sonido de acuerdo. Sus manos no lo dejaron ir, sin embargo. La cercanía que mantenían se había hecho su día a día y, aunque definitivamente no podían mantener sus manos fuera del otro por mucho tiempo, le gustaba mucho cómo eran ahora. Íntimos. Un lugar seguro y acalorado a donde podían acceder de manera ilimitada.

Chanyeol se acomodó detrás de Baekhyun, mirando hacia el paisaje, todavía envolviéndolo en un abrazo. La noche se extendía a su alrededor, silenciosa y serena, un contraste absoluto con el bullicio de la fiesta que se escuchaba desde el interior ahora con música rock y una extraña sensación de que Luhan estaba obligando a los demás a filmar videos para su "proyecto". Baekhyun respiró hondo, dejando que el aroma a Chanyeol le envolviera mientras el calor de su cuerpo lo abrazaba.

—¿Te estás arrepintiendo de haberte juntado con nosotros? —preguntó Baekhyun, con un tono divertido—. Como lo dice el reglamento, no hay devoluciones.

La risa del alto resonó en su cabeza.

—No recuerdo haber firmado absolutamente nada, Sr. Byun.

—Ellos vienen conmigo. Recuerda que estar conmigo tenía pros y contras. Tal vez haya más contras que pros, si te soy sincero.

Chanyeol pasó una de sus manos alrededor de su cintura, tentando por debajo de sus prendas. Baekhyun se tensó un momento cuando la palma de Chanyeol tocó directamente su piel al contraste de su temperatura. Lo miró como pudo, aunque muy apenas vio parte de su hombro al estar prácticamente detrás de él.

—Me hacen besarte y prácticamente me echaron para que viniera contigo. Yo lo veo como un pro bastante prometedor. —Finalmente el alto bajó la cabeza, quedando a la par de Baekhyun por encima de su hombro y se miraron. Chanyeol depositó un suave beso en sus labios, como si hubiera cedido a un pensamiento intrusivo—. Y —continuó, a pocos milímetros de él— sabían que algo podía estar sucediendo. ¿Cómo lo llamaron? ¿Una ramificación más sutil de tus pasados "Voy al puto baño"?

Baekhyun elevó levemente las cejas en sorpresa.

—Puedes ver, Baekhyun, que te conocen bastante bien. —Chanyeol se dejó caer levemente en su hombro, con la frente pegada a su cuerpo—. ¿Necesitas ayuda?

Negó levemente.

—Estoy bien, de verdad. Si no lo estuviera, lo sabrías.

—Lo haría, sí. ¿Pero?

—Solo quería un momento de aire fresco. —Y mentira no era. Se había llegado a sentir un poco abrumado de pronto. Eran esas cascadas de pensamientos que le venían de vez en cuando en momentos inesperados. Solía manejarlo bien, dándose un tiempo para respirar correctamente y quedarse en el silencio. Sin embargo, pareciera que todavía Chanyeol se preocupaba un poco de más por él—. Sé que puedo pedirte ayuda —aclaró, más para la tranquilidad de su novio que la de sí mismo. No podía culparlo después de todo lo que pasó.

Chanyeol se quedó quieto un momento, ocultando su rostro en el cuello de Baekhyun.

—Claro que sí —respondió Chanyeol, con lo que parecía ser un suspiro de relajación, aunque su voz tenía un toque de nerviosismo escondido. Deslizó su segunda mano por debajo de la ropa de Baekhyun, aferrándose a él con más firmeza con contacto directo a su piel—. Si me necesitas, estoy aquí. Y si solo necesitas alguien con quien estar haciendo nada, también estoy aquí.

Baekhyun sonrió, aunque era una sonrisa que no alcanzaba a llegar a sus ojos. ¿Quién diría que este gigante chico se convertiría en alguien tan necesitado de atención? Le encantaba. Volvió a mirar las luces de la ciudad, reflejadas en el horizonte, y sintió cómo el frío se desvanecía lentamente con la cercanía de Chanyeol y sus palabras.

—Lo sé. —Dijo finalmente—. Solo que a veces necesito... —Se detuvo, buscando las palabras adecuadas—. Tiempo para mí. Distraerme.

No podía verlo, pero definitivamente sintió al otro puchearear. Lo confirmó cuando las manos de Chanyeol se aferraron más a él, deslizándose una peligrosamente hacia arriba y otra hacia abajo.

—Yeol...

—¿Mhm? —retumbó en su hombro.

—¿Qué haces?

—Distrayéndote —contestó sin detenerse. Baekhyun se mordió la parte interna de su mejilla al sentir cómo sus dedos lo rozaban en lugares estratégicos que el otro ya sabía que eran sensibles.

Se rió, tratando de no sacar algún otro sonido extraño.

—No me refería a eso.

—Lo sé —Chanyeol besó su hombro por encima de la ropa. Baekhyun giró levemente su cabeza, para encontrarse con sus ojos—, pero, ¿funciona?

Y, a parte de necesitado en afecto, Chanyeol también estaba necesitado en otras cosas. Prácticamente abrieron una caja de pandora.

Baekhyun apretó sus labios, no respondiendo verbalmente por el momento. Su novio aprovechó para besarlo en los labios, un poco más profundo de lo que esperaba. El corazón de Baekhyun se disparó al cien, convirtiéndose en una máquina de bombear sangre a su cerebro para no desmayarse. La boca de Chanyeol se movía con fuerza y hambre, como si hubiera estado sin él durante mucho tiempo. Y prácticamente así era, no habían tenido oportunidad de verse en esa última semana por diversos temas, pero Dios, no habían sido años. El alto parecía que había estado esperando durante décadas.

Hormonas adolescentes, suponía.

Cuando la mano derecha de Chanyeol se escabulló en sus pantalones, apenas se mantuvo en pie. Su rostro estaba sonrojado y el frío parecía haberse evaporado repentinamente. Incluso había olvidado por qué demonios estaban allí afuera.

—Están adentro. —Fue lo que pudo decir apenas en un susurro, sosteniéndose del barandal de la terraza.

—Ebrios y en sus asuntos.

—Y nosotros estamos afuera —Baekhyun carraspeó, tratando de verse decente—. Literalmente hay una calle frente a nosotros, Chanyeol.

—Son las dos y media de la mañana —Chanyeol besó su cuello porque, ¿qué más podía desarmarlo que eso? Nada—. Y agradecemos que la luz mercurial no funciona, ¿verdad?

Sí, definitivamente había creado a un monstruo. Uno muy astuto y habilidoso, porque en el momento que la mano de su novio lo envolvió, no pudo hacer más que estremecerse y participar activamente. Chanyeol lo sostuvo por detrás, tocándolo como bien sabía de arriba hacia abajo, hasta que la voz de Baekhyun se convertía en leves gemidos que muy apenas podía amortiguar. A veces con la boca del otro, otras veces con sus propios dientes y, muy cerca del final, la otra mano de Chanyeol que se había centrado en jugar con sus pezones cubría su boca, para mitigar su voz al mismo tiempo que aceleraba sus movimientos.

La piel de Baekhyun se erizó cuando su cabeza cayó ahora recostada en el hombro de Chanyeol, pudiendo escuchar los propios sonidos que hacía el alto justo en su oído. Tortura. Si había algo que le hiciera derretirse era sentir al propio Chanyeol disfrutar y verse afectado por él, y vaya que no era nada tímido en demostrarlo. Ni en experimentar cosas, porque, de un momento a otro el alto se detuvo de manera abrupta, sacando de él un quejido en protesta por la repentina lejanía.

—¿Qué ray...? —Apenas pudo pronunciar Baekhyun en el momento que las manos de Chanyeol lo tomaron por la cintura, dándole un giro a su cuerpo de ciento ochenta grados, haciendo que ahora quedara de espaldas a la calle, quedando frente a frente.

Con la poca luz que había, Baekhyun apenas podía entender lo que estaba sucediendo cuando vio a Chanyeol con los ojos muy oscuros y con la mirada bastante cristalina de pura lujuria. Ninguna palabra salió de su boca, pero sus orbes sí que se abrieron cuando el alto se puso de rodillas frente a él.

Necesito hacer esto, Baekhyun.

Por supuesto, la voz de Baekhyun salió escandalizada.

—¿Cómo que ne...¡Mierda!

Tuvo que usar sus propias manos para neutralizarse. Una para su voz, otra para mantenerse en pie, porque lo que hizo Chanyeol a continuación en su vida le había sucedido y fue demasiado. La imagen frente a él era mucho para su pobre corazón. La sensación fue nueva, electrizante y por un segundo un miedo inexplicable le recorrió el cuerpo. Su novio lo había engullido sin pensarlo en absoluto, convirtiéndo su pecho en un mar de emociones que muy apenas podía controlar.

No aguantó demasiado y había dejado de lado cubrir su boca, estaba tratando de sobrevivir. Tampoco pudo advertir su inminente clímax, por lo que todo terminó en un Baekhyun deshaciéndose en la boca de Chanyeol al tiempo que se las apañaba por sostenerse. Por su lado, el alto había procurado continuar con maestría, permitiendo que todo el ser de Baekhyun llegara a él sin más ni menos.

Baekhyun cayó de rodillas, sin poder sostenerse al final y ambos respiraban con fuerza tratando de recobrar el aliento. Su mente daba vueltas sin parar y fue hasta que parpadeó varias veces que sintió algo extraño en su barbilla. Se llevó las manos a la cara —rezando que nada haya ido en la trayectoria errónea—, pero fue entonces que se dio cuenta que el líquido venía de sus propios ojos.

—Mierda. —Esa fue la voz de Chanyeol, completamente en pánico. Se acercó a él tomándolo del rostro—. ¿Baekhyun? Lo siento, lo siento mucho. ¿Estás bien? No debí haber hecho eso, perdóname. No llores.

—¿Eh?

—Soy un imbécil. Lo siento, no volveré... ¡agh! —Realmente sonaba conflictuado—. Lo siento mucho.

Y Baekhyun no tenía idea de por qué se disculpaba. Aunque...

—Espera. —soltó Baekhyun de pronto, algo aturdido. No iba dirigido a Chanyeol, era más para sí mismo y entender qué demonios pasaba, pero su novio se quedó quieto, con su rostro de terror absoluto—. Estoy bien, como, extremadamente bien.

La expresión de Chanyeol no cambió, lucía como si quisiera aventarse por el barandal.

—Bien —carraspeó, todavía volviendo en sí—. Fue algo inesperado y nuevo así que, tal vez, me asusté un poco...

—Merezco morir.

—¡Pero! —Baekhyun tomó a su novio por los hombros, manteniéndolo en su lugar porque definitivamente lucía como si quisiera aventarse—. No pasa nada.

—Lloraste.

—Sí —Baekhyun asintió—, pero no fue necesariamente porque se sintiera horrible, ¿de acuerdo? De hecho se... se sintió muy bien así que... ya sabes... lágrimas de... —Baekhyun apretó sus labios, ahora estaba avergonzado—. Lo que sea. Entiendo el impulso, estuvo demasiado caliente la situación, y... bueno, es algo que tarde o temprano... —Sí, en efecto recibir su primera mamada le había freído el cerebro.

Chanyeol se quedó en silencio un largo rato, entre leyendo su rostro y repasando sus palabras en su cabeza, como tratando de decidir si era un hijo de puta caliente o si realmente había sido lo que Baekhyun decía —o ambas. Cuando el tiempo en silencio fue demasiado y ya le estaba provocando preocupación, se acercó a su novio y lo abrazó.

—Nunca lo había hecho antes —susurró Baekhyun, ya más tranquilo—. Solo me sorprendió un poco, ¿bien? No tienes porqué disculparte, en serio.

Ante eso, pudo sentir el cuerpo de Chanyeol relajarse un poco. Realmente no le sorprendía que hayan llegado a esa base, si era sincero. De hecho, ya habían tenido su plática de tener sexo debido a su creciente tensión y sesiones de besuqueos y entre-otras-cosas-sucias, ambos llegando a la conclusión de que no había prisa. Pero, claro, el sexo oral no fue algo puesto sobre la mesa y ahora ahí estaban.

Finalmente, Chanyeol le devolvió el abrazo.

—¿Estás seguro, Baekhyun?

—Cien por ciento. —Se separó de él, para mirarlo. Sintió cómo el cuerpo de Chanyeol temblaba levemente como el suyo, aunque sus razones eran distintas. Lo tomó de las manos, tratando de minimizar sus movimientos. Le sonrió—. La próxima vez, solo... avísame o procuremos no hacerlo en un lugar oscuro en donde no sepa qué está sucediendo.

Chanyeol se mordió levemente los labios, parecía todavía un poco dudoso, pero terminó por asentir con fuerza. Baekhyun no dejó pasar el brillo en sus ojos.

—¿La próxima vez? —inquirió.

Baekhyun infló levemente sus mejillas y sus ojos fueron hacia los pantalones de Chanyeol.

—¿Deberíamos conseguir una habitación?

Su novio parpadeó un par de veces y tragó saliva.

—¿Ahora mismo?

Baekhyun lo miró unos segundos más, contemplando aquello que el alto ocultaba y que, aún haya pasado lo que pasó, se mantenía allí. La curiosidad le picó detrás de la oreja y, aunque haya tenido una reciente liberación, sintió una punzada de expectativa una vez más.

—Ahora mismo —afirmó.

Se había decidido a enfrentar todos sus miedos.

En todos los sentidos.

Como la perra que era. ¿No?

--


Lo que menos imaginó Baekhyun que haría después de haber prácticamente tenido sexo con Chanyeol —a la mierda la espera, al parecer— fue el salir de la habitación de invitados que se autoasignaron hace unas horas, con simplemente un suéter gigantesco y tratar de evadir a sus amigos desmayados por todo el lugar a eso de las seis de la mañana para poder ir por un vaso de agua y algo para comer. Había perdido el piedra-papel-tijera con Chanyeol, y aunque el idiota gigante no era a quien precisamente todavía le temblaban las piernas, su competitividad le llevó a dejarlo ir en su lugar.

Había estado haciendo un trabajo increíble. No piso a nadie, tampoco detectó sustancias extrañas o vómitos deplorables. De hecho había logrado cruzar la sala y llegar a la cocina con éxito, sólo quedaba regresarse, pero una silueta maquiavélica sentada en uno de los taburetes le sacó un susto que muy apenas pudo no gritar.

Sehun lo miró de arriba abajo, juzgándolo. Completamente, sí. Porque, maldita sea, podía olerse a sí mismo y, por la visión que tenía de su cuerpo en el reflejo del microondas, no se veía muy alejado a un chico del porno.

—Puta madre, Sehun —gritó en un susurro, sosteniéndose de la isla de la cocina.

—Buenos días, asquerosito —contestó él, mordiendo lentamente una manzana mientras seguía viéndolo como si hubiera llegado así a la iglesia—. Así que, ¿la perdiste?

Baekhyun parpadeó, sabiendo exactamente a lo que se refería.

—¿Sí?

—¿Me estás preguntando a mí? —Sehun levantó una ceja—. Yo no soy al que probablemente le metieron por el trasero un...

—¡Ah, sh! —Baekhyun chistó, acercándose a él con la poca dignidad que todavía tenía—. Digamos que sí. No podría negarlo después de todo lo que... —Se detuvo ahí mismo, al mismo tiempo que sentía cómo sus mejillas se enrojecían y, por su parte, veía el rostro de Sehun con un ceño fruncido cada vez más prominente.

—Ya, pues si no, me sorprendería. No fueron tan silenciosos como probablemente crees que lo fueron. ¿Dormí? No. ¿Por qué? Por su escándalo. Tuvieron suerte de que los demás estuvieran lo suficientemente ebrios para no darse cuenta.

Para ese momento Baekhyun ya tenía la boca en el suelo.

—¡N-No fue para tanto! —trató de hacer memoria. No era buena idea.

Sehun solo le dio otra mordida a su manzana y limpió las gotas que caían en la mesa del taburete.

—Eres ruidoso, Baekhyun.

Bueno, ese golpe de realidad no se lo esperaba en absoluto. Apenas lo estaba descubriendo él también en ese momento —aunque vagamente podía recordar a Chanyeol diciendo algo al respecto... aunque no parecía molestarle en absoluto. Con eso, Baekhyun se dignó a carraspear, tratando de ignorar a su amigo.

—Lamento que no hayas podido dormir —dijo. Al menos eso era cierto—. Puedes hacerlo ahora, no creo que nadie despierte antes del mediodía.

—Mhmm. —Fue la simple respuesta de su amigo, aunque ya se veía con una mirada divertida—. Y yo que tenía algo interesante que descubrí cuando dejaste al pobre Chanyeol en manos de Luhan, pero está bien, a dormir.

Claramente no tardó ni medio segundo en llegar al lado de Sehun y, a como Dios le dio a entender, sentarse a su lado. Parpadeó un par de veces de manera tierna —a lo cual su amigo hizo un par de arcadas— y le pidió que continuara.

—No estoy seguro de compartir esta información.

Baekhyun suspiró exageradamente.

—¡Dime!

—Mejor me lo llevaré a la tumba.

—¡Eso no es tan lejos! Mejor ahora que todavía puedas decirlo con tu propia voz. No me obligues a contratar a una espiritista.

Sehun casi se atraganta con la manzana ante ese último comentario.

—Entonces, ¿ya empiezas con ese tipo de bromas también? Que bueno.

Al apuntar eso, Baekhyun se detuvo un momento, sus ojos repentinamente tristes.

—Oh no, no más lágrimas por estos días. Ven, te digo lo que escuche. —Sehun carraspeó, mirando hacia su amigo y dejando la manzana de lado—. Después de que te fuiste en tu faceta de "necesito aire, déjenme solo" Luhan le hizo una última pregunta de verdad o reto a Chanyeol. Eligió verdad y Luhan le preguntó cuándo fue que se dio cuenta que sentí algo más allá de amistad por ti.

Repentinamente el corazón de Baekhyun dio un pequeño vuelco. Ahora que lo pensaba, realmente no era algo que hubieran hablado en su momento.

—¿Qué dijo?

Sehun miró hacia arriba, como si estuviera tratando de hacer memoria.

—Es algo que yo no entendí muy bien —contestó—, dijo algo como que tuvo que guardar una tarjeta que no le daba buena espina en un inicio, pero que después se dio cuenta que realmente era porque no quería que fueras.

—¿Algo a lo que no quería que fuera?

Sehun asintió.

—Se sentía mal por ello, de hecho. No se sintió con el derecho de ser alguien quien interviniera en tu vida, pero quería hacerlo. Algo así. Ya sabes, él y sus frases misteriosas. —Sehun achicó sus ojos hacia él—. Conque tienes más secretos, Baekhyun. Secretos de los cuales yo no sé.

Aunque Baekhyun todavía no podía entender a lo que Chanyeol se refería, miró a Sehun con los ojos en blanco.

—Por eso son secretos. Nadie debería saberlos.

—Yo no debería haber escuchado cómo cogías, pero veme aquí, sentado viendo el amanecer y traumado de por vida.

Baekhyun contuvo la risa.

—Voy a extrañar tus malditos comentarios fuera de lugar e irreverentes, Sehun.

—Entreno a Chanyeol todos los días para que pueda seguir con esta tortura dirigida a ti, Baek.

Se miraron un momento y simplemente se rieron.

—Voy a extrañarte todos los días, Sehun.

Porque ahora tendría que recordarlo por más tiempo del que lo conoció.

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—Es tu turno.

Baekhyun miró hacia arriba. La luz blanca normalmente le ocasionaba repudio y cansancio absoluto, pero en ese momento simplemente lo tomó como lo que era: un instrumento que ilumina y te ayuda a guiarte en tu camino. El rostro de Junmyeon fue lo que vio y no pudo apreciar mucho más que una sonrisa triste y unos ojos enrojecidos. Esa era probablemente su futura expresión. Pasó la mirada alrededor, viendo cómo la sala de espera del hospital se veía más llena que de costumbre con familiares y amigos que muy apenas había conocido alguna vez. A su lado, como siempre, Chanyeol se mantuvo sereno. Había sido el primero en pasar antes que todos y no había dicho mucho después de eso.

Asintió, levantándose de su lugar como pudo —acompañado de un empujoncito de parte de su novio— y sin más, camino hacia la habitación. Vio al padre de Sehun sentado en una pequeña sala que dividía la habitación en dos. El hombre se encontraba con una copa en una de sus manos, viendo la televisión en mute de un partido pregrabado. Al darse cuenta que estaba ahí, el hombre sonrió levemente y tendió su mano hacia donde se encontraba Sehun.

—El tiempo que desees —dijo el Sr. Oh—, o el que él te permita.

Sin nada más que eso, Baekhyun se acercó a la habitación deslizando la puerta y cerrándola al mismo tiempo. Respiró hondo dejando que la medicina y ese peculiar olor a medicamentos cubriera sus pulmones. Las máquinas habían desaparecido, el ajetreo de los médicos también había disminuido y, aunque habían decidido irse a su casa los últimos días, su amigo prefirió volver a la habitación del hospital donde todo había comenzado. No quería que su hogar se llenara de olor a muerte o que su alma estuviera rondando por las noches, o al menos eso había sido de las últimas cosas que había podido decir Sehun que le hizo reír.

Caminó hacia donde él estaba, sentado en un reposet mirando a la ventana. Frente a él había una persona completamente distinta a la que había conocido, pero en esencia, era la misma. Hoy había comido todo, se había levantado de la cama y había tenido más fuerza que nunca. Una recuperación o sensación de mejoría milagrosa que para muchos representan buenas noticias.

Para él no.

—Al fin —dijo Sehun, con su voz rasposa—. Necesitaba que alguien limpiara mi orinal.

Baekhyun enarcó las cejas, haciendo una cara de asco mientras se sentaba en el sofá junto a él.

—No voy a hacer eso.

—Mhmm —Sehun se encogió de hombros—. Junmyeon una vez me limpió el trasero. Después de eso, se convirtió en el número uno. ¿Estás satisfecho con tu número dos?

—Lo portaré con honor.

Ambos se rieron y después de eso hubo un extenso silencio.

La vista de su habitación era buena. Un sol resplandeciente se asomaba por fuera y fue hace poco que se dio cuenta que lograban ver el mar desde allí. Tonalidades verdes y azules estaban dispersas por todo el ventanal. El silencio era cómodo. Más cómodo que nunca, mucho mejor que cualquier palabra que hubiera dicho o podría decir. De hecho, ya lo había dicho todo. Innumerables veces, cientos de conversaciones hasta la madrugada y emociones bailarinas entre ambos. No faltó nada por decir y en sus últimos días de encuentros, no había más que la usual conversación de dos mejores amigos viéndose un martes por la tarde común y corriente.

—Escuché que hoy te conviertes en tío.

Baekhyun elevó las cejas, asintiendo.

—Sip. La hermana de Chanyeol está en proceso de parto justo ahora, un par de pisos abajo.

Silencio.

Después de ello, no hubo mucho más que preguntas triviales, comentarios fuera de lugar o chistes de mal gusto. Miraron el atardecer durante otra media hora, sin mucho más que decir o hacer. Estuvieron juntos hasta que un par de golpes en la puerta llegaron, anunciando que debía entrar alguien más debido a que el tiempo de visita estaba por terminar.

—Entonces —Baekhyun se levantó, sonriendo—. Llego el día.

Sehun ni siquiera lucía sorprendido ante su suposición.

—Todo indica que sí.

Y aunque los ojos de Baekhyun se llenaron de lágrimas y su nariz picó, no apartó ni un segundo la vista de su mejor amigo. Simplemente inclinó su cuerpo al suyo y, frente a todos los pronósticos, lo abrazó. Fuerte. Tan fuerte que podría jurar que sus dedos quedaron impregnados en su ahora delicada piel, pero valdría la pena. Tan fuerte que se aseguró en transmitirle todo lo que ya le había dicho en estos últimos meses de la manera más cercana posible.

—Como último acto de amor le dije a Chanyeol que le jalaría las piernas al dormir si se atreve a lastimarte. —Y, como siempre, Sehun bromeaba.

Baekhyun simplemente lo apretó más fuerte.

—Puedes irte. Está bien —susurró Baekhyun con suavidad—. Estaremos bien.

—Claro que lo estarán.


No perfectamente.

Nunca completamente.

Con el corazón roto.

Pero lo estarían.


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¡El epílogo y terminamos esta retadora historia!

Gracias por su amor y paciencia <3

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