xiv. OASIS
Lloró mares y mares de lágrimas que venían de su cuerpo entero durante horas.
Su nariz estaba congestionada y tuvo problemas para respirar en dos ocasiones al sentir el llanto en su garganta al punto de casi ahogarse.
Chanyeol temblaba.
Se miraba tan mal que Chanyeol tuvo que llevarlo a su casa.
Tosió en tres ocasiones en donde casi vomitaba. En la cuarta, no pudo más que hacerlo.
Se quedó dormido, perdido en el tiempo, con la realidad esperándolo una vez abriera los ojos.
Pero se sentía, inesperadamente, aliviado.
--
Para la medianoche del siguiente día pudo abrir sus ojos.
Se había despertado con una sensación cálida a su alrededor, una suave respiración en su flequillo y un tenue olor a jabón. No podía decir que no se esperaba despertar junto a Chanyeol debido a los acontecimientos del día anterior, pero era la primera vez que sucedía, sumándole el hecho de no saber qué hacer más que mirarlo mientras dormía.
El otro no roncaba, pero respiraba con fuerza al punto que su garganta hacía un diminuto ruido. Logró librar una de sus manos, levantó la cabeza y acarició con la punta de sus dedos el rostro de Chanyeol. Sus ojos estaban un poco hinchados —nada a comparación con los suyos, por cierto. No podía verlos, pero apenas podía mantenerlos abiertos por lo pesados que estaban— y sus labios lucían algo agrietados.
A lo mucho, se había dormido a eso de las tres de la tarde, por lo que el despertar a esa hora no le sorprendía. No obstante, al parecer el otro apenas había iniciado su sueño. Su cabello todavía estaba algo húmedo, un par de gotas permanecían en su frente. Sintiendo la diferencia de temperatura entre sus cuerpos, Chanyeol se removió cuando sus fríos dedos contrastaron la cálida piel de su mejilla, haciendo que solo se pegara más a su cuerpo.
—Luhan va a estar bien. —La rasposa voz de Chanyeol sonó en su oído. Habló con los ojos cerrados—. Se quedará un par de días más internado, pero nada pasó a mayores. El idiota que lo golpeó está bajo custodia y por lo que escuché será expulsado. Duerme un poco más, Baek.
Inesperadamente, una vez más tuvo ganas de llorar, aunque no era precisamente por sus amigos o por una sensación dolorosa. Era diferente, algo que en vez de comprimirle el pecho en angustia lo llenaba de una sensación de paz por todo su cuerpo.
Mantuvo la mano sobre la mejilla de Chanyeol, se acercó como pudo y simplemente depositó un beso en sus labios. Duró unos segundos y, al sentir que no fue suficiente, lo besó con delicadeza una vez más y se separó tan lentamente, como si no quisiera hacerlo en absoluto. Con lo seco de ambos labios poco se sentía como un beso, pero fue lo suficiente como para que los ojos de Chanyeol estuvieran entreabiertos cuando se separó.
—Muchas gracias —susurró Baekhyun, tratando de transmitir en esas palabras lo agradecido que estaba con él durante todo ese tiempo.
Una pequeña sonrisa atravesó la boca del alto y sus orejas estaban enrojecidas. Atrajo a Baekhyun todo lo que pudo, convirtiéndose en una revoltura de brazos y piernas, rodeándolo como un pequeño koala. No le molestó en absoluto la cercanía, de alguna manera sus cuerpos congeniaban y cabía en los lugares adecuados. Fue reconfortante tanto el sonido de la respiración de Chanyeol como el latido de su corazón al punto de convertirse en su canción de cuna preferida.
Chanyeol depositó un beso en su frente, sin necesidad de palabras, y sus labios se quedaron justo allí mientras volvía a quedarse dormido.
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—Demonios, esta palomita está rancia.
—No deberías estar comiéndolas en primer lugar. —Baekhyun hizo una mueca, dejando caer su barbilla en el respaldo de la silla que había puesto a un lado de la cama, sentándose al revés.
—Le dieron una paliza, no se intoxicó con algo. —Junmyeon se detuvo un momento en su limpieza compulsiva en el escritorio de su amigo—. ¿Por qué le restringirían las frituras?
Baekhyun compartió una mirada cómplice con Sehun, quien estaba hasta el otro extremo, sentado en el sofá de una plaza de Luhan. Sus pómulos estaban oscurecidos y en todo el día había tenido el ceño fruncido.
—Se te puede atorar y eres el único que sabe la técnica de Heimlich.
—¿Por qué se atoraría? —Ese fue Chanyeol. Traidor.
Entrecerró los ojos hacia él y el otro cerró la boca, captando su error, pero sin dejar afuera una sonrisa.
—Tomé un curso de RCP —sumó Junmyeon.
—Puede comer todo lo que quiera.
—Sí mamá, no seas aguafiestas.
Con un resoplido, Baekhyun decidió rendirse ante su intento de cuidador personal, pero sabía que su rol autoproclamado no ayudaría de mucho cuando el propio Luhan sabía cómo realizarse una traqueostomía con lo que tenía en su lapicera en caso de ser necesario. En realidad, no había mucho en lo que pudieran ayudar todos allí más que moralmente y, en palabras de Luhan, "morir de soledad".
Pudo haberse dado de alta al tercer día, pero su recuperación duró dos semanas enteras en casa. Sin duda era lo peor que le pudieran recomendar a Luhan ya que ese chico no podía estar en su casa ni siquiera doce horas seguidas, por lo que el esfuerzo descomunal que se necesitó fue agotador. Huyó por la ventana un par de veces y tuvo que volver a emergencias al obtener un tobillo torcido cuando cayó de bruces. Después de eso se pusieron de acuerdo entre los amigos para darle compañía cada dos noches para mantenerlo quieto.
Todavía después de lo que había pasado la incomodidad entre Baekhyun y Luhan no había desaparecido por completo, pero se las arreglaron para hablar en el segundo día que le tocó quedarse en su casa. No quería estar así con él, por lo que con un chip de mentalidad nueva, fue él mismo el primero en traer la situación a coalición, no sólo el tema de la visita a la casa de los Do, sino desde antes y su poca facilidad para pedir ayuda.
Baekhyun tuvo un nudo en la garganta todo ese tiempo, pero pudo compartirle cómo se sentía y el miedo profundo de la probabilidad de perderlo como amigo. Luhan no se quedó atrás en compartir sus emociones, ese chico ya estaba llorando en el minuto dos porque se sentía exactamente igual. Compartieron, difirieron y, aunque Luhan todavía no estaba de acuerdo en varías de sus decisiones, lo respetó.
En el intercambio no tuvo otra opción más que hablarle sobre Chanyeol. Literalmente Luhan se aventó de su propia cama por la sorpresa y lo interrogó durante hora y media sobre cada minúsculo detalle de lo que había pasado. Su tortura vergonzosa finalizó con un Luhan bien informado, con teórias y la promesa de que le contara absolutamente todo a cambio de comportarse cuando estuvieran todos juntos y limitar sus comentarios sucios a uno o dos.
Aunque, bueno. Todavía no eran algo-algo. Seguían habiendo ambigüedades y, aunque se veían casi todos los días en la escuela, por cuidar a Luhan y entre otros planes, poco habían hablado del tema.
La escuela no fue muy diferente. Jino fue expulsado junto con otros dos idiotas y Jongdae fue suspendido. No esperaba menos, pero eso hizo que los rumores se fuera disipando y finalmente los demás se concentraran en otra cosa que no fuera el casi asesinato de su amigo a plena luz del día. Los secuaces de Jongdae no se acercaron a ellos en lo absoluto.
Luhan tampoco resultó demasiado traumatizado por esa experiencia. Su mecanismo de defensa solía rondar en la manía y curiosidad pura, por lo que lo capturó todo como un tema de investigación con la hipótesis de que Jino sólo escondía su sexualidad y, al no poder vivirla, decidió liberarla a través de la violencia dirigida al sujeto de sus fantasías. O eso era el ego de Luhan hablando o realmente se ha tomado a pecho la lectura psicoanalítica, pero era mejor a que tuviera miedo de volver o algo crónico.
En fin, las cosas marchaban poco a poco. Se encontraban un viernes por la tarde noche, en el último día de reposo de Luhan, después de haber visto una película de terror de los ochentas y haberse comido casi una vaca entera. Hacía tiempo no se juntaban todos y era extraño pero reconfortante a la vez, aunque no podía evitar mandarle un par de miradas a Sehun de vez en cuando, principalmente porque lucía exhausto y no debería estar mucho tiempo fuera del hospital.
—¿Ya tienes todo listo? —Junmyeon golpeó el hombro de Chanyeol, sentándose a su lado.
El alto ladeó la cabeza, algo confundido por la pregunta, pero pareció entenderlo poco después.
—¡Ah! ¿Hablas de la fiesta? Sí, todavía tengo que preparar unas cosas mañana en la mañana, pero todo estará completo para la tarde.
—¡Genial! Tiene que haber al menos un go-kart para cada uno. —Luhan levantó su puño en alto—. Les voy a partir el trasero.
—Ni siquiera puedes conducir de verdad —Baekhyun resopló—. ¿Olvidas cuando casi nos estrellamos?
—Eso fue un accidente. Además, mala supervisión de un adulto. Si nos ponemos estrictos, fue culpa de tu hermano. —En eso no se equivocaba, su hermano no lo pensó dos veces cuando dos adolescentes de quince años le pidieron el auto para intentar algo—. De todas maneras, esto es totalmente diferente.
—Así es, no es como en el Mario Kart, así que ni sueñes que vas a quedar en primer lugar también. —Junmyeon se encogió en hombros.
—De hecho hay mucha probabilidad de que tengas que reposar una semana más si algo sale mal.
—No saldrá mal...
Un par de golpes en la puerta de Luhan anunciaron que sus padres habían llegado, lo que marcaba que era hora de irse de allí. Todavía entre pláticas sobre la diferencia entre un juego real y en consola, los chicos terminaron por recoger la basura y comida restante. Quedaron en verse mañana en casa de Chanyeol, tomaron sus abrigos y se despidieron de los padres de Luhan no sin llevarse todos un poco de pan dulce del supermercado.
—¿Vas al hospital? —Baekhyun atrajo la atención de Sehun cuando éste giró hacia la derecha, junto con Junmyeon. Su casa quedaba en su misma dirección.
Sehun suspiró, tratando de mantener su semblante sereno, pero todos allí sabían que no lucía de muy buen humor y eso siempre estaba relacionado con el dolor. Un dolor crónico que se depositó en su cuerpo, más precisamente en su cabeza y parte de su espalda. Su piel estaba en un tono más grisáceo y ya había perdido cuanto menos otro puñado de kilos.
—Veré a mi padre allí —dijo, suspirando—. Tengo que tomar algo de medicamento y luego iré a casa. Descansaré un poco.
Hubo un silencio corto que fue interrumpido por un coche pasado a su lado. Los labios de Baekhyun estaban resecos y apenas pudo carraspear.
—Bien. Si necesitas algo me puedes mandar un mensaje.
Sehun gruñó, pero asintió sin peros. Por un segundo Sehun miró por encima de su cabeza, justo donde creía que estaba Chanyeol, pero luego volvió a él.
—Lo pensaré. Tengo otra persona quien me gustaría que me ayudara más. —Hubo un intento de sonrisa, pero todos allí sabían que era forzosa—. Nos vemos mañana.
Se despidieron de ambos, Junmyeon hizo un par de señas de que se aseguraría que Sehun llegara al hospital y que no se preocuparan, pero la incomodidad estaba ya depositada en su estómago. Nunca, realmente nunca su amigo decidiría ir al hospital por cuenta propia por lo que solo significaba que el dolor era tan fuerte que no había nada en casa que pudiera calmarlo. Había estado empeorado y, aunque seguía muy reservado en si tomaba algún tratamiento o si ya había algún tipo de pronóstico, no eran ciegos, sabía que algo estaba mal cuando el dolor había llegado a su columna.
Se estaba expandiendo.
—¿Baekhyun?
Con sorpresa, Baekhyun miró en dirección a la voz, solo para ver a Chanyeol. No sabía cuánto tiempo se había quedado ensimismado con ellos, hacía ya rato que sus otros dos amigos habían dado vuelta en otra esquina. Apretó su abrigo sobre su torso y metió las manos en sus bolsillo.
—Perdón. ¿Me dijiste algo?
Chanyeol se quedó pensativo durante unos segundos. Su boca sonreía, pero esos grandes ojos miraban de un lado a otro como si tratara de descifrar algo.
—Te pregunté si podía quedarme un rato en tu casa —respondió poco después, en un tono lento.
Levantando las cejas, Baekhyun no esperaba eso. Es decir, no era raro, en absoluto, habían pasado rato en la casa del otro como si nada durante mucho tiempo pero ahora... no lo sabía. Es normal. Debería ser normal, pero repentinamente su corazón volvió a dar otro vuelco, aunque ahora un poco más diferente que el que tuvo anteriormente con Sehun.
—Oh, claro. —Al menos dijo con naturalidad, mientras comenzaba a caminar junto con el otro en dirección a su casa—. ¿Huyendo de las tareas nocturnas?
Los ojos de Chanyeol parecieron iluminarse durante unos segundos.
—Más bien huyendo de mi madre. Quiere elegir mi ropa para mañana y no sale de un cárdigan o una polo. No sé que le pasa a esa mujer. Además, tenemos un encuentro pendiente en el Mario Kart, creo que no he dejado en claro quién manda ahí.
Baekhyun soltó una risilla, mostrando los dientes.
—Como tú digas, seguirás besándome el trasero en el juego —argumentó con autosuficiencia. Park podría ser bueno en muchas cosas, pero no le ha ganado en los videojuegos ni una vez—. ¿Cuál es tu elección de ropa?
—Sudadera de anime y pantalones vaqueros. —Frunció la nariz—. ¿Qué?
—¿No es así como vas todos los días?
—¿Por qué? ¿No te gusta?
Se detuvo un momento para mirarlo y el alto se detuvo una zancada por delante.
—Cumples diecinueve, técnicamente ya eres un adulto.
El otro levantó una ceja con un puchero.
—¿Estás diciendo que las sudaderas de anime no son para los adultos, tú, el chico de Yu-Gi-Oh?
Abriendo la boca, Baekhyun lo golpeó suavemente en el hombro, dispuesto a pelear por su comentario gratuito.
—¡Me refería a que uno debe vestirse diferente en su cumpleaños! Y más si es una fiesta formal.
—No es nada formal —Chanyeol lo tomó por las muñecas, tratando de evadir los golpes diminutos—. Seremos nosotros, mi familia y un par de amigos de la secundaria. ¿Debería llevar un esmoquin?
Baekhyun se detuvo un segundo a imaginarse a Chanyeol en un esmoquin. Demonios, sí.
Supo de inmediato que ese pensamiento salió en voz alta, porque el mismo Chanyeol parpadeó un par de veces, algo avergonzado. Baekhyun miró por encima su posición, estaban demasiado juntos, sus brazos por encima de los hombros del otro en un afán de protegerse y era de esas veces en donde debía mirar hacia arriba para encararlo.
—Tú... —comenzó el alto, en un susurro. Baekhyun podía sentir el frío en su espalda—. Estás yendo por todo, ¿no?
Parpadeó.
—¿Mhm? —Ni siquiera pudo separar sus labios.
En definitiva su 'Demonios, sí' había sonado un tanto diferente incluso para sí mismo, rezaba internamente que no se refiriera a eso, pero parecía otra cosa. Había algo en los ojos de Chanyeol que cambiaba con el tiempo, era muy expresivo, pero también sabía fingir bien las emociones, aunque sus ojos no mentían. En ese momento su... amigo podía lucir sereno, pero había algo llamativo en su mirada que le hizo relamerse los labios involuntariamente.
Era una faceta nueva y bizarra, cosa que ha ido creciendo mientras más pasaban los días y más contacto tenían.
Chanyeol terminó por bajar los brazos de Baekhyun, pero en ese mismo momento lo tomó de la mano, haciéndole caminar un poco más rápido todavía en dirección hacia su casa. Confundido, trató de mantener el paso dando un par de trompicones hasta que pudieron llegar al porche. Fue una marcha de casi cinco minutos, por lo que estaban cansados y muy apenas pudo rebuscar en sus bolsillo las llaves.
—¿Están tus padres en casa?
Al momento de entrar, y justo después de quitarse los zapatos, Baekhyun se congeló al escuchar eso. Literalmente su mano quedó volando en el aire cuando estaba colgando su abrigo. Carraspeando, trato de recobrar la compostura, cerrando detrás de sí el armario. Por su mente volaron mil y un cosas, pero conocía a Chanyeol y esa pregunta era común en él, principalmente para saber cuánto ruido podrían hacer.
De acuerdo, eso también tomó una extraña dirección. Cabeza fría, Baekhyun.
—De hecho, están fuera de la ciudad, con mi abuela. —Y era cierto, se había ido ayer por la noche con la promesa de regresar el lunes por la mañana. Debía cuidar al pez, otra vez.
Para ese punto, Chanyeol se había perdido en la sala, mientras que Baekhyun iba directo a la cocina por un vaso de agua. Dio un gran trago dejándolo por la mitad mientras cerraba el refrigerador, pero se atragantó un poco al ver a Chanyeol allí, apoyado en el mueble.
—¿De verdad? —preguntó el alto antes de darse cuenta que Baekhyun estaba casi muriendo. El agua le había salido incluso por la nariz—. Ven, ven.
Le dio un par de palmaditas en la espalda, seguía tosiendo como si hubiera perdido un pulmón y sus ojos se enrojecieron. Le tomó alrededor de tres minutos recuperarse, respirar adecuadamente y quitarse las lágrimas por el esfuerzo. Chanyeol lo esperó pacientemente a que se calmara.
—¿Mejor?
Asintió, todavía mareado por el evento.
Otra pequeña sonrisa se depositó en los labios de Chanyeol. Ahora se encontraba apoyado sobre la mesa, encarando a un Baekhyun sobre el refrigerador recuperando la respiración. Su garganta picaba un poco, pero con varios carraspeos pudo superarlo. El silencio no era incómodo, pero era pesado, por lo que Baekhyun trató de hacer trabajar su cerebro mientras daba otro sorbo al agua, resintiendo el ardor por algunos segundos.
—Estás distraído —apuntó Chanyeol repentinamente, rompiendo el silencio.
Por un momento ladeó la cabeza, genuinamente confundido por la afirmación. Efectivamente lo estaba, por muchas cosas, pero le sorprendía que el otro lo supiera.
—¿Estás preocupado por Sehun?
Y, entre todas las cosas, eso fue lo más impresionante. Ante el pensamiento de su amigo y la manera en que Chanyeol había pronunciado eso —en un susurro, con cautela—, algo volvió a apretarse en su pecho y suspiró extensamente. De todos los asuntos abiertos era el que probablemente más le costaba y solía evitar. Había comprendido que la negación del asunto solo había provocado grietas tanto en sí mismo como con los demás, pero era difícil enfrentarlo todavía.
Colocó su taza sobre la barra y pasó el peso de un pie al otro. Le dio una mirada incógnita a Chanyeol, pero fue suficiente como para que se movieran juntos a la sala y se sentaran en el sofá. La televisión estaba apagada y no había ruido más que el de las tuberías, la temperatura estaba bajando haciendo que se congelaran.
—Siempre estoy preocupado por él —Baekhyun se mordió la parte interna de la mejilla y jugueteó con un hilo suelto de su pantalón—. Es un terco y su falta de sentido de urgencia me vuelve loco. Tiene todas las posibilidades para recibir el tratamiento, pero se niega.
Chanyeol lo miraba atentamente.
—Escuché un poco —comentó Chanyeol, haciendo referencia a lo que los demás han hablado del tema—. ¿Su padre no lo puede obligar?
—De que puede puede, pero pareciera que él también ya se dio por vencido. Es inoperable y no se está haciendo más pequeño.
No le quisieron decir mucho sobre el tiempo y el futuro, pero no ocupaba mucho para la imaginación. Sabía lo suficiente como para ser consciente de que independientemente de lo que hagan las cosas son como son y solo se estaría hablando de alargar algo que podría terminar siendo peor. El dolor en los ojos de Sehun traspasó un punto sin retorno en donde se han reducido sus bromas casuales y comentarios sarcásticos.
La cabeza de Chanyeol se fue hacia atrás, en una mueca. Se quedó pensativo durante varios segundos.
—Demonios.
Sí, no podía estar más de acuerdo. Desafortunadamente no había mucho más que decir con respecto a eso.
—Aunque parece que lo llevas mejor. —Baekhyun enarcó las cejas al escuchar eso. El otro se pasó una mano por el pelo, como si estuviera decidiendo entre continuar o no—. Antes te veías... No lo sé. No te veías bien.
—Gracias.
Iba en broma, pero los ojos de Chanyeol se ensancharon y se acercó a él, rozando la rodilla con la suya.
—¡No! Quiero decir... No me refería... De hecho yo pensaba que... Mhm. —Se detuvo varios segundos y negó con la cabeza—. Mira, lo que estoy tratando de decir es que con el paso del tiempo te ves más relajado y un poquito más feliz. Eso se nota y creo que los demás también se han dado cuenta, por lo que a les sienta bien. Ya no siento esta... —hizo un movimiento con las manos— tensión rara entre todos, o más bien entre tú y Sehun. Solía creer que estabas enamorado de él.
La boca de Baekhyun casi cayó al suelo.
—¡¿Qué?!
No iba a negarlo, las palabras de de Chanyeol las había sentido tan cálidas y reconfortantes al punto de sentir que literalmente había tocado un punto exacto en su corazón, pero esa última frase lo congeló por completo.
El alto se le quedó mirando otra vez mucho más atento que siempre, como si estudiara su reacción y tratara de descubrir algo a través de sus ojos. Apretó los labios antes de abrir una vez más la boca.
—Solía creer que estabas enamorado de él.
—¡¿Por qué demonios creerías eso?!
No supo exactamente por qué, pero los ojos de Chanyeol pasaron de cautela a alivio, aunque fue casi imperceptible.
—Te besaste con él en el primer año.
Bueno. Eso era historia pasada y aburrida. Habían prometido enterrar eso hace mucho tiempo.
Con una ceja alzada, Baekhyun se dio la vuelta en el sofá, encarando a Chanyeol. Había más proximidad, pero poco pudo darse cuenta por la mala vibra que sentía en su cuerpo.
—Fue una tontería, literalmente sus dientes chocaron con los míos. —Y era cierto, fue en una pijamada en donde Junmyeon se las había arreglado para jugar con ellos a su merced después de despedazarlos en el Smash y hacerles cumplir la regla de ser el rey por diez minutos en donde sus rasgos psicópatas se dejaron relucir. En serio, ese beso fue el menor de sus problemas, pero definitivamente dejó en claro que se podrían querer mucho como amigos, pero su boca era lo último que quería cerca de la suya. Le explicó todo eso a Chanyeol con lujo de detalle mientras intentaba no vomitar—. Ha sido mi amigo durante tanto tiempo, mierda, no es una posibilidad, pero sí que ha sido extraño entre nosotros desde que me dijo que estaba enfermo. Si me pongo a pensar realmente hay tensión con ese tema, apenas puedo pensar en lo enfadado que estoy con él por no querer hacer nada al respecto.
Chanyeol asintió en entendimiento.
—Y está el tema de la familia Do —dijo él.
Otra avalancha de responsabilidades se depositó momentáneamente en sus hombros.
—Y está el tema de los Do —confirmó, soltando otro gran suspiro—. Nuestra relación de amigos —enfatizó la palabra, lanzándole un par de miradas para que se le metiera en la cabeza— tampoco fue la misma después de aquello. Nos reforzó de cierta manera, creo que es lo único que puedo rescatar de eso, pero jamás voy a olvidar cuando lo vi en el hospital esa noche cuando... Kyungsoo murió.
Aturdido. Pálido. Aterrado. Por más que Baekhyun había intentado quitarse la sangre del cuerpo y la estupefacción de la cara, no pudo prevenir que su amigo llegara al hospital incluso antes que sus propios padres. No sabía absolutamente nada, pero al verlo allí fue suficiente como para que se diera una idea y, si no hubiera sido por el propio padre de Sehun quien venía detrás de él, habría terminado con un golpe en la cabeza por la impresión.
Las sirenas, el murmullo, la compasión y la culpa. Son las cosas que todavía cuando cerraba los ojos llegaban a él como un golpe fuerte. No supo por qué exactamente, pero su boca comenzó a narrar la situación como agua fluyendo en un río estrepitoso. No sabía siquiera que necesitaba tanto hablarlo, contarlo genuinamente por primera vez en mucho tiempo.
Sintió una cálida presión en el cuello por detrás de su oreja izquierda. En algún punto los minutos habían pasado, terminó mirando al suelo y la gran mano de Chanyeol le sostenía la nuca con los dedos para que levantara la mirada. Su pulgar acarició detrás de su oreja y naturalmente se apoyó en ella.
—Fue difícil, ¿no es así?
Baekhyun cerró los ojos un momento. Lo fue. Definitivamente lo fue.
—Pero voy a estar bien. —Una pequeña sonrisa apareció en su propia boca, sorprendiéndose incluso a sí mismo. Las palabras del mismo Chanyeol se habían quedado en su cabeza y milagrosamente venía a él cada que lo necesitaba.
Era irreal.
—Por supuesto que lo estarás.
Chanyeol continuó con el masaje detrás de su oreja al darse cuenta lo relajado que se había puesto. Era un buen punto que se sentía demasiado bien y que peligrosamente podía hacerle sentir mucho más. Sabía que tenía que detenerlo antes de que las cosas se salieran de control y dijo lo mejor que se le había venido a la cabeza.
—Aunque no después de que me destroces el trasero.
Y de pronto, todo se detuvo. El fin fue exitoso, pero para nada el medio porque incluso sus propios ojos se abrieron de par en par porque, por segunda vez, lo que salió de su boca había sonado muy mal. Su cerebro definitivamente había hecho un corto circuito y sus deseos que intentó reprimir durante todo el día le habían hecho una mala jugada.
—¡En el Mario Kart! —continuó, aunque no pareció servir demasiado—. Destrozarme en el Mario Kart, ya sabes, lo que dijiste cuando veníamos hacia acá.
Chanyeol parpadeó.
—O literalmente. También te lo puedes tomar literal si quieres.
¿Qué estaba diciendo?
Mierda. Convirtió un momento tierno e inolvidable en algo oscuro.
En definitiva no funcionó en absoluto ya que cuando tuvo las agallas de mirar a Chanyeol estaba terriblemente en pausa. Literalmente como si hubiera sacado un botón mágico y le hubiera detenido el tiempo, su mano estaba en el aire y sus ojos tan abiertos como los suyos.
—Digo, solo si tú quieres.
Baekhyun abrió la boca pero no sabía cómo arreglarlo.
—Bromeaba —prácticamente chilló—. ¡Voy a instalarlo!
No tuvo más opción que implementar el plan B: huir. No muy justo, pero efectivo, la cosa era que ni siquiera dimensionó los muebles de su casa al intentar despegarse de él lo antes posible cuando estampó su espinilla contra la mesita de café, soltando un fuerte quejido. Su cuerpo se inclinó un poco hacia delante por el dolor, al momento que sintió el frío recorrerle de pies a cabeza cuando una de las mano de Chanyeol lo tomó por la espalda baja y la otra a la altura del pecho.
Aturdido por sentir ahora la respiración de Chanyeol en su oído, Baekhyun se rio nerviosamente.
—Good catch! —murmuró más incómodo de lo que debería.
—No te estabas cayendo.
Baekhyun trató de mirar por encima del hombro, pero la acción fue bruscamente reemplazada cuando Chanyeol giró su cuerpo. Viendo como ya se estaba acostumbrando a tener tan de cerca el cuerpo de Chanyeol lo único que pudo apreciar fueron los pequeños puntitos de la sudadera del otro. Estaba deslavada, se veían como manchas de hace ya tiempo, pintura seca que no pudo sacarse ni con una tercera lavada.
Fue como un boom, molesto en su cabeza. Un interruptor apagándose dentro de él, donde no solo extrañamente se había relajado, sino que su yo normal había vuelto durante unos pocos segundos.
—Sabes, no tienes por qué seguir sosteniéndome así.
—Baek.
Baekhyun levantó la mirada menos de un segundo, pero volvió hacia abajo una vez más.
—Estoy atrapado —instó, porque efectivamente no podía moverse entre el sillón y la mesa—. Ugh —gimió en el momento que Chanyeol apretó más el agarre.
Cuando volvió a verlo, sus cejas se levantaron al son que tuvo la necesidad de parpadear varias veces. Chanyeol se encontraba tan rojo que podría hasta preocuparse por su calor corporal. No solo se limitaba a sus pómulos como normalmente lucía cuando se reía mucho o cuando Luhan soltaba algún comentario fuera de lugar, su bochorno se expandía hasta el inicio de sus clavículas y será que Baekhyun jamás lo había visto así, pero su preocupación se vino abajo repentinamente.
No era el único.
—Wow, estás... estás bastante rojo. —No pudo evitar decir eso sin sonrojarse también.
—¿Por qué será? Siento que mis pestañas van a evaporarse.
Baekhyun no supo qué más decir. No esperaba eso en absoluto.
—No huyas descaradamente. —Le recriminó Chanyeol, incluso se veía algo confuso. Soltándolo, el más alto sacó un grito extraño y se pasó las manos por el rostro repetidas veces. Solo lo miró—. ¡Y no me ataques así de pronto!
Baekhyun se sentía menos abochornado que antes, pero había una que otra sensación de calidez en sus orejas. Esa faceta de Chanyeol era muy nueva, por un momento se paró a contar con los dedos todas esas expresiones que le había visto a contraste con el Chanyeol original. Baekhyun puchereó, mirando un momento al suelo.
Poco después, ya un poco calmados los dos, sintió las manos de Chanyeol sobre sus hombros. Esta vez pudo mirarlo directo a los ojos.
—¿Qué fue eso? —preguntó Chanyeol. Al escuchar la forma en que soltó esa pregunta, Baekhyun se sintió culpable.
—Fue sin querer —empezó extrañamente Baekhyun, quien ahora decidió jugar con sus dedos—. En serio, de verdad estaba hablando del juego.
Para ese punto, solo escuchó un fuerte suspiro por parte de Chanyeol.
—Hey, no es justo. —Todavía con la manía de tocarse el cabello compulsivamente, Chanyeol contestó—. Tienes que decírmelo para que te entienda. ¿Lo dijiste de verdad o fue solo una broma?
Baekhyun miró de cerca el rostro de Chanyeol una vez más. Estaba aturdido.
—No estoy seguro...
—¿De qué no estás seguro?
Baekhyun retrocedió dos pasos, tratando de dirigirse hacia las escaleras e ir por el juego. Chanyeol lo siguió lentamente.
—¿No sientes que el clima está raro...? —He ahí, cambiando el tema una vez más.
—Sugeriste... —Chanyeol quedó con las palabras a medias. Baekhyun había dado otros tres pasos hacia atrás, mucho más rápido de lo que esperaba. Alcanzó a subir un par de escalones, pero Chanyeol fue lo suficientemente rápido como para ponerse delante de él, impidiéndole el paso. Con las manos extendidas hacia los dos extremos, no le dejó pasar—. ¿Sugeriste que lo hagamos?
Viniendo de sus palabras, sonaba estridente. Sin embargo, eso era justo lo que había sucedido. Baekhyun calculó la probabilidad de pasar entre la derecha o izquierda de Chanyeol, eran lo bastante grandes como para escabullirse, pero el otro le tenía el ojo puesto. Abrazó con fuerza su propio cuerpo.
—¿Por qué siempre quieres que diga algo extraño? —gruñó Baekhyun.
Chanyeol se fue de lleno hacia la izquierda en el momento que Baekhyun corrió por ese lado, no tuvo éxito.
—¿Extraño? Baekhyun, eres naturalmente extraño. Lo que quiero de ti... —Una vez más, el alto protegió ahora el lado derecho. Volvió a retroceder—. De acuerdo, detente. Lo que quiero de ti es que me digas cómo te sientes realmente.
—¡Lo he intentado! —gritó, volviendo a moverse de un lado a otro. Para ese punto, ya lucían como dos niños pequeños jugando a las atrapadas—. ¡He hecho lo que puedo!
—¿Qué quieres realmente?
Otra oleada de calor creció desde su espalda hasta el cuello.
Qué no quiero, maldita sea.
—¡Ir por la consola!
Una lucha entre él queriendo pasar y Chanyeol convirtiéndose en un fiel escudero de las escaleras solo hizo que se cansara. En realidad, se estaba impacientando. Bastante. Eso ya no fue necesariamente gracioso y aunque sabía que él había abierto la caja de pandora, Chanyeol había reaccionado de una manera mucho menos tranquila de lo que esperaba. Fue un desliz inocente, realmente no quería llegar a eso en ese momento. Volvió a preguntarle otra docena de veces, hasta que fue suficiente y con un fuerte empujón Chanyeol fue expulsado hacia un lado, chocando su espada contra la pared y terminando en la alfombra al ras de las escaleras.
Un jadeo salió de la boca de alto, poco había medido su fuerza. Baekhyun se acercó a él preocupado para ver si se había hecho daño, no se movía y realmente parecía haberle dolido. Se arrodilló a su lado y estaba por preguntarle si estaba bien, fue entonces cuando Chanyeol aprovechó extendiendo todas sus extremidades para envolver finalmente a Baekhyun con todo su cuerpo.
—¡Yah!
—Ahora pide clemencia. —murmuró Chanyeol por encima de la coronilla de Baekhyun. Podía sentir todo el cuerpo del alto debajo de él, su cabeza apoyada sobre la suya, las piernas alrededor de sus muslos y los brazos por la extensión de su espalda.
Baekhyun se retorció como un gusano para salir de su agarre pero era demasiado fuerte. Comenzó a apretarlo más y más al punto que apenas podía respirar correctamente. Ni siquiera podía hablar porque su boca estaba aplastada en su pecho. Debería concentrarse en respirar —y defender su orgullo sin implorar—, pero se distrajo en el momento indiscutiblemente sintió la erección de Chanyeol sobre su estómago. Se detuvo un momento al darse cuenta de ello, recobrando todos los colores en su rostro y al sentir él mismo una punzada en su entrepierna.
—Mhm. —Fue lo mejor que pudo decir, pero era su versión aplastante de "Me rindo" acompañado de un par de golpes al suelo como si fuera un referee terminando un encuentro de lucha.
Chanyeol pareció entender su señal, lo que hizo que aflojara el agarre.
—Mierda —balbuceó mientras apoyaba su frente sobre el pecho de Chanyeol.
La respiración del alto también estaba agitada.
—Muy bien. Fue divertido, pero se acabaron los juegos de niños, ahora hablemos como adultos.
—Ni siquiera tenemos una identificación que compruebe eso.
—Está en proceso, la tendremos.
—Hasta el próximo año.
—Baekhyun. —No debería gustarle tanto la manera en que dijo su nombre en ese tono—. Lo has estado haciendo muy bien, no des dos pasos hacia atrás. Tenemos que hablar. Además...
Sostuvo la respiración en el momento que las manos de Chanyeol pasaron a sostener la parte baja de su espalda y lo empujó hacia abajo, forzando el contacto de sus caderas. Sorprendido, miró de manera directa los ojos del alto, al mismo tiempo que otra punzada de placer le amenazó, depositándose en su parte baja y más cuando los ojos de Chanyeol estaban opacos y más oscurecidos que nunca.
Dios.
—Bien, yo empiezo. —Chanyeol no se movió ni un centímetro y tampoco le dejó moverse—. Me gustas. Me gustas mucho. Más que como a un amigo y no sabes lo que quiero hacer cuando estamos solos.
Lo peor de todo es que eso vino acompañado de otro movimiento de cadera. Estaba absolutamente loco.
—Jamás he intentado nada con otro hombre pero me han atraído tanto como me han atraído las mujeres. Mi madre lo sabe y hace como si no supiera, me pidió que guardara el secreto a toda la familia. —A Baekhyun se apretó el corazón mientras más palabras salían de su boca. La sorpresa ya no solo estaba dirigida a una placentera y la expresión de Chanyeol, aunque lo escondía muy bien, tambaleaba. Surgieron mil preguntas que quería hacerle—. Fui honesto cuando te besé y he de decirte que no he podido pensar en otra cosa cada vez que te veo.
Baekhyun tragó saliva. La gran cantidad de información para asimilar era abrumadora. Pero en una cosa estaban de acuerdo (o más bien prácticamente en todo, lo pensará bien cuando pueda desmenuzarlo) y eso era que quería besarlo.
Una y mil veces.
—Tu turno.
Baekhyun no estaba pensando lo suficiente. No estaba siendo él o tal vez sí era sí mismo, pero ese Baekhyun encapsulado que se había retirado y escondido durante mucho tiempo. Su verdadero ser había sido reemplazado por el que evadía, evitaba y fingía estar bien para tratar de protegerse a sí mismo de quién sabe qué.
De la vida. De los demás. De las consecuencias. De las circunstancias.
Y finalmente, después de todo este tiempo, una luz en forma de un chico de metro ochenta y tantos le había tendido la mano de la manera más desinteresada al punto que le ablandó el corazón tan cálidamente que el miedo profundo se le impregnó en la entrañas. Lo impresionante era que desaparecía rápidamente, se escabullía de su cuerpo con el simple hecho de tocarlo e interactuar con él.
Por un momento, el terrible mundo desaparecía junto a él.
Su boca buscó la de Chanyeol, tan apresuradamente como pudo, sin embargo, una mano se interpuso en sus labios haciendo que abriera sus ojos ante el freno. Fue Chanyeol, evitando el contacto y por un momento se asustó, pero el otro acarició sus labios con los dedos, mientras podía percibir cuánto le costaba no devorarlo en ese momento.
—Soy serio cuando te digo que si no me lo dices lo que quieres no puedo saberlo. Soy más estúpido de lo que parezco. —Chanyeol besó la punta de su nariz—. Sé que me lo puedes demostrar, por supuesto que puedes, pero también quiero que me lo digas.
Baekhyun se sintió mareado. Las emociones lo consumían internamente.
Inhalo una vez.
Y exhaló.
—También me gustas mucho —confesó, sintiéndose más ligero, más despreocupado. Sus orejas seguían al rojo vivo—. Quiero besarte ahora y probablemente quiera hacerlo toda la noche.
Y, si fuera posible, el corazón de Baekhyun latió mucho más fuerte cuando una gran sonrisa de oreja a oreja se apoderó de un hermoso Chanyeol, rojo hasta la coronilla y excitado hasta el límite. Podía sentirlo en todos los sentidos y no había duda que ya estaba en las misma condiciones o mucho peor.
—Correcto. Acabo de descubrir que me excita esto de comunicarnos, hagámoslo más a menudo.
La pregunta quedó atrapada en sus labios cuando finalmente los juntaron, superando por muchísimo ese primer beso y esos pocos que se dieron después. Sus entrañas ardieron y Baekhyun soltó un gemido al momento que Chanyeol se incorporó del suelo, sin abandonar sus labios solo para arrastrarlo junto con él al sofá y dejarse caer en él.
Encima de él, el alto se separó momentáneamente con una respiración temblorosa solo para que Baekhyun extendiera sus brazos y lo rodeara por el cuello, profundizando mucho más el contacto. Estuvieron así un rato hasta que sus cuerpos se fueron acomodando y fue el turno de Chanyeol para tener problemas para respirar al momento que intentó explorar su boca con la lengua. Una pequeña sonrisa se apoderó de Baekhyun. De acuerdo, al parecer alguien no tenía mucha experiencia besando después de todo. Él no tenía demasiada, pero sabía lo suficiente como para no ahogarse en el proceso y Chanyeol estaban tan metido en ello como un buen aprendiz.
Sus manos estaban por todas partes y la presión en su entrepierna se estaba volviendo insoportable. Tal vez no tenía experiencia besando, pero bien que el alto sabía moverse y la manera en que sus caderas se juntaban presionandolos le estaba haciendo nublarse inclusive con toda la ropa puesta. Supo que eso había escalado en el momento que un gemido salió de su boca y Chanyeol no se quedó atrás. Si Baekhyun no había muerto después de todo lo anterior, escuchar la ronca y áspera voz de Chanyeol gemir en su oído al son que apresuraba los movimientos, eso definitivamente lo iba a matar. De hecho, lo estaba matando lenta y dolorosamente porque la fricción ya había tomado un rumbo en donde estaba seguro que la intención de aquello era correrse. Y no era precisamente una opción, sino una necesidad, no suya —aunque le encantaba—, pero si alguien los viera pensaría que definitivamente Chanyeol lo estaba follando.
Y lo hacía, pero en seco. Con la ropa puesta.
Maldita sea.
Eso era demasiado para soportar.
Presionó con fuerza uno de los hombros de Chanyeol cuando la sensación de liberación se acercaba a él. Iba creciendo, consumiéndose hasta que conectó sus ojos contra los del otro y lo volvió a besar, ahogando el gemido en su boca mientras que una explosión de rayos y centellas se apoderaba de su mente, moviendo descaradamente su entrepierna sobre la del otro al mismo tiempo que sentía la humedad traspasando sus pantalones, sintiéndose tan agitado como si hubiera corrido un maratón.
Chanyeol no se quedó atrás, pareciera que el verlo de esa manera le prendió un interruptor que hizo que sus ojos se oscurencieran tan profundamente que poco le importó mantener su acostumbrada serenidad, empujando hacia él como si realmente lo estuvieran haciendo hasta que Baekhyun sintió el cuerpo del otro tensarse, escondiendo su rostro en el cuello de Baekhyun mientras gemía un par de maldiciones por debajo.
La respiración de ambos se sincronizó en un momento y se quedaron en esa posición tras varios minutos, sin poder creer lo que habían hecho.
—Entonces —Baekhyun carraspeó, todavía con las hormonas alborotadas tratando de impregnar el olor de Chanyeol en su ser—. ¿Estamos saliendo?
El alto soltó una pequeña risa y se apoyó todavía arriba de él con ayuda de sus codos. Eso apenas y permitía mantenerlos alejados.
—No creo poder salir con alguien quien apestó tanto en el Mario Kart.
Baekhyun le soltó un golpe fuerte en el hombro.
—Ouch. Sí que tienes tu brazo derecho fuerte, ¿alguna explicación indecorosa, Baekhyun?
—Me estoy arrepintiendo de esto.
—Por supuesto que estamos saliendo. Estamos saliendo desde ese día que me acorralaste tu porche.
—Eh, pero si fuiste tú quien lo hizo.
—Es mi palabra contra la tuya.
Baekhyun iba a fingir indignación un poco más de tiempo, pero su boca lo traicionó al momento que una sonrisa divertida se apoderaba de ella. La felicidad que sentía era tan inmensa que poco le importó estar todo sucio y sudado. Apretó los labios intentando controlarlo, pero al segundo que sus ojos se encontraron de nuevo, ambos se echaron a reír descontroladamente.
Dios, estaba en casa.
Por fin.
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¡Hola!
Ha pasado un tiempo y he de decir que finalmente Hiraeth está entrando en su recta final. Muchas gracias por la espera y el apoyo. También les quiero compartir que probablemente Hiraeth no esté disponible en wattpad (veremos como anda wattpad con esto que está borrando cuentas). De todas maneras, les comento que en donde estaré más activa será en AO3 e Inkitt, oficialmente me estoy mudando a esas plataformas. Mi usuario es el mismo: jessinegas. El link está en mi biografía.
Por si llega a desaparecer, ya saben en dónde encontrarlo.
Nos estamos leyendo,
Con amor, Jess.
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